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Episodio

7.4
36,956
9
12 de febrero de 2013
12 de febrero de 2013
119 de 125 usuarios han encontrado esta crítica útil
Original como "El himno nacional", tranquila como "15 millones de méritios", innovadora como "Tu historia completa", tierna y visceral como ninguna. A pesar de la ingenuidad e inverosimilitud que desarrollamos ante la idea de recreación (que es puramente implacable), nuestra reacción es de sorpresa y fascinación, sobretodo ante esa crítica intencionada y modelada hacia las redes sociales y el uso que hacemos de ellas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La crítica es la base que trasciende encima de toda la obra, y esta crítica está sustentada en el designio de enfrentar el yo "virtual" que mostramos en una red social contra el yo real, sujeto de las transformaciones de la vida. En las redes sociales siempre manifestamos nuestro yo perspicaz, de comentarios ingeniosos, que siempre suele sonreír, que besa y hace pasar un buen rato a su novia,que saluda con jovialidad a sus amigos, que disfruta con un cigarro o una copa, el yo que manifestamos cuando estaríamos tomando una caña, ese es el yo de las redes sociales, el "virtual"; ante éste, está el yo real, que se diferencia al yo "virtual" porque sufre, llora, toma decisiones vitales, teme, lucha, padece, vaga solitario, cavila... y ese yo real del que hablo no comparte su identidad con la virtualidad.
Ésta es la base de la nueva idea de Charlie Brooker dirigida por Owen Harris, hacernos saber que en una red social somos muy distintos que en la realidad, pues en la realidad apenas tenemos posibilidades de elegir quiénes somos y mostrarnos tal y como queremos; mientras que en la vida virtual nos manifestamos de manera tipificada a nuestro deseo de ser, y no a nuestro ser. Aún así, más vale tener un padre virtualmente real, que no tener padre.
Ésta es la base de la nueva idea de Charlie Brooker dirigida por Owen Harris, hacernos saber que en una red social somos muy distintos que en la realidad, pues en la realidad apenas tenemos posibilidades de elegir quiénes somos y mostrarnos tal y como queremos; mientras que en la vida virtual nos manifestamos de manera tipificada a nuestro deseo de ser, y no a nuestro ser. Aún así, más vale tener un padre virtualmente real, que no tener padre.
Episodio

7.7
28,136
9
26 de octubre de 2016
26 de octubre de 2016
51 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acostumbrado a la perplejidad de Black Mirror este capítulo nos sabe, sin apartarse de la esencia de la serie, diferente, elegante, emocional, afectuoso y, ¿esperanzador?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Un traspaso del "yo interior", de la conciencia —del yo profundo bergsoniano para quien le guste la filosofía—, del espíritu hacia lo digital, hacia una cápsula que conectada a un panel posibilita una vida eterna después de la vida. Que le den a la nada, dejar de existir ya no es dejar de existir, ahora dejar de existir es existir virtualmente en un "pastilla tecnológica". Pero, fuera del juego de vínculos afectivos entre ambas protagonistas, el final es puramente terrorífico: ¿seguir "viviendo" sin que en nuestras vidas se produzcan cambios, tan sólo una prolongación hedonista de nuestras sensaciones?, ¿seguir viviendo para siempre sin sangrar, sin dolerse, sin romperse, sin ver a nadie morir, sin poder morir, sin que nada nuevo acontezca? Esa eternidad que nos lo ofrece todo, al fin y al cabo queda reducida al absurdo, a la nada, porque sin un final nada tiene sentido.
A mí, aunque parezca un paraíso lúdico y atractivo, no me llevéis a San Junipero, dejadme convertirme en nada, dejadme que sea —ahora que la iglesia no quiere ni que seamos cenizas— ceniza.
A mí, aunque parezca un paraíso lúdico y atractivo, no me llevéis a San Junipero, dejadme convertirme en nada, dejadme que sea —ahora que la iglesia no quiere ni que seamos cenizas— ceniza.
Episodio

6.1
15,421
6
2 de enero de 2018
2 de enero de 2018
25 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empezar cualquier comentario sin aplaudir la soberbia actuación de la protagonista me parecería una gran falta de respeto. La parte más apabullante del capítulo es esa interpretación que se introduce en la psicopatía, forzada por el miedo a perder su reputación, esa desolación y amargura, unida al silencio y al tiempo pausado de la dirección, es lo mejor de un episodio cuyo final es trágico y sorprendente. Lo peor es que carece de ese espíritu crítico que solía ser el móvil de la acción de otros personajes en Black Mirror: aquí el alma es negra mucho antes de que el espejo de los avances muestren su oscuridad.
Episodio

7.2
21,361
8
24 de octubre de 2016
24 de octubre de 2016
17 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
El anonimato de quien todo lo ve y puede llegar a extorsionar, a derribar los pilares de tu vida, e incluso a arrebatártela debido a una retribución negativa. Cuando no hay un rostro o unas siglas a las que culpar, la inseguridad y el terror se expanden en tu ánimo porque crees que recibes los golpes desde la infinitud del mundo, desde el absoluto abismo de la desesperación que te rodea.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Veo ciertas similitudes con el episodio de la segunda temporada "White Bear" —en cuanto a la forma, no tanto el contenido— con un desenlace tan trágico como la gravedad del vicio o pecado lo merece (o pueda merecerlo): la racista es objeto de críticas y pierde su reputación; el joven negro será tratado de obsceno e impúdico, el mar menos que se enfría con el tiempo —no hay más que ver como el "sexting" hoy en día llega a ser candente para luego, si no olvidarse, pasar desapercibido, ¿quién no recuerda al mítico palanquilla—; el infiel y cliente de prostitutas tendrá que vérselas con su mujer y enfrentarse a la más que posible desunión familiar; y el pedófilo o muere o va a la cárcel. En los tres primeros casos asistimos a un "trolleo" para deleite perverso de los anónimos vigilantes; en el caso de la pedofilia asistimos a una suerte de justicia maquiavélica.
Episodio

6.7
17,465
7
26 de octubre de 2016
26 de octubre de 2016
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una mezcla eficaz de maquiavelismo y malthusianismo circunscrito al progreso tecnológico militar. Como siempre mordaz y oscuro los minutos de Black Mirror.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La alteración sensorial en este caso lleva a soldados deshumanizados (por los procesos de adaptación castrense, la denominada "máscara": la posibilidad de hacer olvidar, de reprimir el olfato, de nublar la visión, en definitiva, de obturar el lado más sensitivo y natural del ser humano) a deshumanizar a la prole que representan "las cucarachas". Con un arma militar de este infernal calibre es obvio que quien construye una supra-realidad cómoda y "deseable" sobre una realidad mugrienta, impía y llena de remordimientos tiene el poder absoluto, pues analógicamente es como un Dios que nos ofrece el velo apaciguador y ligeramente paradisíaco —un mundo platónico— que tapa las monstruosidades de la vida real, que a su vez Él mismo dibuja y desdibuja.
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