A.I. Inteligencia Artificial
2001 

6.5
67,681
Ciencia ficción. Fantástico. Drama
En un mundo futuro, los seres humanos conviven con sofisticados robots llamados Mecas. Los sentimientos son lo único que diferencia a los hombres de las máquinas. Pero, cuando a un robot-niño llamado David se le programa para amar, los hombres no están preparados para las consecuencias, y David se encontrará solo en un extraño y peligroso mundo. (FILMAFFINITY)
10 de diciembre de 2013
10 de diciembre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dividida en lo que a mi opinión podrían ser cuatro capítulos (aunque muchos digan que son tres), Spielberg nos brinda una bellísima película con la que he estado gran parte del metraje con el corazón en un puño.
A continuación analizo los diferentes capítulos. Como no me caben los cuatro en el spoiler, pondré el primero aquí, no sin avisar antes que contiene información que destripa el contenido de la película a aquellos que no la hayan visto.
Capítulo 1, de la duda al amor, del amor al temor.
Esta es en mi opinión la mejor parte de la película. Para llenar el vacío de la ausencia de un ser querido, los humanos se valen de la tecnología para llenarlo de forma artificial. Siniestro en un principio, debido al desconocimiento y a lo espeluznante que resulta crear amor artificial, poco a poco se afianza la confianza y se acostumbran a esta nueva compañía (este primer tramo se recuperará para hacer un capítulo de la inquietante y exitosa serie británica Black Mirror). El problema llega cuando el niño real regresa, teniendo que autoafirmarse como el niño real, no dejando ni por un momento que su sustituto, que no es más que un juguete nuevo, se le pase por cabeza jamás el insultante hecho de creerse igual que él, igual de merecedor del amor de una madre como si fuera su hijo de verdad. Esto lleva al pequeño robot y al pequeño niño a un espiral de desafíos que acabarán provocando que la madre ataje por el camino fácil y abandone al niño robot, no sin sentir un ápice de piedad no entregándolo a sus constructores para su inmediata destrucción.
Pero David, no parece un simple niño robot, tiene sentimientos, sentimientos muy fuertes, sentimientos terriblemente humanos. La escena final de este capítulo tiene una fuerza sobrecogedora.
A continuación analizo los diferentes capítulos. Como no me caben los cuatro en el spoiler, pondré el primero aquí, no sin avisar antes que contiene información que destripa el contenido de la película a aquellos que no la hayan visto.
Capítulo 1, de la duda al amor, del amor al temor.
Esta es en mi opinión la mejor parte de la película. Para llenar el vacío de la ausencia de un ser querido, los humanos se valen de la tecnología para llenarlo de forma artificial. Siniestro en un principio, debido al desconocimiento y a lo espeluznante que resulta crear amor artificial, poco a poco se afianza la confianza y se acostumbran a esta nueva compañía (este primer tramo se recuperará para hacer un capítulo de la inquietante y exitosa serie británica Black Mirror). El problema llega cuando el niño real regresa, teniendo que autoafirmarse como el niño real, no dejando ni por un momento que su sustituto, que no es más que un juguete nuevo, se le pase por cabeza jamás el insultante hecho de creerse igual que él, igual de merecedor del amor de una madre como si fuera su hijo de verdad. Esto lleva al pequeño robot y al pequeño niño a un espiral de desafíos que acabarán provocando que la madre ataje por el camino fácil y abandone al niño robot, no sin sentir un ápice de piedad no entregándolo a sus constructores para su inmediata destrucción.
Pero David, no parece un simple niño robot, tiene sentimientos, sentimientos muy fuertes, sentimientos terriblemente humanos. La escena final de este capítulo tiene una fuerza sobrecogedora.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Capítulo 2, del miedo a lo diferente, del temor a lo que nos es superior.
No deja de ser este un grado mayor de lo que sufre David en el primer capítulo por parte de su “hermano”. Aquí se hace patente el miedo del frágil ser humano por lo que le es superior, lo que seguirá vivo cuando el muera. El personaje del gigoló es todo un acierto, quien esté con un robot del amor no volverá a probar jamás un hombre. ¿A caso no es lícito el odio que se le puede tener a un robot que te supera en todo, incluyendo el sexo? Pero el odio que muestran los humanos no se limita a la envidia, dejan sacar su vena más sádica. Sólo el ser humano disfruta con el sufrimiento de los otros, sólo el ser humano es capaz de hacer un espectáculo dantesco destruyendo seres “vivos”. La secuencia en la que asesinan a la robot niñera y al otro robot son de lo mejor del film. No obstante, hay algo de humanidad, de empatía en el alocado público, que clama por la clemencia hacia a un niño robot increíblemente humano.
Capítulo 3, de cuando el robot posee la capacidad de desear como el ser humano.
A mi juicio la película decae un poco en este punto pero no obstante, es bastante interesante lo que descubrimos aquí. A parte de ofrecernos un espectáculo visual de la ciudad futurista del deseo que se merece un buen tanto en el aspecto de los efectos especiales, también nos adentra en otro deseo, el deseo totalmente humano de David de encontrar el modo de hallar el amor de su madre. Esto lo llevará a realizar una odisea. Una vez conoce a su creador queda fascinado ante como la fuerza del deseo y de las pasiones humanas que han movido el mundo durante toda la Historia se hallan en su creación. No obstante, a David esto le da igual, él es como Paco Umbral, ha venido a hablar de su libro, digo, a buscar a su madre.
El final en el que se halla ante el hada azul y pasan dos mil años, es de lo más bello y bien podría haber acabado la película aquí, pero el bueno de Spielberg no quería un final tan triste, dejándole unos últimos instantes de felicidad a nuestro protagonista en el epílogo.
Capítulo 4, Epílogo, de cuando el ser artificial, al igual que los humanos, también desea realidad artificial para satisfacer sus deseos.
Con un aire kubrickiano dosmilunesco, unos seres superiores conceden los deseos de David, en la medida de lo posible. Es este un punto interesante, pues primeramente eran los humanos los que deseaban lo artificial para suplir carencias y ahora, el niño robot, que ya se puede decir humano después de su odisea, desea una realidad artificial, artificial en tanto a que sabe que su madre tan solo vivirá un día y que no es consciente de lo que ha ocurrido ni de que va a morir, por así decirlo, vive en una gran mentira, una gran mentira cuya única verdad es el amor por David. Muchos dirán que Spielberg no podía estarse de otorgarnos un happy end, y bien es cierto que es mucho más feliz que el del capítulo 3, pero no obstante, pensad que David está condenado a vivir una eternidad en la que no verá a su madre nunca más.
No deja de ser este un grado mayor de lo que sufre David en el primer capítulo por parte de su “hermano”. Aquí se hace patente el miedo del frágil ser humano por lo que le es superior, lo que seguirá vivo cuando el muera. El personaje del gigoló es todo un acierto, quien esté con un robot del amor no volverá a probar jamás un hombre. ¿A caso no es lícito el odio que se le puede tener a un robot que te supera en todo, incluyendo el sexo? Pero el odio que muestran los humanos no se limita a la envidia, dejan sacar su vena más sádica. Sólo el ser humano disfruta con el sufrimiento de los otros, sólo el ser humano es capaz de hacer un espectáculo dantesco destruyendo seres “vivos”. La secuencia en la que asesinan a la robot niñera y al otro robot son de lo mejor del film. No obstante, hay algo de humanidad, de empatía en el alocado público, que clama por la clemencia hacia a un niño robot increíblemente humano.
Capítulo 3, de cuando el robot posee la capacidad de desear como el ser humano.
A mi juicio la película decae un poco en este punto pero no obstante, es bastante interesante lo que descubrimos aquí. A parte de ofrecernos un espectáculo visual de la ciudad futurista del deseo que se merece un buen tanto en el aspecto de los efectos especiales, también nos adentra en otro deseo, el deseo totalmente humano de David de encontrar el modo de hallar el amor de su madre. Esto lo llevará a realizar una odisea. Una vez conoce a su creador queda fascinado ante como la fuerza del deseo y de las pasiones humanas que han movido el mundo durante toda la Historia se hallan en su creación. No obstante, a David esto le da igual, él es como Paco Umbral, ha venido a hablar de su libro, digo, a buscar a su madre.
El final en el que se halla ante el hada azul y pasan dos mil años, es de lo más bello y bien podría haber acabado la película aquí, pero el bueno de Spielberg no quería un final tan triste, dejándole unos últimos instantes de felicidad a nuestro protagonista en el epílogo.
Capítulo 4, Epílogo, de cuando el ser artificial, al igual que los humanos, también desea realidad artificial para satisfacer sus deseos.
Con un aire kubrickiano dosmilunesco, unos seres superiores conceden los deseos de David, en la medida de lo posible. Es este un punto interesante, pues primeramente eran los humanos los que deseaban lo artificial para suplir carencias y ahora, el niño robot, que ya se puede decir humano después de su odisea, desea una realidad artificial, artificial en tanto a que sabe que su madre tan solo vivirá un día y que no es consciente de lo que ha ocurrido ni de que va a morir, por así decirlo, vive en una gran mentira, una gran mentira cuya única verdad es el amor por David. Muchos dirán que Spielberg no podía estarse de otorgarnos un happy end, y bien es cierto que es mucho más feliz que el del capítulo 3, pero no obstante, pensad que David está condenado a vivir una eternidad en la que no verá a su madre nunca más.
17 de mayo de 2016
17 de mayo de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo que coincidir con Carlos Boyero en esta ocasión, si sobrase ese final que son los últimos 30 minutos o los hubiese realizado Kubrick estaríamos hablando de una obra maestra seguramente. Spielberg hace las delicias del género a lo largo de casi toda la película, pero echa mano de un final fácil y para mi eso baja la nota de lo que hubiera sido un 8 o un 9 quizá.
Un proyecto que Kubrick iba a realizar pero que no pudo porque falleció antes... una auténtica lástima porque no sabemos lo que nos hubiese transmitido el genio de Stanley. Lo bueno es que en A.I. encontramos mucho trasfondo de lo que Kubrick quería tratar (Spielberg sabía muy bien hacía dónde iban los tiros porque hablo con Kubrick sobre ello mucho) en ocasiones tenemos escenas que Kubrick hubiera firmado, salvando las distancias en la puesta en escena por supuesto... Pero nuestro amigo Steven lo hace muy bien, notable, seguramente sea de sus mejores trabajos.
Haley Joel Osment destaca por encima de todos haciendo un trabajo de contención descomunal. Jude Law sorprendente con ese desparpajo. La ambientación esta muy conseguida por parte de Spielberg, sabe capturar ambiente tecnológico, y en varias escenas steam-punk, como en la escena de la ciudad con luces.
Me da pena darle un 7 porque siento que se hubiera merecido más, ya veremos más adelante.
7,4 / 10
Un proyecto que Kubrick iba a realizar pero que no pudo porque falleció antes... una auténtica lástima porque no sabemos lo que nos hubiese transmitido el genio de Stanley. Lo bueno es que en A.I. encontramos mucho trasfondo de lo que Kubrick quería tratar (Spielberg sabía muy bien hacía dónde iban los tiros porque hablo con Kubrick sobre ello mucho) en ocasiones tenemos escenas que Kubrick hubiera firmado, salvando las distancias en la puesta en escena por supuesto... Pero nuestro amigo Steven lo hace muy bien, notable, seguramente sea de sus mejores trabajos.
Haley Joel Osment destaca por encima de todos haciendo un trabajo de contención descomunal. Jude Law sorprendente con ese desparpajo. La ambientación esta muy conseguida por parte de Spielberg, sabe capturar ambiente tecnológico, y en varias escenas steam-punk, como en la escena de la ciudad con luces.
Me da pena darle un 7 porque siento que se hubiera merecido más, ya veremos más adelante.
7,4 / 10
10 de noviembre de 2016
10 de noviembre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las películas más emocionales de Spielberg y una de las más cercanas a su espíritu ochentero de ET, Encuentros en la tercera fase y demás clásicos.
Para quien esto firma, es demasiado azucarada, especialmente en su tercio final, cuando David vuelve a tomar el protagonismo en solitario y terminan su aventuras con el Gigolo Joe al que da vida Jude Law. Se trata de una película excelente, sin duda, en lo técnico y en lo narrativo, con un retrato del futuro bastante incisivo y con carga social, pero abusa muchísimo del exceso de sentimentalismo. Por suerte, está Haley Joel Osment, que tuvos esos años maravillosos antes de desaparecer del mapa, que lo consagraron como uno de los mejores niños actores seguramente de toda la historia.
Lo mejor: La inteligencia de la propuesta, los actores y la realización de Spielberg
Lo peor: La sobredosis de azúcar
Para quien esto firma, es demasiado azucarada, especialmente en su tercio final, cuando David vuelve a tomar el protagonismo en solitario y terminan su aventuras con el Gigolo Joe al que da vida Jude Law. Se trata de una película excelente, sin duda, en lo técnico y en lo narrativo, con un retrato del futuro bastante incisivo y con carga social, pero abusa muchísimo del exceso de sentimentalismo. Por suerte, está Haley Joel Osment, que tuvos esos años maravillosos antes de desaparecer del mapa, que lo consagraron como uno de los mejores niños actores seguramente de toda la historia.
Lo mejor: La inteligencia de la propuesta, los actores y la realización de Spielberg
Lo peor: La sobredosis de azúcar
4 de noviembre de 2017
4 de noviembre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siendo como ha resultado ser una película de referencia en ciencia ficción y distopías, con momentos posiblemente geniLes y una interesante historia de fondo, qué pena que se me hicieran tan largos los últimos ¿más de treinta minutos? Qué pena que a veces para convertirse en película comercial se sienta que hay que "arreglar el final" más creíble para poder seguir creyendo en las hadas en un mundo donde estas ya no caben...
28 de febrero de 2018
28 de febrero de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Partiendo de que me gustan las películas de ciencia ficción y eso a Spielberg se le da muy bien. El tema es de vértigo, pero está muy bien tratado y le da un aire muy real al niño. La historia está muy bien contada y la ambientación muy conseguida. Recomendada para una tarde de domingo.
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