Un monstruo viene a verme
2016 

6.6
39,161
Fantástico. Drama
Tras la separación de sus padres, Connor (Lewis MacDougall), un chico de 12 años, tendrá que ocuparse de llevar las riendas de la casa, pues su madre (Felicity Jones) está enferma de cáncer. Así las cosas, el niño intentará superar sus miedos y fobias con la ayuda de un monstruo (Liam Neeson), pero sus fantasías tendrán que enfrentarse no sólo con la realidad, sino con su fría y calculadora abuela (Sigourney Weaver). Con este nuevo ... [+]
3 de noviembre de 2016
3 de noviembre de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quedé "sorprendido" al comprobar a gran parte del público llorando cuando las luces rompieron la intimidad de la sala. Me he convertido en un ser insensible, pensé, tengo un corazón de mármol, o quizás mi edad madura irremediablemente se resguarda del dolor como acto reflejo en el descenso de lo que queda por vivir. Diría que la película está francamente bien, gracias a un equilibrado elenco de actores en el que destacan el niño Lewis Macdougall como la imagen ideal de un niño que ya no es tan niño en los albores de la madurez, por momentos lizando en la locura, la angelical Felicity Jones como la joven madre que se va apagando, digna en un papel que sostiene toda su fuerza y entereza, hasta el último suspiro. Y qué decir de la camaleónica Sigourney Weaver, afrontando un papel tan intenso y serio, aportando el equilibrio en toda la trama.
En la parte animada destaca el tejo vetusto y sabio, al amparo de una voz profunda, directa, desgarradora en lo íntimo y anunciadora de un final previsible, destructivo. Es la voz de Liam Neeson, evidentemente la de su doblador, que bien merece un pequeño agradecimiento. En líneas generales, todo el conjunto, la música, el tono gris imperante reflejan la tristeza y el abuso de ella, cuanto más se acentúa con el acoso escolar hacia un niño que sufre encerrado en su agobiante mundo. Quizás ese abuso de la tristeza, esa ausencia de luz brillante, esa insistencia en recalcar el nefasto final, esas notas musicales anunciadoras y la lentitud de algunos fragmentos han perseguido con demasiada agresividad la vulnerabilidad de la mente del espectador. Y de esa apreciación, de ese abuso surgen las resistencias de algunos espectadores que valoran la película con un miserable 3, 2, 4, notas que no son, ni por asomo, el reflejo de ésta, una buena película.
Podríamos decir, que si esta película se valora con un 2, 3, 4, eso es "respetable", e incluso puede reflejar el sentimiento de adaptación, la asimilación ya superada del espectador que lidia cada día con las consecuencias de la muerte, el farmacéutico que dispensa mórficos cada vez más potentes a una persona que pierde su vitalidad día tras día, especialistas oncólogos que buscan y prueban nuevos tratamientos, o un hábil bombero que tiene que liberar a esa persona que seguramente morirá aplastado entre un amasijo de metales candentes...Y sí, la película es sensible, muy sensible, e incluso persigue serlo, persigue impactar, pero lo consigue mostrando con naturalidad la pérdida, el amor madre-hijo, las ausencias venideras, la soledad y el miedo, y ahí, frente a la inseguridad de ese niño que aún no es hombre, la trama abarca el extenso abanico de su dolor. Porque yo me pregunto: ¿Qué esperaban algunos de esta película? ¿Una fiesta?
En la parte animada destaca el tejo vetusto y sabio, al amparo de una voz profunda, directa, desgarradora en lo íntimo y anunciadora de un final previsible, destructivo. Es la voz de Liam Neeson, evidentemente la de su doblador, que bien merece un pequeño agradecimiento. En líneas generales, todo el conjunto, la música, el tono gris imperante reflejan la tristeza y el abuso de ella, cuanto más se acentúa con el acoso escolar hacia un niño que sufre encerrado en su agobiante mundo. Quizás ese abuso de la tristeza, esa ausencia de luz brillante, esa insistencia en recalcar el nefasto final, esas notas musicales anunciadoras y la lentitud de algunos fragmentos han perseguido con demasiada agresividad la vulnerabilidad de la mente del espectador. Y de esa apreciación, de ese abuso surgen las resistencias de algunos espectadores que valoran la película con un miserable 3, 2, 4, notas que no son, ni por asomo, el reflejo de ésta, una buena película.
Podríamos decir, que si esta película se valora con un 2, 3, 4, eso es "respetable", e incluso puede reflejar el sentimiento de adaptación, la asimilación ya superada del espectador que lidia cada día con las consecuencias de la muerte, el farmacéutico que dispensa mórficos cada vez más potentes a una persona que pierde su vitalidad día tras día, especialistas oncólogos que buscan y prueban nuevos tratamientos, o un hábil bombero que tiene que liberar a esa persona que seguramente morirá aplastado entre un amasijo de metales candentes...Y sí, la película es sensible, muy sensible, e incluso persigue serlo, persigue impactar, pero lo consigue mostrando con naturalidad la pérdida, el amor madre-hijo, las ausencias venideras, la soledad y el miedo, y ahí, frente a la inseguridad de ese niño que aún no es hombre, la trama abarca el extenso abanico de su dolor. Porque yo me pregunto: ¿Qué esperaban algunos de esta película? ¿Una fiesta?
13 de noviembre de 2016
13 de noviembre de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay un conocimiento esencial que no puede ser intelectualizado... Alcanza el adjetivo de ser inefable, una experiencia hecha verbo que atraviesa las líneas del tiempo. Donde al único pronombre al que se dirige es al de la unicidad, donde el yo, tú, los otros... somos la misma cosa. Hay una gramática universal, un sentir natural que obedece a una sabiduría interna que solo podemos percibir cuando emprendemos la aventura de adentrarnos en nuestras galerías del inconsciente arrojando la luz del que observa, con el rítmico movimiento de la respiración, capaz de expandirte de tus formas físicas.
J. A. Bayona nos habla de los monstruos visitantes, de nuestras peores pesadillas que ocultan grandes verdades acerca de nosotros mismos... Las religiones lo han llamado el mal; la sociedad, aquello que no queremos mostrar por miedo a no ser aceptados; el psicoanálisis con Carl Gustav Jung, se refiere a ello como "las sombras". Podemos referirnos a ello como nuestra cara oculta y, por tanto, desconocida, nuestras peores pesadillas o los "demonios" con los que lidiamos. "Un monstruo viene a verme" hace un homenaje apelando a la sanación y liberación interior, asumiendo la honestidad de nuestras verdades, la paradoja y compasión del que comprende: que el bueno no es tan bueno, ni el malo tan malo,.. Trayecto cuyo fin alcanza el estado de reconciliación, paz y libertad.
Nuestros monstruos se presentan así como nuestros recursos, los que nosotros mismos llamamos, no para reforzar nuestras creencias, ideas, conceptos e interpretaciones (¡todas limitadas!) acerca de una realidad que solo se da en una determinada forma de pensar. Nietzsche lo expresó de la siguiente manera: "no hay hechos, hay interpretaciones". ¿Seríamos capaces de observar desde la inocencia (sin interpretación) de nuestra mente? ¡Desaprendamos! Nos adentramos a un mundo desconocido en el que domina el miedo de dar ese salto al vacío del "No sé nada", de "no me gusta lo que siento" y "no quiero arriesgarme a cambiar la forma en la que pienso lo que veo". No vaya a ser que quien creías que eres o son, deje de ser tal cosa... ¿Estamos dispuestos a deconstruir los relatos con los que nos identificamos? ¿A descubrir que eres algo más grande de lo que tu mente dicta? Rumi nos recuerda que "Si pudieses liberarte por una vez de ti mismo, el secreto de los secretos se abrirá ante ti. El rostro de lo desconocido, más allá del universo aparecerá en el espejo de la percepción"
Tras cruzar el umbral, allí donde da miedo acceder... El miedo deja de existir. Es precisamente en este encuentro donde todo se disuelve, se quita el velo y transmutamos.
Noah JS
J. A. Bayona nos habla de los monstruos visitantes, de nuestras peores pesadillas que ocultan grandes verdades acerca de nosotros mismos... Las religiones lo han llamado el mal; la sociedad, aquello que no queremos mostrar por miedo a no ser aceptados; el psicoanálisis con Carl Gustav Jung, se refiere a ello como "las sombras". Podemos referirnos a ello como nuestra cara oculta y, por tanto, desconocida, nuestras peores pesadillas o los "demonios" con los que lidiamos. "Un monstruo viene a verme" hace un homenaje apelando a la sanación y liberación interior, asumiendo la honestidad de nuestras verdades, la paradoja y compasión del que comprende: que el bueno no es tan bueno, ni el malo tan malo,.. Trayecto cuyo fin alcanza el estado de reconciliación, paz y libertad.
Nuestros monstruos se presentan así como nuestros recursos, los que nosotros mismos llamamos, no para reforzar nuestras creencias, ideas, conceptos e interpretaciones (¡todas limitadas!) acerca de una realidad que solo se da en una determinada forma de pensar. Nietzsche lo expresó de la siguiente manera: "no hay hechos, hay interpretaciones". ¿Seríamos capaces de observar desde la inocencia (sin interpretación) de nuestra mente? ¡Desaprendamos! Nos adentramos a un mundo desconocido en el que domina el miedo de dar ese salto al vacío del "No sé nada", de "no me gusta lo que siento" y "no quiero arriesgarme a cambiar la forma en la que pienso lo que veo". No vaya a ser que quien creías que eres o son, deje de ser tal cosa... ¿Estamos dispuestos a deconstruir los relatos con los que nos identificamos? ¿A descubrir que eres algo más grande de lo que tu mente dicta? Rumi nos recuerda que "Si pudieses liberarte por una vez de ti mismo, el secreto de los secretos se abrirá ante ti. El rostro de lo desconocido, más allá del universo aparecerá en el espejo de la percepción"
Tras cruzar el umbral, allí donde da miedo acceder... El miedo deja de existir. Es precisamente en este encuentro donde todo se disuelve, se quita el velo y transmutamos.
Noah JS
19 de enero de 2017
19 de enero de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay algo que hasta el momento no puedo reprochar a este joven director: su técnica. No es de extrañar que tras haber estudiado en la ESCAC, Bayona refleje de forma minuciosa todo su conocimiento técnico a la hora de realizar cine. Sí, eres un gran realizador señor Bayona, pero no un gran director. Coger de referencia a Spielberg o a Hooper (véase "Poltergeist") te ayuda a diseñar planos como los que he visto en tu película, bien trabajados y con una música de fondo al más estilo John Williams e incluso me atrevería a decir que tus actores suelen trabajar bien que eso a veces te salva del desastre... seguro que lo has heredado de tus maestros. Pero solo eso.
Imitar resulta inspirador, pero contigo ya resulta aburrido. Y esa es la sensación con la que me quedo tras haber visto tu película, como si intentara ver más allá de un lienzo técnicamente impoluto, cine bien ejecutado pero vacío en el sentimiento. Porque señor Bayona no me creo nada de lo que cuentas en este "hermoso" cuento. Como dice tu monstruo al protagonista: "dime la verdad", eso quiero de ti, tu verdad, porque no la encuentro en ninguna de tus películas.
Por cierto, para quiénes estéis leyendo esta crítica, os aconsejo que veáis "El imperio del sol" dirigida por Steven Spielberg. Comparadla con "Lo Imposible" de J.A. Bayona, entenderéis lo que digo.
Por último, respecto al tema que abarca "Un monstruo viene a verme": la muerte, bueno... se puede hablar de la muerte,
Imitar resulta inspirador, pero contigo ya resulta aburrido. Y esa es la sensación con la que me quedo tras haber visto tu película, como si intentara ver más allá de un lienzo técnicamente impoluto, cine bien ejecutado pero vacío en el sentimiento. Porque señor Bayona no me creo nada de lo que cuentas en este "hermoso" cuento. Como dice tu monstruo al protagonista: "dime la verdad", eso quiero de ti, tu verdad, porque no la encuentro en ninguna de tus películas.
Por cierto, para quiénes estéis leyendo esta crítica, os aconsejo que veáis "El imperio del sol" dirigida por Steven Spielberg. Comparadla con "Lo Imposible" de J.A. Bayona, entenderéis lo que digo.
Por último, respecto al tema que abarca "Un monstruo viene a verme": la muerte, bueno... se puede hablar de la muerte,
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
pero cuéntamelo sin tener que verla señor Bayona, sin mostrarme en primer plano cómo una madre se despide de su hijo en su lecho de muerte porque de esta forma no me sorprendes en absoluto. Y si te consideras un buen director, transgrede, reinventa el género y ofrece al mundo algo diferente, aunque hables de la muerte... hasta tu amigo Spielberg lo hace... cuando quiere.
28 de enero de 2017
28 de enero de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La tercera película de Juan Antonio Bayona indaga otra vez en temas familiares ahora en clave de cine fantástico, con la adaptación de la novela de Patrick Ness y un elenco internacional y de renombre.
El protagonista es el pequeño Connor (Lewis MacDougall), un chico que sufre a consecuencia de la grave enfermedad que padece su madre (Felicity Jones), por la ausencia de su padre (Toby Kebbell) y que vive enfrentado a su abuela (Sigourney Weaver), de quien piensa lo quiere separar de su madre.
Connor conoce a un monstruo quien va a visitarlo siempre a la misma hora, con la intención de contarle tres historias y con la esperanza de que el chico le cuente la suya y así lo ayude a superar sus miedos.
Visualmente la película es imponente, con una ambientación y efectos visuales de primer nivel que consiguen adentrar al espectador en el imaginativo mundo del chico, mientras que el diseño del monstruo es bastante aceptable, además de que cuenta con la voz de Liam Neeson.
Bayona logra un filme conmovedor, emotivo y sensible, pero rozando por momentos lo sensiblero, al tornar la historia demasiado literal y reducir los encuentros del chico con el monstruo a largas charlas con poca o nula acción.
Aun así, la película se sostiene sobre todo en la gran actuación de Sigourney Weaver, en los atractivos efectos y en la certera emotividad de ciertas escenas que aligeran un tema que es por demás duro y difícil de asimilar.
http://tantocine.com/un-monstruo-viene-a-verme-de-j-a-bayona/
El protagonista es el pequeño Connor (Lewis MacDougall), un chico que sufre a consecuencia de la grave enfermedad que padece su madre (Felicity Jones), por la ausencia de su padre (Toby Kebbell) y que vive enfrentado a su abuela (Sigourney Weaver), de quien piensa lo quiere separar de su madre.
Connor conoce a un monstruo quien va a visitarlo siempre a la misma hora, con la intención de contarle tres historias y con la esperanza de que el chico le cuente la suya y así lo ayude a superar sus miedos.
Visualmente la película es imponente, con una ambientación y efectos visuales de primer nivel que consiguen adentrar al espectador en el imaginativo mundo del chico, mientras que el diseño del monstruo es bastante aceptable, además de que cuenta con la voz de Liam Neeson.
Bayona logra un filme conmovedor, emotivo y sensible, pero rozando por momentos lo sensiblero, al tornar la historia demasiado literal y reducir los encuentros del chico con el monstruo a largas charlas con poca o nula acción.
Aun así, la película se sostiene sobre todo en la gran actuación de Sigourney Weaver, en los atractivos efectos y en la certera emotividad de ciertas escenas que aligeran un tema que es por demás duro y difícil de asimilar.
http://tantocine.com/un-monstruo-viene-a-verme-de-j-a-bayona/
29 de enero de 2017
29 de enero de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me considero una persona con cultura cinematográfica, sensible, romántico.... pero esto no llega a ningún sitio.... explota tópicos vacíos sin profundizar en ellos más que para intentar sacar una lágrima fácil, que no lo ha conseguido por cierto.
Lenta, pausada.... el monstruo es un árbol pero podría haber sido una abeja con nariz de payaso y el resultado sería el mismo.... o si me apuras Pepito Grillo.
El sueldo de Bayona se lo puede dar íntegro a Lewis, porque sin él, esta película seria intragable. Y un cero por no sacar muchísimo más jugo a Sigouney Weaver.
Destacable la animación del primer y segundo cuento del monstruo, el resto se deja ver sin mas.
"Bueno, bonito y barato" detrás de una gran campaña de publicidad.
Lenta, pausada.... el monstruo es un árbol pero podría haber sido una abeja con nariz de payaso y el resultado sería el mismo.... o si me apuras Pepito Grillo.
El sueldo de Bayona se lo puede dar íntegro a Lewis, porque sin él, esta película seria intragable. Y un cero por no sacar muchísimo más jugo a Sigouney Weaver.
Destacable la animación del primer y segundo cuento del monstruo, el resto se deja ver sin mas.
"Bueno, bonito y barato" detrás de una gran campaña de publicidad.
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