Parque Jurásico III
4.9
34,643
Ciencia ficción. Aventuras. Fantástico
El doctor Alan Grant, ansioso por conseguir fondos que financien su estudio sobre la inteligencia del velociraptor, acepta la oferta de una pareja de millonarios, Paul y Amanda Kirby, para sobrevolar la Isla Sorna (Costa Rica), poblada por dinosaurios creados genéticamente. Tras un aterrizaje forzoso en la isla, Alan descubre que los Kirby estaban buscando a su hijo adolescente, perdido en la isla tras un accidente de parapente. (FILMAFFINITY) [+]
11 de diciembre de 2005
11 de diciembre de 2005
14 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
El sr Grant se lo tendría que hacer mirar... Caer por segunda vez en la misma trampa. ¡Por favor! La saga Parque Jurásico ya no da para más, a ver si se enteran; esto va de excelente a bueno a regular... Y para el 2006 está prevista una cuarta parte... Sufriremos... Como siempre, lo mismo: nuevos dinosaurios, nuevas aventuras, nuevos personajes, inicio poco original y final horroroso, tópicos, personajes que crees que están muertos y "resucitan", el compositor, Don Davis, no crea nada nuevo, los efectos especiales son inferiores a las dos anteriores... Aunque admito que estuve entretenido hasta el final, esta entrega no aporta nada nuevo.
29 de septiembre de 2011
29 de septiembre de 2011
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo que decir que no es tan buena como la primera, no por que este mal hecha si no por que ya se les van acabando las excusas para volver a una puta isla que esta plagada de dinosaurios que se van jalando a la gente, pero por lo demás me ha gustado.
Unos padres quieren rescatar a su hijo que se ha quedado atrapado en esa isla y llevan a Sam Neil y a su ayudante Alessandro Nivola engañados para que les ayuden diciéndoles que sólo quieren sobre volar la isla para ver los dinosaurios, pero el avión aterriza y empiezan los problemas.
Quizás es por que el tema me gusta bastante, o por que la primera y la segunda me gustaron y me quede con ganas de más, pero no me parece tan horrible como la ponen por aquí.
Tiene dinosaurios nuevos, más grandes, más listos, más feroces. El Rex deja de ser el protagonista y le cede el paso a su hermano mayor, que no me acuerdo ahora como se llama pero es enorme.
Un saludo.
Unos padres quieren rescatar a su hijo que se ha quedado atrapado en esa isla y llevan a Sam Neil y a su ayudante Alessandro Nivola engañados para que les ayuden diciéndoles que sólo quieren sobre volar la isla para ver los dinosaurios, pero el avión aterriza y empiezan los problemas.
Quizás es por que el tema me gusta bastante, o por que la primera y la segunda me gustaron y me quede con ganas de más, pero no me parece tan horrible como la ponen por aquí.
Tiene dinosaurios nuevos, más grandes, más listos, más feroces. El Rex deja de ser el protagonista y le cede el paso a su hermano mayor, que no me acuerdo ahora como se llama pero es enorme.
Un saludo.
9 de junio de 2010
9 de junio de 2010
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy mala continuación y no solo por la pésima actuación de sus personajes (perdidos por un guión en blanco) que aunque buenos actores quedan eclipsados por un protagonista aún mucho peor: el “Spinosaurio”.
Aunque parece más poderoso y asesina a un T-REX encajando sus filosos dientes en el cuello del T-REX. En realidad, tal batalla jamás habría podido ocurrir mientras las especies estaban vivas, puesto que estaban separados por millones de años y kilómetros (el primero estaría en el norte de África el segundo por Norte América). Cabe puntualizar, que el “Spinosaurio” tenia una fuerza en las mandíbulas mucho menor que el T-REX, además de dientes más delgados (por lo que eran más frágiles) diseñados para aferrar presas resbaladizas, mientras que el T-REX los tenia macizos, para triturar huesos; además de que el “Spinosaurio” tenia menor musculatura que el T-REX. O sea que el enfrentamiento no sería tan fácil para el “Spinosaurio”.
Y además nunca tendrá el nombre, presencia y belleza del T-REX: ¡Ave T-REX los que te vas a comer te saludan!
PD: los japoneses seguro que hubiesen hecho una película de serie B mucho mejor y con menor presupuesto: “T-REX VS “SPINOSAURIO” combate mortal en la selva.
Aunque parece más poderoso y asesina a un T-REX encajando sus filosos dientes en el cuello del T-REX. En realidad, tal batalla jamás habría podido ocurrir mientras las especies estaban vivas, puesto que estaban separados por millones de años y kilómetros (el primero estaría en el norte de África el segundo por Norte América). Cabe puntualizar, que el “Spinosaurio” tenia una fuerza en las mandíbulas mucho menor que el T-REX, además de dientes más delgados (por lo que eran más frágiles) diseñados para aferrar presas resbaladizas, mientras que el T-REX los tenia macizos, para triturar huesos; además de que el “Spinosaurio” tenia menor musculatura que el T-REX. O sea que el enfrentamiento no sería tan fácil para el “Spinosaurio”.
Y además nunca tendrá el nombre, presencia y belleza del T-REX: ¡Ave T-REX los que te vas a comer te saludan!
PD: los japoneses seguro que hubiesen hecho una película de serie B mucho mejor y con menor presupuesto: “T-REX VS “SPINOSAURIO” combate mortal en la selva.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo del móvil es un gag lamentable.
27 de julio de 2008
27 de julio de 2008
18 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Madre del amor hermoso...
Debo empezar diciendo que nunca estuve de acuerdo en cómo adaptó al cine Spielberg la magnífica saga de novelas de Crichton (mientras que los libros están bien documentados, con un matiz de divulgación científica unido al entretenimiento, la primera peli ya estaba herida de un infantilismo tan vulgar como atroz, atenuado quizá por el éxtasis visual de unos tremendos efectos especiales, nunca vistos antes de los primeros noventa). Pero en pleno siglo XXI ya no nos llama especialmente la atención ver a un dino deambular por la pantalla, y creo que, para dar continuidad a la cosa, se debería haber buscado algo más: un guión sólido, con una historia entretenida, no sé, algo muy diferente a lo que acabo de ver; aquí, don Steven se ha desmarcado, cediendo los trastos a Joe Johnston, un gris realizador que no sabe con lo que está jugando: la excusa argumental es válida, una segunda isla en la que hay bichos, lo aceptamos, pero, partiendo de ahí, todo es rematadamente fallido.
Desconozco si ha sido intencionado o no, pero se le ha dado a la peli un matiz de comedia surrealista, representada por unos personajes en los que se presume la inteligencia, aunque ésta no se manifieste en ningún momento: los Kirby son, además de unos indecentes tramposos, profundamente odiosos, uno espera todo el rato que se los tapiñen los dinos; su muchachuelo, pintado como una especie de mini Rambo, evidencia que debe ser adoptado, porque con tales genes no hubiera sobrevivido dos segundos en Isla Sorna. Para dar al bodrio una apariencia de coherencia con las precedentes, enchufan con calzador a Alan Grant, el paleontólogo, incluso a la botánica Ellie Satler, en un cameo incomprensible.
Como no hay ninguna imaginación a la hora de montar algo decente, la peli queda muy cortita, por lo que sus responsables rellenan a diestro y siniestro con memeces descaradas: como el t-rex está muy visto, meten a un nuevo bicho más grande y más feroz, el spinosaurio, aparte de los pterosaurios (la pajarera es lo único salvable de todo) y les dotan de nuevas cualidades: ahora son de colorines, qué cosas, los velocirraptores hablan y saben kung-fu, y , cómo no, hay la típica escena en la que salen todos los bichos y los bichos humanos hacen "oh", lo que resulta absurdo, pues llevan horas luchando contra ellos y los tendrían que tener más que vistos...
En fin, un conjunto de barbaridades sin parangón, sólo apta para fanáticos descerebrados de los dinosaurios.
Debo empezar diciendo que nunca estuve de acuerdo en cómo adaptó al cine Spielberg la magnífica saga de novelas de Crichton (mientras que los libros están bien documentados, con un matiz de divulgación científica unido al entretenimiento, la primera peli ya estaba herida de un infantilismo tan vulgar como atroz, atenuado quizá por el éxtasis visual de unos tremendos efectos especiales, nunca vistos antes de los primeros noventa). Pero en pleno siglo XXI ya no nos llama especialmente la atención ver a un dino deambular por la pantalla, y creo que, para dar continuidad a la cosa, se debería haber buscado algo más: un guión sólido, con una historia entretenida, no sé, algo muy diferente a lo que acabo de ver; aquí, don Steven se ha desmarcado, cediendo los trastos a Joe Johnston, un gris realizador que no sabe con lo que está jugando: la excusa argumental es válida, una segunda isla en la que hay bichos, lo aceptamos, pero, partiendo de ahí, todo es rematadamente fallido.
Desconozco si ha sido intencionado o no, pero se le ha dado a la peli un matiz de comedia surrealista, representada por unos personajes en los que se presume la inteligencia, aunque ésta no se manifieste en ningún momento: los Kirby son, además de unos indecentes tramposos, profundamente odiosos, uno espera todo el rato que se los tapiñen los dinos; su muchachuelo, pintado como una especie de mini Rambo, evidencia que debe ser adoptado, porque con tales genes no hubiera sobrevivido dos segundos en Isla Sorna. Para dar al bodrio una apariencia de coherencia con las precedentes, enchufan con calzador a Alan Grant, el paleontólogo, incluso a la botánica Ellie Satler, en un cameo incomprensible.
Como no hay ninguna imaginación a la hora de montar algo decente, la peli queda muy cortita, por lo que sus responsables rellenan a diestro y siniestro con memeces descaradas: como el t-rex está muy visto, meten a un nuevo bicho más grande y más feroz, el spinosaurio, aparte de los pterosaurios (la pajarera es lo único salvable de todo) y les dotan de nuevas cualidades: ahora son de colorines, qué cosas, los velocirraptores hablan y saben kung-fu, y , cómo no, hay la típica escena en la que salen todos los bichos y los bichos humanos hacen "oh", lo que resulta absurdo, pues llevan horas luchando contra ellos y los tendrían que tener más que vistos...
En fin, un conjunto de barbaridades sin parangón, sólo apta para fanáticos descerebrados de los dinosaurios.
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