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Spring Breakers

Thriller. Drama Cuatro jóvenes estudiantes con ganas de mucha juerga acaban en la cárcel, tras ser sorprendidas en una casa llena de drogas durante sus locas vacaciones escolares de primavera (spring break). Pronto salen bajo fianza gracias a un joven traficante de armas y de drogas (James Franco) que ve en las chicas a unas potenciales delincuentes que podrían serle útiles. (FILMAFFINITY)
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Críticas ordenadas por utilidad
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8
20 de marzo de 2013
15 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya veníamos avisados con las anteriores películas del director, Harmony lo que quiere es controversia. Y el cineasta, tirado en el sillón de su comedor, debió pensar: "Qué hago para que mis películas tengan un mayor impacto?"

Pues no se le ocurre nada mejor que coger a cuatro princesitas Disney, dos de ellas iconos de toda una generación de fanáticas de High School Musical y Justin Bieber, y sumirlas en una espiral de drogas, sexo, fiesta desenfrenada y búsqueda de el "yo" tan típico de la adolescencia. Atrevido y bello.

Harmony consigue en una película dónde las imágines y la música valen muchísimo más que las palabras, crear un retrato, exagerado hasta cierto punto, de la vida universitaria. Los hechos se suceden y en numerosos flashbacks y flashforwards nos cuenta la historia de cuatro chicuelas que no tendrán 20 años y cómo explotan su concepto de libertad, cada una hasta dónde quiere o puede soportar. Sin moralidades ni pretenciones de dar una lección a nadie, ahí está la grandeza de la cinta. Cada persona va a sacar sus propias conclusiones y va a producir en nuestras entrañas sensaciones sumamente dispares.

MUY recomendable para los que conozcáis el cine de Korine, y sumamente recomendable para el resto, pues además de entretenida, tiene algunos momentos bastante memorables que comentaré en la sección de "spoiler".

Por cierto, un gran papel y sobretodo una gran caracterización de un James Franco sublime.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo mejor de la cinta es ver como las chicas acaban decidiendo "volver" a la realidad cada uno en momentos distintos y por diferentes motivos, mientras el resto quiere seguir en un estado de "spring break forever", que se les acaba yendo un poco de las manos... Nótese que las figuras parentales no están representadas en ningún momento y que ellas están solas y desprotegidas y son las únicas culpables de sus propias decisiones.

Momentos memorables:

La primera vez que Selena llama a su abuela y le cuenta que está genial, se lo pasa muy bien, y quiere llevarle a ella el año siguiente.

James Franco sublime cantando la canción de Britney Spears al piano con las imágenes que van sucediendo...simplemente alucinante. Este Korine...
1
16 de julio de 2014
15 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
La noticia friki de hace unos días ocurrió frente a la clínica universitaria de Tubinga, una ciudad alemana universitaria de antiguas tradiciones situada 40 kilómetros al sur de Stuttgart, cuando una vagina gigante atrapa a un estudiante norteamericano. La noticia matizaba luego que se trataba de una estatua y que un imbécil se había colado en ella con motivos jocosos (haciendo el gilipollas, vamos) sin luego poder salir. Pues si existiera una escultura en forma de ano, esta mierda de película llamada “Spring Breakers” podría salir de él.

Realmente, no estamos ante una película sino ante el intento de dos exniñas Disney (Selena Gómez y Vanessa Hudgens) y dos amigas suyas (conocidas del público norteamericano, desconocidas aquí) encasilladas como monjas tras una vida de papeles de adolescentes de renacer en el mundo del cine de verdad. Viene a ser un poco eso que ha hecho Hannah Montana de prostituirse poquito a poco (un magreo por aquí, un perreo por allá, media teta, cuarto y mitad de culo…) pero de golpe, o sea aplicando eso de más vale una vez rojo que ciento colorado, haciendo todo el ridículo y enseñando todo lo enseñable de una vez, en la misma película. En todo caso, para borrar toda una vida de horteradas y niñerías Disney hace falta algo más que restregarse unas con otras en paños menores y para ser actrices de verdad algo más que ser capaz de estar hora y media diciendo todo el rato “hijo de puta”,”mierda” y “culo”.

Estéticamente, la “película” se basa en un montaje eléctrico (o sea indiscriminado uso del corta y pega) al servicio de la discutible filosofía de la película de desvelar al mundo lo que pasa en las Semanas Santas americanas. Por lo que se ve, mientras aquí paseamos santos y nos emocionamos y lloramos… Miami se convierte en una bacanal universitaria donde todo el mundo está borracho y/o colocado y tiene sexo en grupo, como una especie de “Gandía Shore” concentrada. Para marearnos un poco e impregnarnos del ambiente, la película está completamente desestructurada, sin ritmo, sin lógica ni en el espacio ni en el tiempo, alternando sin pudor flashbacks, monólogos interiores, diálogos exteriores o sidebacks generalmente separados por secuencias playeras de borrachos salidos y tías en topless. Puaj.

El mensaje queda claro en el minuto cinco y, para muchos, ya era conocido: a la juventud le pueden las hormonas. ¿Qué hacemos para rellenar la hora y media que queda? Pues inventarnos una historia absurda de mafiosos que no se aguanta por ningún lado y, para disimular, provocamos y llamamos la atención haciendo que las niñatas Disney se toquen, se restrieguen y digan cosas todo el rato cosas calenturientas como puta, culo, coñito y follar. Además, las vestimos de zorrillas y hacemos que empuñen armas, que siempre habrá algún pajillero amigo del fetichismo al que le guste. Guauu… me pone tanto como “Mujeres, Hombres y Viceversa”, de hecho, sus supuestos diálogos interiores parecen sacados de la cabeza de Paquirrín o de algún tronista. Puaj.

Cada plano es un crimen a la cinematografía (entendida como arte) y da para una crítica en sí mismo. Si tuviera que destacar algo por lo que este truño es un truño del nivel más bajo, me quedaría con alguna frase de James Franco («Mirad mis mierdas, cabrones, mirad mis mierdas. Soy un cabrón con cojones, soy la puta estrella de la muerte»); con el incomprensible papel de James Franco (el tío dice que es el matón más malo y cruel porque «tengo gorras y camisetas de todos los colores… hasta aceite bronceador tengo» (?)); con un sonrojante tiroteo final a la altura de “Sevilla Connection” y por las desconcertantes críticas positivas de algunas revistas especializadas que solo se explican por las ganas de promocionar a estas pájaras. Puaj.

Basura para el cerebro. Mediocridad disfrazada de provocación y de “no la entiendes porque no estás en la onda”. Puaj.
5
22 de febrero de 2013
16 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cinta de Harmony Korine (Gummo) llega precedida de la controversia. Adorada y odiada casi a partes iguales, 'Spring Breakers' quiere erigirse como la revelación absoluta, quitar vendas de los ojos y mostrar el verdadero sueño americano del siglo XXI, la pena es que tiene que conformarse con ser el “manual teen malote y carente de ideas para dummies”.
'Spring Breakers' cae en el saco de los proyectos (generalmente ambiciosos) que surgieron como ideas interesantes, pero que no se vieron cumplidas exitosamente en la gran pantalla. Y eso bien podría ser porque Harmony se gusta demasiado a sí mismo, siendo incapaz de contenerse, reiterando ideas e imágenes cayendo en el espectáculo videoclipero muchas veces, aquejando un tono irregular, pasado de rosca, con personajes vacíos y caricaturizados, voces en off cargantes y una falta de sarcasmo y mordacidad en un proyecto que contiene chispas de ingenio en muy contadas ocasiones.
Por ahí se habla de las buenas actuaciones de Selena (llamada Faith en la película, supongo, para algún intento de trasfondo), Vanessa o James Franco, pero si no hay vida en sus personajes ya desde la construcción de ellos en el guión, por mucho que se esfuercen, no puede llegarme su actuación. Un pelele vistoso, una(s) pechuga(s) sin salsa ni patatas.

Pasar de las ideas interesantes a un resultado a medio gas es algo frustrante, sobre todo tras apreciar la calidad de Harmony en escenas como el travelling del atraco o, lo mejor de la cinta, el momento Britney Spears al piano, estacazo en toda regla a toda una generación en un par de minutos. De haber seguido estos pasos estaríamos hablando de quizás una joya irreverente sobre las carencias de una generación perdida de ideales, que se refugia en el sexo, las drogas y la ambición económica como propósitos de subsistencia ante la ley de la selva que impera en la sociedad. Pero me niego a encumbrar una película simplemente por poner una pose pero que en realidad está vacía, donde requiere de una voz en off de encefalograma plano para sacar a flote su falta de ritmo, donde se quiere revestir un videoclip de Skrillex como cine independiente. Supongo que no habría que tomársela muy en serio, pero si tampoco me hace gracia... ¿Cómo hay que tomársela? El final ya es de órdago, pero no me queda claro aún si es así de irrisorio aposta o se le fue la pinza del todo a Harmony.

¿Discurso o panfleto generacional?
Ideas de lo primero pero resultados, por desgracia, de lo segundo.
8
20 de diciembre de 2013
14 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Spring Breakers" es una de esas experiencias-filmes únicos, que va a ser amado por muchos y detestado por muchos otros. Una apuesta de "cine moderno" que, o la tomas y la aceptas desde los primeros minutos, o, la desechas por no soportar lo que estás viendo. Eso que quede bien claro.
Para comprender como uno debe acercarse a esta película pondré una serie de ejemplos ajenos: Expresionismo abstracto, movimiento artístico-pictórico que empieza en 1945 y decae sobre 1953-1956 y que incluye a reconocidos artistas como Willem De Kooning y Franz Kline; "Lollipop Chainsaw", videojuego muy colorido del 2012 protagonizado por una animadora que mata zombies con una motosierra y pompones; 4'33", obra musical del compositor John Cage realizada en 1952, que constaba de 4 minutos y 33 segundos de completo silencio (a excepción del bajo murmullo del público o espectadores); "Beyond, Dos Almas", 2013, videojuego para algunos, película para otros, un drama interactivo para PS3 al fin y al cabo; etc. La lista sería más larga, pero ¿qué tienen en común los citados ejemplos? Pues que todos ellos, en los diferentes campos del arte, han innovado con curiosos productos que probablemente hayan sido bien reconocidos y acogidos, pero que también han contado con gran cantidad de críticas negativas y, sobre todo, de polémica. Esta última debida a la incomprensión de tales obras, al desconocimiento de en que arte o género se las debía encajar, etc.
Por ello, digo yo a los que piensan que esto no es cine: ¿dónde quieres meterlo sino? Aunque como ya he dicho al principio que se trata de una cinta bastante "moderna", sí que puedes relacionarla con el género del humor, lo musical, de drama, adolescente, drogas... independientemente de que no hayas visto algo similar antes o de que te parezca buena o mala. Y por cierto, no es un videoclip. Cuenta una historia más elaborada que estos, más cercana al cine, tiene larga duración -no como un videoclip de unos 3 o 6 minutos-, y tiene diálogos y conversaciones elaboradas. Para acabar esta extensa aclaración y teniendo en cuenta los ejemplos, he de decir que para disfrutar de "Spring Breakers" debes abrir la mente todo lo posible y ser tolerante con el humor y algunas escenas surrealistas que se van a acontecer.

Centrándonos en la película, nacida del director y guionista Harmony Korine, que tiene a sus espaldas otros cortos y largometrajes de adolescentes y drogas, se nos cuenta en esta ocasión una historia que, a priori y viendo el trailer, puede parecer "Project X" (2012), pero que a la larga es más compleja que esta. Y no es que sea sobresaliente el argumento, pero constituye un buen punto que sustenta este filme y que hace que mejore casi exponencialmente a medida que avanza. Cada situación, conforme progresa, es mejor, sin decaer en ningún momento, culminando en un final que, no siendo espléndido, es fresco y deja un poco pensativo. Los temas y figuras que podrás ver son: chicas malas y "calientes", gángsteres, muchos senos femeninos, el gueto, alcohol, drogas variadas, maneras de tomarlas, algo de violencia, disparos y sangre, humor, amor carnal y erótico, etc. Todo ello, destacando lo loco (surrealista), lo erótico y las drogas, mostrado sin concesiones, perfectamente.
Las actuaciones son acordes a lo que hay, inmejorables. Cuatro chicas protagonistas, un poco clichés quizás, tres fogosas, muy locas (están como una cabra) y excitadas y una más tímida y religiosa. A mitad película, más o menos, aparece y se explaya hasta el final el personaje secundario, James Franco ("Spider-Man" de Sam Raimi), con una actuación soberbia, con la que le da más de la mitad de la gracia y calidad al proyecto. Su interpretación es tan creíble que hasta que no acabé de verla no supe que era él, me pensaba casi que era un personaje real -lo pensaba, no lo creía-. Parte de la culpa la tiene el genial doblaje, que en personalidades como estas ha quedado perfecto. Destaco la "hipnotizante, áspera y loca" voz de James Franco y de algún drogadicto más. A esto se le añade, a mi gusto, una genial banda sonora, con sonidos que acompañan y con partes de canciones o enteras de Skrillex, Ellie Goulding... resaltando la loca, surrealista y "enfermiza", a la vez que graciosa y preciosa, escena del piano con la sugestiva y bonita melodía "Everytime" de Britney Spears.
Las capturas de cámara y el montaje (apartado) artístico, la experimentación con luces de neón en casi toda la cinta, la utilización de tonos chillones y llamativos, el vestuario, maquillaje... todo sublime. Cercano a esto, destaco también los efectos visuales puestos en ciertas escenas que, junto con las luces de neón, colores, y la "locura" general, nos acercan a los espectadores al mundo de las drogas o al filme mismo, sintiéndonos quizás a ratos como "colocados" gratuita y sanamente.

Para concluir diré que puede que sea una americanada a priori, pero esa parte americana de la cual hace gala (fiestas, alcohol, lo salvaje...) ya la compartimos en todo el mundo y no por obligación, no, sino por voluntad propia de cada uno. Esta obra, "Spring Breakers", entretenida, "única" y destacable, muestra sin ataduras el mundo de la droga y la adolescencia actual, sobrepasando a veces, incluso, los límites reales y enseñándonos una realidad más aumentada, más surrealista y loca, con ciertos toques humorísticos. Vamos, que el director-guionista nos lleva de viaje por el "colorido y feliz" camino de las drogas y lo carnal, dejando patente lo bien que se pasa hasta que las cosas se tuercen (mirad a las cuatro protagonistas). La película, o exactamente la trama, no es gloriosa, pero es que tampoco apunta en esa dirección, y bien claro queda. Este filme sólo se lo recomendaría a los adolescentes cercanos a la mayoría de edad y a los veinteañeros.

Si sois de mente abierta, os incita el tema, queréis ver algo recordable, psicodélico, con enfoque singular y alguna vez habéis estado cerca de las materias que se proponen, os gustará.
9
21 de diciembre de 2013
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
De un tiempo a esta parte, allá por los inicios del siglo XX y el nacimiento del Modernismo y lo que vino después (algo así como la caída de todos los dioses, un crepúsculo del que todavía nos estamos intentando despertar, sin éxito); desde entonces, digo, la vida no ha vuelto a ser la misma. La vida... cuál de ellas, la de quién, de qué coño está hablando este colgao... dirán. Hablo de la concepción integradora de la existencia, si se tercia, o del hilo finísimo y tan frágil que nos envuelve y nos engulle a cada paso, haciendo necesaria la expresión, el arrebato, la llamarada de bilis y de sangre con afanes reivindicativos. El hilo, pues, esa ilusión de que avanzábamos por entre el laberinto bien sujetos, se rompió, y desde entonces nos acosan minotauros. Batallamos a tientas mientras reluce una palabra cual eslogan: vacuidad.

Spring Breakers no hace sino recoger este testigo y mirar cara a cara nuestra sociedad, sin artificios que suavicen el impacto, pero sí adornándose, que por algo somos la cultura de la imagen, 'la sociedad del espectáculo'. Una cabalgata horripilante, si me lo permiten. Pero las penas no son tales sin intento de integrarlas al discurso vital y cognitivo; hay que hacer poesía del absurdo, no queda otra. O quizá sí, quizá viajar al fondo del abismo y desatarse cual vorágine. Korine nos quiere seducir con su nihilismo y sus sentencias de caderas que perrean, con sus miradas hambrientas de carne y sus eternos festivales, pero la nostalgia está presente en cada acorde y la fiesta no es total. Nos falta algo y no es alcohol. Serán las almas.

La película no puede ser de otra manera. Se sabe hija de su tiempo y sus proclamas son tan nimias que parecen invisibles, pero no hay que conformarse. "Quiero ser mejor persona", dice un personaje en cierta escena; sin embargo, ¿cómo pretender andar en línea recta si en el mundo no nos quedan evidencias? Cualquier indicio de asidero es un engaño, un engañarse con el fin de tomar aire y retomar ese compás acelerado. Lengua fuera y a coger impulso, aprender un par de pasos, sublimar coreografías y dejarlos boquiabiertos. Hay un cierto poso nietzscheano en las entrañas de Spring Breakers, una celebración, después de todo.

"Como si la vida te dijese: mira, aquí me tienes, vuelve a intentarlo." (K. Iribarren)
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