Crimes of the Future
2022 

5.6
6,201
Ciencia ficción. Drama. Terror
Cuando la especie humana se adapta a un entorno artificial, el cuerpo humano es objeto de nuevas transformaciones y mutaciones. Con la ayuda de su compañera Caprice (Léa Seydoux), Saul Tenser (Viggo Mortensen), célebre artista performativo, escenifica la metamorfosis de sus órganos en espectáculos de vanguardia. Timlin (Kristen Stewart), una investigadora de la Oficina del Registro Nacional de Órganos, sigue de cerca sus prácticas. Es ... [+]
30 de junio de 2022
30 de junio de 2022
13 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
A Cronenberg siempre le han gustado las rarezas, imbuirse en el mundo de las interioridades humanas, tratando de bucear en los entresijos de la mente y el cuerpo. Y en ocasiones le ha salido bien el experimento.
En "Crimes of the future" se sumerge en un futuro distópico indeterminado, tratando de moldear una forma de vida basado en la evolución de la especie a tenor de un desmedido avance tecnológico.
El problema es que ese dibujo resulta, para empezar, pobre, se basa en unos retazos muy simplones y reduccionistas. El otro problema es que apenas se entiende nada de lo que la historia contada nos dice.
Es posible que la película sea simplemente un ensayo oscurantista del futuro que nos aguarda si seguimos por los caminos que nos marcan el desarrollo de la moderna ciencia y la tecnología. Se lo compro si ha sido así. Pero es una pena que el producto en sí resulte finalmente flojo, sin apenas interés, sólo te mantiene en pie la espera de la siguiente escena de vísceras y gelatinas que puedan aparecer.
Y es que "Crimes of the future" no te anima a sumergirte en el cuadro planteado. Las escenas y diálogos son prácticamente indescifrables, los códigos por los que se rigen todas las situaciones son inasumibles. Sabemos de la excitación que producen las mutaciones, el nuevo dolor, las nuevas máquinas... como experiencia cinematográfica el hastío acecha en cada punzada, en cada recosido, en cada vómito. Porque sí, el impacto se busca en la apertura de tripas y en el sonido "regurgitante", más el trasfondo de la narración es vacío, no interesa, todo es críptico, todo es aséptico, de humanidad queda poco, pues es lo que todavía somos... ¿o no?
Estoy de acuerdo con Cronenberg en que la deriva tecnológica solo puede desembocar en aberraciones, en mundo sinsentido (esto en el mejor de los casos porque, honestamente, creo que lo único que ha hecho es valerse de las nuevas tendencias en neurología y nanotecnología para crear una historia futurista, sin plantearse ninguna cuestión moral). Y Cronenberg ha querido quizás contarlo "haciendo un Cronenberg". La redundancia me ha resultado cansina.
Viéndola, pronto deseaba su finalización, sabía que el aporte era escaso. La emoción la ponen las nuevas innovaciones, el resultado de los experimentos, la respuesta del cuerpo al avance tecnológico. Lo demás, los personajes, los encuentros, los extraños objetos, no son más que figuras inanimadas del universo Crononenberg, ya muy gastadas para los que algo de cine han visto.
Puedo aceptar que la calificación está entre el "regular" y el "nteresante", pero sin pasar por el "pasable". Un 4,5
En "Crimes of the future" se sumerge en un futuro distópico indeterminado, tratando de moldear una forma de vida basado en la evolución de la especie a tenor de un desmedido avance tecnológico.
El problema es que ese dibujo resulta, para empezar, pobre, se basa en unos retazos muy simplones y reduccionistas. El otro problema es que apenas se entiende nada de lo que la historia contada nos dice.
Es posible que la película sea simplemente un ensayo oscurantista del futuro que nos aguarda si seguimos por los caminos que nos marcan el desarrollo de la moderna ciencia y la tecnología. Se lo compro si ha sido así. Pero es una pena que el producto en sí resulte finalmente flojo, sin apenas interés, sólo te mantiene en pie la espera de la siguiente escena de vísceras y gelatinas que puedan aparecer.
Y es que "Crimes of the future" no te anima a sumergirte en el cuadro planteado. Las escenas y diálogos son prácticamente indescifrables, los códigos por los que se rigen todas las situaciones son inasumibles. Sabemos de la excitación que producen las mutaciones, el nuevo dolor, las nuevas máquinas... como experiencia cinematográfica el hastío acecha en cada punzada, en cada recosido, en cada vómito. Porque sí, el impacto se busca en la apertura de tripas y en el sonido "regurgitante", más el trasfondo de la narración es vacío, no interesa, todo es críptico, todo es aséptico, de humanidad queda poco, pues es lo que todavía somos... ¿o no?
Estoy de acuerdo con Cronenberg en que la deriva tecnológica solo puede desembocar en aberraciones, en mundo sinsentido (esto en el mejor de los casos porque, honestamente, creo que lo único que ha hecho es valerse de las nuevas tendencias en neurología y nanotecnología para crear una historia futurista, sin plantearse ninguna cuestión moral). Y Cronenberg ha querido quizás contarlo "haciendo un Cronenberg". La redundancia me ha resultado cansina.
Viéndola, pronto deseaba su finalización, sabía que el aporte era escaso. La emoción la ponen las nuevas innovaciones, el resultado de los experimentos, la respuesta del cuerpo al avance tecnológico. Lo demás, los personajes, los encuentros, los extraños objetos, no son más que figuras inanimadas del universo Crononenberg, ya muy gastadas para los que algo de cine han visto.
Puedo aceptar que la calificación está entre el "regular" y el "nteresante", pero sin pasar por el "pasable". Un 4,5
17 de julio de 2022
17 de julio de 2022
13 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mundo decadente, distópico y post-humanista. El dolor ha desaparecido y los bisturíes tecnológicos causan placer sexual. Algunos seres generan nuevos órganos que son como tumores a los que se tatúa como objetos de una performance en oscuros teatros. Maquinarias exo-esqueléticas, con brazos como tentáculos o tripas permiten sobrellevar los rastros que del dolor se presentan en el sueño o mejoran la digestión en un mundo de alimentos cancerígenos. El estado minarquista es un puñado de oficinas derruidas, infiltradas por la corporación y todo lo que parece quedar del poder estatal: la cartera de orden y seguridad con sus agentes infiltrados para cercenar las desviaciones. Un Cristo que deglute plástico es asesinado por su madre y en ese cadáver reside la posibilidad de una nueva era, una en la que los órganos pueden deglutir la perversión de la materia industrial, vislumbrando un futuro en el que lo anti-natural devenga natural.
Cronenberg vuelve a sus grandes temas.
La nota es un 7, quizás un 8.
Cronenberg vuelve a sus grandes temas.
La nota es un 7, quizás un 8.
23 de septiembre de 2022
23 de septiembre de 2022
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Casi como si tratase de cerrar un círculo personal y profesional -esperemos que no, y tengamos al maestro del horror venéreo para rato en lo que pueda permitirle la edad-, tras años volcado a explorar la violencia desde unos enfoques puramente freudianos (al menos en sus largometrajes), Cronenberg reactiva las obsesiones que, por primera vez, comparte con su socio y muso en este nuevo siglo, un Viggo Mortensen al que abre en canal para encomendarlo a una incorporación con honores en su hall of fame de estrellas a las que el canadiense ha estigmatizado con el don privilegiado de La Nueva Carne: no solo recuperada, sino elevada a un grado de paroxismo y exceso motivado, es de suponer, para dejar en pañales a sus imitadores/as (con o sin vinculo familiar, con o sin cromosoma Y).
No más mafiosos. Ni paranoias de Don de DeLillo a costa de de yuppies neoyorkinos. Ni Freud ni cine dentro de cine. Cronenberg vuelve a contagiarnos de la fantasía enfermiza y extirpaciones (o inserciones, o recolocaciones, o lo que surja) de órganos para que nos regocijemos en un delicioso circo perturbadoramente guarro de un futuro deshumanizado, frío, excéntrico y de compatibilidad (visual, estética y sociológicamente) con los de Terry Gilliam incursionándose en parecidos barrizales ('Teorema Zero', 'Brazil', '12 monos').
¿Hasta qué punto están emparentados con aquel canibalismo inducido en el papel por el propio Cronenberg en 'Consumidos' -con su propio triángulo antropófago- el artista performer desquiciado de Mortensen y sus nuevas cortesanas de la (auto)exploración? Lea Seydoux y, sólo de pensamiento, sin meterse en la parte que cubre, Kristen Stewart, con tiempo para reconocerlo abiertamente:
"La cirugía es el nuevo sexo".
Una golosina lisérgica y asquerosamente apetecible.
Y ahora si me disculpáis, voy a regurgitar un poco de baba ácida para cenarme mi nueva papelera sentado una butaca de digest.. en fin, lo que demonios sea esa cosa.
¡Larga vida a la nueva carne! ¡Larga vida al nuevo sexo! Larga vida (esperemos) para el maestro Cronenberg.
No más mafiosos. Ni paranoias de Don de DeLillo a costa de de yuppies neoyorkinos. Ni Freud ni cine dentro de cine. Cronenberg vuelve a contagiarnos de la fantasía enfermiza y extirpaciones (o inserciones, o recolocaciones, o lo que surja) de órganos para que nos regocijemos en un delicioso circo perturbadoramente guarro de un futuro deshumanizado, frío, excéntrico y de compatibilidad (visual, estética y sociológicamente) con los de Terry Gilliam incursionándose en parecidos barrizales ('Teorema Zero', 'Brazil', '12 monos').
¿Hasta qué punto están emparentados con aquel canibalismo inducido en el papel por el propio Cronenberg en 'Consumidos' -con su propio triángulo antropófago- el artista performer desquiciado de Mortensen y sus nuevas cortesanas de la (auto)exploración? Lea Seydoux y, sólo de pensamiento, sin meterse en la parte que cubre, Kristen Stewart, con tiempo para reconocerlo abiertamente:
"La cirugía es el nuevo sexo".
Una golosina lisérgica y asquerosamente apetecible.
Y ahora si me disculpáis, voy a regurgitar un poco de baba ácida para cenarme mi nueva papelera sentado una butaca de digest.. en fin, lo que demonios sea esa cosa.
¡Larga vida a la nueva carne! ¡Larga vida al nuevo sexo! Larga vida (esperemos) para el maestro Cronenberg.
23 de septiembre de 2022
23 de septiembre de 2022
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
“La cirugía es el nuevo sexo”. Con esta frase de la película puede resumirse un poco lo que el público va a encontrarse en esta propuesta de Cronenberg. Por un lado, mutilaciones y vísceras y, por otro, un tono sensual que envuelve la historia, como si se tratase de un juego, nada serio.
Entre un exceso de secuencias explícitas y desagradables, el relato transcurre lentamente, plantando la semilla de varias ideas diferentes acerca del cambio climático, el plástico o la evolución de los seres humanos. Pero el film no logra desarrollar ninguno de sus argumentos, de modo que termina siendo simplemente una provocación visual.
Se conoce poco sobre los personajes y sobre el contexto, por lo que, al final, quedan muchas incógnitas sin resolver. Y, aunque es cierto que la realidad que plantea podría no estar muy lejos de la nuestra, en su conjunto, la cinta resulta perturbadora y sombría.
www.contraste.info
Entre un exceso de secuencias explícitas y desagradables, el relato transcurre lentamente, plantando la semilla de varias ideas diferentes acerca del cambio climático, el plástico o la evolución de los seres humanos. Pero el film no logra desarrollar ninguno de sus argumentos, de modo que termina siendo simplemente una provocación visual.
Se conoce poco sobre los personajes y sobre el contexto, por lo que, al final, quedan muchas incógnitas sin resolver. Y, aunque es cierto que la realidad que plantea podría no estar muy lejos de la nuestra, en su conjunto, la cinta resulta perturbadora y sombría.
www.contraste.info
21 de enero de 2023
21 de enero de 2023
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo mejor que podemos decir de ella es que sus referencias son buenas películas (suyaS), fundamentalmente Crash y ExistenZ, la sustitución del dolor por placer y la tecnología como extensión del cuerpo humano, la nueva carne. No llega a ser masturbatoria porque tiene buenas ideas aunque nacen y mueren sin desarrollarse, como el arte performativo son efímeras y no ayudan a construir una película sólida, ni tan siquiera como un "conjunto performance" está bien hilvanada.
Lo mejor también, no también, lo mejor sin duda, aunque tampoco novedoso, es esa estupenda puesta en escena en interiores. La luz y el color (incluso el del que están pintadas las paredes, más importante de lo que parece) da ese aspecto sintético y bellamente frío en el que discurre la totalidad de la acción. Pero, por ejemplo y sobre todo, en la existencialista Spider ese aspecto era extraordinario y además, ayudaba en su desarrollo. En este caso, aunque es lo mejor de la película no consigue elevarla de lo que realmente es. ¿Y qué es ?. No sé muy bien si es una comedia "orgánica", que lo es, por ejemplo la burla hacia el nuevo sexo que es el mundo de la cirugía generalizada (plástica, por supuesto) o un thriller inquietante sobre la "nueva etapa evolutiva".
Lo peor es ese mensaje ecológico bastante simplón sobre precisamente ese nuevo hombre en su nuevo estatus evolutivo, o nueva carne ecológica que digiere (plásticos y sintéticos) su propia basura contaminante. La verdad, es decepcionante que alguien como Cronenberg, que iba para divulgador científico, haya caído en ese discurso tan pobre y manido del "estamos destrozando el planeta", como si al planeta (su historia lo demuestra, la del planeta, no la del hombre) le importase algo nuestra presencia o ésta fuese significativa en la historia del tiempo, no la del hombre, la del tiempo. Postura de una perspectiva muy limitada, antropocéntrica y paradójicamente anti científica, además de contradictoria (según el propio "relato" vigente ha habido muchos cambios climáticos antes de la presencia del hombre; el hombre nunca ha cambiado ni cambiará el clima pero sí su cuerpo siguiendo patrones evolutivos, en la interpretación más benévola que hago de la película) y cercana al fanatismo religioso con predicciones apocalípticas que nunca se cumplen, un "Apocalyse now" en perpetuo suspenso. Si no hubiese sido Cronenberg sería perdonable pero de alguien como él no lo esperaba. Quizás sea, como dice el protagonista de la película, "más sexy para los financiadores del proyecto".
Entre los aspectos también negativos, en este caso totalmente subjetivo, está el problema de Mortensen. Se pasa toda la película, pero toda toda, susurrando y haciéndose el interesante. Es absolutamente insoportable, alguien debería decirle a este señor que es un mal actor para que se bajase del pedestal en el que él mismo se ha colocado y, a lo mejor, empezara a convertirse en un actor pasable con una buena cura de humildad. En su descargo tampoco ayuda ese aspecto de monje postmoderno que le han colocado. Un mesías de plástico.
Por lo tanto y en resumen, aunque no es completamente decepcionante y a los que nos gusta Cronenberg nos defraudará pero no es un desastre que nos haga cambiar de opinión y menos a estas alturas, y además, como he dicho, tiene buenas ideas, no es una película recomendable y menos para promocionar a este gran director a alguien que no conozca su filmografía.
Lo mejor también, no también, lo mejor sin duda, aunque tampoco novedoso, es esa estupenda puesta en escena en interiores. La luz y el color (incluso el del que están pintadas las paredes, más importante de lo que parece) da ese aspecto sintético y bellamente frío en el que discurre la totalidad de la acción. Pero, por ejemplo y sobre todo, en la existencialista Spider ese aspecto era extraordinario y además, ayudaba en su desarrollo. En este caso, aunque es lo mejor de la película no consigue elevarla de lo que realmente es. ¿Y qué es ?. No sé muy bien si es una comedia "orgánica", que lo es, por ejemplo la burla hacia el nuevo sexo que es el mundo de la cirugía generalizada (plástica, por supuesto) o un thriller inquietante sobre la "nueva etapa evolutiva".
Lo peor es ese mensaje ecológico bastante simplón sobre precisamente ese nuevo hombre en su nuevo estatus evolutivo, o nueva carne ecológica que digiere (plásticos y sintéticos) su propia basura contaminante. La verdad, es decepcionante que alguien como Cronenberg, que iba para divulgador científico, haya caído en ese discurso tan pobre y manido del "estamos destrozando el planeta", como si al planeta (su historia lo demuestra, la del planeta, no la del hombre) le importase algo nuestra presencia o ésta fuese significativa en la historia del tiempo, no la del hombre, la del tiempo. Postura de una perspectiva muy limitada, antropocéntrica y paradójicamente anti científica, además de contradictoria (según el propio "relato" vigente ha habido muchos cambios climáticos antes de la presencia del hombre; el hombre nunca ha cambiado ni cambiará el clima pero sí su cuerpo siguiendo patrones evolutivos, en la interpretación más benévola que hago de la película) y cercana al fanatismo religioso con predicciones apocalípticas que nunca se cumplen, un "Apocalyse now" en perpetuo suspenso. Si no hubiese sido Cronenberg sería perdonable pero de alguien como él no lo esperaba. Quizás sea, como dice el protagonista de la película, "más sexy para los financiadores del proyecto".
Entre los aspectos también negativos, en este caso totalmente subjetivo, está el problema de Mortensen. Se pasa toda la película, pero toda toda, susurrando y haciéndose el interesante. Es absolutamente insoportable, alguien debería decirle a este señor que es un mal actor para que se bajase del pedestal en el que él mismo se ha colocado y, a lo mejor, empezara a convertirse en un actor pasable con una buena cura de humildad. En su descargo tampoco ayuda ese aspecto de monje postmoderno que le han colocado. Un mesías de plástico.
Por lo tanto y en resumen, aunque no es completamente decepcionante y a los que nos gusta Cronenberg nos defraudará pero no es un desastre que nos haga cambiar de opinión y menos a estas alturas, y además, como he dicho, tiene buenas ideas, no es una película recomendable y menos para promocionar a este gran director a alguien que no conozca su filmografía.
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