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La clase

Drama François es un joven profesor de lengua francesa en un instituto conflictivo, situado en un barrio marginal. Sus alumnos tienen entre 14 y 15 años, y no duda en enfrentarse a ellos en estimulantes batallas verbales; pero el aprendizaje de la democracia puede implicar auténticos riesgos. Al comenzar el curso, los profesores, llenos de buenas intenciones, deseosos de dar la mejor educación a sus alumnos, se arman contra el desaliento. ... [+]
Críticas 139
Críticas ordenadas por utilidad
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8
4 de enero de 2020 Sé el primero en valorar esta crítica
Certero retrato del mundo educativo de la Francia multicultural, alejado de moralismos y recetas mágicas.
Cantet nos ofrece una película valiente, precisamente por no intentar plasmar una visión ideológica a un asunto extremadamente delicado y complejo. La visión inmersiva del director en la realidad de un instituto francés, aporta una mirada cuasi-documental, sin caer en los vicios que se presuponen a una película cuando le adjudican esa etiqueta tan nociva de “cine social”.

Este es “cine social”, porque habla de un tema capital en cualquier sociedad, pero es “cine social” del bueno, del que no toma partido ni trata al espectador como si fuera imbécil. La postura habitual en este tipo de películas es tratar al estado y a las instituciones educativas como estructuras totalitarias responsables del fracaso escolar y vital de los alumnos. Convertir un film de estas características en una epopeya que nos recuerde las inmensas dificultades de las clases bajas por acceder al ascensor social, es una auténtica tentación, redentora de conciencias y propulsora de fantásticas charlas de cafetería.

“La clase” no va de eso, “La clase” nos muestra el día a día de un profesor con sus virtudes y sus defectos, que se esfuerza por tratar como personas a unos chavales de barrio de diferentes procedencias y etnias. Y es aquí donde vemos las enormes dificultades que tiene el profesorado por, sencillamente, hacerse respetar y escuchar. Ya no digamos enseñar o educar.

El aula es presentada como un ring. Una batalla dialéctica sin fin, donde el profesor se juega no ser ridiculizado a cada paso. Cada sugerencia de reflexión o de trabajo a cualquier alumno, abre un sendero lleno de minas, de las que no sabes como vas a salir.

Cantet, también nos plantea las diferentes visiones, más o menos punitivas, más o menos comprensivas, del claustro ante los diferentes actos de indisciplina que se van sucediendo. En este sentido, se producen diálogos y reflexiones muy interesantes que nos aproximan a la verdadera dimensión del reto educativo y también del reto social que supone la integración de diferentes culturas en un mismo sistema. No hay recetas mágicas, pero sí un montón de buenas intenciones que, sin embargo, también dejan cadáveres por el camino.

También es realmente impactante asistir como las sociedades, supuestamente más avanzadas, tratan de incorporar elementos políticamente correctos en sus procedimientos, aún a riesgo de restar autoridad a los profesores y convertirlos en un blanco fácil (spoiler), que tampoco beneficia en nada a los alumnos.

En el aspecto estrictamente cinematográfico, la película es ágil, tiene un ritmo nervioso acentuado por un movimiento de cámara que te contagia de ese estado de ánimo que se tiene en la adolescencia entre reprimido e inquieto. Los actores, desconocidos la gran mayoría, están excelentes en este contexto, ya que no parece que estemos viendo una película sino que más bien nos han dado un ticket para que podamos volver al instituto durante 2 horas. Ese grado de realismo, junto con la ausencia de maniqueísmo ideológico son dos de las principales virtudes de una película interesantísima que no ha perdido vigencia en ningún aspecto.

En resumen, gran película de Laurent Cantet, de mensaje necesario a la par que rodada con agilidad y sentido del ritmo cinematográfico.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
¿Alguien entiende que unas adolescentes de 13 años estén presentes en un claustro de profesores, donde se comentan y discuten en detalle las notas de sus compañeros?

¿Qué aporta esa representación? ¿Qué beneficio aporta esta norma, más allá de ahondar en lo políticamente correcto? La respuesta, obviamente, es ninguno. Bueno, algo sí aporta: problemas. De hecho, la presencia de estas dos niñas y su interpretación malintencionada de una frase en ese claustro, es el desencadenante de un conflicto con el tutor que provoca la expulsión posterior de un compañero.
7
9 de abril de 2020 Sé el primero en valorar esta crítica
En frecuentes ocasiones el cine ha pecado, quizás, de cierto exceso de falta de sentido de la realidad al abordar el tema de la enseñanza. No es necesario poner ejemplos de bastantes películas que nos han presentado a la figura del profesor o profesora como alguien que, por arte casi de magia y recurriendo, cómo no, a pedagogías innovadoras y al "buenrollismo", soluciona de un plumazo los problemas, sean del tipo que sean, de su alumnado.

Laurent Cantet en "La clase" muestra que la realidad puede ser bien distinta. Utilizando una técnica cercana al documental, para así dotarla de un mayor realismo, el director nos presenta a un profesor implicado con su trabajo y que intenta ayudar lo mejor que puede y sabe a un grupo variopinto de alumnos de diversa procedencia, y pertenecientes, algunos de ellos, a famiilias desestructuradas. Sus métodos dialogantes y motivadores funcionarán de salida con un alumnado desmotivado, pero no serán la solución porque cada alumno tiene su realidad personal y familiar.

En fin, que Cantet nos adentra en el día a día que puede suponer un instituto cualquiera para cualquier profe y nos dice que muchos de ellos ponen de su parte trabajo y voluntad para cambiar la realidad de sus alumnos y, aún así, fracasan en el intento o, lo que es peor, pueden recibir el rechazo de sus propios alumnos.

Después de ver "La clase", uno valora más el difícil y, en ocasiones, desagradecido trabajo de dar clase y piensa que no tienen una varita mágica para solucionar los males de la sociedad.
6
10 de febrero de 2009 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una película de Laurent Cantet. Una película rodada en tono documental que intenta ser reflejo de la situación escolar en la sociedad francesa. Y para ello nos situamos en una clase variopinta, cosmopolita, variada... es reflejo y metáfora de la sociedad misma. En este sentido se ha hecho lecturas de la película afirmando que esa clase es reflejo de la sociedad, una sociedad compuesta por mucha clase de personas, con distintas revindicaciones, necesidades, frivolizaciones, y donde hay un gobernante que intenta ser la satisfacción de todas las capas de esa sociedad, y que le sucede la fustración de no poder llegar a todas. La clase es la sociedad.

Pero eso sería interpretar mucho. "La clase" es una película que intenta describir y advertir el tema de la educación, sus lagunas, logros, fracasos, conflictos, exitos, desajustes, retos... Y mi juicio podemos decir que en ese aspecto esta película se ha quedado hasta corta, porque en realidad la problematica de la educación es más grave aún que lo que refleja la película. Por ejemplo, no aparece nada de la droga en los institutos...

La seriedad o el tono de seria advertencia que logra transmitir la película, es posible por ese tono documental en el que esta rodada toda la película, que practicamente hace gala de su titulo originla, la camara no sale de "entre los muros". Pero este tono de documetal no se hasta que punto le favorece como película, ya que no se incluye ninguna subhistoria en el alumnado, como fue el caso de "Mentes peligrosas", otra gran película sobre el tema educativo.

Aquí la camara no sale del colegio, no se cuenta nada que no sea la cotidianidad de las clases, de las sesiones de los profesores... etc Destaca en la película la aparente profesionalidad/naturalidad de los niños, ya que estos no son actores, y para no serlo, sus actuaciones estan bastante logradas.

En definitiva, creo que es una película interesante por la temática que plantea, pero como película, no termina de enganchar, ya que hay momentos que el espectador se aburre ante la monotonía/cotidianidad de muchas escenas.
6
7 de junio de 2009 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad, no sé como puedo o podría intentar valorar esta película, pero creo que sería una pena no hacerlo. Al haberla visto me he sentido como... no sé en blanco, y me ha hecho replantearme muchas cosas que nunca me habría planteado. Esta película es una película muy sencilla, pero es tan profunda que notas enseguida que tú eso ya lo has vivido, que aunque te parezca extraño, ya lo has visto de cerca, y aún así te parece increíble que alguien lo halla puesto en el cine.
Son cosas (para muchas personas) tan normales en la vida diaria, que sencillamente no te planteas que o como perjudica a tu manera de ser... El diálogo no es nada del otro mundo, pero a la vez lo es. Te das cuenta de que, a medida que la clase avanza ese hombre, ese profesor que está ahí tiene que hacer un esfuerzo enorme para explicar cosas que son obvias para muchos y que son nuevas para otros. Esa capacidad para saltar de un tema a otro, y de encima volver al anterior, o de incluso ingeniárselas para hacer que los alumnos participen.
La verdad es una película pelculiar, cercana a lo que vivimos, y muy buena en todos los aspectos. Ves desde otro punto de vista lo que pasa. Tú entras en clase cada mañana y vives tu vida normal y corriente, y si hay algo que no esté a tu gusto corriendo te quejas. Pero al ver la película te das cuenta de que hasta los profesores llegan a un punto límite, de que todos somos personas y de que sea como sea todos tenemos es orgullo que nos hace ser de una manera o de otra.
Así que llegamos a la conclusión de que, esa habitación que pisamos no es nada si no hay nadie dentro, no tiene ningún valor, es solo eso, una habitación.
7
10 de diciembre de 2009 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eran máximas las espectativas que tenía con esta película, algunas se han colmado, otras no.

El film es un ejecicio de realidad que nos introduce en el escenario de tensión permanente que es una clase, y esto se nos muestra en forma real, inmediata, y casi documental. La cámara deja que ocurran las cosas delante de ella, y la expontaneidad y el verismo que transmite la hacen muy interesante.

La cuestión es que la sucesión de momentos en el aula, apenas sólo intercalados con pequeñas secuencias del profesorado, que apenas nos dejan entrever algún que otro rasgo tanto de ellos como de los propios alumnos, creo que dejan un tanto incompleta la filosofía y mensaje del film, donde ni siquiera su protagonista aparece como un ser humano mas allá de su clase. Todo esto puede llevarnos a considerar esta película como una sucesión de episodios dentro de una clase, aunque eso si, muy bien rodado, pero donde sus protagonistas nos resultan bastante desconocidos y por tanto ajenos.

Me gusta el estilo, y la valentía del film, como también su discurso y lo que quiere enseñar, pero también siento que queda un tanto incompleta y que ha dejado de aprovechar alguna oportunidad de ir más allá.
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