El verdugo
1963 

8.2
42,692
Comedia
José Luis, el empleado de una funeraria, proyecta emigrar a Alemania para convertirse en un buen mecánico. Su novia es hija de Amadeo, un verdugo profesional. Cuando éste los sorprende en la intimidad, los obliga a casarse. Ante la acuciante falta de medios económicos de los recién casados, Amadeo, que está a punto de jubilarse, trata de persuadir a José Luis para que solicite la plaza que él va a dejar vacante, lo que le daría derecho ... [+]
1 de enero de 2022
1 de enero de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No la recordaba, es más supongo que la que ví hace varias décadas estaba censurada porque me ha parecido totalmente nueva. Ahora, al cabo de casi 60 años, me he quedado gratamente sorprendido de la calidad que atesora.
La producción es la típica del "realismo social" de Berlanga. Refleja una critica feroz y mordaz de la sociedad española de por entonces, su moral, sus instituciones, la iglesia. etc.
La dirección hace un magnífico ejercicio de creatividad y de ingenio. Cada plano, cada secuencia, están pensados con intención milimétrica. Nada sobra y algunas secuencias - la del aeropuerto, la de la gruta, la de la ejecución- son memorables.
Añado una excelente dirección de actores y la única pega que le puedo poner es algo de lentitud y reiteración en alguna secuencias.
La historia más original no puede ser y además está bien desarrollada y aderezada con su toque de humor negro.
Los actores están soberbios. Una interpretaciones, con unos diálogos y una forma de hablar que ya los quisiéramos para hoy. Isbert y Penella están que no caben en la pantalla.
La producción es la típica del "realismo social" de Berlanga. Refleja una critica feroz y mordaz de la sociedad española de por entonces, su moral, sus instituciones, la iglesia. etc.
La dirección hace un magnífico ejercicio de creatividad y de ingenio. Cada plano, cada secuencia, están pensados con intención milimétrica. Nada sobra y algunas secuencias - la del aeropuerto, la de la gruta, la de la ejecución- son memorables.
Añado una excelente dirección de actores y la única pega que le puedo poner es algo de lentitud y reiteración en alguna secuencias.
La historia más original no puede ser y además está bien desarrollada y aderezada con su toque de humor negro.
Los actores están soberbios. Una interpretaciones, con unos diálogos y una forma de hablar que ya los quisiéramos para hoy. Isbert y Penella están que no caben en la pantalla.
9 de octubre de 2008
9 de octubre de 2008
Sé el primero en valorar esta crítica
10/10/2008 NOTA 10/10
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué grande Berlanga, me gustaría saber cuando se estrenó esta película en España y si algún entendido me pudiera escribir diciéndome la repercusión que tuvo en España, porque es una ofensiva hacia el gobierno español en toda regla. Críticas, sobretodo:
-Hacia la pena de muerte, algo que vemos tan lejano, pero con lo que nuestros padres se criaron.
-El enchufe que tenían entonces los funcionarios, "hay 37 en lista de espera, pero con una buena recomendación podría usted entrar".
-El derroche económico que esto suponía, "me pagan las dietas durante 1 mes de estancia".
-La diferencia de clases que había en la época, representado en la boda cuando van retirando todo el mobiliario de la anterior.
Y hay unos golpes de humor buenísimos. La boda es uno; antes, el empezar, cómo nos introduce en la vida del verdugo, cuando le pide la mano de su hija y se le caen los pantalones; cuando se dirige al duelo, parece que al que van a matar es al verdugo. Cuando aparece la guardia civil en el teatro ese raro, eso sí que es un puntazo, cómo me he reído.
Y un infinito etcétera, es una grandísima obra de arte, del que se pueden sacar infinidad de conclusiones.
Me encanta poder ver esas casas, esos camiones, las calles, parece que haya vivido en esa época, porque poco cambió hasta nacer nosotros.
Me encanta ver ese camión antiguo.
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué grande Berlanga, me gustaría saber cuando se estrenó esta película en España y si algún entendido me pudiera escribir diciéndome la repercusión que tuvo en España, porque es una ofensiva hacia el gobierno español en toda regla. Críticas, sobretodo:
-Hacia la pena de muerte, algo que vemos tan lejano, pero con lo que nuestros padres se criaron.
-El enchufe que tenían entonces los funcionarios, "hay 37 en lista de espera, pero con una buena recomendación podría usted entrar".
-El derroche económico que esto suponía, "me pagan las dietas durante 1 mes de estancia".
-La diferencia de clases que había en la época, representado en la boda cuando van retirando todo el mobiliario de la anterior.
Y hay unos golpes de humor buenísimos. La boda es uno; antes, el empezar, cómo nos introduce en la vida del verdugo, cuando le pide la mano de su hija y se le caen los pantalones; cuando se dirige al duelo, parece que al que van a matar es al verdugo. Cuando aparece la guardia civil en el teatro ese raro, eso sí que es un puntazo, cómo me he reído.
Y un infinito etcétera, es una grandísima obra de arte, del que se pueden sacar infinidad de conclusiones.
Me encanta poder ver esas casas, esos camiones, las calles, parece que haya vivido en esa época, porque poco cambió hasta nacer nosotros.
Me encanta ver ese camión antiguo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y aparecen: Agustín González en una discusión en la calle, Alfredo Landa de monaguillo, pero sin su voz, qué extraño, Saza de funcionario quitándole el piso al pobre verdugo, Ferrandis en la cárcel de Mallorca, y López Vázquez de hermano de José Luis. Buenísima de verdad, con un gran reparto de actores. Sugiero que pongan a estos actores dentro del reparto en filmaffinity, porque es un gran atractivo. Gracias.
26 de julio de 2024
Nota 8/10 (le bajo dos puntos)
Vaya obra se marcó Berlanga, que no volvió a hacer algo meritorio hasta 1978, con “La Escopeta Nacional”, prueba inequívoca de que al Régimen no le agradó para nada su “Verdugo”. Y es que, por la razón que sea, este anarquista de derechas (como él se declaraba, jamás simpatizante de ningún partido, por eso el PC no le hizo campaña como sí se la hizo a Buñuel) le metió un gol por toda la escuadra a una de las vergüenzas de la Dictadura.
La historia, llena de chascarrillos patrios que, según cuentan, no entendían en los festivales extranjeros de pedigrí (¿y a Almodóvar sí lo entienden?), está llena de momentos épicos, como cuando el camión funerario para para dejar al Verdugo, la guardia civil entrando en las cuevas del Drac “José Luis, José Luis…”, el Verdugo dejando los instrumentos del garrote vil encima de la mesa, los dos amantes sorprendidos en el postcoito y la escena botando encima de la mesa justo antes de tumbarse en la cama, media Verónica a los censores.
Varias leyendas hay sobre lo que opinaba el régimen sobre Berlanga. Dicen que Franco dijo de él: “No es comunista, es aún peor: un mal español” y Carrero Blanco: “¿Pero este director aún no está en la cárcel?”, tras ver “El Verdugo”.
Una obra maestra del cine español. De hecho, hoy diría la mejor película española de la historia.
RESPUESTAS A MI YO DE HACE 16 AÑOS:
-La película se estrenó a finales de 1963 en España, en el cine Pompeyo de Madrid.
-Mi sugerencia fue atendida.
26 de julio de 2024
Nota 8/10 (le bajo dos puntos)
Vaya obra se marcó Berlanga, que no volvió a hacer algo meritorio hasta 1978, con “La Escopeta Nacional”, prueba inequívoca de que al Régimen no le agradó para nada su “Verdugo”. Y es que, por la razón que sea, este anarquista de derechas (como él se declaraba, jamás simpatizante de ningún partido, por eso el PC no le hizo campaña como sí se la hizo a Buñuel) le metió un gol por toda la escuadra a una de las vergüenzas de la Dictadura.
La historia, llena de chascarrillos patrios que, según cuentan, no entendían en los festivales extranjeros de pedigrí (¿y a Almodóvar sí lo entienden?), está llena de momentos épicos, como cuando el camión funerario para para dejar al Verdugo, la guardia civil entrando en las cuevas del Drac “José Luis, José Luis…”, el Verdugo dejando los instrumentos del garrote vil encima de la mesa, los dos amantes sorprendidos en el postcoito y la escena botando encima de la mesa justo antes de tumbarse en la cama, media Verónica a los censores.
Varias leyendas hay sobre lo que opinaba el régimen sobre Berlanga. Dicen que Franco dijo de él: “No es comunista, es aún peor: un mal español” y Carrero Blanco: “¿Pero este director aún no está en la cárcel?”, tras ver “El Verdugo”.
Una obra maestra del cine español. De hecho, hoy diría la mejor película española de la historia.
RESPUESTAS A MI YO DE HACE 16 AÑOS:
-La película se estrenó a finales de 1963 en España, en el cine Pompeyo de Madrid.
-Mi sugerencia fue atendida.
13 de enero de 2014
13 de enero de 2014
Sé el primero en valorar esta crítica
Cuando se dice, y se dice con frecuencia, que El Verdugo es un alegato contra la pena de muerte, no se le hace un favor redondo a esta magistral película. Alegato, latigazo. Son palabras con una sonoridad muy semejante. Ambas aluden a una acción seca, contundente, intencionada, ejecutada con ánimo de ejemplaridad, con el afán de disminuir la voluntad resistente de alguien para imponerle otro concepto alternativo de comportamiento, otra ley...Lo que se disfruta y, al mismo tiempo, duele de la película es, como siempre en Berlanga, el insuperable, patético y amargo, a la vez risible, fresco de la sociedad española, vista como era habitual en el irrepetible dúo Berlanga-Azcona con esa personal mezcla de inclemencia y comprensión hacia todos, y que nunca ha podido ser reproducido e imitado en los mismos términos y en el mismo tono. Los españoles del momento, los españoles observados como unos pobres tipos sujetos a unas necesidades y a unas ambiciones que incitan, a partes iguales, a la risa y a la lágrima.
23 de diciembre de 2017
23 de diciembre de 2017
Sé el primero en valorar esta crítica
Película en blanco y negro, pero de poderosa atracción. ¿Comedia? Bien, es una forma de decirlo, aunque es si duda una feroz crítica a la pena de muerte, que en la fecha de lanzamiento tuvo serios problemas con la censura de la època. Recordemos que en el 63 Franco estava vivo y muy vivo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Bien, José Isbert se casa con Emma Penella para conseguir piso. El padre de Emma es verdugo de profesión, con 40 años de servicio. En realidad, a José no le va nada esta profesión (de hecho la detesta). Todo va pasando sin demasiados problemas hasta que la Guardia Civil va a recoger al pobre hombre para llevar a cabo su primera ejecución (Garrote vil) Prácticamente el equipo de prisiones obliga al hombre a ejecutar a un prisionero. La película termina cuando José regresa de la ejecución y habla con su suegro, quien termina diciéndole: bah, yo dije lo mismo que tú la primera vez.
15 de noviembre de 2020
15 de noviembre de 2020
Sé el primero en valorar esta crítica
Con toda justicia y de manera indiscutida, una de las mejores películas del cine español. Alegatos aparte —contra la pena de muerte y, por extensión, el ominoso régimen franquista, que costó a Berlanga no pocos disgustos, incluido un temor fundado por su integridad física, y la de su familia—, “El verdugo” tiene el mérito de ponernos frente al espejo de nuestra propia mediocridad, resaltando con puntería cruel cada una de las miserias y mezquindades —inapreciables la mayoría, por suerte; groseras otras y algunas terribles— en que somos capaces de incurrir con tal de salir adelante.
Por si lo anterior fuera poco, el realizador valenciano y su inefable guionista de cabecera, Rafael Azcona —probablemente la pluma más afilada que haya dado la cinematografía patria—, dan un paso más, o dos o diez mil, y nos sacuden por las solapas de la conciencia con una reflexión acerca de la naturaleza humana a la que el adjetivo “cáustica” le viene angustiosamente pequeño. En efecto, “El verdugo” nos advierte de la existencia de un destino que, con la premiosa inexorabilidad de una sentencia judicial, acaba por colocarnos en el lugar preciso que la sociedad nos reserva como piezas de un mecano perfectamente engrasado. Todo a nuestro alrededor, también nosotros mismos, parece conspirar para que no nos salgamos del camino minuciosamente trazado por fuerzas ajenas e irresistibles, llámense “Sistema” o “Providencia”, collares distintos para el mismo Can Cerbero.
La conclusión es tan desoladora que ni los puntuales pasajes cómicos —de una negrura difícilmente soportable, eso además—, ni el siempre entrañable Pepe Isbert logran endulzarla un ápice. El mensaje devora al medio y, de hecho, el principal rasgo distintivo del estilo de Berlanga, ese caos feliz manifestado en sus multitudinarios planos secuencia —paradójicamente un prodigio de planificación y dirección—, brilla algo menos de lo acostumbrado, opacado, insisto, por el pesimismo antropológico que preside la historia. En fin, si hay cintas que te reconcilian con tus congéneres, “El verdugo” no forma parte de ellas; sino de las que suman nuevos y lógicos motivos para el divorcio.
Por si lo anterior fuera poco, el realizador valenciano y su inefable guionista de cabecera, Rafael Azcona —probablemente la pluma más afilada que haya dado la cinematografía patria—, dan un paso más, o dos o diez mil, y nos sacuden por las solapas de la conciencia con una reflexión acerca de la naturaleza humana a la que el adjetivo “cáustica” le viene angustiosamente pequeño. En efecto, “El verdugo” nos advierte de la existencia de un destino que, con la premiosa inexorabilidad de una sentencia judicial, acaba por colocarnos en el lugar preciso que la sociedad nos reserva como piezas de un mecano perfectamente engrasado. Todo a nuestro alrededor, también nosotros mismos, parece conspirar para que no nos salgamos del camino minuciosamente trazado por fuerzas ajenas e irresistibles, llámense “Sistema” o “Providencia”, collares distintos para el mismo Can Cerbero.
La conclusión es tan desoladora que ni los puntuales pasajes cómicos —de una negrura difícilmente soportable, eso además—, ni el siempre entrañable Pepe Isbert logran endulzarla un ápice. El mensaje devora al medio y, de hecho, el principal rasgo distintivo del estilo de Berlanga, ese caos feliz manifestado en sus multitudinarios planos secuencia —paradójicamente un prodigio de planificación y dirección—, brilla algo menos de lo acostumbrado, opacado, insisto, por el pesimismo antropológico que preside la historia. En fin, si hay cintas que te reconcilian con tus congéneres, “El verdugo” no forma parte de ellas; sino de las que suman nuevos y lógicos motivos para el divorcio.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here