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A propósito de Llewyn Davis

Drama Nueva York, 1961. Llewyn Davis (Oscar Isaac) es un joven cantante de folk que vive de mala manera en el Greenwich Village. Durante un gélido invierno, con su guitarra a cuestas, sin casa fija y sin apenas dinero lucha por ganarse la vida como músico. Sobrevive cantando en pequeños garitos, pero, sobre todo, gracias a la ayuda de algunos amigos que le prestan su sofá para pasar las frías noches. De repente, decide viajar a Chicago para ... [+]
Críticas 182
Críticas ordenadas por utilidad
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5
9 de enero de 2014
32 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como suele suceder con los directores de "culto", cualquier bodrio que se les ocurra es jaleado inmediatamente por toda una cohorte de snobs que no quieren quedarse fuera de onda.
La película de marras es pasable, eso es todo. Olvidable, también. Los bostezos irán en aumento al ritmo de las insufribles canciones del protagonista, un looser en toda regla que no tiene donde caerse muerto (ese es todo el mensaje de la película, observar el periplo del muchacho por los diferentes sofás de los amigos).
Las "carcajadas" que dice alguno por ahí vienen básicamente de las enternecedoras escenas del gatito, un recurso muy original que Walt Disney rubricaría sin dudar.

Sigo en el spoiler, no sea que os estropee esta maravilla:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Otras sonrisas provienen de la relación con la chica, que es lo único que se salva de la función, esa relación amor-odio y la interpretación de Carey Mulligan.

En cuanto al viaje a Chicago, una especie de paréntesis surrealista en plan road movie sin ninguna relación con el resto de la película, con los personajes Goodman y Timberlake metidos ahí con calzador sin que sepamos a qué viene el cuento, eso sí, tienen su gracia.

Por último ese flash back final que pretende cerrar el ciclo de la peli para no llevarnos a ninguna parte, tampoco entiendo la necesidad de repetir la escena del callejón, bastante boba por cierto, como dice el crítico del Times, cuando en un callejón oscuro de NY un tipo os hable amenazadoramente, mejor no te acerques, so memo.

Y como detalle final, para que nos vayamos con buen sabor de boca, vislumbrar de refilón a Bob Dylan en sus supuestos inicios. Orgásmico.
9
3 de enero de 2014
21 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Horas después de su visionado aun no he conseguido quitármela de la cabeza. Es de esas pelis que se quedan en el subconsciente una larga temporada, que mascas como un chicle buscando su último resquicio de sabor porque temes que se agote.
Con la mente más fresca se hace grandiosa, porque cada detalle que aflora es una genialidad instantánea.
Es la facilidad que poseen para manejar el espacio y la perspectiva visual en esos ambientes de tugurios y callejones lúgubres, retretes y garitos de carretera perdidos y pasillos imposibles.
Son sus elípsis, sus metáforas y sus guiños encerrados en un descenso a los infiernos cíclico que parece no contar nada pero que te lo cuenta todo.
Es ese universo de personajes memorables, icónicos y surrealistas que hacen de lo patético un arte y salpican una historia profundamente triste con pinceladas del humor más mordaz e irónico.
Es ese personaje que deambula en los límites de lo racional, el perdedor por antonomasia encerrado en un bucle sin salida, el mejor personaje que ha parido la pluma Coen desde el Nota.
Es lo genuino de cada encuadre, de cada detalle en la ambientación y de su capacidad para sumergir al espectador en la penosa odisea del protagonista.

Es posiblemente la película más entrañable y repleta de humanidad que han hecho hasta la fecha. Y es una de las que terminará entre las elegidas de su Olimpo cinematográfico. No ganará ni un puto premio, no está pensada para tal efecto. Ha sido creada para mantenerse en la memoria.
7
21 de noviembre de 2013
26 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de los Coen. Y no hay más. Sólo este grupo de hermanos consigue hacer este tipo de cine. Un tipo de cine en el que parece que nada se dice y sin embargo sales de la sala con una sensación maravillosa de haber visto una historia que te ha aportado algo. Sea para bien o para mal.

La vida de Davis no es fácil, sumido en una especie de depresión por culpa del suicidio de su antiguo compañero de escena de la que no quiere darse del todo cuenta, vaga de casa en casa, de sofá en sofá. Sin casi dinero en su bolsillo lo único que tiene en su vida es una guitarra, y amistades forzosas. El mundo ya no tiene un sitio designado para él y comienza a pensar en que quizá su padre, que se alistó en la marina como solución forzosa, no fue tan cobarde.

Todo lo que ocurre después en la película no se puede contar, sobre todo porque contar una película de los Coen y conservar su esencia es imposible. Por lo que el consejo es: sentarse en la butaca y relajarse, ver como los personajes que pasan por la pantalla llenan tanto la vida de Davis como la tuya.
8
2 de enero de 2014
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acaba a película casi antes de que te des cuenta (por lo rápido que se te pasa) y la sensación es que todavía no ha ocurrido nada, que no ha llegado el acontecimiento en torno al cual esperas que gire la trama. Pero en seguida entiendes que ese es el quid de la película: que no tiene centro, que no pasa en ella nada excepcional. En efecto: se trata de retratar a un personaje que no se dirige a nada ni llega a nada, que da vueltas sobre lo mismo, que resulta recurrente, que se va para volver y viene para irse. Y la mejor manera de hacerlo es adquiriendo la propia película el carácter del personaje. Pues, como digo, la película se permite el lujo de que no pase propiamente nada en ella, de que los temas, los motivos y las escenas se repitan, de que se esté girando en círculo.

Así, la peli empieza en el mismo punto en el que termina; su protagonista va a Chicago solo para volver a Nueva York; toca la misma canción una y otra vez en el mismo garito; visita las mismas casas -la misma escena del telefonillo, la misma persecución del gato, la misma visita a la pareja que le acoge-. La carencia de rumbo del protagonista se contagia a la propia película; ella misma no se dirige a ningún sitio, no pretende nada en especial. Simplemente discurre sin mayores pretensiones. Por eso mismo se disfruta tanto al verla.
2
3 de enero de 2014
32 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es la primera vez que escribo una crítica y no voy a ser muy extensa porque no entiendo de cine, la verdad. Fui a ver esta película porque yo había visto otras de Joel y Ethan Coen que me habían gustado y pensé que esta me gustaría igual o más.
Lo que me pasó con esta película es que yo estaba esperando a que pasara algo y no pasaba NADA, se sucede escena tras escena y no ocurre nada relevante, no hay un argumento, no lo hay, no es entretenida y además me dejó indiferente. Ni tristeza, ni angustia, ni melancolía, ni nada, todo gris y plano. Además, los personajes son tan artificiales que no eres capaz de simpatizar con ellos. Y me cuesta mucho, mucho entender que haya alguien a quien haya podido entretener esto. Yo no tengo ni bigote ni gafas de pasta, así que no la disfruté para nada. ¿Y el final? No sé, hablando en plata, esta película es un c*ñazo.
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