Tráfico
2000 

7.1
64,185
Thriller. Drama
El juez Robert Wakefield es nombrado por el Presidente de los Estados Unidos supervisor de los grupos de lucha contra la droga y de su coordinación con las autoridades mexicanas. Sin embargo, su satisfacción inicial por su prestigioso cargo se esfumará cuando descubra que su hija de 16 años se ha convertido en una drogadicta. Mientras tanto, al sur de la frontera, el agente mexicano Javier Rodríguez intenta librar su propia batalla contra la droga. (FILMAFFINITY) [+]
15 de junio de 2009
15 de junio de 2009
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera vez que la vi, fue en pantalla grande. Impresionante. El sonido llenaba todo aquello, oscuro, con las butacas cómodas, con ganas de devorar cine. Aquella fue también la primera vez que veía una película de Soderbergh. Cierto es que hasta un tiempo después no supe quien era y ni tan siquiera que había hecho otras cosas antes. Pero aquella primera vez me impresionó. Esos movimientos de cámara, ese mundo amarillento. Todo era nuevo para mí y era maravilloso. Estaba obnubilado pro aquel estilo, por aquella maestría que tenía el tito Soderbergh.
Benicio del Toro. Otra primera vez. Posiblemente no fuese la primera vez que le veía, pero si fue la primera vez que reparé en el. Y me quedé prendado. Aquello era actuar y ser uno con el personaje. Un genio de la interpretación recién descubierto por el menda. ¡Que tío! Que impresión verle ahí, interpretando como si fuese el realmente, como si el resto de actores hasta el solo fuesen meros aficionados.
Aquella genialidad de película sobre historias que se cruzan con un denominador común se clavo en mí y se mostró poco perecedera. Tan solo lo suficiente como para tener ganas de verla de vez en cuando para deleitarme con sus imágenes. Duras, pero bellas. Muy duras, incluso, pero siempre esperanzadoras.
A uno y otro lado de la ley y de la frontera, cada individuo con sus propias motivaciones lucha por cumplir sus sueños. O por acallarlos. El límite en cualquier caso son las ganas y por encima de ellas, el dinero. Siempre el dinero. Pero cuando te enseñan algo tan crudo de esta forma, no solo detestas al sistema, sino que te enamoras del cine. Es una sensación extraña.
Benicio del Toro. Otra primera vez. Posiblemente no fuese la primera vez que le veía, pero si fue la primera vez que reparé en el. Y me quedé prendado. Aquello era actuar y ser uno con el personaje. Un genio de la interpretación recién descubierto por el menda. ¡Que tío! Que impresión verle ahí, interpretando como si fuese el realmente, como si el resto de actores hasta el solo fuesen meros aficionados.
Aquella genialidad de película sobre historias que se cruzan con un denominador común se clavo en mí y se mostró poco perecedera. Tan solo lo suficiente como para tener ganas de verla de vez en cuando para deleitarme con sus imágenes. Duras, pero bellas. Muy duras, incluso, pero siempre esperanzadoras.
A uno y otro lado de la ley y de la frontera, cada individuo con sus propias motivaciones lucha por cumplir sus sueños. O por acallarlos. El límite en cualquier caso son las ganas y por encima de ellas, el dinero. Siempre el dinero. Pero cuando te enseñan algo tan crudo de esta forma, no solo detestas al sistema, sino que te enamoras del cine. Es una sensación extraña.
28 de enero de 2013
28 de enero de 2013
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque la vi hace años, recuerdo que me resultó un tostón insufrible. Es la típica película que les encanta a los críticos de cine. Aunque el tema sea muy interesante y tenga un reparto magnífico, no deja de parecer un mero documental sobre el narcotráfico con un ritmo exasperantemente lento y pedante. No entiendo por qué algunos directores se empeñan en rodar como si fueran documentalistas. Una vez más se confunde realidad con verosimilitud. La historia es confusa e inconexa pues el director mezcla dramas personales con asuntos políticos y final nos suelta el sermón.
31 de julio de 2011
31 de julio de 2011
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya sorpresa doble me he llevado con «Traffic». La primera, la nota global que tiene en la página; pensaba que sería del gusto de la mayoría de usuarios, pero ya veo que no es así. ¿Por qué? Quien sabe. La segunda es que la película me ha gustado. Diferente, creativa, ambiciosa, bien construida y con un plantel de actores al máximo nivel.
Cuatros historias con las que se recorre el circuito de la droga, a todos los niveles y en todas las clases sociales. Pese a lo que se podría pensar (y yo misma pensaba), el formato documental que impregna la película no impide que se desarrollen otros aspectos cinematográficos, ni va en detrimento del dramatismo, ya que consigue igualmente desesperar y horrorizar al espectador. Cierto que podría haber dado mucho más de sí; cierto que el tono didáctico (aunque se agradece) rompe lo artístico, pero también es cierto que el director lo hace lo suficientemente bien como para interesar e implicar al público en las tramas, que se reducen a una sola: el mundo de la droga. Colores muy marcados, atmósfera adecuada a cada mini historia, silencios, interpretaciones al límite, pausas. En definitiva, el director se dedica a hacer lo que tiene que hacer: dirigir. Y el resultado, personalísimo, me parece más que correcto.
Lo peor, sin duda, es la duración de la cinta. ¿De verdad tenía que durar ciento cuarenta minutos? No lo creo. Por momentos se hace pesada, sobretodo porque es inevitable que unas historias te interesen más que otras, a pesar de que cada una tenga su encanto. Con menos, posiblemente hubiera podido decir más. Por ejemplo, son terribles algunas escenas de la adolescente (¿Caroline?) y su adicción. Absolutamente terribles. Aunque justificadas, hay que tener estómago para verlo; yo, lo admito, no lo tengo.
Termino con la recomendación de verla en versión original, especialmente (si no únicamente) por Benicio Del Toro. Tiene delito que, hablando en español, le doblen y, encima, con falso acento mejicano. Merecedísimo su Oscar, por cierto. Una gozada de interpretación y de personaje.
Cuatros historias con las que se recorre el circuito de la droga, a todos los niveles y en todas las clases sociales. Pese a lo que se podría pensar (y yo misma pensaba), el formato documental que impregna la película no impide que se desarrollen otros aspectos cinematográficos, ni va en detrimento del dramatismo, ya que consigue igualmente desesperar y horrorizar al espectador. Cierto que podría haber dado mucho más de sí; cierto que el tono didáctico (aunque se agradece) rompe lo artístico, pero también es cierto que el director lo hace lo suficientemente bien como para interesar e implicar al público en las tramas, que se reducen a una sola: el mundo de la droga. Colores muy marcados, atmósfera adecuada a cada mini historia, silencios, interpretaciones al límite, pausas. En definitiva, el director se dedica a hacer lo que tiene que hacer: dirigir. Y el resultado, personalísimo, me parece más que correcto.
Lo peor, sin duda, es la duración de la cinta. ¿De verdad tenía que durar ciento cuarenta minutos? No lo creo. Por momentos se hace pesada, sobretodo porque es inevitable que unas historias te interesen más que otras, a pesar de que cada una tenga su encanto. Con menos, posiblemente hubiera podido decir más. Por ejemplo, son terribles algunas escenas de la adolescente (¿Caroline?) y su adicción. Absolutamente terribles. Aunque justificadas, hay que tener estómago para verlo; yo, lo admito, no lo tengo.
Termino con la recomendación de verla en versión original, especialmente (si no únicamente) por Benicio Del Toro. Tiene delito que, hablando en español, le doblen y, encima, con falso acento mejicano. Merecedísimo su Oscar, por cierto. Una gozada de interpretación y de personaje.
26 de febrero de 2012
26 de febrero de 2012
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay que seguir la película con mucha atención desde el principio ya que va de unos personajes a otros que al principio no tienen conexión entre si. Cada una de las historias tiene variados personajes que no siempre es facil saber el papel que cumplen. Segun avanza la película todo esto se va aclarando aunque al final al espectador le pude parecer que se ha perdido algo de la trama. La ambientación es bastante buena y la historia tiene pinta de reflejar con fidelidad como debe ser el mundo de la droga. No es facil no obstante el introducirse en la historia e identificarse con alguno de los personajes.
3 de noviembre de 2011
3 de noviembre de 2011
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Steven Soderbergh se encumbró ese año en el panorama cinematrográfico al dirigir "Traffic" y "Erin Brockovich"; dos grandes películas que cautivaron al público.
En esta ocasión nos plantea tres historias diferentes, las cuales están entrelazadas por un factor común: la droga. Esta sustancia es vista desde tres puntos de vista diferentes: la política en Estados Unidos, la policía en México y la vida familiar de un narcotraficante. Junto a estas historias surgen paralelas como la consumición entre jóvenes, la policía en Estados Unidos y la mafia del mercado negro en México.
La película diferencia perfectamente estas tres historias a través de filtros de colores. Naranja (México), azul (Estados Unidos) y color base (narcotraficante). Al diferenciarse tan claramente uno es capaz de distinguir más facilmente que historia se está tratando.
El film está rodado en un formato que a veces recuerda al de un reportaje. Uno tiene la sensación en algunas ocasiones que lo que se está viendo es real y no una película. A ello ayudan las impresionantes interpretaciones de sus protagonistas.
En fin, "Traffic" es una película que nos adentra en el mundo de la droga a través de diferentes vertientes. Uno es testigo del punto de vista en que se observa este negocio que mueve millones de dólares en todo el mundo. Uno se adentra en las vidas de sus protagonistas al compás de una banda sonora intensa y profunda. Y aunque el ritmo de la película en alguna ocasión resulte un poco denso, la historia que se narra lo requiere.
En esta ocasión nos plantea tres historias diferentes, las cuales están entrelazadas por un factor común: la droga. Esta sustancia es vista desde tres puntos de vista diferentes: la política en Estados Unidos, la policía en México y la vida familiar de un narcotraficante. Junto a estas historias surgen paralelas como la consumición entre jóvenes, la policía en Estados Unidos y la mafia del mercado negro en México.
La película diferencia perfectamente estas tres historias a través de filtros de colores. Naranja (México), azul (Estados Unidos) y color base (narcotraficante). Al diferenciarse tan claramente uno es capaz de distinguir más facilmente que historia se está tratando.
El film está rodado en un formato que a veces recuerda al de un reportaje. Uno tiene la sensación en algunas ocasiones que lo que se está viendo es real y no una película. A ello ayudan las impresionantes interpretaciones de sus protagonistas.
En fin, "Traffic" es una película que nos adentra en el mundo de la droga a través de diferentes vertientes. Uno es testigo del punto de vista en que se observa este negocio que mueve millones de dólares en todo el mundo. Uno se adentra en las vidas de sus protagonistas al compás de una banda sonora intensa y profunda. Y aunque el ritmo de la película en alguna ocasión resulte un poco denso, la historia que se narra lo requiere.
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