Todo esto ya con el menda tomando la pastilla:
- El menda necesita dinero rápido. Antes te han hecho ver que el tío es una máquina jugando al poker debido a sus divinos poderes de cálculo. El caso es que se pone a tradear en bolsa y resulta que en dos días ha ganado solo unos miles de euros y resulta que no es suficiente. Y como no es suficiente, decide pedir prestado 100.000$ a un tío muy malo y muy chungo y muy peligroso (al menos así te lo pintan).
1º - Si eres tan bueno al poker, en una semana consigues ése dinero que necesitas de sobra. Hablamos de un prodigio del poker que sabe extraer el máximo valor a cada situación. Pero no, decide que no puede esperar unos días y le pide el dinero al mafias.
2º- El mafias, le advierte que es muy malo y que como no le devuelva la pasta lo va a pasar muy mal. Así que accede y tal, y en pocos días ya ha jugado el dinero en bolsa y ha ganado varios millones. ¿Qué haría una persona INTELIGENTE? Pues devolver ya el puto dinero y olvidarse del tema.
3º - Craso error porque el tío no solo no le devuelve el dinero, sino que incluso gana más, vive a todo tren, y un día se da cuenta de que se apenas le quedan pastillas. ¿En serio? No eres tan INTELIGENTE y no has caído que las pastillas se acabarán?
4ª - Al final se le acaban las pastillas, vuelve a ser el residuo humano que era, y casualmente, el mafias lo engancha diciendo que le debe dinero y que le va a romper la crisma. Y va al banco y saca el puto dinero y se lo devuelve. Lo que quiere decir que lo tenía 100%.

Entiendo que esto lo han hecho para meter en la trama al mafias, pero claro, de esa manera tan ESTÚPIDA, te das cuenta que inteligente, el protagonista, no lo es.

Hay cosas como lo del policía o la trama de Wall Street, que no están tampoco bien llevadas. Y son las cosas que hacen que de INTELIGENTE, nada.

Obviando el final de que el tío ya no necesita pastillas para ser un genio (Deux ex Machina), y leyendo algunos comentarios, quiero resaltar que el protagonista no ve el futuro (no tiene ningún tipo de presciencia). Lo que tiene es una capacidad tal de ver las cosas de su entorno, que vaticina lo que va a pasar. Ve la mujer que para el taxi, y la furgo que viene con el conductor mirando el móvil. Él no sabe que va a haber un accidente, sino que adivina que la suma de esos factores provocará el accidente. Que no es lo mismo saber el futuro que vaticinar el futuro en base a lo que observas. Al final, si una canica rueda por una mesa inclinada, vaticinarás que acabará cayendo.

Y, en cierto modo, al final estamos ante la disyuntiva, vieja y conocida, del viejo Fausto; el hombre que vendió su alma al diablo en busca del éxito... Aunque, cuando quintuplicamos nuestro coeficiente de inteligencia cuando superamos todos sus límites, sabemos, con certeza, que el demonio sólo somos nosotros (quizá, también, un ruso loco) y nuestra ambición ilimitada...

Lo de menos es la "casualidad" de que Eddie se tope con Vernon diez años después en una ciudad tan populosa como New York, sino que éste - ex cuñao, no lo olvidemos - quiera ayudarlo. No se explica el motivo de tanto "samaritanismo", aunque sospecho que lo utiliza como un conejillo de indias como al resto para transmitir información sobre los efectos de la NTZ.
Luego, más allá de un deseo comprensible por querer aumentar su riqueza e imagen como escritor, está la propia hipocresía de Eddie. Según no deja de confesarle a ella, quiere a Lindy pero luego se tira a cualquier tía que le apetece. Incluso el presunto asesinato de la modelo con la que está se difumina en la trama porque como tiene pasta, el abogado se encarga de que haya una duda razonable en su identificación (vamos, que no sabemos si realmente la mató y no lo recuerda).
Y, por último, por mucho que seas rico no eres químico como para saber cómo adaptar las dosis de la pastilla consiguiendo que te funcione pero sin riesgo de poder morir.