La cuarta parte, y menos mal que no última a pesar de su título, es otra de las mejores secuelas de la saga. La ambientación recupera la oscuridad de los dos primeros episodios y sigue la estela de la tercera con sangrientos asesinatos curradísimos y excelentemente hechos (por el maestro Tom Savini, que ya había trabajado en la primera parte). Vuelven más personajes para hacer disfrutar a los fans, situaciones divertidas no rebajan la tensión que se va acumulando a medida que se acerca el final, un excelente final que sin lugar a dudas es uno de los mejores de la saga. La protagonista es una actriz excepcional y hace un trabajo perfecto, para ser heroína de una peli de terror hay que tomárselo en serio y la joven KIMBERLY BECK grita, corre y sufre de manera increíble (más quisieran muchas protas de pelis de hoy en día cuyas actuaciones dan risa). Se le suma el pequeño y recordado COREY FELDMAN (de "Gremlins", "Los Goonies", "Jóvenes ocultos",...) que también está muy bien en el rol que cumple. Por lo demás, volvemos a escuchar la estridente y genial banda sonora y a disfrutar de una joya slasher de la buena época del género, los ochenta. Eso sí gente con gustos muy refinados que se vayan a ver truños de Fellini y Kurosawa porque un film como éste les parecerá vacío e insustancial.
Yo digo que es un clásico genial, bien hecho con ganas y disfrutable para nostálgicos de los ochenta, fans del buen cine de terror y sobre todo fans de los slashers y de la saga...

Tercer "remake" (porque esto no son secuelas, son la misma película cambiando a los adolescentes agilipollados) de Viernes 13 y tercera cagada (la segunda se salva). El presunto capítulo final no es sino una tontuna de dimensiones épicas.

Joseph Zito (autor de la mítica 'Desaparecido en combate' protagonizada por Dios (AKA Chcuk Norris) es en esta ocasión el encargado de insultar al personal. Si algo salvaba a las anteriores, era sin duda la gran capacidad de sus directores para rodar las muertes, convirtiéndolas en un claro ejemplo de la buena serie B. Sin embargo, aquí ni eso. Por primera vez hay casi más muertes fuera de pantalla que dentro, y mientras lo veía pensaba que era necesario (incluso lo agradecía), hasta que me di cuenta de que era como quitarle los pétalos a un jardín de rosas y disfrutar durante todo el año únicamente de los capullos. El guión sigue siendo el de siempre: jóvenes incautos desoyen las historias sobre Cristal Lake y van ahí porque Torrevieja les queda lejos. A partir de ahí, a caer como moscas. Nada más.

Por lo que a mí respecta, el verdadero protagonista de esta película es Corey Feldman. Nunca ha sido el chico un actor que me vuelva loco (para bien), pero aquí es el mejor, sin duda, y mi opinión de que sea el protagonista me vino a la mente en el último tramo de metraje. Del resto, mejor hablar poco. No se salva ni uno. Lo de Judie Aronson y Kimberly Beck es de escándalo, de verdad. E. Erich Anderson está un pelín por encima, pero sigue mereciendo morir lenta y dolorosamente.

Resumiendo, que es gerundio: soy un amante incondicional de la serie B, pero aun con eso, tengo mis límites. Me gusta el surrealismo, pero no cuando lo es sin buscarlo. Me encanta el terror ochentero (tanto el terror puro, como el slasher o el terror-humor), pero las repeticiones acaban por saciarme. Sobretodo cuando en directo un tío mete un penalty y en la repetición lo falla. Con todo lo malo, dos puntitos porque el final tiene su cosilla.

Cuarta película que tenía la intención de finalizar la saga. El problema es que, debido al gran éxito comercial de esta secuela, Paramount se planteó realizar la quinta. Es por ello por lo que el eslogan ``Capítulo final´´ es más falso que una moneda de cinco euros. Sin embargo, si se nota una cierta mejoría respecto a los dos anteriores filmes. El primer paso: la eliminación de Steve Miner. Se cambia el suspense por el gore brutal y la acción desenfrenada, de mano del conocido Joseph Zito, director de Invasión USA o Desaparecido en combate, ambas del dios Chuck Norris. Segundo paso: se introduce un personaje carismático, que se identifique con el público: Tommy. Tercer paso: crear secuencias y escenas interesantes, o incluso que nos hagan reir, pese a ser una película de terror y suspense. Y eso es lo que hace triunfar a Viernes 13 parte 4 contra la primera, segunda y en cierta medida, a la tercera.
En definitiva, más de lo mismo pero mejor hecho, con más acción, sangre, sustos y con un desenlace realmente sorprendente y que, de haber sido el verdadero final de la franquicia, habría suspuesto el punto y final de una de las mejores sagas de terror de la historia del cine. ¿El problema? la ambición de Hollywood...

Concebida quizás para ser la última entrega, Viernes 13 Parte 4 es una de las más interesantes de la saga. Jason se muestra más ágil, fuerte y agresivo que en las anteriores. Los asesinatos son originales y algunos bastante atrevidos. Los jóvenes (body count para Jason) están más desenfrenados, alocados y con las hormonas más revueltas. Un joven Corey Feldman (visto en Jóvenes Ocultos) interpreta a un niño obsesionado con las películas de terror y las máscaras, su enfrentamiento con Jason es memorable, así como la inesperada resolución. Una de las mejores.

De largo la mejor película de la saga de Jason Voorhes. Es una más en lo referente al guión, porque todas las de "Viernes 13" son idénticas. Grupito de adolescentes salidorros que van a Cristal Lake y allí encuentran su muerte a manos de Jason, de mil una manera diferentes y siempre bajo la presima de el que folla acaba muriendo y el que se "mantiene puro" no muere. Esta entrega que según dicen muchos debió de ser la última de la saga y debieron de cerrar definitivamente con las peripecias de Jason posee los mejores efectos especiales, ya que sus muertes son muy logradas y te dejan realmente sorprendidos, no porque te sorprendan que mueren, porque se sabe que acabaran todos muriendo, sino porque la forma en la que se muestran los asesinatos es realmente buena.

Es la mejor de la saga porque tiene efectos especiales muy buenos para la época y todos con animatronics, nada de mierda digital a lo "Avatar" (2009). Y lejos no cae en lo inverosímil, porque esto podría suceder realmente. Recomendable, es un clásico del mejor terror de los ochenta.