Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia)
Comedia. Drama
Después de hacerse famoso interpretando en el cine a un célebre superhéroe, la estrella Riggan Thomson (Michael Keaton) trata de darle un nuevo rumbo a su vida, luchando contra su ego, recuperando a su familia y preparándose para el estreno de una obra teatral en Broadway que le reafirme en su prestigio profesional como actor. (FILMAFFINITY)
9 de mayo de 2015
9 de mayo de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Birman puede "leerse" como la reflexión de la sociedad del espectáculo sobre su propio universo. Vivimos inmersos en una sociedad donde los sueños de Hollywood forman nuestros imaginarios. Birdman es un metatexto hollywoodense, una "reflexión" sobre si misma, sobre el mundo, de un mundo en el que espacio "real" y espacio "ficción" se con-funden y nos incorporan a sus sueños, a sus ficciones. Visto así, los espacios de pantalla y los espacios de los ciudadanos comunes borran sus fronteras y nos permiten actuar, y al mismo tiempo los personajes (Birdman, Rosa púrpura del Cairo, etc.) ingresan al espacio de la realidad de sus espectadores.
Birdman trata del mundo del espectáculo, de la sociedad del espectáculo, se defiende de la crítica, legitima su mundo ficciones. Birdman defiende el esfuerzo que supone "soñar" la sociedad, imaginar un mundo en el que los actores se "juegan" e pellejo.
Un actor de la sociedad del espectáculo corre riesgos, apuesta y puede perder. Luego, la fama lograda, la gloria y el reconocimiento se extingue ante lo nuevo, los nuevos espectáculos borran los anteriores.
La nostalgia de un mundo de imágenes se resiste a desaparecer, Birdman aun posee los poderes que un día lo llevaron a la gloria, pero ya el espectáculo ha cambiado, Riggan no tiene Facebook, no tiene Tuiter. La voz que atormenta a Riggan Thomson (Keaton) es la voz de una época que no se resigna a pasar de moda, de una imagen que acompañó a una generación, pero que no se actualizó. Hace teatro, pero hace algo auténtico y comprometido con su público, eso es lo importante y lo que finalmente lo libera de la nostalgia de viejas glorias.
Es una película crea la oposición no actual (teatro) a lo actual (cine digital), opone la realidad a la ficción, opone la crítica a la creación. Cree que la creación del espectáculo deja más a la vida que la crítica de las etiquetas.El guión de la película en los camerinos del teatro es el guión del espectáculo en escena: los artistas y su espectáculo son la vida, se con-funden y la vida entera es un espectáculo, un "cuento contado por un idiota", como escribió Shakespeare en El sonido y la furia. Todos estamos en ese escenario, nadie es excluido, el idiota no excluye. Hollywood es el idiota, la sociedad hollywoodisada.
Los largos planos secuencia son una recurso que se configura para crear el efecto de sentido realista, la vida no tiene postproducción, así el espectador siente que no se trata de ficción sino de realidad. El espectador sabe que postproducción pega y edita, y que eso es ficción. De esa manera, con los planos secuencia se acentúa la idea de realidad , busca acentuar el realismo de la ficción.
Los efectos realistas son muchos, la película insiste en crear una realidad con su espacio y sus actores reales y una ficción con su propio espacio y sus actores. En realidad efecto logrado consiste en que también la ficción es realidad y los que hacen la ficción son seres de carne y hueso, sufren y padecen como cualquier otro ser ( las continuas alusiones a los artistas de Hollywood, así como sus dramas como sujetos "reales": la hija de Riggan Thomson está en un programa de rehabilitación por drogas, su novia no está embarazada). La igualación de las dos realidades (ficción y realidad real) es una propuesta clave para entender la película: todos somos Hollywood, todos somos personajes del idiota de Shakespeare.
Lo anecdótico de la vida personal de Riggan es la escusa para el planteamiento de fondo: la vida es un espectáculo, un teatro. Y el espectáculo debe seguir.
Birdman trata del mundo del espectáculo, de la sociedad del espectáculo, se defiende de la crítica, legitima su mundo ficciones. Birdman defiende el esfuerzo que supone "soñar" la sociedad, imaginar un mundo en el que los actores se "juegan" e pellejo.
Un actor de la sociedad del espectáculo corre riesgos, apuesta y puede perder. Luego, la fama lograda, la gloria y el reconocimiento se extingue ante lo nuevo, los nuevos espectáculos borran los anteriores.
La nostalgia de un mundo de imágenes se resiste a desaparecer, Birdman aun posee los poderes que un día lo llevaron a la gloria, pero ya el espectáculo ha cambiado, Riggan no tiene Facebook, no tiene Tuiter. La voz que atormenta a Riggan Thomson (Keaton) es la voz de una época que no se resigna a pasar de moda, de una imagen que acompañó a una generación, pero que no se actualizó. Hace teatro, pero hace algo auténtico y comprometido con su público, eso es lo importante y lo que finalmente lo libera de la nostalgia de viejas glorias.
Es una película crea la oposición no actual (teatro) a lo actual (cine digital), opone la realidad a la ficción, opone la crítica a la creación. Cree que la creación del espectáculo deja más a la vida que la crítica de las etiquetas.El guión de la película en los camerinos del teatro es el guión del espectáculo en escena: los artistas y su espectáculo son la vida, se con-funden y la vida entera es un espectáculo, un "cuento contado por un idiota", como escribió Shakespeare en El sonido y la furia. Todos estamos en ese escenario, nadie es excluido, el idiota no excluye. Hollywood es el idiota, la sociedad hollywoodisada.
Los largos planos secuencia son una recurso que se configura para crear el efecto de sentido realista, la vida no tiene postproducción, así el espectador siente que no se trata de ficción sino de realidad. El espectador sabe que postproducción pega y edita, y que eso es ficción. De esa manera, con los planos secuencia se acentúa la idea de realidad , busca acentuar el realismo de la ficción.
Los efectos realistas son muchos, la película insiste en crear una realidad con su espacio y sus actores reales y una ficción con su propio espacio y sus actores. En realidad efecto logrado consiste en que también la ficción es realidad y los que hacen la ficción son seres de carne y hueso, sufren y padecen como cualquier otro ser ( las continuas alusiones a los artistas de Hollywood, así como sus dramas como sujetos "reales": la hija de Riggan Thomson está en un programa de rehabilitación por drogas, su novia no está embarazada). La igualación de las dos realidades (ficción y realidad real) es una propuesta clave para entender la película: todos somos Hollywood, todos somos personajes del idiota de Shakespeare.
Lo anecdótico de la vida personal de Riggan es la escusa para el planteamiento de fondo: la vida es un espectáculo, un teatro. Y el espectáculo debe seguir.
2 de julio de 2015
2 de julio de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Hollywood será demagógico? Creo que a nadie le cabe la menor duda. ¿Birdman lo es? Acá la respuesta ya no es tan sencilla. En principio porque todos podemos tener la vena hinchada frente a injusticias (entiéndase Iñárritu; Keaton o quien sea) y ganas de sacarnos ese lastre interior de una vez por todas. Ese resultado es Birdman.
Si vale la crítica para aquellas pelis que se valen de FX para sacudir al público, entonces también vale señalar que generar un plano secuencia por puro regocijo estético viene a ser más o menos lo mismo. Solo que el FX va orientado a un público que consume pochoclo y el plano secuencia a otro público que consume delicias técnicas. El objetivo, efectista, final es el mismo. Si Día de la Independencia busca ganar el Oscar a mejores efectos especiales, Birdman busca ganar el Oscar mayor...a base de técnicas formales y una temática aceptada dentro de la academia cinematográfica.
Vamos al tema: cine/teatro. Compromiso vs. pasatismo. Lo más meritorio de la peli es su enorme cantidad de rostros metatextuales: el de los personajes de ficción; el de los personajes de ficción dentro de otros personajes de ficción y el de los actores/directores reales. Birdman trasciende la pantalla eso es indudable. Lo hace a base de una metáfora simple expuesta...un tanto torpemente en sus momentos finales. Pero vale.
Sin embargo, volvamos a la búsqueda. Porque Hollywood no le da el Oscar mayor a cualquier peli. Ésta debe reunir condiciones propias de una fórmula encajonada, archivada e inalterable. Hollywood ama el preciocismo, tanto para el FX como para el plano secuencia; y ama determinadas temáticas relacionadas al arte, al cine dentro del cine, a la redención, a la libertad, etc. Si uno ve una peli e intuye que puede ganar el Oscar, no lo intuye solo a raíz de sus méritos, sino también porque respeta la fórmula, el plan, el abc ya conocido por todos aquellos que vengan pispeando los oscares año tras año.
Allí mismo es donde Birdman no resulta una peli transparente al cien por cien. Y ese espíritu de liberación y vuelo que emana de su poesía ya no lo es tanto.
Si vale la crítica para aquellas pelis que se valen de FX para sacudir al público, entonces también vale señalar que generar un plano secuencia por puro regocijo estético viene a ser más o menos lo mismo. Solo que el FX va orientado a un público que consume pochoclo y el plano secuencia a otro público que consume delicias técnicas. El objetivo, efectista, final es el mismo. Si Día de la Independencia busca ganar el Oscar a mejores efectos especiales, Birdman busca ganar el Oscar mayor...a base de técnicas formales y una temática aceptada dentro de la academia cinematográfica.
Vamos al tema: cine/teatro. Compromiso vs. pasatismo. Lo más meritorio de la peli es su enorme cantidad de rostros metatextuales: el de los personajes de ficción; el de los personajes de ficción dentro de otros personajes de ficción y el de los actores/directores reales. Birdman trasciende la pantalla eso es indudable. Lo hace a base de una metáfora simple expuesta...un tanto torpemente en sus momentos finales. Pero vale.
Sin embargo, volvamos a la búsqueda. Porque Hollywood no le da el Oscar mayor a cualquier peli. Ésta debe reunir condiciones propias de una fórmula encajonada, archivada e inalterable. Hollywood ama el preciocismo, tanto para el FX como para el plano secuencia; y ama determinadas temáticas relacionadas al arte, al cine dentro del cine, a la redención, a la libertad, etc. Si uno ve una peli e intuye que puede ganar el Oscar, no lo intuye solo a raíz de sus méritos, sino también porque respeta la fórmula, el plan, el abc ya conocido por todos aquellos que vengan pispeando los oscares año tras año.
Allí mismo es donde Birdman no resulta una peli transparente al cien por cien. Y ese espíritu de liberación y vuelo que emana de su poesía ya no lo es tanto.
28 de julio de 2015
28 de julio de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reconozco que cuando estrenaron "Birdman" no me interesó nada. No me llamaba la atención, y me daba la intención de ser una película soporífera. Fue pasando el tiempo y ganando numerosos premios importantes, hasta su gran éxito en los Oscar llevándose el de mejor película. En ese momento pensé: "al final tendré que verla para saber si es tan buena como dicen". El otro día puse el dvd y la vi.
Debo decir que me ha gustado mucho, y tengo que reconocer que me equivoqué al criticarla sin haber visto absolutamente nada. La prejuzgué sin motivo, y ahora me arrepiento de ello.
Sin lugar a dudas lo que más llama la atención es la impresionante dirección de Alejandro González Iñárritu. Ha rodado toda la película como si fuera un único plano secuencia, y da la sensación de que realmente se está viendo una obra de teatro y uno es testigo prioritario de cada escena (esto ya lo hizo Hitchcock en su impresionante "La soga"). Es cierto que cuenta con algunos cortes que son imperceptibles, pero son indispensables para la evolución de la trama. Y aunque uno no sea consciente de dicho corte, sí que sabe que se ha realizado. Así que uno puede disfrutar de escenas largas sin ningún cambio de plano.
Eso nos lleva a otro punto muy positivo; y son las interpretaciones. Todos los actores estás impresionantes en sus papeles. Para ellos ha tenido que ser un lujo poder rodar escenas tan largas sin cortes, un hecho que no es común en el cine.
Aunque el verdadero protagonista es el personaje Michael Keaton, el resto de actores tienen un gran peso en la historia y mucha relevancia. El guión parece en muchos casos un reflejo paralelo de la situación de Michael Keaton, ya que narra la historia de un actor muy conocido que se hizo famoso interpretando a un superhéroe en los 90. Han pasado los años y ese personaje le persigue siempre independientemente de los trabajos que realiza, además de que su status de estrella ha quedado un poco de lado. Ahora intenta salir adelante con otros personajes para que así se le reconozca su talento. ¿Similitud entre Batman y Birdman?
En fin, se trata de una película especial que seguramente no guste a todo el mundo. Pero creo que es necesaria de ver para poder comprobar la manera en como está rodada y la sensibilidad de su historia. Es cierto que cuenta con algunos pasajes que no son tan brillantes, y un final que no llegué a entender del todo; pero por lo demás el resto es bastante redondo. La historia de un personaje que no consigue volar libre ya que su fantasma no le deja avanzar.
Debo decir que me ha gustado mucho, y tengo que reconocer que me equivoqué al criticarla sin haber visto absolutamente nada. La prejuzgué sin motivo, y ahora me arrepiento de ello.
Sin lugar a dudas lo que más llama la atención es la impresionante dirección de Alejandro González Iñárritu. Ha rodado toda la película como si fuera un único plano secuencia, y da la sensación de que realmente se está viendo una obra de teatro y uno es testigo prioritario de cada escena (esto ya lo hizo Hitchcock en su impresionante "La soga"). Es cierto que cuenta con algunos cortes que son imperceptibles, pero son indispensables para la evolución de la trama. Y aunque uno no sea consciente de dicho corte, sí que sabe que se ha realizado. Así que uno puede disfrutar de escenas largas sin ningún cambio de plano.
Eso nos lleva a otro punto muy positivo; y son las interpretaciones. Todos los actores estás impresionantes en sus papeles. Para ellos ha tenido que ser un lujo poder rodar escenas tan largas sin cortes, un hecho que no es común en el cine.
Aunque el verdadero protagonista es el personaje Michael Keaton, el resto de actores tienen un gran peso en la historia y mucha relevancia. El guión parece en muchos casos un reflejo paralelo de la situación de Michael Keaton, ya que narra la historia de un actor muy conocido que se hizo famoso interpretando a un superhéroe en los 90. Han pasado los años y ese personaje le persigue siempre independientemente de los trabajos que realiza, además de que su status de estrella ha quedado un poco de lado. Ahora intenta salir adelante con otros personajes para que así se le reconozca su talento. ¿Similitud entre Batman y Birdman?
En fin, se trata de una película especial que seguramente no guste a todo el mundo. Pero creo que es necesaria de ver para poder comprobar la manera en como está rodada y la sensibilidad de su historia. Es cierto que cuenta con algunos pasajes que no son tan brillantes, y un final que no llegué a entender del todo; pero por lo demás el resto es bastante redondo. La historia de un personaje que no consigue volar libre ya que su fantasma no le deja avanzar.
13 de diciembre de 2016
13 de diciembre de 2016
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Guión "duermeovejas" vestido con el traje de los domingos para colársela a la crítica especializada y al comedor de palomitas medio, ávidos de perennes planos secuencia e histrionismo que sólo busca epatar. Porque sí, la cinta en sí es un fiel reflejo de su personaje. Un quiero y no puedo. Un grito de llamada de atención a la desesperada que se queda en susurro.
Lo único que me hizo aguantar despierto hasta el final fue saber si el personaje de Lindsay Duncan ponía las cosas en sus sitio, pero hasta ella me defraudó.
Devuélvanme mis dos horas.
Lo único que me hizo aguantar despierto hasta el final fue saber si el personaje de Lindsay Duncan ponía las cosas en sus sitio, pero hasta ella me defraudó.
Devuélvanme mis dos horas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Ah, que tarde o temprano iba a aparecer la pistolita de verdad, era previsible desde el minuto menos 10 del metraje.
8 de agosto de 2022
8 de agosto de 2022
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seamos sinceros. En su día, “Birdman” fue una película con la que agarré un tremendo rebote. Toda ella venía precedida de grandes críticas, grandes premios y, sobre todo, lo que más despertó mi atención fue que se decía que estaba rodado en formato de plano secuencia. Toda la película. Así que no tuve más remedio que darle otra oportunidad a un Inárritu del que hacía tiempo que había renegado y del que me había prometido que no me volvería a pillar en otro de sus coñazos trascendentalistas. La decepción fue mayúscula. A los diez minutos me estaba aburriendo como pocas veces en mi vida y a los veinte minutos de no entender absolutamente nada empecé a preguntarme si el problema lo tenía yo, que estaba perdiendo facultades, o la película, que era un truño.
La conclusión, en cualquier caso, estaba clara: continuar viendo la película no era inteligente. Tanto si la película era la obra maestra que decían por ahí como si era el pufo que yo intuía, seguir mirando la pantalla sólo confirmaría, por un motivo u otro, que yo era un gilipollas bien por no ser capaz de seguir la película bien por perder el tiempo miserablemente con ella. Terminé de verla, sí, pero sin prestarle ya atención y la conclusión que saqué es que, nuevamente, Iñárritu nos la había vuelto a colar. De nuevo, otra cinta sin más argumento que plantearnos el vacío, la vanidad o el olvido con el agravante de su exhibicionismo al mostrarnos su virtuoso dominio del lenguaje cinematográfico, su capacidad traducir las palabras a planos o la esencia de las cosas a escenas… y nada menos que como una única toma. Puede ser un vulgarismo pero es lo que en twitter llaman «sacarse la chorra», no hay mejor manera de describirlo con palabras. Alardear de un nivel de competencia con el que muchos no pueden sino soñar, pero utilizado para martirizar al espectador con humanismo de baratillo.
Hoy lo veo de otra manera, sobre todo después de que “El Renacido” demostrara que Iñárritu es capaz de usar su talento para historias de verdad y creo que el problema de “Birdman” soy yo: no es una película hecha para mí y para la gente como yo. Es una película para la gente del cine y, probablemente sea un gigantesco guiño al cine y un homenaje a los ídolos caídos, a las víctimas de lo efímero de la fama. Si la volviera a ver seguiría sin interesarme, pero no me hubiese indignado como hace años. Y habría puesto una nota más acorde a la, esa sí, indiscutible labor de un Michael Keaton que no consigue hacerme comprensible lo incomprensible del conjunto, el sentido del todo, pero sí que al menos entiendo sus frases de manera aislada.
La conclusión, en cualquier caso, estaba clara: continuar viendo la película no era inteligente. Tanto si la película era la obra maestra que decían por ahí como si era el pufo que yo intuía, seguir mirando la pantalla sólo confirmaría, por un motivo u otro, que yo era un gilipollas bien por no ser capaz de seguir la película bien por perder el tiempo miserablemente con ella. Terminé de verla, sí, pero sin prestarle ya atención y la conclusión que saqué es que, nuevamente, Iñárritu nos la había vuelto a colar. De nuevo, otra cinta sin más argumento que plantearnos el vacío, la vanidad o el olvido con el agravante de su exhibicionismo al mostrarnos su virtuoso dominio del lenguaje cinematográfico, su capacidad traducir las palabras a planos o la esencia de las cosas a escenas… y nada menos que como una única toma. Puede ser un vulgarismo pero es lo que en twitter llaman «sacarse la chorra», no hay mejor manera de describirlo con palabras. Alardear de un nivel de competencia con el que muchos no pueden sino soñar, pero utilizado para martirizar al espectador con humanismo de baratillo.
Hoy lo veo de otra manera, sobre todo después de que “El Renacido” demostrara que Iñárritu es capaz de usar su talento para historias de verdad y creo que el problema de “Birdman” soy yo: no es una película hecha para mí y para la gente como yo. Es una película para la gente del cine y, probablemente sea un gigantesco guiño al cine y un homenaje a los ídolos caídos, a las víctimas de lo efímero de la fama. Si la volviera a ver seguiría sin interesarme, pero no me hubiese indignado como hace años. Y habría puesto una nota más acorde a la, esa sí, indiscutible labor de un Michael Keaton que no consigue hacerme comprensible lo incomprensible del conjunto, el sentido del todo, pero sí que al menos entiendo sus frases de manera aislada.
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