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Wolverine: Inmortal

Fantástico. Ciencia ficción. Acción Un Logan amnésico investiga su pasado en el mundo del crimen organizado japonés. Vulnerable por primera vez y desafiando sus límites físicos y emocionales, no sólo se enfrentará al letal acero samurái, sino que además mantendrá una lucha interna contra su inmortalidad, que lo hará más fuerte. (FILMAFFINITY)
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5
26 de julio de 2013 0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estoy impresionada. Hugh Jackman sigue a sus cuarenta y cuatro años luciendo un cuerpazo que le habrá costado un tormento mantener en forma. Pero lo ha logrado, y todavía da la talla como héroe que sangra, pega, mata, se engancha a toda clase de superficies y se moja bajo la lluvia japonesa de «Lobezno inmortal».

Admitamos que este trabajo de James Mangold no tiene un arranque muy prometedor. Todo comienza con una secuencia-flashback de Logan en la Segunda Guerra Mundial, típica entradilla que contiene siempre un efecto especial que pretende dejarnos con la boca abierta y que nos cuenta la clave precisa de la historia que vamos a ver. Lo peor llega cuando aparece Jean, a quien admito que le he cogido ya hasta tirria, en unos sueños un tanto extraños que persiguen a nuestro superhéroe de día y de noche; esto deberemos soportarlo durante el resto de película, y lo cierto es que me parece un recurso pésimo e innecesario para lo que nos están contando. Esta primera parte se remata con una aventurilla de Logan con un oso que, de verdad de la buena, me hizo creer que se había vuelto ecologista radical. Por fortuna, justo en ese momento soplan los aires orientales y una misteriosa y pelirroja chica arrastrará al barbudo Logan hasta el hermoso Japón. Ahora sí, empieza lo interesante.

Un par de tramas paralelas se van superponiendo hasta que llega un punto determinado en el que nos replantearemos de qué va realmente «Lobezno inmortal», y de si tiene algún sentido el personaje del arquero, los ninjas negros, las persecución de la yakuza e incluso si era necesario tanto misterio con la cándida y gris Mariko, cuya historia parece mucho más de lo que es. Por el contrario, todo lo relacionado con la mutante Víbora, que es una villana difícil de pelar, se desarrolla casi por encima hasta desembocar en una resolución a la que le faltan algunas explicaciones. La dicotomía mortal/inmortal es la base y la amenaza latente de un Lobezno muy humano esta vez, planteamiento que podría haber servido para una película de mayor envergadura emocional, ya que de emociones anda más bien escasa.

Mientras la historia va por ahí, la película nos ofrece un espectáculo de garras y catanas que es bastante ameno al no resultar tan caótico y, sobre todo, por la presencia maciza de un Hugh Jackman que arrasa por donde pisa. Como el animal que es, Lobezno lucha con una brutalidad muy consistente, dura, física. Le acompañan en su aventura dos mujeres, Mariko y Yukio (Rila Fukushima), de quien tengo que decir que es mi favorita por demostrar tanto corazón y tantas habilidades marciales. Mariko, en cambio, es la que le da a Logan algo de cariño, que el pobrecito se lo merecía después de no sé cuántos años penando. Eso sí, su relación es tan previsible que hasta sabemos cuándo van a intimar. Prueba a adivinarlo tú, es muy fácil.

No aporta nada novedoso ni al cine ni a la saga, pero el mundo Lobezno tiene el suficiente gancho para que esta propuesta te entretenga durante las dos horas que dura. Y ojo al epílogo tras los créditos, que dará que hablar.
5
27 de julio de 2013 0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Era una de las películas más deseadas del verano, pero la verdad es que a la vez también estaba temiendo lo que James Mangold –un torpe artesano de la más rancia escuela de los Estudios de Hollywood- hubiera perpetrado. Y lamentablemente, no me he equivocado. No es porque le declarara la guerra sin cuartel a Mangold tras destrozar la imagen de Sevilla en “Noche y Día”, ese engendro pseudothrillerpoliciacoydeespias protagonizado por un descreído Tom Cruise y una histérica Cameron Díaz (que también), sino porque desde finales de los 90 del pasado siglo –cuando hiciera las interesantes “Inocencia interrumpida” y “Copland”- no levanta cabeza. Es uno de esos directores de la industria de Hollywood que se doblega a las intenciones de los ejecutivos, y asimila las fórmulas clásicas del supuesto éxito de taquilla –sea la película del género que sea-. Así le ha lucido el pelo al pobre lobezno en esta última incursión…

Y mira que tenían unos argumentos de partida fantásticos, con Frank Miller y Chris Claremont de pilares para la revisión de la biografía de uno de los superhéroes más carismáticos de la Marvel…pero a base de mezclar retazos de varios cómics, al final han creado un guión Frankenstein que no tiene ni pies ni cabeza, y donde han querido meter a empujones todos los elementos que les ha dado la gana. Tengan o no tengan que ver. Algo así como lo que pasó en “Sin City”, pero en plan macarra. Un macarrerío que no tiene que ver con la chulería del mutante canadiense, sino con la torpeza manifiesta de un director al que le ha venido grande el encargo y que aunque arranca con fuerza en una película visualmente llamativa, termina con un final lleno de fuegos artificiales, música atronadora, y muchos movimientos de cámara…que terminan por cargarse la película.

Tras su paso por los Xmen y la muerte de su querida Jean Grey, Lobezno vaga por las montañas del Yukon, convertido en un vagabundo hasta que un buen día es requerido por la todopoderosa empresa japonesa Yashida para ir hasta Tokyo, donde el jefe del clan está a punto de morir. Logan salvó la vida del oficial japonés en el fatídico día en el que Nagasaki se hizo tristemente famosa al recibir la histórica segunda bomba atómica de la historia. Ahora el anciano Yashida quiere ayudar a Logan en su tormento vital, logrando incluso que deje de ser inmortal…

Este planteamiento, que tiene en realidad poco que ver con la historia de amor entre Mariko, la enamorada de Logan en los cómics, empieza a desarrollarse de la manera más salchichera incluyendo a otra mutante realmente dañina, ninjas a tuti plén –únicamente para justificar una épica batalla entre Lobezno y los ninjas- y toda serie de hallazgos argumentales y visuales absolutamente gratuitos (o sea, rodamos en Japón… ¿y qué es famoso en Japón, el Tren Bala, los hoteles-nicho, las salas de juego, los karaoke…? Pues nada, a sacar todo eso sea como sea…).

La esforzada interpretación de Hugh Jackman –al que empiezan a notársele los años, a pesar de los músculos…- termina por perderse ante tal mediocridad, que se va acrecentando a la vez que la película va desarrollándose, y que termina por ser absolutamente increíble: unas lagunas argumentales realmente inconsistentes (hay muchos elementos que están en la película y que literalmente no sirven para nada) consiguen que nos salgamos de la historia y llegue un momento en que no nos creamos nada de nada. Y lo que es peor, que nos de igual lo que pase: que Lobezno gane o pierda, que luche o no luche, que se vaya o que se quede con la chica…

Como producto comercial de la marca Marvel, resulta un gran paso atrás en las últimas franquicias que hemos visto (Capitán América, Los Vengadores, Iron man…) y esperemos que las próximas películas de mutantes –con esa secuencia post-créditos finales que es precisamente lo mejor de toda la película- suban otra vez el listón. Fox tiene los derechos de Xmen y todos los mutantes. Y Disney (o sea, Marvel) los del resto de personajes creados por Stan Lee (al que por cierto, creo no haber visto en esta película, rompiendo la tradición de los cameos…). Esperemos que en esta batalla de franquicias se espabilen, y que lobezno siga teniendo el factor curativo que le ha caracterizado, porque en esta ocasión, le hace mucha falta curarse de este desaguisado.
6
27 de julio de 2013 0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Finalmente nos encontramos con un Wolverine más humanizado (atormentado por la muerte Jean Grey) que llega a Japón para despedirse de Yashida, un soldado que rescató en la segunda guerra mundial (Nagasaki) y quien en su lecho de muerte le hace un curioso ofrecimiento: una vida mortal a cambio de protección para su nieta Mariko de la Yakuza (mafia japonesa).

La historia tiene matices interesantes, incluir mucho de la cultura japonesa le enriquece la trama. Las secuencias de acción están muy bien desarrolladas pero la nota decae hacia el final con una resolución totalmente inverosímil (que hasta da vergüenza ajena).

Es curioso también descubrir los tormentos del personaje protagónico, quien aunque aparentemente no supera su pérdida no tiene reparos en engancharse con alguna de las féminas del reparto, para darle color a la historia evidentemente.

Interesante también el cuestionamiento sobre la mortalidad e inmortalidad (Wolverine/Yashida). Mientras uno desea una vida mortal para darle honor a su existencia, la contraparte desea la inmortalidad para perpetuar su legado como simple acto de banalidad.

Por otro lado, los villanos no están a la altura en ningún momento. La Yakuza es mostrada únicamente como un puñado de matones a contrato despojados de alguna pizca de honor o motivación
La mutante Viper luce totalmente desperdiciada y su sola presencia en la historia es bastante curiosa, por decir lo menos.

En síntesis: engancha al inicio pero decepciona al final.

Por cierto, recién me entero que había una secuencia post créditos, yo salí de la sala y no pude verla, así que no sé de que me he perdido. Que no le ocurra a otros.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Si bien se nos muestra la necesidad de inmortalidad del personaje de Yashida y es totalmente válido en su cuestionamiento y desarrollo pero la ejecución de ese anhelo es totalmente risible. Si el adamantium es su objeto de deseo para lograr su objetivo, no entiendo como una armadura puede regenerar a su portador. Pudieron crear algo mas sensato.
3
30 de julio de 2013 0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La secuencia de apertura en Nagasaki es asombrosa. Me sorprendió sobremanera. Pero no entiendo como han podido cagarla tanto con el guión... Esta película no funciona y cae en picado después de la secuencia del tren. Si, todos tenemos esa sensación amarga de perdida de interés por lo que intentan contarnos. Es una lastima, que mal aprovechados están los personajes y el planteamiento inicial de la historia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Encima el camino hacía el clímax sigue hueco, después de ver como un padre intenta matar a su hija, la biológica y la adoptada, mientras Logan se saca el artefacto que hacía que perdiera su capacidad re-generativa. Ya nos importa poco ver a la Víbora sin pelo, que de poco le sirve cambiarse la piel (ya podría quedarse sin ropa al menos) y menos todavía que sea la nieta quien mate a su abuelo... todo queda en familia, esta claro que los Japoneses quedan bien pintados entre los Harakiris y el Parricidio... El mas normal de la película es Lobezno, ese amigo de los osos salvajes...
ike
9
4 de septiembre de 2013 0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película refleja, más allá de efectos especiales, mutaciones y peleas (más que notables), la vida de un hombre que tiene que cargar con la pesada culpa de haber dañado a la persona que más ha amado. Como todo guerrero desea la muerte pero no la puede alcanzar...¿está Lobezno preparado para ello?
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