Pues ha salido buena esta segunda parte de John Wick. Si la primera cumplía como buen producto de acción, su secuela no se queda atrás, de hecho, por momentos es mejor, aunque de eso ya hablaremos un poco más adelante. El comienzo del filme nos cierra la trama de la película anterior por medio de unas secuencias que nos dejan claro por dónde irán los tiros, y nunca mejor dicho. Sin ninguna intención de volver al terreno de juego, el talentoso ex-asesino no tendrá más remedio que regresar una vez más para saldar una deuda del pasado. Destacar lo enormemente entretenida que resulta la cinta durante sus 2 horas de duración. Sin duda, ofrece un entretenimiento de primer nivel con esa acción casi constante. Hay muertes por doquier y se derrama una elevada cantidad de sangre, y todo ello a causa, como no, de la venganza, un tema muy recurrente en este género. Las coreografías de las peleas cuerpo a cuerpo están bastante bien trabajadas, al igual que otras escenas en las que predominan los disparos, todas esas partes muy bien filmadas. Especialmente vistoso es ese doble enfrentamiento entre Wick y Cassian. Los actores hacen un trabajo correcto, digo correcto porque ninguno de ellos tiene un papel profundo y/o complicado, aun así cumplen, que es más de lo necesario. Keanu Reeves confirma que es un héroe (o antihéroe) de acción de lo más convincente después de tanto tiempo buscando su sitio, Ian McShane realiza su labor, la cual no requiere mucho, todo hay que decirlo, el veterano actor inglés hace gala de su elegancia y carisma, Ruby Rose es de lo mejor del reparto, su personaje mudo es interesante y llamativo, Laurence Fishburne lo hace bien para los poquísimos minutos que sale, parece más una referencia a Matrix que otra cosa. Del villano hablaré brevemente en la zona spoiler. Me ha gustado que se continúen mostrando detalles acerca de ese mundo de asesinos en el que nos introdujo el metraje original, aunque tampoco se nos explica demasiado sobre dicha sociedad, tal vez por el motivo de hacerlo en la próxima ocasión. El film tiene un ritmo alto, y sabe mantenerlo, algo que no recuerdo del primero, aparte, este cuenta con un final mejor. Por otro lado, esta secuela no arriesga, pues no innova con respecto a lo visto anteriormente y sigue un camino continuista. Resumiendo, es más de lo mismo, pero no deja de ser un entretenimiento efectivo. Sin duda, hace las delicias de los amantes del género pese a mostrar algo visto en muchas ocasiones, más o menos es como la primera, así que si esta última nombrada te gustó, esta también te gustará (o eso creo).

En mis tiempos el cine de acción era más sencillo, si había una venganza, quedaba claro desde el inicio de quién contra quién. En John Wick no se entiende nada. Es la venganza de la venganza de la venganza por la venganza al cuadrado. Tan absurdo que se vuelve surrealista y, ojo, que lo que podría ser un defecto es, en realidad, su mejor virtud. Si no fuera tan abstracta, casi simbólica, no tendría ningún chiste. Lo que distingue a la película, lo que la vuelve atractiva, es justamente su compleja intriga sobre la intriga, su vuelta sobre la vuelta, su rosca infinita.
Este mundo de asesinos burócratas, de mafias por contrato, de riguorosidad y maquinaria siniestra se vuelve una suerte de metáfora de vaya uno a saber qué cosa. En todo caso, algo completamente inverosímil y fuera de proporción y propósito. La conspiración dentro de la conspiración, llevando la lógica y al espectador hasta la apoteosis del vértigo, el entretenimiento y la sorpresa. Realmente es una enorme, siniestra y macabra tomadura de pelo que se velve genial por absurda.

Ahora, cuando parecía que John Wick podía volver a tener una vida normal, ahora tiene otro asunto que enfrentar en esta secuela. Con más duración y con el ritmo de la película anterior, aquí nos adentramos más al mundo de los sicarios del cual John Wick forma parte. La acción aumenta más, el ambiente se vuelve más oscuro y hostil y Keanu Reeves demuestra una vez su talento como estrella de acción. Sumando los actores destacados que lo acompañan y con una buena banda sonora. Este segundo capítulo de John Wick completa la bienvenida al mundo de los sicarios. Mi calificación para esta película es un 9/10.

Entretenida película de acción que tiene el enorme mérito de no pretender ser otra cosa.
Acción, peleas, diálogos llenos de humor negro y testosterona y la sugestiva idea de que nada es lo que parece y que estamos rodeados de semi-héroes con habilidades prodigiosas. Con todo esto se cuece un estupendo entretenimiento que se merece todo mi respeto.

Las persecuciones con muscle-car americanos Lincoln, Shelby que acaban destrozados (no puedo ver esas escenas, hieren mi sensibilidad, cuanto sufrimiento gratuito) son espectaculares, todo testosterona.
Coreografías de artes marciales y tiroteos espectaculares, bien llevadas y hasta estéticas (estas sí que puedo verlas).
Una ambientación de cómic muy lograda y con unos personajes secundarios molones, misteriosos y peligrosos.

El montaje es espectacular y el hierático de Reeves sólo tiene que dejar su careto a piñón fijo todo el metraje. Cuanto menos comunique más creíble es el pistolero.

Me la volvería a ver ahora mismo.

Si bien toda la historia roza la ridiculez y el verosímil se hace difícil de sostener, la narración logra mantenerse a flote gracias a muy buenas secuencias de acción.
Dejando de lado su punto fuerte en cuestiones de efectos prácticos, la historia es de lo más plana y básica posible, pero de la mano de Reeves se hace más llevadera.
Le subo un punto porque el final me gustó y sorprendió en partes iguales. Muy buen cierre.