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Piso de soltero

Comedia. Romance. Drama C.C. Baxter (Jack Lemmon) es un modesto pero ambicioso empleado de una compañía de seguros de Manhattan. Está soltero y vive solo en un discreto apartamento que presta ocasionalmente a sus superiores para sus citas amorosas. Tiene la esperanza de que estos favores le sirvan para mejorar su posición en la empresa. Pero la situación cambia cuando se enamora de una ascensorista (Shirley MacLaine) que resulta ser la amante de uno de los ... [+]
Críticas 257
Críticas ordenadas por utilidad
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8
4 de septiembre de 2020 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Quién me pone la pierna encima para que no levante cabeza". Somos pocos los que todavía recordamos esta frase de Jorge, folletinesco concursante de la primera edición de Gran Hermano. Un programa que fue un evento televisivo en España. Con esta exclamación Jorge, siempre trágico, culpaba a los planetas de las penalidades de su apasionado romance con otra concursante. La frase en cuestión encaja como un guante al protagonista de "El apartamento". Porque CC Baxter (Jack Lemmon) es un sufridor abnegado y un trabajador sumiso que permite a sus jefes que le pongan la pierna encima a cambio de algún mísero ascenso.

De pronto un día descubrí que no había entendido el argumento de "El apartamento". Hasta entonces creía estar ante una comedia romántica. Al menos así la siguen describiendo la mayoría de las sinopsis. Pero poca pasión se puede encontrar en la amistad cortés entre el mediocre oficinista que interpreta Lemmon y Shirley McLaine como la luminosa ascensorista.

No es el amor sino el destino quien oportunamente acerca a esos dos infelices, que se descubren como almas gemelas sometidas al yugo capitalista. El espectador sufre con los protagonistas cada nueva humillación de ese jefe prepotente y la emoción crece con la esperanza de que lo manden a freír puñetas. El argumento de "El apartamento" no es el amor sino la libertad y el triunfo de la dignidad del individuo frente a los abusos del poder.

Una sátira contra la Norteamérica triunfalista de post-guerra. Un sueño americano agridulce, donde el espejismo del éxito parece esperar tras la puerta de despachos de altos rascacielos. Billy Wilder nos recomienda no complicarnos la vida y disfrutar de las cosas sencillas, porque la fuerza del cariño siempre es más agradecida que el precio de la ambición.

En su despedida del concurso Gran Hermano Jorge, minutos antes de salir por la puerta, se dirigió a la audiencia enamorado hasta las trancas y gritó: "no lloréis mi marcha porque me voy a casar con ella". También los protagonistas de "El apartamento" parecen llegar a esa conclusión cuando logran descubrir lo que significa vivir.
5
21 de diciembre de 2013
12 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué tipos más impresentables los de «El apartamento». Bueno, todos menos C. C. Baxter, el empleado leal y eficiente que presta su pisito para que sus jefes se lo monten con sus amantes. Hay que decir que Baxter es muy bueno, pero también algo cínico y cobarde, por contribuir a que los hombres mientan y engañen. Un poco trepa, vamos.

Hasta que llega determinada chica y le vuelve el mundo del revés. Wilder narra con soltura y discreción de enamorado esta historia de amor casi unilateral y en blanco y negro con un guión bien elaborado y unos actores en su plenitud. Jack Lemmon, fantástico; Shirley MacLain, apacible; y Fred MacMurray, el perfecto ligón hipócrita. Da mucha rabia y pena que las mujeres pierdan la dignidad de una manera tan absoluta, y del mismo modo ver como a según que hombres no se les valore. Curioso y lógico al mismo tiempo que la mujer moderna, Fran, sea una tirada de la vida y precisamente la señora Dreyfuss, la antigua, le eche todo un rapapolvo reivindicativo y pro femenino. Pensad sobre ello.

A pesar de sus virtudes, «El apartamento» no cala en el corazón, al menos no en el mío, y así la película no te trastoca las emociones, quizá porque la relación de los protagonistas parece más un trámite de conveniencia. En esa sintonía, el desenlace cae en lo afectado, porque la historia destila desencanto y el amor no puede venir deprisa y corriendo, sin que se espere y sin que se demuestre. Por ahí falla.

Más tierna que romántica, aunque correcta y clásica.
10
1 de julio de 2006
11 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Es una comedia con regusto amargo, o es un drama con toques de comedia? Da igual, porque es una joya irrepetible. Nunca he tenido tantas ganas de abrazar a Jack Lemmon, y nunca he visto más guapa a Shirley MacLaine. Imprescindible.
Ane
7
22 de octubre de 2006
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia quizá es demasiado estrambótica incluso para sí mima. Pero su desarrollo es acertado y el resultado es un film bastante entretenido, con sus momentos de bajón y sus momentos de ternura. Pesonalmente no me parece una obra maestra del cine ni mucho menos, si bien es cierto que es una buena comedia con la que pasar un buen rato, con toques de romanticismo medidos y agradables.
10
31 de agosto de 2006
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Genial. Sólo un director de origen austriaco llamado Billy Wilder puede vacilar de guiones tan redondos. Los recursos simbólicos que invaden la película te hacen, cuanto menos, sonreir de forma condescendiente mientras la historia no para de formar círculos concéntricos maravillosos. Incluso Jack Lemmon parece creíble interpretándose nuevamente a sí mismo. Los fantásticos diálogos de 'El apartamento' ofrecen frases para el recuerdo: "Seré tonta... Aún no he aprendido que si sales con un hombre casado no se debe llevar rímel". Una recomendación segura, repito, una recomendación segura.
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