La chica danesa
2015 

6.7
29,056
Drama. Romance
Drama basado en la verdadera historia de una pareja de artistas daneses, Einar y Gerda Wegener. La vida de este matrimonio dio un giro cuando Einar sustituyó a la modelo femenina que su mujer, Gerda, tenía que pintar. Cuando los retratos resultan ser un éxito, ella anima a su marido a adoptar una apariencia femenina. Lo que comenzó como un juego llevó a Einar a una metamorfosis inesperada. (FILMAFFINITY)
3 de agosto de 2017
3 de agosto de 2017
Sé el primero en valorar esta crítica
Me ha gustado mucho la película. Aunque he leido brevemente la historia de Lili, y hay diferencias sutiles, con lo que, aún habiendo el diario de Lili, no sé cuanta verdad habrá en esta historia.
Pero tomando la película en sí, me sorprende muchísimo, la actitud de la mujer de Lili, una mujer muy fuerte y muy abierta de mente. Como antepone sus sentimientos a los de su marido, como sigue y sigue al lado de ella. Me ha parecido un personje muy potente.
Eddie está sublime, no entiendo como la anterior película del director, "El discurso del rey" tuvo tantos premios, y esta que la veo con muchísima más fuerza y una historia mucho más potente, apenas consiguera tantos. Me parece un poco la noche y el día.
También es una película muy poética, me ha gustado bastante.
Pero tomando la película en sí, me sorprende muchísimo, la actitud de la mujer de Lili, una mujer muy fuerte y muy abierta de mente. Como antepone sus sentimientos a los de su marido, como sigue y sigue al lado de ella. Me ha parecido un personje muy potente.
Eddie está sublime, no entiendo como la anterior película del director, "El discurso del rey" tuvo tantos premios, y esta que la veo con muchísima más fuerza y una historia mucho más potente, apenas consiguera tantos. Me parece un poco la noche y el día.
También es una película muy poética, me ha gustado bastante.
7 de agosto de 2017
7 de agosto de 2017
Sé el primero en valorar esta crítica
Interesante melodrama basado en hechos reales sobre la la primera mujer transexual de la que se tiene constancia: Lily Elbe (Eddie Redmayne), una mujer atrapada en un cuerpo de hombre (el del pintor Einar Wegener) que sufre al verse en el espejo con una identidad que su alma y su corazón no reconocen de ninguna de las maneras. Y así, Lily fue la primera mujer transgénero que no escondió su verdadera identidad, que tuvo que romper con todo y con todos (incluyendo romper con su hasta entonces apacible matrimonio) y que se decidió abiertamente a someterse a una operación de cambio de sexo... un tipo de operación que por aquel entonces (en los años 20) acaba de nacer y conllevaba inmensos riesgos (aun mayores que los actuales).
Esta claro que "La chica danesa" cuenta con una historia tremendamente poderosa, dramática, impactante y relevante, que muy mal se tenía que haber trasladado a la pantalla para resultar una mala película. Por fortuna todos los elementos con los que trabaja Tom Hooper en esta producción están tremendamente equilibrados.
La gran baza de la cinta es su pareja protagonista interpretativa, que realiza un trabajo magnífico. Redmayne está soberbio (no es de extrañar que lograra con este papel una nueva nominación el Oscar a Mejor Actor, justo un año después de haber ganado el Oscar en esa misma categoría por "La teoría del todo" (2014). ¡Es más!, admito que para mi gusto Redmayne hubiera merecido su segundo Oscar por su interpretación de Lily y Einar en lugar de DiCaprio (aunque su actuación también fue notable) por "El renacido" (2014)... pero Redmayne acababa de ganar y la Academia sentía que le debía a DiCaprio ese galardón desde hace décadas), como Einar nos muestra a un simpático joven que, sutilmente, el espectador puede entrever que se siente "fuera de lugar" en el mundo... aunque el espectador no pueda concretar a que se debe esa incomodidad, pero como Lily... Redmayne está eminente, carismático y del todo primordial. Redmayne no solo capta la esencia femenina y la hace suya, es que esta Lily que nos propone transmite una bondad de corazón y un deseo de vivir como mujer tan sutil y taimado como potente y hechizante. Alicia Vikander ganó el Oscar por este papel (y con eso ya digo casi todo) de abnegada esposa que ama tanto el alma de su marido que seguirá amándolo hasta cuando cambie de identidad. La interpretación de Vikander no es tan camaleónica y exigente como la de Redmayne, pero es igual de sincera, tenue, vibrante y cómplice.
En fin, todo un tour de force el que se marcan estos dos actores... con unas interpretaciones que hipnotizan al espectador y le hacen sentir el drama que viven en sus papeles.
Otro punto a favor de la cinta es, evidentemente, la temática con la que cuenta: un relato íntimo de lucha por una dignidad que la sociedad no permitía (y que por desgracia sigue sin permitir en ciertos círculos y países)... sin dejar de la lado la convivencia de un matrimonio que verá como su vida de un giro de 180 grados. El guión de Lucinda Coxon al menos no es idiota, trata la trama con respeto, madurez, gusto y coherencia... pero... es un guión que pudo tener más arrojo y valentía en el tratamiento de este tema, así como más profundidad y hondanadas. Sin embargo Coxon opta por la corrección política en todo momento, no escarba más allá de lo meramente previsible y esperado, y sustituye el original y sorpresivo calado por la redundancia en muchos momentos superficiales... y por los silencios innecesarios por los que se pierde en ciertas escenas que no aportan nada a la trama (sobre todo el primer tercio del film). Así, con esto, "La chica danesa" se nos puede hacer una cinta un tanto plúmbea según qué minutos.
Sin embargo el saldo acaba siendo positivo, y en su conjunto la trama acaba calando con convicción (los dos tercios restantes guardan muchas situaciones intensas y multifacéticas). Y las interpretaciones y la puesta en escena de Hooper (un director "pintor", que trata todos sus largos como si de unos cuadros realistas e impresionistas se trataran. El director de la afable y rescatable "El discurso del rey" (2011) y de la más errada "Los miserables"(2012), ofrece cada primer plano de sus actores, cada plano detalle de la mesa de una casa danesa y cada plano general de paisajes y naturaleza con una belleza inmensa en la composición y un tratamiento sublime de la conjunción de colores. Un tono preciosista el que aporta el director que tal vez resulte empalagoso o cursilón a cierto público, pero que en mi caso me ha resultado de un lirismo del todo relevante (lirismo al que ayuda la gustosa banda sonora de Alexandre Desplat).
En definitiva, estamos ante un largometraje interesante, con un argumento necesario de visionar y comprender, con una puesta en escena muy estilizada y con unas actuaciones en estado de gracia. "La chica danesa" pudo dar más de lo que da, pero lo que da es tan suficiente como indispensable. Recomendable ver la cinta al menos una vez en la vida (aunque aguanta varios visionados), en especial recomendable para aquel que guste de una deliciosa puesta en escena del cine de época de primeros del siglo XX.
Lo mejor: Sin duda las actuaciones de Redmayne y Vikander. Que nos habla de un complejo tema tratado con gran delicadeza en libreto y puesta en escena.
Lo peor: Que el guión de Coxon pudo ser más atrevido y hondo y menos formalista (su tono nimio en su primer tercio hace que la cinta pegue un gran bajonazo).
Esta claro que "La chica danesa" cuenta con una historia tremendamente poderosa, dramática, impactante y relevante, que muy mal se tenía que haber trasladado a la pantalla para resultar una mala película. Por fortuna todos los elementos con los que trabaja Tom Hooper en esta producción están tremendamente equilibrados.
La gran baza de la cinta es su pareja protagonista interpretativa, que realiza un trabajo magnífico. Redmayne está soberbio (no es de extrañar que lograra con este papel una nueva nominación el Oscar a Mejor Actor, justo un año después de haber ganado el Oscar en esa misma categoría por "La teoría del todo" (2014). ¡Es más!, admito que para mi gusto Redmayne hubiera merecido su segundo Oscar por su interpretación de Lily y Einar en lugar de DiCaprio (aunque su actuación también fue notable) por "El renacido" (2014)... pero Redmayne acababa de ganar y la Academia sentía que le debía a DiCaprio ese galardón desde hace décadas), como Einar nos muestra a un simpático joven que, sutilmente, el espectador puede entrever que se siente "fuera de lugar" en el mundo... aunque el espectador no pueda concretar a que se debe esa incomodidad, pero como Lily... Redmayne está eminente, carismático y del todo primordial. Redmayne no solo capta la esencia femenina y la hace suya, es que esta Lily que nos propone transmite una bondad de corazón y un deseo de vivir como mujer tan sutil y taimado como potente y hechizante. Alicia Vikander ganó el Oscar por este papel (y con eso ya digo casi todo) de abnegada esposa que ama tanto el alma de su marido que seguirá amándolo hasta cuando cambie de identidad. La interpretación de Vikander no es tan camaleónica y exigente como la de Redmayne, pero es igual de sincera, tenue, vibrante y cómplice.
En fin, todo un tour de force el que se marcan estos dos actores... con unas interpretaciones que hipnotizan al espectador y le hacen sentir el drama que viven en sus papeles.
Otro punto a favor de la cinta es, evidentemente, la temática con la que cuenta: un relato íntimo de lucha por una dignidad que la sociedad no permitía (y que por desgracia sigue sin permitir en ciertos círculos y países)... sin dejar de la lado la convivencia de un matrimonio que verá como su vida de un giro de 180 grados. El guión de Lucinda Coxon al menos no es idiota, trata la trama con respeto, madurez, gusto y coherencia... pero... es un guión que pudo tener más arrojo y valentía en el tratamiento de este tema, así como más profundidad y hondanadas. Sin embargo Coxon opta por la corrección política en todo momento, no escarba más allá de lo meramente previsible y esperado, y sustituye el original y sorpresivo calado por la redundancia en muchos momentos superficiales... y por los silencios innecesarios por los que se pierde en ciertas escenas que no aportan nada a la trama (sobre todo el primer tercio del film). Así, con esto, "La chica danesa" se nos puede hacer una cinta un tanto plúmbea según qué minutos.
Sin embargo el saldo acaba siendo positivo, y en su conjunto la trama acaba calando con convicción (los dos tercios restantes guardan muchas situaciones intensas y multifacéticas). Y las interpretaciones y la puesta en escena de Hooper (un director "pintor", que trata todos sus largos como si de unos cuadros realistas e impresionistas se trataran. El director de la afable y rescatable "El discurso del rey" (2011) y de la más errada "Los miserables"(2012), ofrece cada primer plano de sus actores, cada plano detalle de la mesa de una casa danesa y cada plano general de paisajes y naturaleza con una belleza inmensa en la composición y un tratamiento sublime de la conjunción de colores. Un tono preciosista el que aporta el director que tal vez resulte empalagoso o cursilón a cierto público, pero que en mi caso me ha resultado de un lirismo del todo relevante (lirismo al que ayuda la gustosa banda sonora de Alexandre Desplat).
En definitiva, estamos ante un largometraje interesante, con un argumento necesario de visionar y comprender, con una puesta en escena muy estilizada y con unas actuaciones en estado de gracia. "La chica danesa" pudo dar más de lo que da, pero lo que da es tan suficiente como indispensable. Recomendable ver la cinta al menos una vez en la vida (aunque aguanta varios visionados), en especial recomendable para aquel que guste de una deliciosa puesta en escena del cine de época de primeros del siglo XX.
Lo mejor: Sin duda las actuaciones de Redmayne y Vikander. Que nos habla de un complejo tema tratado con gran delicadeza en libreto y puesta en escena.
Lo peor: Que el guión de Coxon pudo ser más atrevido y hondo y menos formalista (su tono nimio en su primer tercio hace que la cinta pegue un gran bajonazo).
4 de octubre de 2017
4 de octubre de 2017
Sé el primero en valorar esta crítica
El director Tom Hooper (Londrés, 1972), tras foguearse en diversas series televisivas, consiguió el sueño de triunfar a nivel internacional con su segunda película, la sobredimensionada El discurso del Rey (2010), tras la cual se embarcó en un proyecto de realización tan personal como pretencioso mediante la adaptación de Los miserables (2012), estimable intento de traspasar a la pantalla el éxito del musical en los escenarios de medio mundo, y que me transfirió la necesidad de acercarme a las fuentes literarias de un relato que no ha perdido empuje desde que Victor Hugo imaginase la terrible peripecia vital de Jean Valjean, uno de los grandes personajes de la literatura y, en ocasiones, del cine.
No debe extrañar que el británico haya decidido acercarse nuevamente a la recreación de una historia de superación personal en un entorno social y cultural adverso, prácticamente en el mismo contexto histórico de su gran éxito comercial, cuando bromeó con las dificultades discursivas del rey británico Jorge VI. La chica danesa nos acerca al testimonio de un joven matrimonio de pintores daneses que hace noventa años consiguieron triunfar, especialmente ella, lo que les llevó hasta el foco de la cultura, el París de los años veinte del siglo pasado, aunque el director decide centrar la atención en la evolución del joven Einar Wegener, en su proceso de cambio, la doble metamorfosis que va desde lo más evidente a lo más íntimo de la persona. En el cambio externo es necesario destacar la precisa y creíble labor del actor Eddie Redmayne, capaz de transformar a Einar en Lili Elbe con un pintalabios, un vestido y una peluca. De hecho, si no hubiera ganado el Oscar el pasado año dando vida a otro personaje de verdadero patetismo físico (Stephen Hawking en La teoría del todo) la próxima estatuilla llevaría su nombre; contando que este tipo de figuras atormentadas son muy del gusto de los miembros de la Academia de Hollywood.
Por encima de descubrirnos a la primera persona que se sometió a una intervención quirúrgica para cambiar de sexo, La chica danesa es la historia de un gran amor. Un amor más allá de convencionalismos y de prejuicios. El amor infinito de una mujer llamada Gerda Wegener, a la que la actriz sueca hasta la fecha desconocida Alicia Vikander presta su rostro, capaz de compartir las sombras en un viaje sin retorno hasta una clínica alemana, sin dejar de pintar cuadros de la persona amada hasta el final de su vida. Otra cosa, es que las emociones de este amor infinito y natural, fetichista y pasional, llegue al espectador a través de un envoltorio presentado con una factura impecable, en cuya creación hay que reseñar la labor en el diseño de vestuario de Paco Delgado, el único candidato español en la próxima ceremonia de los premios Oscar, además con bastantes opciones de ganar. A pesar de la a priori sugerente historia, y de esa pátina de qualité visual que la arropa, en mi caso La chica danesa supuso una experiencia poco estimulante, sin embargo para mi amada compañera de butaca supuso descubrir un amor maravilloso, incondicional y desinteresado que finaliza con un arrebato de emociones y alguna incontenida lágrima. Es la inaprehensible naturaleza del alma humana y el reflejo de la propia grandeza del cine, donde cada vez llegan más espectadores dispuestos a soñar.
No debe extrañar que el británico haya decidido acercarse nuevamente a la recreación de una historia de superación personal en un entorno social y cultural adverso, prácticamente en el mismo contexto histórico de su gran éxito comercial, cuando bromeó con las dificultades discursivas del rey británico Jorge VI. La chica danesa nos acerca al testimonio de un joven matrimonio de pintores daneses que hace noventa años consiguieron triunfar, especialmente ella, lo que les llevó hasta el foco de la cultura, el París de los años veinte del siglo pasado, aunque el director decide centrar la atención en la evolución del joven Einar Wegener, en su proceso de cambio, la doble metamorfosis que va desde lo más evidente a lo más íntimo de la persona. En el cambio externo es necesario destacar la precisa y creíble labor del actor Eddie Redmayne, capaz de transformar a Einar en Lili Elbe con un pintalabios, un vestido y una peluca. De hecho, si no hubiera ganado el Oscar el pasado año dando vida a otro personaje de verdadero patetismo físico (Stephen Hawking en La teoría del todo) la próxima estatuilla llevaría su nombre; contando que este tipo de figuras atormentadas son muy del gusto de los miembros de la Academia de Hollywood.
Por encima de descubrirnos a la primera persona que se sometió a una intervención quirúrgica para cambiar de sexo, La chica danesa es la historia de un gran amor. Un amor más allá de convencionalismos y de prejuicios. El amor infinito de una mujer llamada Gerda Wegener, a la que la actriz sueca hasta la fecha desconocida Alicia Vikander presta su rostro, capaz de compartir las sombras en un viaje sin retorno hasta una clínica alemana, sin dejar de pintar cuadros de la persona amada hasta el final de su vida. Otra cosa, es que las emociones de este amor infinito y natural, fetichista y pasional, llegue al espectador a través de un envoltorio presentado con una factura impecable, en cuya creación hay que reseñar la labor en el diseño de vestuario de Paco Delgado, el único candidato español en la próxima ceremonia de los premios Oscar, además con bastantes opciones de ganar. A pesar de la a priori sugerente historia, y de esa pátina de qualité visual que la arropa, en mi caso La chica danesa supuso una experiencia poco estimulante, sin embargo para mi amada compañera de butaca supuso descubrir un amor maravilloso, incondicional y desinteresado que finaliza con un arrebato de emociones y alguna incontenida lágrima. Es la inaprehensible naturaleza del alma humana y el reflejo de la propia grandeza del cine, donde cada vez llegan más espectadores dispuestos a soñar.
14 de octubre de 2017
14 de octubre de 2017
Sé el primero en valorar esta crítica
Más que la historia de él, con su conflicto de identidad por el que se siente chica en el cuerpo equivocado. A mi lo que me ha pegado a la película, lo que me ha transmitido emociones en la película, es ella. Es ese amor inmenso por encima de todo, que siente ella por él. Que la lleva a apoyarle y ayudarle hasta el fin.
De hecho, Eddie Remayne lo hace muy bien, pero ella, tanto personaje como actriz, Alicia Vikander, lo bordan. De hecho mi gran duda es por qué la nominaron y le dieron el Oscar por actriz secundaria (supporting role), en lugar de dárselo por principal. La pareja son los protagonistas principales, es la historia de ambos.
De hecho, Eddie Remayne lo hace muy bien, pero ella, tanto personaje como actriz, Alicia Vikander, lo bordan. De hecho mi gran duda es por qué la nominaron y le dieron el Oscar por actriz secundaria (supporting role), en lugar de dárselo por principal. La pareja son los protagonistas principales, es la historia de ambos.
15 de noviembre de 2017
15 de noviembre de 2017
Sé el primero en valorar esta crítica
Me ha sorprendido esta película que me daba pereza ver porque creía que ya conocía la historia. Pero es que la protagonista de la historia, el punto de vista interesante en ella, es el de la pareja de una transexual, y no el de la transexual en sí. Está contado con mucha delicadeza.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here