No respires
6.4
28,484
Thriller. Terror
Unos jóvenes ladrones creen haber encontrado la oportunidad de cometer el robo perfecto. Su objetivo será un ciego solitario, poseedor de miles de dólares ocultos. Pero tan pronto como entran en su casa serán conscientes de su error, pues se encontrarán atrapados y luchando por sobrevivir contra un psicópata con sus propios y temibles secretos. (FILMAFFINITY)
3 de febrero de 2017
3 de febrero de 2017
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin pestañear peliculón en toda regla hay criticas que por aquí no se entienden si algo así suspendiera yo que vosotros no vería más cine puesto no se que esperáis!!! Y me tiño al género, doy gracias a Fede por esta gran película y hacer del terror algo tan llamativo
3 de enero de 2018
3 de enero de 2018
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo más dificil no fue ingresar al teatro, lo más dificil es salir con vida de él. Del segundo uno al minuto ochenta y ocho: este es el lapso de tiempo que estarás hundido - literalmente, aguantando la respiración - dentro del asfixiante y perturbador home invasion de uno de los grandes del terror moderno, Fede Álvarez. Orgullosamente latino, Álvarez logró un raudo salto a el prodigioso Hollywood por medio de un cortometraje sci-fi subido a Youtube en 2009 llamado "Panic Attack!", básico pero superlativo planteaba una invasión de robots a Montevideo, Uruguay. Pocas semanas después, Ghost House Pictures le propuso dirigir el codiciado remake de "Evil Dead", colosal obra considerada como la opera prima oficial del talentoso director dentro del cine estadounidense. Después de las altas expectativas que cosechó luego de la experiencia cinemática casi perfecta en 2013, el uruguayo se interna en el terreno del thriller para obnubilarnos con una propuesta tan sencilla como compleja, un filme de culto y una patente muestra de que las mentes brillantes y originales aún existen.
A partir de la tenebrosa primera toma no lineal, con un descenso lento en picado hacia el foco de atención, "Don't Breathe" promete una salvaje travesía bien medida lo suficientemente inteligente para deleitar tanto a los fans del género como a los adictos de adrenalina con un terror psicológico y físico que te dejara sumergido en un estado catatónico aproximadamente por el resto de tu vida. Sin la necesidad de un dialogo intrincado y sub-tramas que no le aportan nada a la historia, la introducción de los protagonistas pasa en un abrir y cerrar de ojos, un par de escenas que tendrán peso a lo largo del metraje y ya estaremos dentro, sin salida. Un grupo de jóvenes con diferentes motivaciones perpetran propiedades privadas desocupadas a lo largo del verano, a pesar de que estos no acarrean demasiada trascendencia puesto que lo hacen sin cometer infracciones verdaderamente graves. Condicionados a que será su último robo debido a las magnitudes económicas que este conlleva, los jóvenes acometen contra la desolada morada de un veterano militar ciego en Detroit, una ciudad que se ha visto afectada por descontroles sociales y económicos, la ciudad fantasma perfecta para ejecutar un atraco. Luego de estar dentro de la casa, un torbellino de acontecimientos inesperados se producirán descontroladamente, comprobando que en la tierra de la oscuridad, el ciego es rey.
Bajo un guión concebido por Fede Álvarez y su recurrente colaborador Rodo Sayagues, el filme se escabulle deliberadamente entre los limites personales de cada personaje para gradualmente desvelar quienes son las verdaderas presas. Los estándares narrativos de este dúo no tienen mesura, ni tampoco estancamientos imaginativos dado a que aprovechan cada mínima oportunidad para turbar con profesionalidad y empeño natural. La curiosidad por ver el resultado final de una premisa tan sencilla y nada embrollada corrompía mi mente, y con razón, esto es una genuina obra del suspense y terror. Como fan del género, es una categórica convicción contemplar el inesperado resurgimiento de ideas originales para vivificar interinamente el hostigado y derrochado mundo del horror, aunque, no cabe duda que tanto la simplicidad y efectividad de "Don't Breathe" serán remedadas cínicamente en futuros filmes.
El fluido manejo del espacio es vital brío para aunarnos con el escenario de la historia. Al igual que su aspecto argumental, el filme nos hilvana la idea de tener una geografía limitada sobre la casa, empero, Alvarez y su equipo encuentran maneras de hacer a los espectadores conscientes de los claustrofobicos callejones sin salida dentro de la morada. Desde el comienzo, el movimiento de la cámara ejecuta enfoques específicos hacia elementos o lugares claves para la trama posteriormente, con el fin de situarnos en el tenebroso e incoloro ambiente del sótano, la sala, el armario o los tubos de ventilación.
Para la asfixiante y opresiva atmósfera fueron necesarios dos cimientos con excelentes terminaciones. Roque Baños es el autor español responsable de la tensionante banda sonora que acompaña a la segunda característica primordial, la fotografía. Pedro Luque - también uruguayo - embellece magistralmente los espacios del set con componentes bien medidos como la luz, el brillo, la sofocante angulación y los limitados efectos. Seguro recordaras, la escena de persecución en la oscuridad, algo al estilo neo-noir , sin duda, de las mejores del año, en la tierra de la oscuridad, el hombre ciego reina y ahora cada ser humano con cinco sentidos estará mas propenso que el preparado invidente.
"Don't Breathe" se apodera de cada herramienta narrativa y visual a su alcance, no se preocupa por complacer a los criticos espectadores porque involuntariamente lo logra. La mejor película original del año ejecuta una narrativa intrigante, una estructura de supervivencia flamante, innovaciones tremendas para el horror que te tendrán pegado a la pantalla y el desarrollo constante de una nueva mezcla de géneros cinematográficos ("Green Room" & "10 Cloverfield Lane"). Impecable, original, sencilla y concisa, estremecedora, impactante, alegórica, tenebrosa, fastuosa, asfixiante. Fede Álvarez nos debía un experiencia cinemática perfecta después de "Evil Dead", "Don't Breathe" lo es, puro cine.
A partir de la tenebrosa primera toma no lineal, con un descenso lento en picado hacia el foco de atención, "Don't Breathe" promete una salvaje travesía bien medida lo suficientemente inteligente para deleitar tanto a los fans del género como a los adictos de adrenalina con un terror psicológico y físico que te dejara sumergido en un estado catatónico aproximadamente por el resto de tu vida. Sin la necesidad de un dialogo intrincado y sub-tramas que no le aportan nada a la historia, la introducción de los protagonistas pasa en un abrir y cerrar de ojos, un par de escenas que tendrán peso a lo largo del metraje y ya estaremos dentro, sin salida. Un grupo de jóvenes con diferentes motivaciones perpetran propiedades privadas desocupadas a lo largo del verano, a pesar de que estos no acarrean demasiada trascendencia puesto que lo hacen sin cometer infracciones verdaderamente graves. Condicionados a que será su último robo debido a las magnitudes económicas que este conlleva, los jóvenes acometen contra la desolada morada de un veterano militar ciego en Detroit, una ciudad que se ha visto afectada por descontroles sociales y económicos, la ciudad fantasma perfecta para ejecutar un atraco. Luego de estar dentro de la casa, un torbellino de acontecimientos inesperados se producirán descontroladamente, comprobando que en la tierra de la oscuridad, el ciego es rey.
Bajo un guión concebido por Fede Álvarez y su recurrente colaborador Rodo Sayagues, el filme se escabulle deliberadamente entre los limites personales de cada personaje para gradualmente desvelar quienes son las verdaderas presas. Los estándares narrativos de este dúo no tienen mesura, ni tampoco estancamientos imaginativos dado a que aprovechan cada mínima oportunidad para turbar con profesionalidad y empeño natural. La curiosidad por ver el resultado final de una premisa tan sencilla y nada embrollada corrompía mi mente, y con razón, esto es una genuina obra del suspense y terror. Como fan del género, es una categórica convicción contemplar el inesperado resurgimiento de ideas originales para vivificar interinamente el hostigado y derrochado mundo del horror, aunque, no cabe duda que tanto la simplicidad y efectividad de "Don't Breathe" serán remedadas cínicamente en futuros filmes.
El fluido manejo del espacio es vital brío para aunarnos con el escenario de la historia. Al igual que su aspecto argumental, el filme nos hilvana la idea de tener una geografía limitada sobre la casa, empero, Alvarez y su equipo encuentran maneras de hacer a los espectadores conscientes de los claustrofobicos callejones sin salida dentro de la morada. Desde el comienzo, el movimiento de la cámara ejecuta enfoques específicos hacia elementos o lugares claves para la trama posteriormente, con el fin de situarnos en el tenebroso e incoloro ambiente del sótano, la sala, el armario o los tubos de ventilación.
Para la asfixiante y opresiva atmósfera fueron necesarios dos cimientos con excelentes terminaciones. Roque Baños es el autor español responsable de la tensionante banda sonora que acompaña a la segunda característica primordial, la fotografía. Pedro Luque - también uruguayo - embellece magistralmente los espacios del set con componentes bien medidos como la luz, el brillo, la sofocante angulación y los limitados efectos. Seguro recordaras, la escena de persecución en la oscuridad, algo al estilo neo-noir , sin duda, de las mejores del año, en la tierra de la oscuridad, el hombre ciego reina y ahora cada ser humano con cinco sentidos estará mas propenso que el preparado invidente.
"Don't Breathe" se apodera de cada herramienta narrativa y visual a su alcance, no se preocupa por complacer a los criticos espectadores porque involuntariamente lo logra. La mejor película original del año ejecuta una narrativa intrigante, una estructura de supervivencia flamante, innovaciones tremendas para el horror que te tendrán pegado a la pantalla y el desarrollo constante de una nueva mezcla de géneros cinematográficos ("Green Room" & "10 Cloverfield Lane"). Impecable, original, sencilla y concisa, estremecedora, impactante, alegórica, tenebrosa, fastuosa, asfixiante. Fede Álvarez nos debía un experiencia cinemática perfecta después de "Evil Dead", "Don't Breathe" lo es, puro cine.
5 de septiembre de 2016
5 de septiembre de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Simple, pero entretenida. ¡Hay que ver lo que da de si la tontura! Porque ¿qué hay más tonto para meterse a robar de noche en la casa aislada -aisladísima- de un ex-marine ciego y paranoico con un cabreo monumental a sus espaldas? Pues meterse en la casa de un ex-marine de ese tipo con un pedazo de pitbull de los que obviamente no han educado para ser vegetarianos. Y, ya de paso, en vez de linternas se apaña uno con la luz del móvil, que, como todo el mundo sabe, no gasta batería ni nada. No cuento más porque ya sería spoiler, pero es fácil imaginarse por donde van a ir los tiros. Me ha recordado un poco a The Green Room, aunque más comedida. Para estar rodada en un puñado de habitaciones y poco más, la acción da bastante de si y los sobresaltos están bien distribuidos. Recomendable para pasar un rato entretenido.
12 de septiembre de 2016
12 de septiembre de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre he escuchado y lo he vivido en mi hacer cotidiano la frase: “si le copio a uno es un plagio si le copio a diez es una investigación” Y no es posible negar que director y guionista de “No, respires” son unos excelentes investigadores cinematográficos. Logrando juntar un sinfín de ideas, ya vistas, en una nueva obra que se deja ver para un veterano como yo y que la juventud llega a aplaudir al terminar el film. Con un bajo presupuesto se puede hacer mucho y tan solo hay que saber hacerlo, parece ser uno de los mensajes que nos deja. Y no hay duda que este film cumple su cometido de suspenso-susto, sobre todo en su primera mitad, aunque también es menester decir, que los primeros dos o tres sustos te hacen saltar de la butaca, pero luego en la segunda mitad, con la reiteración de lo mismo, no se mantiene el nivel, a pesar de las vueltas de tuerca.
La banda de sonido tiene un papel predominando luciendo como el complemento ideal de la acción.
No se arrepentirá de verla.
En el spoiler comento algunos parecidos que logre ver en el momento.
La banda de sonido tiene un papel predominando luciendo como el complemento ideal de la acción.
No se arrepentirá de verla.
En el spoiler comento algunos parecidos que logre ver en el momento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
1) La entrada a la casa y un vídeo juego no parecen tener mucha diferencia. La cámara (el jugador) miran varias habitaciones, con un movimiento muy rápido, en el primer piso sorteando algunos obstáculos con el temor natural, de que hay detrás de cada puerta. Se cambia de nivel, en este caso bajando al sótano y más obstáculos. Típica arquitectura de miles de vídeo juegos.
2) El ciego. Me recordó salvando la diferencias: “Sola en la obscuridad de 1967, de Terence Young con Audrey Hepburn”
3) Qué película podemos recordar: en que la actriz empieza como una integrante más en este caso como una madre y que incluso en el primer problema se encierra en el guardarropa, pero que termina siendo la heroína que se salva después de vencer al malvado con una fuerza sobrenatural. Si por supuesto “Alien el octavo pasajero de 1979” Aunque debo confesor: que me impacto Sigourney Weaver y termine enamorándome de la teniente Ripley.
4) El caer y levantarse. El estar destruido, muerto y aparecer de nuevo. En esta película se hace un abuso de ello a tal punto que después de dos o tres veces lo estamos esperando, pero el final en “Terminator de 1984” creo que se da en su justa medida.
5) “El crimen no paga” Nadie puede robar, matar y quedar libre. No se puede hacer una película que pretenda tener éxito, sino se mantiene esta premisa. Salvo que… a quien se robe sea peor, mucho peor que el ladrón. Una buen referencia sería: "La Fuga de Sam Peckinpah 1972".
6) La chica secuestrada. Tomada de una realidad que ha salido a luz en varias partes del mundo en la última década y ya vista en “La habitación, Irlanda 2015” Y la inseminación artificial que luce absurda. Todo para decirnos que el ciego es mucho peor que los ladrones.
Bueno de cualquier modo véala. En el 2016 vale la pena.
2) El ciego. Me recordó salvando la diferencias: “Sola en la obscuridad de 1967, de Terence Young con Audrey Hepburn”
3) Qué película podemos recordar: en que la actriz empieza como una integrante más en este caso como una madre y que incluso en el primer problema se encierra en el guardarropa, pero que termina siendo la heroína que se salva después de vencer al malvado con una fuerza sobrenatural. Si por supuesto “Alien el octavo pasajero de 1979” Aunque debo confesor: que me impacto Sigourney Weaver y termine enamorándome de la teniente Ripley.
4) El caer y levantarse. El estar destruido, muerto y aparecer de nuevo. En esta película se hace un abuso de ello a tal punto que después de dos o tres veces lo estamos esperando, pero el final en “Terminator de 1984” creo que se da en su justa medida.
5) “El crimen no paga” Nadie puede robar, matar y quedar libre. No se puede hacer una película que pretenda tener éxito, sino se mantiene esta premisa. Salvo que… a quien se robe sea peor, mucho peor que el ladrón. Una buen referencia sería: "La Fuga de Sam Peckinpah 1972".
6) La chica secuestrada. Tomada de una realidad que ha salido a luz en varias partes del mundo en la última década y ya vista en “La habitación, Irlanda 2015” Y la inseminación artificial que luce absurda. Todo para decirnos que el ciego es mucho peor que los ladrones.
Bueno de cualquier modo véala. En el 2016 vale la pena.
16 de septiembre de 2016
16 de septiembre de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al principio, solo vemos un barrio desolado de Detroit.
Y, como si fuera el microscopio de un sociólogo curioso, la cámara acerca su lente a pie de calle, descubriéndonos a un hombre arrastrando un cuerpo.
Lo que parecía un simple barrio se transforma, con solo mirar más de cerca, en una estampa de terror.
'No Respires' tiene mucho de eso: su desarrollo se compone de insignificantes momentos y detalles, que una vez pasados acaban provocando una huella permanente más allá de la primera impresión.
Sus personajes también se benefician de este trato, pues a primera vista no son más que una pandilla de ladronzuelos de tres al cuarto, que sobreviven con lo que consiguen sacar de casas adineradas. No es hasta más tarde, lejos de sus operaciones de infiltración, cuando se revelan vulnerables, tristes y atrapados en un entorno que preferirían cambiar algún día.
A Rocky le gustaría llevar a su hermana a California en un futuro, de igual manera que a Alex le gustaría irse con ella, con la esperanza de tener más relación que la que hasta el momento han tenido. No cuesta mucho ver a Money, el novio de Rocky, como el instigador de ambos, el único que tiene suficientes cojones para cometer los robos aprovechándose del sueño común de llegar algún día a ver la playa. Lo que vemos aquí no son "solo" ladrones, sino que en apenas cuatro apuntes vemos como son jóvenes con esperanzas, y determinación para cumplirlas.
Entonces llega el soplo de que en la casa del Ciego hay dinero suficiente para cumplir el sueño. Y, tras las inevitables dudas, los tres se dirigirán a recoger la legítima recompensa por aguantar tantos años de malos tratos, padres ausentes y una ciudad sin oportunidades para ellos.
Fede Álvarez convierte, sin que apenas se note el titánico esfuerzo, un robo nocturno en una intrusión sin salida a la mismísima boca del lobo: las sombras crecen en la oscuridad, y a nosotros se nos acelera el pulso al pensar que puede habitar cualquier cosa en ellas, que nos salte de improviso por semejante atrevimiento.
Entra en escena la tensión, y no nos habíamos dado cuenta de que estaba por todas partes ya mucho antes de que los tres chavales se metieran en la casa. Hasta ese momento solo se había insinuado en detalles extraños, retorcidos, que parece que no deberían estar allí pero que la adrenalina por el robo ha dejado sin interés en un principio ("hay cuatro cerraduras"... "todas las ventanas tienen rejas"... "no hay ni un alma en la calle"... "duerme con un vídeo de su hija puesto"...).
La casa, una casa cualquiera, pasa a ser el reino del Ciego.
Y este también se revela, una vez acercada la lente, como un perverso psicópata que va dando caza a los jóvenes ladrones que se han acercado voluntariamente a su morada.
Las habitaciones a media luz, las fotos dispuestas invertidamente y hasta la ausencia total de sonidos dibujan un panorama desolador a medida que pasan los minutos, como si la propia casa fuera una extensión del poderoso físico del invidente, que se reordena a placer en su geografía extraña para que, justo la salida que buscan, esté cerrada. Justo el objeto que ansían, está fuera de su alcance. Y justo la única salida posible pasa tan cerca del abominable bruto que podrías respirar su aliento.
Es un esquema que guarda sus trampas y que podría languidecer en interés, pero Fede Álvarez se las ingenia para que ningún rincón sea seguro, y para que cada gesto insignificante se convierta en el peor error posible. Encima, Álvarez es un maestro sádico de los "momentos valle": justo el momento siguiente al susto, cuando ya crees que no hay nada peor, se las ingenia para que el terror vuelva a retorcerte el cuello.
Por si fuera poco que añadir a la excelente y terrorífica fuga, 'No Respires' expone veladamente un comentario social que crece sus ya de por sí extraordinarias ambiciones.
No se nos debería escapar que esto es un enfrentamiento entre una juventud pobre y sin objetivos contra una madurez astuta que ha sacado todo lo posible a esa juventud, y lo guarda celosamente para que no puedan recuperarlo. Existe un fondo de canibalismo social, de malsana crueldad, que convierte a los paisajes urbanos de Detroit en una jungla donde sobrevive el más fuerte, o el que consigue escapar de ella.
Y nunca sabremos qué secretos turbios guarda la cueva del vecino, o que esqueletos despellejados moran en su sótano, cuáles son los sacrificios personales y morales que ha tenido que cometer.
El Ciego exclama en un punto "vosotros, los jóvenes, no entendéis nada". Y probablemente, en su particular mirada, tenga toda la razón del mundo, sin por ello dejar de ser casi una bestia sobrenatural que ha aprendido a sobrevivir frente los vecinos que se van, las oportunidades que faltan y los jóvenes sin respeto.
La clase de intrahistoria que convierte este asalto nocturno en una perturbadora reflexión sobre una juventud que se agarra a sus sueños de cambio con uñas y dientes.
Eso no quiere decir que por ello vayan a dejar de sentir la penetrante, permanente y ciega mirada de la madurez en su nuca. Esperando, perturbando, juzgando desde la oscuridad.
Y, como si fuera el microscopio de un sociólogo curioso, la cámara acerca su lente a pie de calle, descubriéndonos a un hombre arrastrando un cuerpo.
Lo que parecía un simple barrio se transforma, con solo mirar más de cerca, en una estampa de terror.
'No Respires' tiene mucho de eso: su desarrollo se compone de insignificantes momentos y detalles, que una vez pasados acaban provocando una huella permanente más allá de la primera impresión.
Sus personajes también se benefician de este trato, pues a primera vista no son más que una pandilla de ladronzuelos de tres al cuarto, que sobreviven con lo que consiguen sacar de casas adineradas. No es hasta más tarde, lejos de sus operaciones de infiltración, cuando se revelan vulnerables, tristes y atrapados en un entorno que preferirían cambiar algún día.
A Rocky le gustaría llevar a su hermana a California en un futuro, de igual manera que a Alex le gustaría irse con ella, con la esperanza de tener más relación que la que hasta el momento han tenido. No cuesta mucho ver a Money, el novio de Rocky, como el instigador de ambos, el único que tiene suficientes cojones para cometer los robos aprovechándose del sueño común de llegar algún día a ver la playa. Lo que vemos aquí no son "solo" ladrones, sino que en apenas cuatro apuntes vemos como son jóvenes con esperanzas, y determinación para cumplirlas.
Entonces llega el soplo de que en la casa del Ciego hay dinero suficiente para cumplir el sueño. Y, tras las inevitables dudas, los tres se dirigirán a recoger la legítima recompensa por aguantar tantos años de malos tratos, padres ausentes y una ciudad sin oportunidades para ellos.
Fede Álvarez convierte, sin que apenas se note el titánico esfuerzo, un robo nocturno en una intrusión sin salida a la mismísima boca del lobo: las sombras crecen en la oscuridad, y a nosotros se nos acelera el pulso al pensar que puede habitar cualquier cosa en ellas, que nos salte de improviso por semejante atrevimiento.
Entra en escena la tensión, y no nos habíamos dado cuenta de que estaba por todas partes ya mucho antes de que los tres chavales se metieran en la casa. Hasta ese momento solo se había insinuado en detalles extraños, retorcidos, que parece que no deberían estar allí pero que la adrenalina por el robo ha dejado sin interés en un principio ("hay cuatro cerraduras"... "todas las ventanas tienen rejas"... "no hay ni un alma en la calle"... "duerme con un vídeo de su hija puesto"...).
La casa, una casa cualquiera, pasa a ser el reino del Ciego.
Y este también se revela, una vez acercada la lente, como un perverso psicópata que va dando caza a los jóvenes ladrones que se han acercado voluntariamente a su morada.
Las habitaciones a media luz, las fotos dispuestas invertidamente y hasta la ausencia total de sonidos dibujan un panorama desolador a medida que pasan los minutos, como si la propia casa fuera una extensión del poderoso físico del invidente, que se reordena a placer en su geografía extraña para que, justo la salida que buscan, esté cerrada. Justo el objeto que ansían, está fuera de su alcance. Y justo la única salida posible pasa tan cerca del abominable bruto que podrías respirar su aliento.
Es un esquema que guarda sus trampas y que podría languidecer en interés, pero Fede Álvarez se las ingenia para que ningún rincón sea seguro, y para que cada gesto insignificante se convierta en el peor error posible. Encima, Álvarez es un maestro sádico de los "momentos valle": justo el momento siguiente al susto, cuando ya crees que no hay nada peor, se las ingenia para que el terror vuelva a retorcerte el cuello.
Por si fuera poco que añadir a la excelente y terrorífica fuga, 'No Respires' expone veladamente un comentario social que crece sus ya de por sí extraordinarias ambiciones.
No se nos debería escapar que esto es un enfrentamiento entre una juventud pobre y sin objetivos contra una madurez astuta que ha sacado todo lo posible a esa juventud, y lo guarda celosamente para que no puedan recuperarlo. Existe un fondo de canibalismo social, de malsana crueldad, que convierte a los paisajes urbanos de Detroit en una jungla donde sobrevive el más fuerte, o el que consigue escapar de ella.
Y nunca sabremos qué secretos turbios guarda la cueva del vecino, o que esqueletos despellejados moran en su sótano, cuáles son los sacrificios personales y morales que ha tenido que cometer.
El Ciego exclama en un punto "vosotros, los jóvenes, no entendéis nada". Y probablemente, en su particular mirada, tenga toda la razón del mundo, sin por ello dejar de ser casi una bestia sobrenatural que ha aprendido a sobrevivir frente los vecinos que se van, las oportunidades que faltan y los jóvenes sin respeto.
La clase de intrahistoria que convierte este asalto nocturno en una perturbadora reflexión sobre una juventud que se agarra a sus sueños de cambio con uñas y dientes.
Eso no quiere decir que por ello vayan a dejar de sentir la penetrante, permanente y ciega mirada de la madurez en su nuca. Esperando, perturbando, juzgando desde la oscuridad.
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