Malas temporadas
2005 

6.1
2,519
Drama
En el aula de un instituto, un grupo de adolescentes están muy concentrados haciendo un examen. Todos menos uno: Gonzalo, que ha decidido dejar su hoja en blanco. Le da igual que le suspendan, le da igual que su madre se enfade con él. De hecho, eso es lo que quiere. No sabe por qué, pero no le gusta cómo son las cosas a su alrededor. (FILMAFFINITY)
25 de enero de 2025
25 de enero de 2025
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estas películas tan dramáticas e intensas, llenas de violencia psicológica que se hicieron en España en los años 2000 ('La torre de Suso', 'Pudor', 'Diario de un skin', 'Horas de luz', 'Segundo asalto') tienen mucho de libro de autoayuda cuando buscan reconfortar al espectador con una salida/discurso/desenlace positivo después de presentar hechos desgraciados o desencuentros desagradables. El espectador se emociona bien porque se siente identificado en mayor o menor medida con algún personaje, porque lo que se narra le es familiar o porque empatiza. Pero en realidad no valen para nada, bueno sí, para pasar el rato, pero es todo mentira, habitan en una realidad paralela, son distorsiones de la imaginación del guionista, si se basa en un hecho real, siempre se exagera, quiero decir, en la vida real muy rara vez se dan. Logran el impacto deseado, suscitar una emoción por un periodo de tiempo, la cual al cabo de un rato desaparece. Olvidas la película y lo que sentiste, la vida sigue. El cine es bueno. La retórica de los libros de autoayuda provoca muchas veces emociones parecidas, en ocasiones, intensas, sin embargo este género es muy denostado. Me pregunto cuál podría ser la diferencia. ¿Es bonito dejarse llevar por la mentira? ¿Depende del carácter que tenga cada uno?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Tal y como Cámara (excelente interpretación) hace salir al chaval que padece esa especie de agorafobia, que no quiere salir de su cuarto es tan increíble cómo bonita, y al mismo tiempo su discurso queda tan bien engrasado, que a uno le apetece rendirse a pesar de ser consciente de que una enfermedad mental de esas no acostumbra a remitir con psicología barata (aunque siendo el chaval aún muy joven puede, pero...).
La ira hacia la vida y la dificultad para afrontar las emociones de Leonor Watling me parece muy comprensible, la única postura lógica dado el estado físico y la edad de la joven, ¿de qué otra forma va a reaccionar?
Nathalie se quería liar (y te lo dan a entender con sutileza, me encanta) con el tan amable Javier Cámara, pero este estaba a lo suyo, absorto en sus recuerdos homosexuales con el compañero de celda (muy original eso, o soy yo quien no recuerda haber visto algo parecido en el cine), le dejó marcado ese cariño tan especial. Pero luego cuando decide pasar página (me encantó también cuando después de pegarle el otro le pregunta: ¿para que pollas te has colado a mi casa? Y el otro tan inocentemente dice: quería saber cómo vivías. Le mira, mitad como a un pervertido, mitad como a un perturbado y le dice: No lo vuelvas a hacer. Y se larga.), ¿qué hará?
El desenlace del cubano también es bueno, su benefactor y amigo le paga un cuadro que no va a llegar pero no lo quiere volver a ver por estar acostándose con su pareja, la Watling.
Nathalie decide volver a su trabajo de integradora social y dar lo mejor de sí misma. La escena donde al marroquí le da un ataque y se pone a gritar como loco y se va a rajar y Nathalie rompe de un sillazo la ventana del despacho en el que se había encerrado, me parece una de las escenas más estridentes, violentas y desgarradoras que he presenciado en el cine español.
Ahora que lo pienso, en estas películas hay alguien siempre que está pillado de la cabeza, que tiene un carácter conflictivo, problemático.
La ira hacia la vida y la dificultad para afrontar las emociones de Leonor Watling me parece muy comprensible, la única postura lógica dado el estado físico y la edad de la joven, ¿de qué otra forma va a reaccionar?
Nathalie se quería liar (y te lo dan a entender con sutileza, me encanta) con el tan amable Javier Cámara, pero este estaba a lo suyo, absorto en sus recuerdos homosexuales con el compañero de celda (muy original eso, o soy yo quien no recuerda haber visto algo parecido en el cine), le dejó marcado ese cariño tan especial. Pero luego cuando decide pasar página (me encantó también cuando después de pegarle el otro le pregunta: ¿para que pollas te has colado a mi casa? Y el otro tan inocentemente dice: quería saber cómo vivías. Le mira, mitad como a un pervertido, mitad como a un perturbado y le dice: No lo vuelvas a hacer. Y se larga.), ¿qué hará?
El desenlace del cubano también es bueno, su benefactor y amigo le paga un cuadro que no va a llegar pero no lo quiere volver a ver por estar acostándose con su pareja, la Watling.
Nathalie decide volver a su trabajo de integradora social y dar lo mejor de sí misma. La escena donde al marroquí le da un ataque y se pone a gritar como loco y se va a rajar y Nathalie rompe de un sillazo la ventana del despacho en el que se había encerrado, me parece una de las escenas más estridentes, violentas y desgarradoras que he presenciado en el cine español.
Ahora que lo pienso, en estas películas hay alguien siempre que está pillado de la cabeza, que tiene un carácter conflictivo, problemático.
28 de mayo de 2010
28 de mayo de 2010
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante segunda película de Manuel Martín Cuenca, tras su curioso y muy inteligente debut "La flaqueza del bolchevique", estrenada sin mucho éxito en el Festival de cine de Donostia.
Lo cierto es que está bastante bien realizada, con una brillante puesta en escena, con excelente fotografía, buena música y excelentes intérpretes.
Sin embargo, y a pesar de que los sentimientos están expuestos a flor de piel, con claridad meridiana y hay algunas buenas escenas, no logra finalmente emocionar.
Quizá es lo que pretendía el director, ser sobrio y conciso, no caer en el sentimentalismo. Pero la verdad es que todo está expuesto con, para mi gusto, excesiva pulcritud, pasando los minutos en su primer tercio, sin verdadera fuerza argumental. Claro que es porque en esos momentos nos está exponiendo, mostrando en pantalla los diferentes personajes. Cómo son, de dónde vienen, qué pretender, qué les ahoga en sus cotidianas vidas... pero no existe pasión alguna, todo es, no frío, pero sí un tanto distante.
Poco a poco todo va cohexionándose y la historia comienza a gustar más, aunque creo que por la estimable labor de los intérpretes, entre los que destaca una Nathalie Poza magnífica, y un Javier Cámara, que una vez más sorprende en un rol muy alejado a lo que nos tiene acostumbrado. Con una mirada, con apensas gestos, nos muestra la dureza de la vida que acaba de pasar, resultando incluso en un primer momento, amenazante.
En definitiva, "Malas temporadas" es una buena película en el plano técnico pero quizás algo insuficiente en el plano emocional, donde se queda algo corta para mi gusto.
Lo cierto es que está bastante bien realizada, con una brillante puesta en escena, con excelente fotografía, buena música y excelentes intérpretes.
Sin embargo, y a pesar de que los sentimientos están expuestos a flor de piel, con claridad meridiana y hay algunas buenas escenas, no logra finalmente emocionar.
Quizá es lo que pretendía el director, ser sobrio y conciso, no caer en el sentimentalismo. Pero la verdad es que todo está expuesto con, para mi gusto, excesiva pulcritud, pasando los minutos en su primer tercio, sin verdadera fuerza argumental. Claro que es porque en esos momentos nos está exponiendo, mostrando en pantalla los diferentes personajes. Cómo son, de dónde vienen, qué pretender, qué les ahoga en sus cotidianas vidas... pero no existe pasión alguna, todo es, no frío, pero sí un tanto distante.
Poco a poco todo va cohexionándose y la historia comienza a gustar más, aunque creo que por la estimable labor de los intérpretes, entre los que destaca una Nathalie Poza magnífica, y un Javier Cámara, que una vez más sorprende en un rol muy alejado a lo que nos tiene acostumbrado. Con una mirada, con apensas gestos, nos muestra la dureza de la vida que acaba de pasar, resultando incluso en un primer momento, amenazante.
En definitiva, "Malas temporadas" es una buena película en el plano técnico pero quizás algo insuficiente en el plano emocional, donde se queda algo corta para mi gusto.
16 de febrero de 2012
16 de febrero de 2012
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película en la que tres protagonistas llamados Mikel (Javier Cámara), Ana (Nathalie Poza) y Carlos (Eman Xor Oña) pasan baches en sus vidas y se enfrentan con problemas de la vida diaria o parte de su pasado.
Es una película con principio y desenlace; pero los motivos por los que pasa cada historia hasta valorarlo conjuntamente no es claro. Lo que yo saco en conclusión es que a veces hay que parar nuestro ritmo si nos encontramos en una crisis y tomarse las cosas con calma.
Un fallo de ésta película es que, en apariencia, no hay altos y bajos, sino un ritmo constante que puede producir aburrimiento. La película, en general, es entretenida y no tengo quejas de los actores.
Es una película con principio y desenlace; pero los motivos por los que pasa cada historia hasta valorarlo conjuntamente no es claro. Lo que yo saco en conclusión es que a veces hay que parar nuestro ritmo si nos encontramos en una crisis y tomarse las cosas con calma.
Un fallo de ésta película es que, en apariencia, no hay altos y bajos, sino un ritmo constante que puede producir aburrimiento. La película, en general, es entretenida y no tengo quejas de los actores.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Esa es mi conclusión viendo el final donde Mikel dice que no puede seguir dando clases de ajedrez a Gonzalo y necesita pensar en sus cosas y Ana se toma unos días de calma después del incidente de Ibrahim en la oficina. Los más beneficiados son Ana, su hijo Gonzalo que vuelven a estabilizarse sus vidas y Mikel que tendrá un tiempo para reflexionar.
29 de mayo de 2006
29 de mayo de 2006
6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
El segundo trabajo que nos presenta Manuel Martin Cuenca, es un conjunto de historias de personas que entre sí, tienen relación, pero nada intensas, salvo excepciones. De las historias que nos muestra, algunas quedan resueltas, pero la mayoría se quedan bastante difuminadas, incluso, algunas pueden parecer metidas con calzador.
A pesar, de esto la película la salva el reparto de actores y actrices, donde todos aportan grandes dotes interpretativas, especialmente las féminas, Nathalie Pozas, quien obtuvo la nominación al Goya, quién no esta ni mejor, ni peor que Leonor Watling.
A pesar, de esto la película la salva el reparto de actores y actrices, donde todos aportan grandes dotes interpretativas, especialmente las féminas, Nathalie Pozas, quien obtuvo la nominación al Goya, quién no esta ni mejor, ni peor que Leonor Watling.
30 de noviembre de 2024
30 de noviembre de 2024
Sé el primero en valorar esta crítica
Reconozco la honestidad y las cosas bien hechas, creo que está muy lejos de ser pretencioso y por lo visto en su momento no tuvo la buena acogida que según la mayoría, con el tiempo, merecía. Todos los que aparecen aquí tienen problemas, nos enseñan sus miserias, sus defectos y sus mierdas, y es esa precisamente mi mayor queja. La esperanza y la ilusión que la pongan otros... No, no me parece buena idea.
Yo, si es para algo así, no quiero ver una película realista, porque también hay cine realista cómodo y agradable, mi vecino del quinto también ríe y se lo pasa bien en el bar, también yo sé quitarme de encima mis agobios y mis penas y todos, todos, sabemos pasarlo bien. Y aquí, todos, todos, parecen ser unos incapaces, parece que sea imposible que tengan ilusiones y sepan disfrutar de la vida. O al menos están tremendamente limitados. Lo que vengo a decir es que no me tomaría una copa con ninguno de ellos. Y de follar ya ni hablamos.
Los actores están bien y el guión es excepcional, de acuerdo, pero lo que nos explican, las historias particulares que vemos, desaniman y abofetean. Y nadie se merece eso. La magia del cine la usa cada uno como quiere, y nosotros como espectadores aceptamos lo que nos dan, escogemos a menudo y hay quien juzga. Yo, desde luego, digo que no a este contenido. Por muy bien que esté hecha, masticar arena no me mola.
Yo, si es para algo así, no quiero ver una película realista, porque también hay cine realista cómodo y agradable, mi vecino del quinto también ríe y se lo pasa bien en el bar, también yo sé quitarme de encima mis agobios y mis penas y todos, todos, sabemos pasarlo bien. Y aquí, todos, todos, parecen ser unos incapaces, parece que sea imposible que tengan ilusiones y sepan disfrutar de la vida. O al menos están tremendamente limitados. Lo que vengo a decir es que no me tomaría una copa con ninguno de ellos. Y de follar ya ni hablamos.
Los actores están bien y el guión es excepcional, de acuerdo, pero lo que nos explican, las historias particulares que vemos, desaniman y abofetean. Y nadie se merece eso. La magia del cine la usa cada uno como quiere, y nosotros como espectadores aceptamos lo que nos dan, escogemos a menudo y hay quien juzga. Yo, desde luego, digo que no a este contenido. Por muy bien que esté hecha, masticar arena no me mola.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here