Chloe
5.5
9,432
Thriller. Drama
Catherine, una doctora de éxito, sospecha que su marido David, un atractivo profesor de música, la engaña. Deseando salir de dudas, contrata a la joven e irresistible Chloe para que ponga a prueba la fidelidad de David. Los tórridos relatos de Chloe sobre sus encuentros con David embarcan a Catherine en un confuso viaje de redescubrimiento sexual. (FILMAFFINITY)
5 de diciembre de 2010
5 de diciembre de 2010
12 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de ver esta película, uno se frota los ojos y espera atentamente a ver los títulos de crédito, con la seguridad de haberse confundido al leer el nombre del director de la misma. Pues no, parece que es cierto. Los títulos lo confirman claramente. Atom Egoyan ha dirigido este film. El que años atrás fuera considerado poco menos que un director de culto con películas del prestigio de “Exótica”, “El dulce porvenir” o “Ararat”, es el padre de esta criatura digna de acompañarnos un domingo por la tarde en cualquier cadena privada de televisión o de ocupar un modesto espacio en cualquier video-club de barrio de hace veinte años. Con un gusto añejo y una estética felizmente superada hace algunas décadas, este thriller simplón y de guión increíble, sorprende, en este caso desafortunadamente, por venir de quien viene.
La torpeza del guión es casi infinita. Un cúmulo de situaciones forzadas, coincidencias inverosímiles y toques de erotismo light metidos con calzador. Da la impresión que todo debía confluir para poder justificar la escena lésbica entre Amanda Seyfried y Julianne Moore, pero resulta tan cantada, tan previsible, que roza lo grotesco. Casi tanto como la inexistente química entre esta última y Liam Neeson, fruto quizás de la absurda relación matrimonial que tienen sus personajes.
Y como buen thriller al uso, la película concentra sus energías en un clímax final casi de vergüenza ajena. Digno colofón para una historia que cuesta creer alguien pueda llegar a tomarse en serio.
La torpeza del guión es casi infinita. Un cúmulo de situaciones forzadas, coincidencias inverosímiles y toques de erotismo light metidos con calzador. Da la impresión que todo debía confluir para poder justificar la escena lésbica entre Amanda Seyfried y Julianne Moore, pero resulta tan cantada, tan previsible, que roza lo grotesco. Casi tanto como la inexistente química entre esta última y Liam Neeson, fruto quizás de la absurda relación matrimonial que tienen sus personajes.
Y como buen thriller al uso, la película concentra sus energías en un clímax final casi de vergüenza ajena. Digno colofón para una historia que cuesta creer alguien pueda llegar a tomarse en serio.
5 de febrero de 2013
5 de febrero de 2013
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
No esperen sorpresas de Chloe, es una típica película de sobremesa que se encuentra sobre la media por diversas razones: su presupuesto, su reparto y la dirección. Comencé a ver la película con cierto escepticismo, presentada en temporada de premios, y por ello con ciertas aspiraciones, se fué de vacío y su recaudación resultó ser bastante discreta.
Me resultó por tanto un poco difícil centrarme bien en la película, aunque una espectacular y nunca decepcionante Julianne Moore (¡denle un Óscar de actriz principal por favor!) logra mantenerte sentado y bien sentado. Es increíble la gran variedad de matices que logra dar esta actriz a su personaje, lo bien que logra expresar sus sentimientos de confusión, tensión, abatimiento, etc., y la seriedad de la que logra revestir la película. Gran acierto el del director al cargar sobre sus hombros la mayor parte del filme. Desde luego su interpretación merecía más consideración. Liam Neeson está muy correcto, aunque quizás, no tanto por su culpa sino por la poca relevancia que se da a su personaje, no puede lucirse mucho. Amanda Seyfried no está mal. Tiene química con Moore, aunque más bien gracias a esta última (un gran actor/actriz siempre logra esa buena química con sus compañeros de reparto). A Seyfried la falta rodaje. Eché en falta más matices de locura/maldad a su personaje, al igual que los que demostró excelentemente Close en "Atracción fatal".
Como he dicho, la película se yergue gracias a su reparto, aunque el mal elaborado y precipitado final deja un mal sabor de boca.
Me resultó por tanto un poco difícil centrarme bien en la película, aunque una espectacular y nunca decepcionante Julianne Moore (¡denle un Óscar de actriz principal por favor!) logra mantenerte sentado y bien sentado. Es increíble la gran variedad de matices que logra dar esta actriz a su personaje, lo bien que logra expresar sus sentimientos de confusión, tensión, abatimiento, etc., y la seriedad de la que logra revestir la película. Gran acierto el del director al cargar sobre sus hombros la mayor parte del filme. Desde luego su interpretación merecía más consideración. Liam Neeson está muy correcto, aunque quizás, no tanto por su culpa sino por la poca relevancia que se da a su personaje, no puede lucirse mucho. Amanda Seyfried no está mal. Tiene química con Moore, aunque más bien gracias a esta última (un gran actor/actriz siempre logra esa buena química con sus compañeros de reparto). A Seyfried la falta rodaje. Eché en falta más matices de locura/maldad a su personaje, al igual que los que demostró excelentemente Close en "Atracción fatal".
Como he dicho, la película se yergue gracias a su reparto, aunque el mal elaborado y precipitado final deja un mal sabor de boca.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
No entiendo muy bien la imagen final de Moore con el pasador de Seyfried. ¿Significa que el personaje de Moore llegó a estar enamorada del de Seyfried?
9 de marzo de 2010
9 de marzo de 2010
13 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por primera vez Atom Egoyan decide dejar de lado sus personales películas puzzle para realizar un filme convencional y sobre todo lineal, producido por nada menos que el realizador de Cazafantasmas y con un guión ajeno, aunque rodado con su equipo habitual. Al igual que en ocasiones David Lynch, siempre resulta estimulante ver a este tipo de realizadores fuera de su hábitat natural, desenvolviéndose en márgenes más académicos.
El resultado es bastante satisfactorio. La película se enlaza temáticamente con el imaginario de Egoyan a través de Exótica (1994), no sólo por el voyeurismo ejercido por sus personajes e implícitamente por el espectador, sino también por la representación del mundo de las dependencias eróticas del subconsciente humano. Subyace también la dicotomía entre la represión y la fantasía sexual, entre las narraciones de Chloe, la curiosidad de Catherine y los posibles malentendidos entre ambas*.
No faltan por otra parte las obsesiones habituales de Egoyan, que quedan tamizadas por la formas del melodrama que adopta el filme, pero que no pasan desapercibidas: La idea de filtrar o descomponer la realidad mediante el vídeo o sugiriendo pantallas a través de ventanas o marcos que reencuadran la imagen, o con espejos*.
En definitiva Egoyan responde a la cita con una vertiente más industrial del cine con estilo y oficio pero nos queda la duda de imaginar cómo hubiera sido la misma película desde su otra perspectiva. Esta vez sirve al menos para demostrar su capacidad de adaptación fuera de su propia fórmula desestructurada.
El resultado es bastante satisfactorio. La película se enlaza temáticamente con el imaginario de Egoyan a través de Exótica (1994), no sólo por el voyeurismo ejercido por sus personajes e implícitamente por el espectador, sino también por la representación del mundo de las dependencias eróticas del subconsciente humano. Subyace también la dicotomía entre la represión y la fantasía sexual, entre las narraciones de Chloe, la curiosidad de Catherine y los posibles malentendidos entre ambas*.
No faltan por otra parte las obsesiones habituales de Egoyan, que quedan tamizadas por la formas del melodrama que adopta el filme, pero que no pasan desapercibidas: La idea de filtrar o descomponer la realidad mediante el vídeo o sugiriendo pantallas a través de ventanas o marcos que reencuadran la imagen, o con espejos*.
En definitiva Egoyan responde a la cita con una vertiente más industrial del cine con estilo y oficio pero nos queda la duda de imaginar cómo hubiera sido la misma película desde su otra perspectiva. Esta vez sirve al menos para demostrar su capacidad de adaptación fuera de su propia fórmula desestructurada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
*1Siendo menos explicito en esta película, el fetichismo de algunos objetos ocupa un lugar determinante, notablemente la peineta que regala la prostituta a Catherine y que cierra el filme en el plano de la nuca de Julianne Moore.
*2 En una escena determinante estas lindes son atravesadas literal y metafóricamente por Chloe cuando cae rompiendo la ventana. La diferencia aquí es que estas imágenes no se utilizan ni para representar momentos pasados o futuros ni para recrear representaciones del subconsciente como ocurre en las películas "normales" de Egoyan. En esta ocasión y debido a la linealidad del filme estas ventanas sólo nos remiten a la situación presente y a nuestra condición de voyeur en ciertos momentos.
*2 En una escena determinante estas lindes son atravesadas literal y metafóricamente por Chloe cuando cae rompiendo la ventana. La diferencia aquí es que estas imágenes no se utilizan ni para representar momentos pasados o futuros ni para recrear representaciones del subconsciente como ocurre en las películas "normales" de Egoyan. En esta ocasión y debido a la linealidad del filme estas ventanas sólo nos remiten a la situación presente y a nuestra condición de voyeur en ciertos momentos.
28 de abril de 2013
28 de abril de 2013
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un resumen no oficial de Atom Egoyan es, para los que no entendemos mucho de cine pero nos leemos las críticas de los periódicos para saber en qué gastarnos el dinero de las entradas, diría que es uno de los directores más queridos por la crítica profesional, un fino estilista para que el que la forma es tanto o más importante que el fondo y, ya poniéndonos objetivos y citando a la Wikipedia, «(…) algunos temas recurrentes de su trabajo son la alienación y la soledad, que trata mediante personajes cuyas interacciones están mediadas por la tecnología, la burocracia u otras estructuras de poder». O sea, hablando claro, que puede darse el caso de que paguemos nueve euros para ir al cine que nos encontremos con que un personaje se tira tres o cuatro minutos diciéndolo todo sin decir ni una palabra, solo con la atmósfera y la forma que tiene de mirar las amapolas por la ventana a través del espejo.
Nada más lejos de m intención sugerir que el cine de este señor sea un peñazo, de hecho, si los actores se dan las mismas hostias por salir en sus películas que en las de Almodóvar, será por algo… pero no sé, como que no va conmigo. Y eso que comparada con otras películas de este hombre como “Exótica” o “Ararat”, “Chloe” casi es cine comercial… pero a mí me pareció bastante normalita. Entendible y aburrida dentro de parámetros aceptables, pero muy normalita: una copia oficiosa de “Atracción fatal” con menos tensión y más psicología (o sea más componente emocional y menos thriller), mayor cuidado estético y menos frenetismo, que no se me rompa la atmósfera, que no se me despeine el protagonista y que no se me descoloque cada intrascendente detalle que tanto he pensado cómo y dónde ubicar.
Con un destacable reparto encabezado por el incombustible e incómodo Liam Neeson en un papel anodino y la siempre adorable Julianne Moore (supongo que la otra musa pelirroja del cine-coñazo Sarah Polley estaba liada en otra cosa), “Chloe” se embarga en una sofisticada y rebuscada historia de triángulos, cuadrados y círculos amorosos en una familia de clase alta-muy alta (no hay nada como una casa de estilo Joaquín Torres para crear estilismos y glamour) que fracasa en sus dos supuestos giros sorpresivos telegrafiados con cinco secuencias de antelación. El final es tan previsible, malo y poco creíble como el desarrollo, sólo el desnudo de Amanda Seyfried rompe un poco la atonía de una película que, si el productor fuese un poco inteligente, habría cortado en el momento que sale la primera teta y muchos se lo hubiésemos agradecido.
Mucho envoltorio para una película fría, gélida. “Chloe” encaja perfectamente en la filmografía de Egoyan: ideal para el que le guste ver cine para buscar ideas de decoración o para directores que quieran inspiración de cara a vídeos de bodas y comuniones.
Nada más lejos de m intención sugerir que el cine de este señor sea un peñazo, de hecho, si los actores se dan las mismas hostias por salir en sus películas que en las de Almodóvar, será por algo… pero no sé, como que no va conmigo. Y eso que comparada con otras películas de este hombre como “Exótica” o “Ararat”, “Chloe” casi es cine comercial… pero a mí me pareció bastante normalita. Entendible y aburrida dentro de parámetros aceptables, pero muy normalita: una copia oficiosa de “Atracción fatal” con menos tensión y más psicología (o sea más componente emocional y menos thriller), mayor cuidado estético y menos frenetismo, que no se me rompa la atmósfera, que no se me despeine el protagonista y que no se me descoloque cada intrascendente detalle que tanto he pensado cómo y dónde ubicar.
Con un destacable reparto encabezado por el incombustible e incómodo Liam Neeson en un papel anodino y la siempre adorable Julianne Moore (supongo que la otra musa pelirroja del cine-coñazo Sarah Polley estaba liada en otra cosa), “Chloe” se embarga en una sofisticada y rebuscada historia de triángulos, cuadrados y círculos amorosos en una familia de clase alta-muy alta (no hay nada como una casa de estilo Joaquín Torres para crear estilismos y glamour) que fracasa en sus dos supuestos giros sorpresivos telegrafiados con cinco secuencias de antelación. El final es tan previsible, malo y poco creíble como el desarrollo, sólo el desnudo de Amanda Seyfried rompe un poco la atonía de una película que, si el productor fuese un poco inteligente, habría cortado en el momento que sale la primera teta y muchos se lo hubiésemos agradecido.
Mucho envoltorio para una película fría, gélida. “Chloe” encaja perfectamente en la filmografía de Egoyan: ideal para el que le guste ver cine para buscar ideas de decoración o para directores que quieran inspiración de cara a vídeos de bodas y comuniones.
1 de junio de 2011
1 de junio de 2011
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No consigo saber exactamente qué pretende subrayar Atom Egoyan con estas relaciones en las que el sexo es el eje averiado del amor que se enfría, del amor loco, de la desconfianza, del dominio.
El buen director armenio-canadiense no acierta en esta ocasión, según mi modesta opinión, con la salida del laberinto que él mismo ha diseñado con historias ya contadas y que deberían haber tenido en sus manos un mejor aprovechamiento.
La prostituta, como los demás protagonistas, es sólo una piel que vive sobre la auténtica Chloe, la que descubriremos al final; y estas capas que desnudan la cebolla son la parte más interesante de un film en el que el personaje de Liam Neeson es devorado con demasiada avidez, por Julianne Moore, sin dejarle expresarse; y donde la química venenosa entre Chloe y Catherine no funciona en la pantalla, o no existe.
El buen director armenio-canadiense no acierta en esta ocasión, según mi modesta opinión, con la salida del laberinto que él mismo ha diseñado con historias ya contadas y que deberían haber tenido en sus manos un mejor aprovechamiento.
La prostituta, como los demás protagonistas, es sólo una piel que vive sobre la auténtica Chloe, la que descubriremos al final; y estas capas que desnudan la cebolla son la parte más interesante de un film en el que el personaje de Liam Neeson es devorado con demasiada avidez, por Julianne Moore, sin dejarle expresarse; y donde la química venenosa entre Chloe y Catherine no funciona en la pantalla, o no existe.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Dos conclusiones, a las que no creo que quisiera llegar el director, pero sí llegó la ginecóloga, son: que los experimentos hay que hacerlos con Casera y que más vale permanecer unidos y con dudas que poner en juego categoría social, falsas amistades y carísimas viviendas acristaladas
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