The Devil Rides Out
1968 

6.3
1,323
Terror
Cuando Simon no acude a la reunión anual con sus amigos, el Duque de Richleau y Rex Van Ryn comienzan a preocuparse. Pronto descubren que ha ingresado en una secta satánica, cuyo líder es el Duque Mocata, que utiliza a inocentes, a los que lavan el cerebro por medio de hipnosis, y luego sacrifican en honor al diablo. Aunque Richleau está dispuesto a evitar que mueran más inocentes, la tarea a la que tendrá que enfrentarse no será sencilla. (FILMAFFINITY) [+]
20 de mayo de 2021
20 de mayo de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
170/30(20/05/21) Decepcionante film de terror sobrenatural, que viene a demostrar (por si aún no lo tenía claro) que la compañía británica Hammer que comenzó a finales de los 50 con gran éxito a reversionar clásicos del Horror (mayormente de la estadounidense Universal), igual entonces fue algo fresco, pero vistas hoy (los Drácula, las Frankenstein, las Momias, los Satanismos, los Hombres-Lobo, ...) son de una pobreza que no aguanta la mínima comparación, con por ejemplo “El Dr. Frankenstein” (1931) de James Whale, máxime si tenemos en cuenta que esta que me ocupa (una reformulación low cost de ‘Drácula’) es coetánea de la Obra Maestra “Rosemary’s baby” (1968), sería como comparar las bellezas de una ameba y de Angelina Jolie (adivinad en la comparación quien es quien). Aquí tenemos elementos que la hacían prometedora, como es tener al clásico de la productora dirigiendo como Terence Fisher, al casi siempre malo-malísimo aquí reconvertido singularmente como el héroe Christopher Lee, y teniendo de guionista al experto en la materia de mezclar terror y ciencia-ficción Richard Matheson (“Yo soy Leyenda”, “El Hombre Menguante” o guionista en episodios de la serie tv “La Dimensión Desconocida”), adaptando la novela homónima (en inglés "The Devil Rides Out") de 1934 de Dennis Wheatley.
Siéndome el resultado final de un infantilismo y condescendencia propia de alguien que toma al espectador como un ente pasivo sin reacción alguna ante el tropel de desatinos al que asiste ya desde su inicio, con ese irritante y resabiado Duque de Richleau (C.Lee), que entra en escena de modo arrogante cual elefante en cacharrería, diciéndole a su protegido que lo preferiría muerto a que fuera devoto de la Magia Negra (¿?), menudo cariño, ello por encontrar cual si tuviera poderes suparaterrenles dos gallinas. Y sin que sepamos porque, este Duque es un erudito en esta satánica religión, donde su paternalismo con todos da lecciones morales, pero que sin saberse de trauma o dilema moral alguno en los momentos clave se viene abajo (¿?). Pero capaz de montar un muro de defensa en modo círculo impenetrable para los de una residencia, pero dejando fuera a una niñita que duerme en el dormitorio de al lado. Ah, se supone que el Diablo no puede entrar en este ‘Santo’ círculo, pero si puede amargar el agua (venga ya!). Ósea, que el Demonio no pasa de ente travieso que en ve de envenenar el líquido lo agria (una tomadura de pelo). Aparte quedan en este tramo (que habla de la calidad de la cinta que es lo más interesante) sus patéticos efectos visuales, no me vale el año, pues de este mismo año es “2001: Una Odisea del Espacio”. Hay una irrupción penosa de los buenos en auto asaltando un akelarre con decenas de satánicos, y los buenos campan a sus anchas en su maniobra de rescate, de una ridiculez brillante. Tenemos la aparición de la nada de una mujer que tras chirriante elipsis aparece en el auto del amigo del Duque, una noche deben vigilarla a ella y al ‘ahijado’ del duque, pero estos guardianes son más inútiles que el apéndice, pues ambos en dormitorios distintos quedan dormidos ante el peligro de los aun sugestionables por el Mal. Mal que lo es, pero muy listo no, pues hace irrupción en solitario en casa de sus dos ‘potenciales novicios’, allí la dueña de l casa (aviada con anterioridad) lo deja pasar, menuda idiotez. Aparte queda una de las representaciones del Diablo más ridículas que recuerdo con un hindú riendo (¿?). Toda una mezcolanza caprichosa, como que el poder del Diablo se diga es por la noche (por si no quedará clara la revisión tontuna del vampirismo) donde se unen, set pieces de modo anárquico, y para coronarlo ese final chusco durante una ceremonia satanil, el colmo su epílogo insulto a la inteligencia, que seguro el final ‘épico’ de la gran serie (entiéndaseme el cinismo) de “Los Serrano”.
Ambientada en Londres y el sur de Inglaterra en 1929, la historia encuentra a Nicholas, Duc de Richleau (Christopher Lee), investigando las extrañas acciones del hijo de un amigo, Simon Aron (Patrick Mower), que tiene una casa repleta de extrañas marcas. y un pentagrama. Rápidamente deduce que Simon está involucrado con el ocultismo. De Richleau y Rex Van Ryn (Leon Greene) logran rescatar a Simon y a otro joven iniciado, Tanith (Niké Arrighi), de un culto que adora al diablo. Durante el rescate, interrumpen una ceremonia en la llanura de Salisbury, en la que aparece el diablo, la "Cabra de Mendes" (Baphomet).
La historia es la típica del Bien vs Mal, aquí filtrado como el Cristianismo vs Paganismo Satánico, donde las personas mayores son las sabias y las menores sugestionables, impulsivas y maleables. El duelo entre el altivo Duque encarnado de modo gélido por Lee, frente a Mocata (libremente inspirado en el real mago ocultista Aleister Crowley) encarnado por un plano Charles Grey, un gurú maligno con solo un entente con una pacata mujer, donde el director vuelve a tirar del recurso de primeros planos de los ojos ensombrecidos (copiado de la Universal), para provocar aquello que el resto d elementos ni actuaciones pude provocar. Llámame la atención que en este duelo subrepticio no haya un solo cara a cara entre los dos antagonistas (¿?). Aparte quedan unos secundarios de mercadillo muy low cost, con tan poco carácter como capacidades interpretativas.
Siéndome el resultado final de un infantilismo y condescendencia propia de alguien que toma al espectador como un ente pasivo sin reacción alguna ante el tropel de desatinos al que asiste ya desde su inicio, con ese irritante y resabiado Duque de Richleau (C.Lee), que entra en escena de modo arrogante cual elefante en cacharrería, diciéndole a su protegido que lo preferiría muerto a que fuera devoto de la Magia Negra (¿?), menudo cariño, ello por encontrar cual si tuviera poderes suparaterrenles dos gallinas. Y sin que sepamos porque, este Duque es un erudito en esta satánica religión, donde su paternalismo con todos da lecciones morales, pero que sin saberse de trauma o dilema moral alguno en los momentos clave se viene abajo (¿?). Pero capaz de montar un muro de defensa en modo círculo impenetrable para los de una residencia, pero dejando fuera a una niñita que duerme en el dormitorio de al lado. Ah, se supone que el Diablo no puede entrar en este ‘Santo’ círculo, pero si puede amargar el agua (venga ya!). Ósea, que el Demonio no pasa de ente travieso que en ve de envenenar el líquido lo agria (una tomadura de pelo). Aparte quedan en este tramo (que habla de la calidad de la cinta que es lo más interesante) sus patéticos efectos visuales, no me vale el año, pues de este mismo año es “2001: Una Odisea del Espacio”. Hay una irrupción penosa de los buenos en auto asaltando un akelarre con decenas de satánicos, y los buenos campan a sus anchas en su maniobra de rescate, de una ridiculez brillante. Tenemos la aparición de la nada de una mujer que tras chirriante elipsis aparece en el auto del amigo del Duque, una noche deben vigilarla a ella y al ‘ahijado’ del duque, pero estos guardianes son más inútiles que el apéndice, pues ambos en dormitorios distintos quedan dormidos ante el peligro de los aun sugestionables por el Mal. Mal que lo es, pero muy listo no, pues hace irrupción en solitario en casa de sus dos ‘potenciales novicios’, allí la dueña de l casa (aviada con anterioridad) lo deja pasar, menuda idiotez. Aparte queda una de las representaciones del Diablo más ridículas que recuerdo con un hindú riendo (¿?). Toda una mezcolanza caprichosa, como que el poder del Diablo se diga es por la noche (por si no quedará clara la revisión tontuna del vampirismo) donde se unen, set pieces de modo anárquico, y para coronarlo ese final chusco durante una ceremonia satanil, el colmo su epílogo insulto a la inteligencia, que seguro el final ‘épico’ de la gran serie (entiéndaseme el cinismo) de “Los Serrano”.
Ambientada en Londres y el sur de Inglaterra en 1929, la historia encuentra a Nicholas, Duc de Richleau (Christopher Lee), investigando las extrañas acciones del hijo de un amigo, Simon Aron (Patrick Mower), que tiene una casa repleta de extrañas marcas. y un pentagrama. Rápidamente deduce que Simon está involucrado con el ocultismo. De Richleau y Rex Van Ryn (Leon Greene) logran rescatar a Simon y a otro joven iniciado, Tanith (Niké Arrighi), de un culto que adora al diablo. Durante el rescate, interrumpen una ceremonia en la llanura de Salisbury, en la que aparece el diablo, la "Cabra de Mendes" (Baphomet).
La historia es la típica del Bien vs Mal, aquí filtrado como el Cristianismo vs Paganismo Satánico, donde las personas mayores son las sabias y las menores sugestionables, impulsivas y maleables. El duelo entre el altivo Duque encarnado de modo gélido por Lee, frente a Mocata (libremente inspirado en el real mago ocultista Aleister Crowley) encarnado por un plano Charles Grey, un gurú maligno con solo un entente con una pacata mujer, donde el director vuelve a tirar del recurso de primeros planos de los ojos ensombrecidos (copiado de la Universal), para provocar aquello que el resto d elementos ni actuaciones pude provocar. Llámame la atención que en este duelo subrepticio no haya un solo cara a cara entre los dos antagonistas (¿?). Aparte quedan unos secundarios de mercadillo muy low cost, con tan poco carácter como capacidades interpretativas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Como he comentado arriba, es una revisión de Drácula, tirando de plantilla, con un Mocata haciendo de Drácula, ser que vampiriza a jóvenes incautas, que es perseguido por un Van Helshing cazavampiros, perdón, un experto en artes oculta Duque de Richleau, donde se mezcla no se sabe porque, lo hindú con lo egipcio y lo pagano (Totum Revolutum). Donde busca obsesionado a su particular Mina, que a su vez enamora a uno de los buenos. Tenemos a un Drácula suigeneris que al igual que en su miología hipnotiza a la gente provocando las ansias homicidas en sus ‘títeres’, aquí en vez de colmillos utilizan dagas y estrangulamientos. Por supuesto, al igual que con el vampirismo, aquí se combate con iconografía cristina, ose crucifijos y oratoria beata. La gran diferencia a aquí es que si vences al Mal la recompensa es complaciente (siendo benévolo, pues la apalabra que mejor lo define es idiotesca).
Christopher Lee había declarado a menudo que de todo su vasto catálogo de películas, esta era su favorita y la que le hubiera gustado ver rehecha con efectos especiales modernos y con su interpretación de un duque de Richleau maduro. En una entrevista posterior, Lee también declaró que Wheatley estaba tan complacido con la adaptación de su libro que le dio al actor una primera edición de la novela. Y yo pienso que sobre gustos no hay nada escrito (¿?)
Spoiler:
Ósea, que la ceremonia satánica de sacrificio de la niña se produce en una sala donde no hay mínima vigilancia exterior, pero lo que es más descacharrante es que está presidida por un enrome crucifijo de neón, cuando habíamos visto como estos eran veneno para estos satánicos, un estupidez más; Siendo la gota final que una vez vencido a todos con esa entrada metida con calzador cual ente Santificado de la madre de la niña para acabar con la ceremonia. Tras esto pasamos en una elipsis a retroceder en el tiempo y estamos en el círculo santificado con los protagonistas despuntándose y nos enteramos que nadie ha muerto, que al vencer al Mal, ha habido una máquina del tiempo, explicarlo me resulta tan lioso como inútil.
Me queda un errático film de terror. Fuerza y honor!!!
Christopher Lee había declarado a menudo que de todo su vasto catálogo de películas, esta era su favorita y la que le hubiera gustado ver rehecha con efectos especiales modernos y con su interpretación de un duque de Richleau maduro. En una entrevista posterior, Lee también declaró que Wheatley estaba tan complacido con la adaptación de su libro que le dio al actor una primera edición de la novela. Y yo pienso que sobre gustos no hay nada escrito (¿?)
Spoiler:
Ósea, que la ceremonia satánica de sacrificio de la niña se produce en una sala donde no hay mínima vigilancia exterior, pero lo que es más descacharrante es que está presidida por un enrome crucifijo de neón, cuando habíamos visto como estos eran veneno para estos satánicos, un estupidez más; Siendo la gota final que una vez vencido a todos con esa entrada metida con calzador cual ente Santificado de la madre de la niña para acabar con la ceremonia. Tras esto pasamos en una elipsis a retroceder en el tiempo y estamos en el círculo santificado con los protagonistas despuntándose y nos enteramos que nadie ha muerto, que al vencer al Mal, ha habido una máquina del tiempo, explicarlo me resulta tan lioso como inútil.
Me queda un errático film de terror. Fuerza y honor!!!
3 de septiembre de 2022
3 de septiembre de 2022
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No sé por qué, pero siempre tuve la sensación de que en las películas de la vieja Hammer, sobre todo en las de Terence Fisher, subyacía una profunda socarronería entre velado sentido de humor británico, siempre tan presente en cualquier aspecto de la vida cotidiana, cómo esa ironía que demuestran los maridos ingleses con expresiones cómo: “Por supuesto querida”, al contestar a su señora. O la de: “Naturalmente querido, por supuesto que lloverá”, cómo les responden sus esposas mientras conversan de su tema favorito, el mal tiempo. Pero como iba diciendo antes de perderme por la espesa niebla londinense, el terror británico de La Hammer se distingue por sus matices cómicos, y, “La novia del diablo”, no es una excepción. Aunque quizá todo, esto, yo sólo así lo vea y así me lo parezca porque sus argumentos sean tan pueriles que llevan más a la risa que al espanto (espanto de miedo, no de espantoso o de “espantá” de mal torero).
Pero centrándonos en la reseña que nos ocupa, se puede decir que es entretenida de principio a fin, quizá por ponerle un defecto, se debería haber quedado en los ochenta minutos, habituales en el metraje de este tipo de largometrajes, en vez de los algo más de noventa que tiene y haber cortado algún tiempo muerto, que siempre sobran en las series Bes. Pero aun así se deja ver casi del tirón. En cuanto al argumento, esta vez Lee se enfrentará con un grupo satánico encabezado por el personaje del Duque Mocata –magistralmente interpretado por Charles Gray– y mientras lucha contra esta secta, que tiene abducido a un amigo suyo y a una inocente joven aspirante a novia del diablo, nos muestra una buena cantidad de conjuros, que recomiendo al espectador no repetir, más infinidad de trucos del maligno y un final si no sorprendente, sí, al menos, interesante. Luego, dentro de que conducen por el sentido equivocado de la carretera, hallaremos alguna buena persecución con coches clásicos. Además aún en ella encontramos esa fotografía, tan pastel, marca de la casa. Y por terminar como comencé, intentaré despedirme con algunas gotas de humor, ¿si lo conseguiré?, creo que no, pero ahí las dejo, a su entera disposición:
Hay que ver esta “Jámer”, que bien hace
las pelis de misterio y hoy es de aquelarre,
que el último en salir sea quien barre,
la oscura sala donde el terror… nace.
Si ve usted que en temblores se deshace,
señor, no es necesario que se amarre,
de nuevo, a su asiento, ni desbarre,
ni acalambre, ni al diablo en sí rechace…
…Que satán es un viejo conocido,
de las cintas del género de miedo,
y de ésta, fue el prota indiscutido.
Mil conjuros de magia y de remedio,
citan en contra del ángel caído,
que en su camino alivia nuestro tedio.
Bien sé que no es “El exorcista”,
ni que es “La semilla del diablo”,
mas, para pasar un buen rato,
no mucho más se necesita.
Pero centrándonos en la reseña que nos ocupa, se puede decir que es entretenida de principio a fin, quizá por ponerle un defecto, se debería haber quedado en los ochenta minutos, habituales en el metraje de este tipo de largometrajes, en vez de los algo más de noventa que tiene y haber cortado algún tiempo muerto, que siempre sobran en las series Bes. Pero aun así se deja ver casi del tirón. En cuanto al argumento, esta vez Lee se enfrentará con un grupo satánico encabezado por el personaje del Duque Mocata –magistralmente interpretado por Charles Gray– y mientras lucha contra esta secta, que tiene abducido a un amigo suyo y a una inocente joven aspirante a novia del diablo, nos muestra una buena cantidad de conjuros, que recomiendo al espectador no repetir, más infinidad de trucos del maligno y un final si no sorprendente, sí, al menos, interesante. Luego, dentro de que conducen por el sentido equivocado de la carretera, hallaremos alguna buena persecución con coches clásicos. Además aún en ella encontramos esa fotografía, tan pastel, marca de la casa. Y por terminar como comencé, intentaré despedirme con algunas gotas de humor, ¿si lo conseguiré?, creo que no, pero ahí las dejo, a su entera disposición:
Hay que ver esta “Jámer”, que bien hace
las pelis de misterio y hoy es de aquelarre,
que el último en salir sea quien barre,
la oscura sala donde el terror… nace.
Si ve usted que en temblores se deshace,
señor, no es necesario que se amarre,
de nuevo, a su asiento, ni desbarre,
ni acalambre, ni al diablo en sí rechace…
…Que satán es un viejo conocido,
de las cintas del género de miedo,
y de ésta, fue el prota indiscutido.
Mil conjuros de magia y de remedio,
citan en contra del ángel caído,
que en su camino alivia nuestro tedio.
Bien sé que no es “El exorcista”,
ni que es “La semilla del diablo”,
mas, para pasar un buen rato,
no mucho más se necesita.
18 de febrero de 2023
18 de febrero de 2023
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La Hammer y Terence Fischer siempre fieles a sí mismos: magníficos decorados, excelente puesta en escena, cualificados actores... y guion paupérrimo. Eso sí, aquí, de la mano del admirado Richard Matheson, nos ofrecen una historia ciertamente original sobre una secta satánica. Pero la tal secta resulta ser una birria en la que sólo tiene relieve su líder, el conde Mocata, realmente aterrador, pero aún así la película, salvados los primeros minutos, no logra resultar convincente porque la magia negra y la sugestión hipnótica del personaje y del Diablo mismo convocado y compareciente, Baphomet, acaban en agua de borrajas. Historia muy, muy simplona.
4 de enero de 2024
4 de enero de 2024
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Aunque no faltan los típicos efectos de bajo presupuesto de la Hammer "The Devil Rides Out" tiene un buen ritmo y secuencias de mucho suspenso que aún hoy consiguen cautivar: en especial todo lo que ocurre dentro del círculo (cuando los personajes luchan contra las intromisiones del mal) y cuando el líder de la secta intenta hipnotizar a la mujer pelirroja. Se nota que Fisher, como buen maestro clásico, sabía muy bien cuando hacer planos generales y cuando utilizar los primeros planos (los close-ups de Christopher Lee con la cámara acercándose poco a poco hacía su rostro, mientras habla sobre el poder de la magia negra todavía consiguen poner la piel de gallina).
La puesta en escena es excelente, más sofisticada y barroca que de costumbre. Los escenarios y la decoración son mínimos debido al presupuesto, pero estan diseñados y construidos con mucho ingenio: sobre todo la casa donde ocurren los encuentros de la secta.
Charles Gray está excelente como el líder malvado y Christopher Lee se roba el show como siempre.
La puesta en escena es excelente, más sofisticada y barroca que de costumbre. Los escenarios y la decoración son mínimos debido al presupuesto, pero estan diseñados y construidos con mucho ingenio: sobre todo la casa donde ocurren los encuentros de la secta.
Charles Gray está excelente como el líder malvado y Christopher Lee se roba el show como siempre.
2 de mayo de 2025
2 de mayo de 2025
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No es mala incluso para los no aficionados al terror. Para empezar, mola ver a Christopher Lee como héroe y no como villano, ordenando a su alrededor lo que hay que hacer para enfrentarse correctamente al príncipe de las tinieblas, que tiene a su alrededor también a unos cuantos seguidores. Los que no pestañean con el buen cine de terror, tanto porque es historia del cine como porque realmente vale la pena, deberían pasar por aquí, que es de la Hammer, sí, pero digamos que se encuentra dentro de la gama alta de su repertorio.
Hay líneas y tendencias que van por modas, no estamos aquí sólo por amor al arte, el cine es un negocio y para esa década todos sabemos el boom que se produjo respecto al contenido luciferino. Me encanta esa palabra, luciferino, que si lo pienso bien da muy mal rollo (esto es personal) así que lo que va de la mano del más allá, los espíritus, el maligno y las sectas, dentro y fuera del cine, es algo de lo que no quiero saber ni sus puntos ni sus comas. Pero es cine, es rock´n´roll, y las cosas se hicieron bien, con un enfrentamiento directo contra las fuerzas del mal que en según qué momento se le erizará la piel a más de uno. Eso más antes que ahora probablemente, pero ahora también. No sé si me explico. Por momentos es muy buena, palabra.
Hay líneas y tendencias que van por modas, no estamos aquí sólo por amor al arte, el cine es un negocio y para esa década todos sabemos el boom que se produjo respecto al contenido luciferino. Me encanta esa palabra, luciferino, que si lo pienso bien da muy mal rollo (esto es personal) así que lo que va de la mano del más allá, los espíritus, el maligno y las sectas, dentro y fuera del cine, es algo de lo que no quiero saber ni sus puntos ni sus comas. Pero es cine, es rock´n´roll, y las cosas se hicieron bien, con un enfrentamiento directo contra las fuerzas del mal que en según qué momento se le erizará la piel a más de uno. Eso más antes que ahora probablemente, pero ahora también. No sé si me explico. Por momentos es muy buena, palabra.
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