Sin medias tintas, me parece una película absurda, arbitrariamente violenta y en extremo desagradable. Es el tipo de cine que te estropea el día, y ni siquiera tiene la coartada de las buenas intenciones o la crítica social. Perplejo me deja el esnobismo y postureo al que llegan los críticos y los jurados de los festivales de cine para mostrarse admirados por filmes como este, que se llevó la Palma de Oro de Cannes. Y quiero pensar que es postureo el emitir comentarios elogiosos de esta película, porque, si a alguien realmente le ha encantado, me preocuparía por lo que dicha persona alberga en lo más profundo de su mente. Por lo demás, lamento el desperdicio y esfuerzo de las grandes interpretaciones de sus protagonistas. En cuanto a la estética visual, tampoco veo nada que me impresiones favorablemente. Es una cinta oscura y agobiante, nada que no se hubiese visto con anterioridad.

Es esta una película singular para mí. Para empezar, no estoy muy familiarizado con el cine indio, así que la ambientación, los personajes y el entorno social que rodea la trama me resultan muy llamativos. La historia es terrorífica y está narrada de forma cruda, sin recrearse, pero también sin rehuir las escenas más truculentas del monstruoso psicópata que retrata. Presenta sin ambages la negligencia y corrupción policial imperante en la India y la crueldad que puede llegar a manifestar el ser humano.
En cuanto a sus valores cinematográficos, siento que tiene el ritmo justo para digerirla paso a paso, una fotografía atractiva y una narración austera pero perfectamente verosímil, sin esos excesos de acción imposible que abundan en el cine norteamericano y degradan la historia. Los protagonistas encajan perfectamente en sus papeles, sin alardes interpretativos, sino con actuaciones plenamente realistas. Aquí no hay héroes, hay hombres desmoralizados que en algún momento tratan de hacer lo correcto y lo pagan muy caro, como podemos imaginar que ocurre en la vida misma. Sí hay monstruos, hombres sin conciencia, que no solo se muestran indiferentes al sufrimiento ajeno, sino que gozan con ello. Y por supuesto corrupción, mucha corrupción. En definitiva, un excelente y estremecedor film. Lo más tremendo viene cuando uno indaga y descubre que se basa en unos hechos reales no menos aterradores que los descritos en el film.

Me asombra que este film haya cosechado buenas críticas de espectadores y crítica profesional. Es una orgía sangrienta, una coreografía mareante de golpes, disparos y vísceras sin apenas justificación argumental. No me importa que incorpore excelentes actores ni que la filmación sea más o menos correcta, el hecho es que la historia es un sinsentido, que solo se puede disfrutar desde la pasión por la sangre y la violencia más truculenta. No hay ni un instante de reflexión o inteligencia, no hay ninguna credibilidad en las escenas y personajes, la incoherencia campa de cabo a rabo del film. Una pérdida de tiempo, qué pena de cine.

"The last kingdom" explora desde la ficción esa época apasionante de las invasiones vikingas de Inglaterra. Está basada en una saga de novelas de Bernard Cornell, gracias a lo cual es mucho más coherente y creíble de lo habitual. Para mí, que disfruté con "Vikingos", "The last kingdom" es superior. Sencillamente por la plausibilidad de los argumentos y la solidez de los personajes. Alexander Dreymon construye un Uhther pletórico de carisma, pero, en general, todos los actores hacen un excelente trabajo (inolvidable el rey Alfredo el Grande). En cuanto a la ambientación, la fotografía, y las escenas de acción y guerra, solo tengo que decir que me resultan impresionantes. Solo la quinta y última temporada me parece flojear un poco, tal vez las prisas e improvisaciones por concluir han hecho mella en este, por lo demás, gran relato. En definitiva, un estupendo espectáculo para los amantes de la edad media.

Denunciar el racismo y la corrupción policial no es suficiente para justificar una mala película , aunque alguien pueda pensar lo contrario. La película es entretenida y no está mal rodada ni interpretada, el problema es que resulta mínimamente creíble ese superhéroe capaz de salir de situaciones imposibles y teniendo cuidado de no matar a nadie. Es una mala película de acción, porque no te la crees, y es una peor película de denuncia social porque le sobra toda esa acción absurda. En fin, que simplemente por presentar blancos malvados y hombres de color heroicos que se enfrentan a ellos no puedes reclamar que un film es bueno. Hace falta más inteligencia, más coherencia, más verdad. El resultado es pobre y manido.