Exótica
7.1
8,086
9 de enero de 2012
9 de enero de 2012
13 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algunas películas soportan muy bien el paso de los años, otras incluso se engrandecen y se convierten en clásicos. Pero hay otras en cambio que envejecen mal, perdiendo su brillo hasta llegar a la opacidad, como si una pátina de polvo las fuese cubriendo. Exótica se aproxima peligrosamente a estas últimas. Francamente, bien entrados en el siglo 21, saturados y aburridos de ver pornografía en Internet, el erotismo de Exótica no provoca ni a un fraile mendicante. También me parece pasado de moda su hermetismo intencionado, su casposa dirección de arte y su acercamiento a la temática gay. Algo que rescatar: la grandiosa Everybody Knows de Cohen, emergiendo entre el humo y los vapores del alcohol.
5 de noviembre de 2007
5 de noviembre de 2007
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre habrá algo que no puedas conseguir porque nada pertenece a nadie, porque todo se esfuma tarde o temprano. Precísamente es está “ley” que imposibilita la propiedad la que despierta en el ser humano un sentimiento parecido a una espina clavada dentro: la obsesión. Creo que de eso habla la película dándole una visión decadente y enfermiza a ese deseo de la persona de poseer. Existe el momento de desear poseer, y esa incómoda desazón de no conseguirlo; pero más doloroso es el creer que has poseido, porque el día que lo pierdas el mundo se parará, y la obsesión se hará parte de tu personalidad.
En “Exótica” a Egoyan no le importa de dónde vienen los personajes, ni hacia donde van, porque el momento en el que nos los muestra es el momento en que su mundo se ha detenido y ha dejado paso a la obsesión. Son presos de la rutina, esa cárcel sin barrotes que te hace no quitar la vista de tu ombligo y que convierte la vida en un “loop” que se repite día tras día, saciando al final una ansiedad que al día siguiente volverá a aparecer, y que no te lleva a ninguna parte. Nadie “tiene” nada, nadie “tiene” a nadie; nadie puede tocar, solo mirar. Ser espectador pero no poseer. No olvides NO TOCAR o jamás volverás a entrar en Exótica.
En “Exótica” a Egoyan no le importa de dónde vienen los personajes, ni hacia donde van, porque el momento en el que nos los muestra es el momento en que su mundo se ha detenido y ha dejado paso a la obsesión. Son presos de la rutina, esa cárcel sin barrotes que te hace no quitar la vista de tu ombligo y que convierte la vida en un “loop” que se repite día tras día, saciando al final una ansiedad que al día siguiente volverá a aparecer, y que no te lleva a ninguna parte. Nadie “tiene” nada, nadie “tiene” a nadie; nadie puede tocar, solo mirar. Ser espectador pero no poseer. No olvides NO TOCAR o jamás volverás a entrar en Exótica.
5 de julio de 2011
5 de julio de 2011
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El club de striptease Exótica es el lugar clave de la película, pues allí acuden una serie de personajes que acabarán teniendo nexos de unión solo explicados en la última media hora, lo cual hace que la película sea, en rigor, una intriga.
Egoyan, cineasta egipcio-canadiense, es hoy día un reputadísimo autor, lo que le permite desarrollar proyectos arriesgados y originales sin ninguna cortapisa, que repercuten en grandes éxitos de crítica y sacan a la luz al parco cine canadiense conocido.
"Exótica" no responde a la fama de su autor. Es una película de narración envolvente/laberíntica en base a un presunto hipnotismo/irrealidad en la historia, siempre de caracter moderadamente realista. Pero bien poco hay notable en el film, acaso una decidida preocupación de Egoyan por los problemas morales que acucian al individuo moderno, aquí centrados en el mundo del sexo, el erotismo y el deseo, pero al que circundan la ética cotidiana del ser humano a la hora de decidir qué es lo bueno y qué es lo malo. Estas inquietudes, plasmadas interesantemente, son sin embargo diluidas por unos diálogos inequívocamente pretenciosos y envarados, que crean una dispersión narrativa no solucionada por el sorprendente y extraño final. Particularmente, y como ejemplo analógico, sigo prefiriendo lo poco visto del barroco Greenaway o lo bastante visto del demente genio hipnótico de von Trier. Egoyan oposita a sobrevalorado, creo.
Egoyan, cineasta egipcio-canadiense, es hoy día un reputadísimo autor, lo que le permite desarrollar proyectos arriesgados y originales sin ninguna cortapisa, que repercuten en grandes éxitos de crítica y sacan a la luz al parco cine canadiense conocido.
"Exótica" no responde a la fama de su autor. Es una película de narración envolvente/laberíntica en base a un presunto hipnotismo/irrealidad en la historia, siempre de caracter moderadamente realista. Pero bien poco hay notable en el film, acaso una decidida preocupación de Egoyan por los problemas morales que acucian al individuo moderno, aquí centrados en el mundo del sexo, el erotismo y el deseo, pero al que circundan la ética cotidiana del ser humano a la hora de decidir qué es lo bueno y qué es lo malo. Estas inquietudes, plasmadas interesantemente, son sin embargo diluidas por unos diálogos inequívocamente pretenciosos y envarados, que crean una dispersión narrativa no solucionada por el sorprendente y extraño final. Particularmente, y como ejemplo analógico, sigo prefiriendo lo poco visto del barroco Greenaway o lo bastante visto del demente genio hipnótico de von Trier. Egoyan oposita a sobrevalorado, creo.
21 de septiembre de 2012
21 de septiembre de 2012
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Exótica, ese lugar donde cada persona se deja algo, bueno o malo. Cada persona que entra en ese club nocturno, con su pasado metido en el bolsillo. Con algo que ocultar, aunque todo el mundo allí dentro se da cuenta de lo que tratas de encubrir tras. La luz del farol de tu mesa “con tu copa preferida en la mano” Mientras observas atento el espectáculo que ante ti se te presenta.
Un sitio donde encubrir tus más oscuros miedos, donde ocultar tus más sinceras perversiones, y, por qué no, tapar tus obsesiones más prosaicas. Dejar tu historia en la puerta de la entrada, sentarte en una mesa mientras en el escenario al ritmo de Leonard Cohen una bailarina mueve su cuerpo y en la mesa del pinchadiscos, una voz masculina te intenta adentrar mediante las palabras en el sub mundo que quieres dejar atrás, pero es él quien te recuerda cual es la razón por la que estas en ese lugar. En Exótica.
Atom Egoyan acierta de sobremanera con cada uno de los planos elegidos, con la dirección de cada actor, de cada palabra que sale de sus bocas, en pocas palabras una película de las que ya es muy difícil ver en los tiempos que corren.
Tratada de manera excepcional tanto en la forma como en el fondo. El retrato de cada personaje toma el tiempo necesario, ni más ni menos. La correlación de estos y como todas las historias confluyen en una misma en la que todos, de una manera u otra están relacionados.
Una película que a cada persona debería de servir para desenterrar esos miedos, pasiones y perversiones que llevamos dentro.
Un sitio donde encubrir tus más oscuros miedos, donde ocultar tus más sinceras perversiones, y, por qué no, tapar tus obsesiones más prosaicas. Dejar tu historia en la puerta de la entrada, sentarte en una mesa mientras en el escenario al ritmo de Leonard Cohen una bailarina mueve su cuerpo y en la mesa del pinchadiscos, una voz masculina te intenta adentrar mediante las palabras en el sub mundo que quieres dejar atrás, pero es él quien te recuerda cual es la razón por la que estas en ese lugar. En Exótica.
Atom Egoyan acierta de sobremanera con cada uno de los planos elegidos, con la dirección de cada actor, de cada palabra que sale de sus bocas, en pocas palabras una película de las que ya es muy difícil ver en los tiempos que corren.
Tratada de manera excepcional tanto en la forma como en el fondo. El retrato de cada personaje toma el tiempo necesario, ni más ni menos. La correlación de estos y como todas las historias confluyen en una misma en la que todos, de una manera u otra están relacionados.
Una película que a cada persona debería de servir para desenterrar esos miedos, pasiones y perversiones que llevamos dentro.
30 de noviembre de 2012
30 de noviembre de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Exótica es, ante todo, un retrato de la soledad y de la fractura humana. Todos los personajes exhiben para dentro de forma disimulada sus miserias hasta que la vida les une casualmente con otro ser igualmente fustigado al que utilizan como pantalla donde plasmar sus carencias.
Quizá se encuentre lastrada por una estética coyunturalmente noventera que hace difícil entrar en ese universo onírico e irreal que es el Club Exótica a aquellos que no disfruten de la estética cinematográfica de aquella década, a las maneras de Días extraños por ejemplo. Pero quien conecte con ello, logrará otro viaje irreal al fondo de sí mismo a través de una película que consigue abrir interrogantes en lo fundamental: uno mismo.
Quizá se encuentre lastrada por una estética coyunturalmente noventera que hace difícil entrar en ese universo onírico e irreal que es el Club Exótica a aquellos que no disfruten de la estética cinematográfica de aquella década, a las maneras de Días extraños por ejemplo. Pero quien conecte con ello, logrará otro viaje irreal al fondo de sí mismo a través de una película que consigue abrir interrogantes en lo fundamental: uno mismo.
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