Black Mirror: Odio nacionalEpisodio
2016 

7.2
18,695
Thriller. Ciencia ficción. Intriga
En un Londres del futuro, la detective Karin Parke (Kelly McDonald) y Blue (Faye Marsay), su experta compañera en nuevas tecnologías, investigan una serie de misteriosas muertes con una siniestra conexión con las redes sociales. (FILMAFFINITY)
26 de octubre de 2016
26 de octubre de 2016
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El capítulo es sencillamente genial, cocinado a fuego lento, con un ritmo in crescendo —la música acompaña armónicamente a la tensión— y la asombrosa mordacidad de la crítica de la serie: desde los ávidos avances en ingeniería y biotecnología, hasta el silencio y la discreción de la vigilancia gubernamental, centrándose en el uso masivo en las redes sociales de la libertad de expresión con fines tan lúdicos como perversos y de la repercusión que el odio del maremágnum puede desencadenar en los sujetos zaheridos: lo mismo la indiferencia, lo mismo la ansiedad, lo mismo instintos suicidas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Mediante la promoción del odio y la vehemencia de la animadversión una especie de "juego" se populariza y empieza a canalizar todos los mensajes que desean la muerte, mediante hashtags, de personajes infames. Cuando, tras la expresión del deseo, éste se hace realidad, la gente no cede en su impulso asesino y acusador e incrementa el ritmo de sus sentencias de muerte: la muchedumbre coquetea con ser Dios. Pero ni Dios está a salvo de las consecuencias de sus anhelos, de sus apelaciones, de sus actos, ya que la presión social que se ejerce, en este caso la "presión divina" puede arruinar a la diana, aunque en este caso arruina hasta al mismo dardo.
9 de diciembre de 2016
9 de diciembre de 2016
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es tan bueno que casi parece profético. Lástima de un final que sin ser malo no me terminó de redondear lo que estaba viendo y en mi humilde opinión pondré en Spoiler 2 alternativas.
En este capítulo plantean varias cosas. Las redes sociales o la libertad de expresión son grandes ejes donde nos exponen lo positivo y negativo. Sinceramente, yo no le veo cosas negativas, otra cosa es que las personas les den un uso lamentable (ya sabemos lo fácil que es ser valiente tras una pantalla).
La justicia social o la vigilancia del gobierno son otros dos temas que saben tratar a pesar de algunos momentos que parecen solucionados de forma rápida y sin detalle.
Algo que no se puede dejar a comentar es la música. Excelente acompaña en escenas cumbre. Y el final... es un final, simplemente.
En este capítulo plantean varias cosas. Las redes sociales o la libertad de expresión son grandes ejes donde nos exponen lo positivo y negativo. Sinceramente, yo no le veo cosas negativas, otra cosa es que las personas les den un uso lamentable (ya sabemos lo fácil que es ser valiente tras una pantalla).
La justicia social o la vigilancia del gobierno son otros dos temas que saben tratar a pesar de algunos momentos que parecen solucionados de forma rápida y sin detalle.
Algo que no se puede dejar a comentar es la música. Excelente acompaña en escenas cumbre. Y el final... es un final, simplemente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Esta es solo mi opinión de dos finales que creo pudieron ser más impactantes.
1- Simplemente cortar con la ropa en la playa del suicidio de la rubia.
2- Algo más enrevesado, que la rubia hubiera estado asociada con el informático. Que ella pidió ese puesto junto la detective y guió los pasos para poder llevar a cabo su plan. Se reúnen en la cantina y quizá alguna escena del twitter/facebook de ella donde tiempo atrás sufrió acoso.
Si has llegado hasta aquí espero que te hayan gustado las alternativas.
1- Simplemente cortar con la ropa en la playa del suicidio de la rubia.
2- Algo más enrevesado, que la rubia hubiera estado asociada con el informático. Que ella pidió ese puesto junto la detective y guió los pasos para poder llevar a cabo su plan. Se reúnen en la cantina y quizá alguna escena del twitter/facebook de ella donde tiempo atrás sufrió acoso.
Si has llegado hasta aquí espero que te hayan gustado las alternativas.
31 de agosto de 2017
31 de agosto de 2017
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Black Mirror: El odio de la nación es el cierre de la tercera temporada de la serie y el primero en la plataforma Netflix a la que dio su salto la creación de Charlie Brooker en 2016. A modo de película de noventa minutos (es el episodio más largo de la serie), Brooker reflexiona sobre el viejo tema de: “que tire la primera piedra el que esté libre de pecado” (o el “tira la piedra y esconde la mano”).
El odio de la nación trata de la investigación de dos policías (estupendas Kelly McDonald y Faye Marsay) sobre una serie de asesinatos de odio que ha habido en Reino Unido. Primero, una periodista que se dedicaba a difamar a la gente en silla de ruedas. Después, un rapero que se burló de un niño. Y la lista sigue. Los candidatos a las muertes han sido todos marcados por una especie de Twitter con el hastagh #Deathto. La investigación nos lleva a una odisea retorcida por varias subtramas que, en realidad, son más simples de lo que parecen.
Brooker apunta hacia la fama, la búsqueda de esta, aunque sea comportándonos como seres crueles, pero también reflexiona sobre la gente que es capaz de odiar a través de redes sociales, aunque sea utilizando excusas como “son redes sociales, nada es real, todo es una broma”. No, no lo es y, donde se habla de libertad expresión, se habla también de una búsqueda del odio, de los malos sentimientos y de una rabia terrible que convierte a los troles y similares de las redes en monstruos. ¿Usted iría por la calle y le diría a un desconocido “muérase”? Puede que no. En cambio, en las redes sociales, puede que sí. Que mundo más hermoso, ¿eh?
Además, Brooker aprovecha para reflexionar sobre el deterioro del medioambiente a través de unas abejas que parecen salidas de la misma creación que los pájaros de Alfred Hitchcock. También hay una potente crítica a cómo las redes sociales y los artilugios del mañana (y de hoy) sirven para que todo el mundo sea vigilado por el Gran Hermano de turno. ¿Cuánto tiempo puede pasar para que esta tecnología caiga en manos de gente que desee utilizarlas para mal o para un plan mesiánico de salvación?
Pese a todo, aunque es entretenido y las ideas críticas de Brooker siguen brillando, la trama es sencilla y la respuesta es bastante clara, pese a que se enrevese en varios puntos buscando una complejidad o un impacto que nunca llega a tener del todo. Me aterroriza más pensar en las redes sociales y quienes las manejan que unas abejas. Es decir, el mensaje real, el extrapolable, es potente y Brooker plasma así lo que ha sentido en diversas ocasiones que ha escrito sátiras sobre diversos políticos en el poder. No obstante, la alerta sobre nuestro futuro (y nuestro presente) está ahí y conecta con todo el mundo de la serie (hay guiños a Playtest y White Bear, capítulo de la tercera y segunda temporada respectivamente).
Para cerrar, como curiosidad, las últimas escenas, pese a los ponchos y los sombreros, fueron rodadas en Canarias.
En definitiva, El odio de la nación no es uno de los mejores capítulos de Black Mirror, pero es lo suficientemente interesante como para que el espectador aguante sus noventa minutos y lo más importante: piense (¡PIENSE!) sobre su papel en las redes sociales y la realidad.
Publicada originalmente aquí http://elantrodelosvampirosyotrosmonstruos.blogspot.com.es/2017/08/black-mirror-3x06-hated-in-nation-el.html
El odio de la nación trata de la investigación de dos policías (estupendas Kelly McDonald y Faye Marsay) sobre una serie de asesinatos de odio que ha habido en Reino Unido. Primero, una periodista que se dedicaba a difamar a la gente en silla de ruedas. Después, un rapero que se burló de un niño. Y la lista sigue. Los candidatos a las muertes han sido todos marcados por una especie de Twitter con el hastagh #Deathto. La investigación nos lleva a una odisea retorcida por varias subtramas que, en realidad, son más simples de lo que parecen.
Brooker apunta hacia la fama, la búsqueda de esta, aunque sea comportándonos como seres crueles, pero también reflexiona sobre la gente que es capaz de odiar a través de redes sociales, aunque sea utilizando excusas como “son redes sociales, nada es real, todo es una broma”. No, no lo es y, donde se habla de libertad expresión, se habla también de una búsqueda del odio, de los malos sentimientos y de una rabia terrible que convierte a los troles y similares de las redes en monstruos. ¿Usted iría por la calle y le diría a un desconocido “muérase”? Puede que no. En cambio, en las redes sociales, puede que sí. Que mundo más hermoso, ¿eh?
Además, Brooker aprovecha para reflexionar sobre el deterioro del medioambiente a través de unas abejas que parecen salidas de la misma creación que los pájaros de Alfred Hitchcock. También hay una potente crítica a cómo las redes sociales y los artilugios del mañana (y de hoy) sirven para que todo el mundo sea vigilado por el Gran Hermano de turno. ¿Cuánto tiempo puede pasar para que esta tecnología caiga en manos de gente que desee utilizarlas para mal o para un plan mesiánico de salvación?
Pese a todo, aunque es entretenido y las ideas críticas de Brooker siguen brillando, la trama es sencilla y la respuesta es bastante clara, pese a que se enrevese en varios puntos buscando una complejidad o un impacto que nunca llega a tener del todo. Me aterroriza más pensar en las redes sociales y quienes las manejan que unas abejas. Es decir, el mensaje real, el extrapolable, es potente y Brooker plasma así lo que ha sentido en diversas ocasiones que ha escrito sátiras sobre diversos políticos en el poder. No obstante, la alerta sobre nuestro futuro (y nuestro presente) está ahí y conecta con todo el mundo de la serie (hay guiños a Playtest y White Bear, capítulo de la tercera y segunda temporada respectivamente).
Para cerrar, como curiosidad, las últimas escenas, pese a los ponchos y los sombreros, fueron rodadas en Canarias.
En definitiva, El odio de la nación no es uno de los mejores capítulos de Black Mirror, pero es lo suficientemente interesante como para que el espectador aguante sus noventa minutos y lo más importante: piense (¡PIENSE!) sobre su papel en las redes sociales y la realidad.
Publicada originalmente aquí http://elantrodelosvampirosyotrosmonstruos.blogspot.com.es/2017/08/black-mirror-3x06-hated-in-nation-el.html
19 de julio de 2017
19 de julio de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Teniendo en cuenta que los primeros insectos robóticos se hicieron para espiar sin llamar la atención, este episodio no da ninguna sorpresa a ese respecto. También llama la atención que en las redes sociales se pueda pedir la muerte de una persona alegremente. En España ha habido juicios con penas de cárcel por tweets por hacer chistes sobre franquistas muertos hace 40 años. Les llevamos años de ventaja.
Es entretenido, aunque no está al nivel de otros episodios de la serie. Ése es el problema de esta serie, que no hay una calidad homogénea entre capítulos y tramas.
Por cierto, ¿abejas robóticas construyendo impresoras 3D para autoreproducirse? Deberían revisar los cajones de los guionistas, porque me parece que cuando se reúnen no sólo lo hacen para las "tormentas de ideas".
Es entretenido, aunque no está al nivel de otros episodios de la serie. Ése es el problema de esta serie, que no hay una calidad homogénea entre capítulos y tramas.
Por cierto, ¿abejas robóticas construyendo impresoras 3D para autoreproducirse? Deberían revisar los cajones de los guionistas, porque me parece que cuando se reúnen no sólo lo hacen para las "tormentas de ideas".
17 de mayo de 2017
17 de mayo de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Atractivo guión que ofrece a C. Brooker la oportunidad para que pueda plantear otra de sus inquietantes tesis.
La historia ofrece puntos de vista valiosos pero su desarrollo resulta algo confuso, su verosimilitud es menos convincente de lo deseado y padece el lastre de algunos flecos poco explicados.
No obstante, el episodio está construido con solidez, se nota la calidad del guionista, el nervio narrativo del director, posee aire de intriga, complejidad formal y un grado de tensión estimable.
Interesante y correcta entrega.
La historia ofrece puntos de vista valiosos pero su desarrollo resulta algo confuso, su verosimilitud es menos convincente de lo deseado y padece el lastre de algunos flecos poco explicados.
No obstante, el episodio está construido con solidez, se nota la calidad del guionista, el nervio narrativo del director, posee aire de intriga, complejidad formal y un grado de tensión estimable.
Interesante y correcta entrega.
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