Crimes of the Future
2022 

5.6
6,201
Ciencia ficción. Drama. Terror
Cuando la especie humana se adapta a un entorno artificial, el cuerpo humano es objeto de nuevas transformaciones y mutaciones. Con la ayuda de su compañera Caprice (Léa Seydoux), Saul Tenser (Viggo Mortensen), célebre artista performativo, escenifica la metamorfosis de sus órganos en espectáculos de vanguardia. Timlin (Kristen Stewart), una investigadora de la Oficina del Registro Nacional de Órganos, sigue de cerca sus prácticas. Es ... [+]
19 de octubre de 2022
19 de octubre de 2022
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con una filmografía fascinante bajo el brazo, en este 2022 y con 79 años de edad, ha regresado el David Cronenberg más David Cronenberg. Lo hace en su línea, o digamos, en la que alguna vez en desarrolló en bichos tan raros como Dead ringers (1988) o Crash (1996), jugando con el morbo, la sexualidad (en este caso una "nueva sexualidad") y desarrollando universos donde los parámetros morales lucen distorsionados respecto a lo que conocemos en nuestro mundo. Cronenberg ahí juega a placer, presentando acá un contexto muy especial, uno en donde los seres humanos han evolucionado (?), comenzando a generar nuevos órganos en sus cuerpos y por ende nuevos funcionamientos, dejando también de percibir dolor para conectarlo así con el placer ("la cirugía es el nuevo sexo").
El resto, en el spoiler...
El resto, en el spoiler...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En este escenario, el mundo observa entre maravillado y horrorizado a personajes como Saul Tencer (magnífico Viggo Mortensen), un artista que junto a Caprice (Lea Seydoux) ha hecho de la extracción (y tatuaje) de órganos una performance. Sin embargo, lo que se esconde tras esto es la negación por parte de Saul a la transformación definitiva, por esto mismo lo vemos sufrir intensamente durante toda la película, en una lucha a nivel orgánico, pues su cuerpo no le permite desarrollar funciones mínimas, como el hablar, comer o dormir, para lo cual requiere ayuda de una serie de máquinas, todos estos elementos estéticos fantásticos que le permiten a Cronenberg insertarnos en su retorcido mundo (cada escena en que aparecen estas sillas o camas son un verdadero manjar).
Fuera del terror estético que el director propone (que conecta en cierto modo con las herramientas que se utilizaban en Dead ringers), el erotismo que suele ser eje central en sus filmes acá vuelve a sentar presencia, aunque esta vez con mayor sutiliza. Ahí, son potentes los vínculos que se proyectan en torno a la figura de Saul Tencer, un personaje fascinante para quienes le rodean, primeramente Caprice, luego una tímida pero erotizada Timlin (sólida Kristen Stewart) e incluso (aunque de manera más confusa) Wippet (Don McKellar) da muestras de fascinación por el protagonista en ciertos momentos. El resto quizás no está tan bien desarrollado (tampoco da el tiempo), siendo ese quizás el principal defecto para una película enorme en su planteamiento y elementos individuales pero que como conjunto se enreda mientras avanza, intentando meter un rollo policial que instala más preguntas que respuestas (de pronto un detective desea detener el avance de estas prácticas pero... ¿por qué? ¿es una iniciativa propia o de Estado?). La película perfectamente podría haberse ahorrado esa sub trama profundizando otras y el resultado sin duda habría funcionado mejor.
De todas maneras, la imaginaría Cronenberg está de regreso en Crimes of the future, en un filme no perfecto pero de nivel, y todo quien ha seguido la obra de este genio estarán seguro se sentirá agradecido de aún verlo en activo, vigente y creativo.
¿Lo mejor? Las máquinas y todo el rollo de fascinación erótica en torno a la figura de Saul Tenser.
¿Lo peor? El rollo policial, innecesario
http://politocine.blogspot.com
Fuera del terror estético que el director propone (que conecta en cierto modo con las herramientas que se utilizaban en Dead ringers), el erotismo que suele ser eje central en sus filmes acá vuelve a sentar presencia, aunque esta vez con mayor sutiliza. Ahí, son potentes los vínculos que se proyectan en torno a la figura de Saul Tencer, un personaje fascinante para quienes le rodean, primeramente Caprice, luego una tímida pero erotizada Timlin (sólida Kristen Stewart) e incluso (aunque de manera más confusa) Wippet (Don McKellar) da muestras de fascinación por el protagonista en ciertos momentos. El resto quizás no está tan bien desarrollado (tampoco da el tiempo), siendo ese quizás el principal defecto para una película enorme en su planteamiento y elementos individuales pero que como conjunto se enreda mientras avanza, intentando meter un rollo policial que instala más preguntas que respuestas (de pronto un detective desea detener el avance de estas prácticas pero... ¿por qué? ¿es una iniciativa propia o de Estado?). La película perfectamente podría haberse ahorrado esa sub trama profundizando otras y el resultado sin duda habría funcionado mejor.
De todas maneras, la imaginaría Cronenberg está de regreso en Crimes of the future, en un filme no perfecto pero de nivel, y todo quien ha seguido la obra de este genio estarán seguro se sentirá agradecido de aún verlo en activo, vigente y creativo.
¿Lo mejor? Las máquinas y todo el rollo de fascinación erótica en torno a la figura de Saul Tenser.
¿Lo peor? El rollo policial, innecesario
http://politocine.blogspot.com
22 de junio de 2022
22 de junio de 2022
15 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Crimes of the Future es el regreso de David Cronenberg a sus obsesiones orgánicas, las mutaciones y las conspiraciones más perturbadoras y enfermizas. Después de casi 20 años transitando por derroteros narrativos y artísticos tangenciales, aunque sin perder nunca sus señas de identidad, el cineasta canadiense vuelve por los fueros de la Nueva Carne (y en plena forma pese a contar con 79 años).
Crimes of the Future nos cuenta como en un futuro distópico y cuasi-apocalíptico, donde la especie humana está empezando a metamorfosear su estructura biológica, dos artistas de performance, Saul Tenser (Viggo Mortensen) y Caprice (Lea Seydoux), ofrecen espectáculos vanguardistas clandestinos de “transhumanismo” a espectadores adictos y deseosos de ver cómo algunas personas tienen la capacidad de generar cambios corporales. Todo ello en una situación paranoide donde confluyen grupos gubernamentales que tratan de detener estas manifestaciones meta-humanas y grupos subversivos al poder que tratan de revelar el verdadero “Nuevo Orden Cárnico” mundial. Puro regocijo estilo Cronenberg aderezado de pinceladas de J.G. Ballard, Chuck Palahniuk o Hubert Selby, Jr.
El delirio argumental, con cierta estructura narrativa que puede recordar al cine negro en algunos pasajes, es la gran excusa de Cronenberg para hablar de forma metafórica de la sociedad actual (como siempre ha hecho). Del impacto de los desastres ecológicos en el planeta, del imparable avance tecnológico y sus posibles consecuencias en la mente humana, de la pérdida de valores éticos y morales de la sociedad, del vacío existencial de nuestras vidas y de la banalidad y estulticia en la que algunos convierten el arte. Una amalgama de ideas que se yuxtaponen y entrelazan en diferentes capas cual nervios, órganos, sangre y pus. Una cinta compleja y oscura que requerirá de varios visionados para disfrutarla en su plenitud.
Deleitará sobremanera a los fans de la primera etapa del director y dejará frío o repelerá a quien no comulgue con estas propuestas más radicales y transgresoras. De lo que no hay duda es de la calidad técnica y artística del film. La dirección artística es minimalista e inquietante representando un mundo decadente y en descomposición a la par que ultra tecnológico, la fotografía es asombrosa y le confiere un halo de ensoñación lisérgica a la historia y el montaje es de una precisión quirúrgica absoluta que no te permite parpadear, y todo ello envuelto en una de las mejores partituras compuestas por Howard Shore. En cuanto a los actores, se nota que están entregados al proyecto y no dudan en lanzarse al vacío y seguir las indicaciones del demiurgo canadiense. Estando todos intérpretes soberbios, destacaría al trio protagonista: Viggo Mortensen, Lea Seydoux y Kristen Steward.
En definitiva, Crimes of the Future es una joya adictiva, hipnótica, oscura, transgresora y perversa que nos atrapa en sus 107 minutos de duración y nos acompañará mucho tiempo después de finalizada su proyección. Tal vez no sea todo lo extrema que a muchos nos habría gustado pero este regreso a la Nueva Carne es un plato exquisito que nos regala un puñado de escenas siniestras e inquietantes que se grabarán en nuestra mente como si de un tatuaje se tratara. Por desgracia, no es apta ni recomendable para todos los paladares.
Crimes of the Future nos cuenta como en un futuro distópico y cuasi-apocalíptico, donde la especie humana está empezando a metamorfosear su estructura biológica, dos artistas de performance, Saul Tenser (Viggo Mortensen) y Caprice (Lea Seydoux), ofrecen espectáculos vanguardistas clandestinos de “transhumanismo” a espectadores adictos y deseosos de ver cómo algunas personas tienen la capacidad de generar cambios corporales. Todo ello en una situación paranoide donde confluyen grupos gubernamentales que tratan de detener estas manifestaciones meta-humanas y grupos subversivos al poder que tratan de revelar el verdadero “Nuevo Orden Cárnico” mundial. Puro regocijo estilo Cronenberg aderezado de pinceladas de J.G. Ballard, Chuck Palahniuk o Hubert Selby, Jr.
El delirio argumental, con cierta estructura narrativa que puede recordar al cine negro en algunos pasajes, es la gran excusa de Cronenberg para hablar de forma metafórica de la sociedad actual (como siempre ha hecho). Del impacto de los desastres ecológicos en el planeta, del imparable avance tecnológico y sus posibles consecuencias en la mente humana, de la pérdida de valores éticos y morales de la sociedad, del vacío existencial de nuestras vidas y de la banalidad y estulticia en la que algunos convierten el arte. Una amalgama de ideas que se yuxtaponen y entrelazan en diferentes capas cual nervios, órganos, sangre y pus. Una cinta compleja y oscura que requerirá de varios visionados para disfrutarla en su plenitud.
Deleitará sobremanera a los fans de la primera etapa del director y dejará frío o repelerá a quien no comulgue con estas propuestas más radicales y transgresoras. De lo que no hay duda es de la calidad técnica y artística del film. La dirección artística es minimalista e inquietante representando un mundo decadente y en descomposición a la par que ultra tecnológico, la fotografía es asombrosa y le confiere un halo de ensoñación lisérgica a la historia y el montaje es de una precisión quirúrgica absoluta que no te permite parpadear, y todo ello envuelto en una de las mejores partituras compuestas por Howard Shore. En cuanto a los actores, se nota que están entregados al proyecto y no dudan en lanzarse al vacío y seguir las indicaciones del demiurgo canadiense. Estando todos intérpretes soberbios, destacaría al trio protagonista: Viggo Mortensen, Lea Seydoux y Kristen Steward.
En definitiva, Crimes of the Future es una joya adictiva, hipnótica, oscura, transgresora y perversa que nos atrapa en sus 107 minutos de duración y nos acompañará mucho tiempo después de finalizada su proyección. Tal vez no sea todo lo extrema que a muchos nos habría gustado pero este regreso a la Nueva Carne es un plato exquisito que nos regala un puñado de escenas siniestras e inquietantes que se grabarán en nuestra mente como si de un tatuaje se tratara. Por desgracia, no es apta ni recomendable para todos los paladares.
5 de octubre de 2022
5 de octubre de 2022
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parto de que la idea es buena, no tan original como podría parecer, pero interesante al menos.
Bien rodada, imágenes impactantes, buenas interpretaciones... pero todo es una apuesta a que el espectador sienta repugnancia ante la dureza de lo que ve; que se repliegue ante lo crudo de cada órgano, de cada sutura, y eso haga olvidar que detrás apenas hay una sugerencia: ¿puede el humano mutar a un organismo artificial que soporte la decrepitud del planeta, la degenación de una especie condenada a su autodestrucción?
Cronenberg basa su juego en lo inhóspito de las relaciones humanas, en insólitas alianzas y en conspiraciones entre facciones gubernamentales y otras disidentes enfrentadas a la nstitucionalidad.
Kristen Stewart, al contrario del papel de Lèa Seydoux, una "perfomancer" sin prejuicios pero con una clara moral de lo que debe ser la interpretación del arte, interpreta a una funcionaria reprimida, con una dualidad obsesiva y contradictoria, tan ávida de emociones como de difícil asunción.
La erótica que parece querer transmitir la película con su morbosa exposición de órganos puede excitar en un primer momento, hasta ver qué nueva morcilla sale del interior de quien las genera, pero tal rareza se vuelve una sucesión de embutidos que quita el apetito sexual y del otro.
En resumen, Cronenberg busca impactar y ampliar con imágenes cuando la historia no da más de sí, o, lo que es lo mismo, las fotos siguen cuando el relato se agota.
Bien rodada, imágenes impactantes, buenas interpretaciones... pero todo es una apuesta a que el espectador sienta repugnancia ante la dureza de lo que ve; que se repliegue ante lo crudo de cada órgano, de cada sutura, y eso haga olvidar que detrás apenas hay una sugerencia: ¿puede el humano mutar a un organismo artificial que soporte la decrepitud del planeta, la degenación de una especie condenada a su autodestrucción?
Cronenberg basa su juego en lo inhóspito de las relaciones humanas, en insólitas alianzas y en conspiraciones entre facciones gubernamentales y otras disidentes enfrentadas a la nstitucionalidad.
Kristen Stewart, al contrario del papel de Lèa Seydoux, una "perfomancer" sin prejuicios pero con una clara moral de lo que debe ser la interpretación del arte, interpreta a una funcionaria reprimida, con una dualidad obsesiva y contradictoria, tan ávida de emociones como de difícil asunción.
La erótica que parece querer transmitir la película con su morbosa exposición de órganos puede excitar en un primer momento, hasta ver qué nueva morcilla sale del interior de quien las genera, pero tal rareza se vuelve una sucesión de embutidos que quita el apetito sexual y del otro.
En resumen, Cronenberg busca impactar y ampliar con imágenes cuando la historia no da más de sí, o, lo que es lo mismo, las fotos siguen cuando el relato se agota.
29 de septiembre de 2022
29 de septiembre de 2022
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ha dicho una de las peores película que he visto en mi vida.
El tráiler tenía buena pinta pero luego el desarrollo de la película ha sido lento fangoso oscuro y muchas veces hasta absurdo.
La película carece de agilidad no sabes el momento que pueda ya acabar porque da unas ganas de hacerse un harakiri.
Yo aguante hasta el final porque estaba lloviendo en Madrid y no me quería mojar.
No sé cómo Viggo aceptó esta película
El tráiler tenía buena pinta pero luego el desarrollo de la película ha sido lento fangoso oscuro y muchas veces hasta absurdo.
La película carece de agilidad no sabes el momento que pueda ya acabar porque da unas ganas de hacerse un harakiri.
Yo aguante hasta el final porque estaba lloviendo en Madrid y no me quería mojar.
No sé cómo Viggo aceptó esta película
28 de junio de 2022
28 de junio de 2022
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las películas mas esperadas del año por la expectación de que traería su director después de casi 10 años.
Creo que es la primera película canadiense que veo de Cronenberg y no se que me pasa con este país pero nunca salgo satisfecho de ver algo de ahí. Mis mejores experiencias han sido cuando ha trabajo en EEUU, como puede ser con la mosca, o la zona muerta, aunque tampoco he visto muchísimo de él.
La película en si puede que traiga algo de decepción, no se si es por la edad o que, pero muchos directores cuando llegan a un punto de su carrera intentan hacer un Lynch sin serlo, cuando con aquel aunque no entiendas que está pasando, estas implicado con la película y no paras de darle vueltas a la cabeza, porque aún sin entender que estas viendo, se disfrutan mucho, y es justamente lo contrario que me pasa con esta, pierdo completamente la motivación de la misma en todo momento y no me suscita ningún tipo de interés analítico. Casi soporífera incluso.
En general, una película fría y plana que aún conserva la extrañeza y el horror de aquel Cronenberg, pero únicamente en su forma y no en el fondo.
Creo que es la primera película canadiense que veo de Cronenberg y no se que me pasa con este país pero nunca salgo satisfecho de ver algo de ahí. Mis mejores experiencias han sido cuando ha trabajo en EEUU, como puede ser con la mosca, o la zona muerta, aunque tampoco he visto muchísimo de él.
La película en si puede que traiga algo de decepción, no se si es por la edad o que, pero muchos directores cuando llegan a un punto de su carrera intentan hacer un Lynch sin serlo, cuando con aquel aunque no entiendas que está pasando, estas implicado con la película y no paras de darle vueltas a la cabeza, porque aún sin entender que estas viendo, se disfrutan mucho, y es justamente lo contrario que me pasa con esta, pierdo completamente la motivación de la misma en todo momento y no me suscita ningún tipo de interés analítico. Casi soporífera incluso.
En general, una película fría y plana que aún conserva la extrañeza y el horror de aquel Cronenberg, pero únicamente en su forma y no en el fondo.
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