Pues eso, que nos hallamos ante el enésimo "thriller" para consumo masivo con el que las factorías hollywoodienses saturan el mercado y nuestras neuronas. Ya saben, fórmula tradicional, para qué complicarse, si funciona: persona indefensa -que, al final, siempre logra engañar al malo de turno- en peligro de muerte; malo sádico, o raro, o psicótico, o todo en uno, con un toque extranjero, para que sea más atrayente; bueno buenísimo más listo que los ratones, y que le da sopas con honda al F.B.I., la C.I.A. y al Cesid -y porque no cuenta con más medios, que si no...-; inverosímil e inesperado (es coña) giro argumental que nos confirma que algo olía a podrido en Washington...

En fin, lo dicho. Aquí, al menos, se esfuerzan un poco más y la cosa se ve sin demasiado esfuerzo. Y si no, siempre podemos entretenernos dándole vueltas a lo bueno que debe ser el agente de Morgan Freeman para convencer a los productores de que su representado, con ese físico y esa edad, es el candidato idóneo para tanta y tanta película de acción como le endiñan al pobre.

Bueno... pues aquí tenemos un film totalmente improvisado, un guión que al parecer se escribía según se iba rodando y que sus tantos giros argumentales se deben a eso, a una total desorganización.
Me parece destacable Morgan Freeman, es un gran actor y logra sobresalir aún antes las fallas.
Desafortunadamente los personajes que pudieron ser atractivos terminan por no serlo en lo absoluto y algunos caen en lo ridículo.
Algo que en principio prometía más, se va cayendo a pedazos.

Se puede ver en una tarde que no tengas nada que hacer, pero sólo eso, es una película completamente OLVIDABLE.

Le voy a dar el aprobado porque no aburre, qué menos en una película de suspense. No me disgusta que las películas tengan giros de guion, pero tantos me parece excesivo. Lo de poca credibilidad será comentado en el spoiler.

No cuesta verlo debido a que la historia se cuenta con un buen ritmo y está bien para pasar el rato. La trama cuenta el secuestro de una niña por un criminal que quiere pasar a la historia, un argumento simple con algunos giros de guion y sorpresas.

El doctor Alex Cross volvió para sorpresa de todos con esta sólida y más que aceptable continuación, que no sólo sobrepasa a "El Coleccionista..." de lejos, sino que se enmarca personalmente como thriller independiente, pues la historia tampoco es que dependa de la anterior.

Esta película cuenta con una música muy buena, una cámara que sabe captar la tensión, un guión que sabe ocultar sus giros, sorprendiendo al espectador cada vez que da acto de presencia uno de ellos, un Morgan Freeman excelente como siempre y un sentido de suspense y tensión que resulta magnético.
Además es más rápida y entretenida que la anterior.

Más que aceptable y muy entretenida continuación.

Morgan Freeman protagoniza un thriller del que no cabe destacar gran cosa excepto lo rutinario en exceso de su filmación, lo que supone el olvido inmediato días después del visionado. Mal vamos entonces. Vale para echar el rato en duermevela, pues tampoco pasa nada si te pierdes alguno de sus múltiples giros de guión (se ven de lejos y sin necesidad de gafas de ningún tipo). Giros, por otro lado, que no hace sino confirmar la escasez de ideas y de arrojo de guionista y director, más pendientes de ofrecer un show digerible para cualquier pelagatos que una película seria y con un mínimo de originalidad. Las papillas son para los bebés, majos. Así, poco más que decir en contra o en favor de la cinta, salvo que en ningún momento aburre, pero, claro está, ni mucho menos intriga, que es lo que se pretende. Y ahi viene el problema. Menos ceños fruncidos y más investigación de verdad, pitonisos, que sois unos pitonisos...