La película esta llena de fantasía, maravillosas escenas y estupendas caracterización de los personajes. En la película están marcadas mucho las etapas de la vida del protagonista Edward Bloom.

Una película que muestra las interesantes formas de apreciar la realidad y los hechos de la vida.

Me quedo con estas ultimas líneas de la película: “Un hombre cuenta sus historias tantas veces que al final él mismo se convierte en esas historias. Siguen viviendo cuando él ya no está. De esta forma, el hombre se hace inmortal” Sin duda una película que te da una lección de vida. “Gracias Tim Burton”

Sigo sin entender esa gente, intelectuales sabedores de todo incluso de pensamientos de actores y directores que no han tenido pero solo porque no lo saben aún.
El caso es que cuando alguien critica esta obra repiten decenas de veces el nombre de Burton.
Vale que tiene cierta fama, ¿pero acaso Clint Eastwood no hizo la genial de los puentes de Madison?
En esta obra es el punto opuesto al sello Burton. No esperes atmósferas oscuras y personajes del otro barrio. No esperes ver una historia infantil contada para adultos. Simplemente disfruta de lo que verás.
Una obra colorista en todo momento donde te introduce en ese gran cuento que nos narran. Y es un cuento para niños pero no por eso no pueden verlo los adultos. Simplemente hay que saber lo que estás viendo.
Magia en estado puro con un McGregor aceptable ( y eso que no le tengo mucha estima precisamente ) que nos llevará de la mano en su increíble viaje.
Una buena obra para toda la familia y dejar volar la imaginación.

Adaptación más que impresionante de un libro caótico e irresistiblemente original creado por Daniel Wallace. Oda a la imaginación, a la fantasía, a la esperanza, ... A pintar la vida con pequeños matices que la hagan más atractiva, más perdurable... Gran escenificación, interpretación perfecta de Ewan McGregor y de Albert Finney, que nos adentran fácilmente en este maravilloso cuento... Y como siempre excelente banda sonora creada por el inseparable de Burton: Danny Elfman.

El final de la película es lo que la sostiene a toda ella. Hasta que se llega al final hay que tener aguante, porque suceden toda una serie de cosas muy fantasiosas a las que no se les ve ni pies ni cabeza. Pero al final cobran sentido y la película aburrida que uno está mirando se convierte en una fábula preciosa con un mensaje de amor y empatía a través de la imaginación que deja buen sabor de boca. Lástima que para llegar a ello haya que soportar toda la primera parte.

Con "Big Fish", Tim Burton logra como director un referente en su filmografía. Una película que muestra con colorido y optimismo la historia de una vida. Burton, el cineasta gótico por antonomasia de nuestro tiempo, sorprende con una visión de la muerte, y por tanto de la vida, sencilla, apacible y bonita. Pero la huella de su cine siempre está presente. No falta algún que otro escenario oscuro como la casa de la bruja, o el expresionismo de la puerta torcida en la casa de Jenny. Personajes encarnados por su inseparable Helena Bonham Carter, que con ese vestido blanco y ese pelo rubio recuerda estéticamente a la joven Winona Ryder en "Eduardo Manostijeras", de la misma manera que el vecindario y sus extravagantes habitantes tienen gran parecido al extraño pueblo de ‘Espectro’.

Éste es sólo uno de los muchos lugares que Edward Bloom recorre en sus historias. Lugares llenos de fantasía que narran la vida de un protagonista libre, inquieto y apasionado, que a pesar de parecer en momentos sobrehumano y de realizar acciones exageradas, resulta creíble pues, como muestra el guión de John August, lo importante es la verdad que reside en cada historia, que llena de significado y hace inmortal al hombre.

"Big Fish" es una película de cuentacuentos que utiliza múltiples narradores y saltos en el tiempo sin despistar al espectador. Logra recrear la magia y transmitir el tema principal: el conocimiento, la comprensión y el amor entre padres e hijos. Un tema que se impone a cualquiera de las interpretaciones del reparto y a cualquier ambientación, que hace que "Big Fish" sea una de las películas más románticas del aparentemente oscuro Tim Burton.