BigBug
2022 

4.6
1,544
Ciencia ficción. Comedia
Un grupo de habitantes de las afueras de una ciudad se quedan atrapados cuando una rebelión de robots provoca que su robot les encierre en su propia casa por su propio bien. (FILMAFFINITY)
11 de abril de 2022
11 de abril de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decepcionante conociendo otros títulos más afortunados del señor Jeunet. En este caso, se trata de una historia futurista, una comedia con un tono no muy bien conseguido. La ambientación de una casa futurista, con su mobiliario y todos sus sorprendentes electrodomésticos acapara buena parte de la atención, pero no es suficiente para un guión deficiente. Recuerda a algunos títulos curiosos, como "Un ángel exterminador" de Buñuel, en cuanto a los visitantes de una casa que se ven encerrados y obligados a pernoctar juntos.
25 de mayo de 2022
25 de mayo de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película fracasa en su ambición, no visual o de interpretaciones algo extrañas, más bien por querer contar un futuro posible de una manera bastante tosca, con humor en situaciones que no tienen y con seriedad en situaciones de humor, la película en sí no es mala, es rara.
No hay nada que destacar porque tampoco hay nada que menospreciar, la película está hecha así a propósito, pero eso no es excusa para que a uno le aburra. Se pretenda hacer algo al estilo Black Mirror siendo todo demasiado colorido, cómico y absurdo.
La historia empieza en ningún lado para trasladarse al final a otro ningún lado. Es decir, quieren enseñarnos o mantener un mensaje que ni el mismo director sabe cual es exactamente. Al final la película queda como una de esas olvidables, aunque los androides de esta no son fácil de olvidar por su cierta originalidad visual.
No hay nada que destacar porque tampoco hay nada que menospreciar, la película está hecha así a propósito, pero eso no es excusa para que a uno le aburra. Se pretenda hacer algo al estilo Black Mirror siendo todo demasiado colorido, cómico y absurdo.
La historia empieza en ningún lado para trasladarse al final a otro ningún lado. Es decir, quieren enseñarnos o mantener un mensaje que ni el mismo director sabe cual es exactamente. Al final la película queda como una de esas olvidables, aunque los androides de esta no son fácil de olvidar por su cierta originalidad visual.
11 de mayo de 2023
11 de mayo de 2023
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123/06(07/05/23) Interesante comedia negra de ciencia ficción francés que ha despertado en mi sensaciones contradictorias, por un lado está un precioso envoltorio, unos muy sugerentes personajes no humanos y por otro está su premisa muy ajada de la sempiterna Rebelión de las Máquinas, la Creación contra su Creador, los peligros de la Inteligencia Artificial (sin ir más lejos, el ‘shellyniano’ relato de Frankenstein, o toda la pléyade de historias posteriores sobre el tema como “Blade Runner, “Terminator”, “Yo robot” e incluso el epónimo film de Stephen King “Maximum Overdrive”, y decenas más que me dejo), algo muy tratado ya en la Homérica serie “Black Mirror”, también tratado en un estupendo episodio de la serie “Love, Death + Robots” como fue “Servicio al cliente automatizado” de la segunda temporada, mezclado con films de estilo teatral donde se recluye a un núcleo de figuras en una vivienda sin poder salir, del que máximo exponente es la buñueliana “El Ángel Exterminador”, tirando de esto también hay un sub texto de ácida crítica contra el aburguesamiento de la sociedad, y ello en un tono de sit com que puede recordar a la rancia “La Tribu de los Brady”. Hay también referencias contemporáneas cuando se habla del COVID que nos ha tenido recluidos (encerrados como en la cinta) meses, aquí haciendo (chancesca) mención a un COVID-50, también haciendo guiños ecologistas (se hace mención a la inundación de Países Bajos), y hasta referencias a la (vomitiva) cultura ‘woke’ que pregona que para el futuro de la humanidad hay que comer gusanos (Puaj!!!), y con dosis nada sutiles de cómo se forman las dictaduras, los autoritarismos a través del control de las masas mediante la híper vigilancia, controlando su cultura (los humanos ya no escriben, leen, o tienen libros), atontar a la gente es el mejor medio para manipularla, algo no tan lejano hoy día, donde incluso hay, cual imagen prototípica de las autocracias quemas de libros. Pero todo esto en un tono blandengue, sin intensidad alguna, sin garra, una comedia que quiere abarcar tanto que aprieta escasamente, al menos Jeunet es consciente y no parece tomarse en serio nunca su película. El humor resulta como mucho de media sonrisa, nunca, se ve con agrado, no aburre, pero nunca entusiasma, tiene algunas buenas situaciones, pero otras muchas bufas.
Es una película que me ha atraído por estar al frente el singular director galo Jean-Pierre Jeunet (también guioniza junto a Guillaume Laurant con el que ha coescrito sus mejores films, amén de estar tras el precioso “Donde está mi cuerpo?”) tiene obras tan maravillosas en su haber como “Delicatessen”, “Amelie” o “Largo domingo de noviazgo”, y a partir de esto ya todo lo que haga llamará mi atención. Realizador poseedor de un estilo particular propio (eso tan difícil de conseguir), expuesta en su estilo visual hipercromático, fulgente en luminosidad, muy del estilo cartoon, con mucho manejo de cámara singular para provocar emociones, donde los efectos visuales forman parte de lo orgánico, en este caso creando un mundo futuro distópico cercano (2045), gracias a la lente del DP Thomas Hardmeier (“Yves Saint Laurent”), cercano a lo bizarro en sus creaciones de escenarios excesivos, con resplandecientes patinados pastel donde brillan de modo chillón el verde y naranja, con juego de planos extraños, aunque desgraciadamente aquí el bueno de Jeunet se ha echado en brazos del CGI más pomposo, perdiendo el encanto de sus mejores pelis.
La peli gana en esos adorables robots domésticos que quieren ser humanos (ya esto tratado en “Blade Runner”): Como esa achuchable Monique (Claude Perron), sirvienta de melena rubia y sonrisa permanente, ansioso por humanizarse, capaz de medir las métricas de los que observa ("sinceridad 3%, deseo sexual 86% y" erección 100%", parpadean en su pantalla de uno de los humanos); el cabeza-araña Einstein al que le pueden subir y bajar nivel de inteligencia, dotado de una labia proverbial (con voz original de André Dussollier), el líder de la manada robótica de la casa, excelente las secuencias en que ve,mops a Einstein y Monique acostados en la cama como una pareja normal; Otro es uno con la mentalidad limpiadora exacerbada (cual Wall·E), y con una cualidad oculta en su capacidad de dar masajes; Hay un ente superior que domina la casa al que los humanos recurren para la domótica de la vivienda; también vendrá de visita el simpático Greg (Alban Lenoir), un robot sirviente de una solitaria humana, al que digamos utiliza al modo ‘consolador’; todos ellos muy divertidos en como anhelan imitar la idealización del comportamiento humano, sobre todo en lo referente a afectos y sexo; Y está el villano de la función, el brazo armado de Yonyx, especie de Robocop con risa infinita y dientes profident de caballo (François Levantal), que gusta de torturar en sus diferentes replicantes a los humanos en un popular reality show de televisión llamado ‘Homo Ridiculus’.
Desgraciadamente en el plano de los que encarnan a humanos la película falla, con roles estereotipados, sin alma, sin fondo alguno, caricaturas ridículas la mayoría, solo salvo a Françoise (buena Isabelle Nanty) por su dulce relación con Greg, exponiendo la falta de amor de nuestra sociedad y si no podemos conseguirla la manufacturamos. Resto son clichés, como lo es la pareja de adolescentes que sabemos terminaran juntos, Nina (correcta Marysole Fertard) y Max Leo (inane Hélie Thonnat), un arco de relación más manida que los pechos de una porn star, la chica tiene el gusto coleccionista de artículos vintage como ordenadores, libros o un robot pequeño de juguete, algo muy ajado esto; Tenemos a la Alice (plúmbea Elsa Zylberstein), dueña de la vivienda, quiere pasar la tarde con su pareja Max (insípido Stéphane De Groodt);
Es una película que me ha atraído por estar al frente el singular director galo Jean-Pierre Jeunet (también guioniza junto a Guillaume Laurant con el que ha coescrito sus mejores films, amén de estar tras el precioso “Donde está mi cuerpo?”) tiene obras tan maravillosas en su haber como “Delicatessen”, “Amelie” o “Largo domingo de noviazgo”, y a partir de esto ya todo lo que haga llamará mi atención. Realizador poseedor de un estilo particular propio (eso tan difícil de conseguir), expuesta en su estilo visual hipercromático, fulgente en luminosidad, muy del estilo cartoon, con mucho manejo de cámara singular para provocar emociones, donde los efectos visuales forman parte de lo orgánico, en este caso creando un mundo futuro distópico cercano (2045), gracias a la lente del DP Thomas Hardmeier (“Yves Saint Laurent”), cercano a lo bizarro en sus creaciones de escenarios excesivos, con resplandecientes patinados pastel donde brillan de modo chillón el verde y naranja, con juego de planos extraños, aunque desgraciadamente aquí el bueno de Jeunet se ha echado en brazos del CGI más pomposo, perdiendo el encanto de sus mejores pelis.
La peli gana en esos adorables robots domésticos que quieren ser humanos (ya esto tratado en “Blade Runner”): Como esa achuchable Monique (Claude Perron), sirvienta de melena rubia y sonrisa permanente, ansioso por humanizarse, capaz de medir las métricas de los que observa ("sinceridad 3%, deseo sexual 86% y" erección 100%", parpadean en su pantalla de uno de los humanos); el cabeza-araña Einstein al que le pueden subir y bajar nivel de inteligencia, dotado de una labia proverbial (con voz original de André Dussollier), el líder de la manada robótica de la casa, excelente las secuencias en que ve,mops a Einstein y Monique acostados en la cama como una pareja normal; Otro es uno con la mentalidad limpiadora exacerbada (cual Wall·E), y con una cualidad oculta en su capacidad de dar masajes; Hay un ente superior que domina la casa al que los humanos recurren para la domótica de la vivienda; también vendrá de visita el simpático Greg (Alban Lenoir), un robot sirviente de una solitaria humana, al que digamos utiliza al modo ‘consolador’; todos ellos muy divertidos en como anhelan imitar la idealización del comportamiento humano, sobre todo en lo referente a afectos y sexo; Y está el villano de la función, el brazo armado de Yonyx, especie de Robocop con risa infinita y dientes profident de caballo (François Levantal), que gusta de torturar en sus diferentes replicantes a los humanos en un popular reality show de televisión llamado ‘Homo Ridiculus’.
Desgraciadamente en el plano de los que encarnan a humanos la película falla, con roles estereotipados, sin alma, sin fondo alguno, caricaturas ridículas la mayoría, solo salvo a Françoise (buena Isabelle Nanty) por su dulce relación con Greg, exponiendo la falta de amor de nuestra sociedad y si no podemos conseguirla la manufacturamos. Resto son clichés, como lo es la pareja de adolescentes que sabemos terminaran juntos, Nina (correcta Marysole Fertard) y Max Leo (inane Hélie Thonnat), un arco de relación más manida que los pechos de una porn star, la chica tiene el gusto coleccionista de artículos vintage como ordenadores, libros o un robot pequeño de juguete, algo muy ajado esto; Tenemos a la Alice (plúmbea Elsa Zylberstein), dueña de la vivienda, quiere pasar la tarde con su pareja Max (insípido Stéphane De Groodt);
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
… llega de visita el ex de Alice, Victor (guiñolesco Youssef Hajdi), que aparece sin previo aviso con su nueva novia, Jennifer (mujer florero Claire Chust), está para lucir palmito, y para la grotesca escena en que imita animales. Su único fondo es que quiere irse de vacaciones; se deja caer por allí la vecina Françoise (buena Isabelle Nanty), a quien pronto sigue su esclavo sexual robot, Greg. Exhibiendo una sociedad camino de la extinción rápida si estos son un reflejo de la misma.
Tiene un excelente comienzo con ese programa tv "Homo Ridiculus", donde los humanos son humillados por robots/Yonyx, en una mordaz parodia de los reality (desgraciadamente) tan de moda en estos años, jocoso prólogo en su pellizco a como gradualmente podemos caer en eso. Para luego pasar a la historia en si de como este grupo heterogéneo queda atrapado en la casa moderna e intentan por todos los medios escapar. Jeunet hunde en una reclusión a humanos y robots y mediante ello pretende hacer aflorar las verdaderas personalidades de los primeros, pero estos conflictos resultan insulsos, solo me enganchan los de los robots y en como ridiculizan el comportamiento de sus creadores. Tenemos el hedonismo humano en como hay un dispositivo para que una habitación adquiera un olor determinado. Tenemos la turbadora relación entre Françoise y su adquisición Greg. Donde naufraga es en el vodevil amoroso entre los adultos, ridículo es lo mejor y más benevolente que se puede decir de ello.
Tiene Jeunet incluso algunos tics grimantes en el uso del sexo gratuito en algunas secuencias, le sobra.
Cuando se le preguntó sobre el subtexto de la película sobre el futuro de la humanidad, Jeunet declaró: "Odio los mensajes. Pero si hay un mensaje en 'Bigbug' es que la inteligencia artificial nunca matará a los seres humanos porque seguirán siendo estúpidos. No tienen alma".
Para mí no es el bodrio que muchos críticos han visto, pero tampoco es la gran sátira que el director cree haber realizado. Gloria Ucrania!!!
Tiene un excelente comienzo con ese programa tv "Homo Ridiculus", donde los humanos son humillados por robots/Yonyx, en una mordaz parodia de los reality (desgraciadamente) tan de moda en estos años, jocoso prólogo en su pellizco a como gradualmente podemos caer en eso. Para luego pasar a la historia en si de como este grupo heterogéneo queda atrapado en la casa moderna e intentan por todos los medios escapar. Jeunet hunde en una reclusión a humanos y robots y mediante ello pretende hacer aflorar las verdaderas personalidades de los primeros, pero estos conflictos resultan insulsos, solo me enganchan los de los robots y en como ridiculizan el comportamiento de sus creadores. Tenemos el hedonismo humano en como hay un dispositivo para que una habitación adquiera un olor determinado. Tenemos la turbadora relación entre Françoise y su adquisición Greg. Donde naufraga es en el vodevil amoroso entre los adultos, ridículo es lo mejor y más benevolente que se puede decir de ello.
Tiene Jeunet incluso algunos tics grimantes en el uso del sexo gratuito en algunas secuencias, le sobra.
Cuando se le preguntó sobre el subtexto de la película sobre el futuro de la humanidad, Jeunet declaró: "Odio los mensajes. Pero si hay un mensaje en 'Bigbug' es que la inteligencia artificial nunca matará a los seres humanos porque seguirán siendo estúpidos. No tienen alma".
Para mí no es el bodrio que muchos críticos han visto, pero tampoco es la gran sátira que el director cree haber realizado. Gloria Ucrania!!!
17 de febrero de 2022
17 de febrero de 2022
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mí me ha entretenido a ratos esta extravagancia de Jeunet. No es una película transcendente, los personajes no te hacen sentir nada especial porque son meras caricaturas, pero esa estética vintage-futurista y los raros robots y demás artilugios que desfilan por la pantalla no dejan de ser visualmente estimulantes. La reflexión sobre los peligros de las nuevas tecnologías no está muy elaborada que digamos, pero la película exhibe algunos destellos de ingenio e inteligencia y está trabajada con mimo a pesar de no resultar brillante. Es un entretenimiento y tiene originalidad y pulcritud en su diseño, no esperéis gran cosa, pero tampoco hagáis caso a los críticos más severos que la denigran. Hay un esfuerzo, trabajo y talento detrás de esta comedia, si bien algo descarrilados, que merecen ser apreciados.
13 de febrero de 2022
13 de febrero de 2022
5 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
De estética innovadora, con un ambiente que roza el atompunk, cercana a Los supersónicos o a Duck dodgers en el siglo veinticuatro y medio, su mayor defecto es que es una telenovela de un único capítulo. Por suerte, es una telenovela con poco drama y mucho humor, que empieza no tomándose en serio a sí misma.
Su sentido del humor basado en los cachivaches del futuro y la relación de la gente con ellos, hace que el inicio de la peli sea un gozo de los que pocas veces se disfruta. Es fresca, presenta a personajes redondos y te ambienta correctamente.
Algo demasiado larga de lo que debería, en cierto punto pasa a tomarse en seirio a sí misma, haciendose más monótona, aunque nunca pierde su punto y vuelve a remontar hacia el final, que retoma el mismo sentido del humor que en su inicio.
Un puntazo para la ciencia ficción y las grandes producciones europeas, que merecen su visibilidad para que no se deje de invertir en proyectos como este y pasemos a depender del cine extrangero más comercial, aunque BigBug es sin duda muy comercial.
Película alternativa que no decepcionará a casi nadie que sepa disfrutar del humor algo absurdo, personajes no estereotipados y la ciencia ficción más libre.
Su sentido del humor basado en los cachivaches del futuro y la relación de la gente con ellos, hace que el inicio de la peli sea un gozo de los que pocas veces se disfruta. Es fresca, presenta a personajes redondos y te ambienta correctamente.
Algo demasiado larga de lo que debería, en cierto punto pasa a tomarse en seirio a sí misma, haciendose más monótona, aunque nunca pierde su punto y vuelve a remontar hacia el final, que retoma el mismo sentido del humor que en su inicio.
Un puntazo para la ciencia ficción y las grandes producciones europeas, que merecen su visibilidad para que no se deje de invertir en proyectos como este y pasemos a depender del cine extrangero más comercial, aunque BigBug es sin duda muy comercial.
Película alternativa que no decepcionará a casi nadie que sepa disfrutar del humor algo absurdo, personajes no estereotipados y la ciencia ficción más libre.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La crítica política, el colaboracionismo, algo de romance a veces forzado y situaciones que a veces se hacen predecibles, no desmerecen la producción.
Me ha encantado que los jovencitos se enrollen, pero no me acaba de encajar que lo hagan.
Me ha encantado que los jovencitos se enrollen, pero no me acaba de encajar que lo hagan.
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