La chispa de la vida
2011 

5.5
10,935
Drama. Comedia
Roberto (José Mota) es un publicista en paro que alcanzó el éxito cuando se le ocurrió un famoso eslogan: "Coca-Cola, la chispa de la vida". Ahora es un hombre desesperado que, intentando recordar los días felices, regresa al hotel donde pasó la luna de miel con su mujer (Salma Hayek). Sin embargo, en lugar del hotel, lo que encuentra es un museo levantado en torno al teatro romano de la ciudad. Mientras pasea por las ruinas, sufre un ... [+]
2 de noviembre de 2012
2 de noviembre de 2012
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Es una película con virtudes pero también grandes defectos. Aunque el guión, los diálogos y varios detalles de la trama son algo baratos y forzados, la idea es original e interesante, y por su ágil desarrollo, que por momentos puede ser exageradamente intenso, es muy entretenida y mantiene la expectación, aunque por ciertos momentos en la segunda mitad, el final puede ser algo predecible, considerando que la historia evidentemente solo puede terminar de dos formas. Hacia el final cierto aire moralista resta un poco de espontaneidad y hace se caiga en el convencionalismo y que el mensaje pierda fuerza. Las actuaciones son muy regulares, por momentos muy melodramáticas y sin credibilidad. En general vale la pena para ver con poca exigencia.
1 de julio de 2013
1 de julio de 2013
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Con las películas de Álex de la Iglesia nos estamos acostumbrando a aprender un poquito de los pedacitos de Historia de España que en trabajos tan ambiciosos pero algo decaídos como “Muertos de Risa” (1999), “800 Balas”(2002) o “Balada Triste de Trompeta” (2010) éramos testigos en tercera persona de las interioridades del mundo del espectáculo (ya fuera en los platós de televisión, en decorados cinematográficos o bajo la carpa de un circo) y siempre con el tufo añadido de un escenario tardo-franquista que nos ubica y presenta unos personajes acordes a su decadencia o progreso y, en la medida de lo posible para darle sabor al argumento, enfrentados entre sí por una mujer, más allá de sus ambiciosos objetivos.
El cómico manchego y ex miembro de Cruz Raya, José Mota personifica a Roberto Gómez, ese prototipo de ciudadano que tres décadas atrás había revolucionado de lo más bajo el mundo de la publicidad gracias a su ingenio al dar con la frase que da título al film: la Chispa de la Vida (aunque por creces la propiedad es de la Multinacional de Multinacionales que hay en el mundo: Coca Cola).
Pero en la actualidad Roberto se sume en la decadencia a pesar de contar con el apoyo de su esposa Luisa (Salma Hayek) para los problemas y percances que les deparen en el futuro. Después de una infructuosa entrevista en vistas de ser readmitido, Roberto iniciará un viaje al pasado que lo llevara a las ruinas arqueológicas de Cartagena (donde había pernoctado en su Luna de Miel cuando estaba edificado un Hotel encima de tanta Historia escondida) que se truncará con un absurdo accidente que lo inmovilizará para convertirse en objetivo de la prensa para arriba. Es decir: medios televisivos, popularidad, fama, dinero,… Y en el peor momento.
Una mordaz sátira (y dura visión crítica) sobre la explotación del morbo y el dinero con personajes simples convertidos en fenómenos inesperados a merced del hambre voraz de una popularidad condicionada por la curiosidad y el morbo de las masas). Un tema ya frecuentado en el cine (desde Sidney Lumet y su “Network” (1976) o el Costa-Gavras de “Mad City” (1998)).
El cómico manchego y ex miembro de Cruz Raya, José Mota personifica a Roberto Gómez, ese prototipo de ciudadano que tres décadas atrás había revolucionado de lo más bajo el mundo de la publicidad gracias a su ingenio al dar con la frase que da título al film: la Chispa de la Vida (aunque por creces la propiedad es de la Multinacional de Multinacionales que hay en el mundo: Coca Cola).
Pero en la actualidad Roberto se sume en la decadencia a pesar de contar con el apoyo de su esposa Luisa (Salma Hayek) para los problemas y percances que les deparen en el futuro. Después de una infructuosa entrevista en vistas de ser readmitido, Roberto iniciará un viaje al pasado que lo llevara a las ruinas arqueológicas de Cartagena (donde había pernoctado en su Luna de Miel cuando estaba edificado un Hotel encima de tanta Historia escondida) que se truncará con un absurdo accidente que lo inmovilizará para convertirse en objetivo de la prensa para arriba. Es decir: medios televisivos, popularidad, fama, dinero,… Y en el peor momento.
Una mordaz sátira (y dura visión crítica) sobre la explotación del morbo y el dinero con personajes simples convertidos en fenómenos inesperados a merced del hambre voraz de una popularidad condicionada por la curiosidad y el morbo de las masas). Un tema ya frecuentado en el cine (desde Sidney Lumet y su “Network” (1976) o el Costa-Gavras de “Mad City” (1998)).
12 de septiembre de 2013
12 de septiembre de 2013
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Por: John Harold Giraldo Herrera
Docente universitario y periodista
[email protected]
Álex de la Iglesia es un reconocido director de cine español. Sus películas son tan llenas de dramatismo como rocambolescas. Todo parece inverosímil y al verlas los hechos y los personajes es como si no encajaran, sin embargo, son compactas las obras que nos presenta y terminan ofreciéndonos un plato recubierto de ironías, inconsistencias, notas de contexto y mucha diversión.
En La Chispa de la Vida ocurre un hecho que raya entre lo trágico y lo cómico: un hombre publicista –quien ideó el eslogan de La Chispa de la Vida- se encuentra en apuros por no encontrar trabajo y tener deudas que lo andan apresurando, posee eso sí una mujer esbelta y llena de vida que le alienta, interpretada por la mexicana Salma Hayek. Pero un día, va al hotel donde tuvo la luna de miel con su esposa, encontrando que ahora son unas ruinas de un teatro griego que andan en reconstrucción. De repente y sin querer, cae de una de sus estructuras y lo extraordinario es que una varilla de hierro queda incrustada en su cabeza y toda la película será presenciar el espectáculo de ese hombre atorado.
Como espectadores nos encontramos ante una serie de dudas. Y participamos del pan y del circo, de la desgracia y la carroñería de los medios. Pronto como si hubiese una metástasis la pasión se convierte en despilfarro y en una obsesión por salir en la Tv, ya que todos los medios de comunicación masivos cubren el hecho como algo inexplicable, como una novela de amor, entre un desempleado que se quiere suicidar y una sociedad concentrada en historias melodramáticas. Explotan las suposiciones y se abren paso las alternativas.
No entendemos como tampoco nadie al interior lo logra comprender, cómo es posible sobrevivir con esa varilla, nos incomoda, nos causa escalofríos y pavor, genera sensaciones burdas y estrafalarias, pues bueno, así es el cine de Álex de la Iglesia, como si tuviéramos esa varilla metida en los ojos. El contexto donde surge no es para nada alentador: la crisis económica de Europa, desempleo muy fuerte en España, y unos medios acechando para cultivar y propagar el escepticismo y la desesperación.
Sigo en spoiler
Docente universitario y periodista
[email protected]
Álex de la Iglesia es un reconocido director de cine español. Sus películas son tan llenas de dramatismo como rocambolescas. Todo parece inverosímil y al verlas los hechos y los personajes es como si no encajaran, sin embargo, son compactas las obras que nos presenta y terminan ofreciéndonos un plato recubierto de ironías, inconsistencias, notas de contexto y mucha diversión.
En La Chispa de la Vida ocurre un hecho que raya entre lo trágico y lo cómico: un hombre publicista –quien ideó el eslogan de La Chispa de la Vida- se encuentra en apuros por no encontrar trabajo y tener deudas que lo andan apresurando, posee eso sí una mujer esbelta y llena de vida que le alienta, interpretada por la mexicana Salma Hayek. Pero un día, va al hotel donde tuvo la luna de miel con su esposa, encontrando que ahora son unas ruinas de un teatro griego que andan en reconstrucción. De repente y sin querer, cae de una de sus estructuras y lo extraordinario es que una varilla de hierro queda incrustada en su cabeza y toda la película será presenciar el espectáculo de ese hombre atorado.
Como espectadores nos encontramos ante una serie de dudas. Y participamos del pan y del circo, de la desgracia y la carroñería de los medios. Pronto como si hubiese una metástasis la pasión se convierte en despilfarro y en una obsesión por salir en la Tv, ya que todos los medios de comunicación masivos cubren el hecho como algo inexplicable, como una novela de amor, entre un desempleado que se quiere suicidar y una sociedad concentrada en historias melodramáticas. Explotan las suposiciones y se abren paso las alternativas.
No entendemos como tampoco nadie al interior lo logra comprender, cómo es posible sobrevivir con esa varilla, nos incomoda, nos causa escalofríos y pavor, genera sensaciones burdas y estrafalarias, pues bueno, así es el cine de Álex de la Iglesia, como si tuviéramos esa varilla metida en los ojos. El contexto donde surge no es para nada alentador: la crisis económica de Europa, desempleo muy fuerte en España, y unos medios acechando para cultivar y propagar el escepticismo y la desesperación.
Sigo en spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La película se parece un poco, sólo un poco, a otra española, que logra mantenernos cautivos todo el tiempo con un sujeto enterrado en un ataúd bajo tierra (Buried, 2010) o como la de Danny Boyle del tipo que queda 127 horas (2010) atrapado en su brazo. No obstante, es la continuación de todo un repertorio abonado con mucho cinismo y cierta fantasmagoría, enlazada con la tragedia y la desolación; eso es Álex de la Iglesia, sus películas son sendos caldos de algo que no queremos consumir, nos termina gustando y al fin decidimos legitimarlo.
Incomoda un sujeto como el de La comunidad que posa de ser un tipo agazapado con ínfulas de imitar a uno de los personajes de las Guerras de las galaxias y que al fin se quede con todo, como también causa profundo malestar un payaso triste, el más deplorable y luego verlo transformarse en una especie de bestia, como sucede en Balada triste de trompeta, por mencionar algunos ejemplos de la filmografía de Álex de la Iglesia. Igual quedamos hastiados de ser parte de un gran plató dispuesto por la vida real y que sea transmitida a todas partes, y que incluso el propio agobiado crea que es la oportunidad de su vida para obtener lo que no ha sido posible trabajando.
La Chispa de la vida se enciende en los medios, pero estos tan pronto terminan un suceso lo olvidan y vuelven a la carga de modo anárquico y con intereses sensacionalistas para mantener controlada a una sociedad. Ahora, la familia del publicista parece ser un elemento de polo a tierra, sin embargo, el hijo gótico depresivo es una caricatura sin mucho que aportar, la hija de igual modo, y la esposa, tan sumisa, tan leal no cuadran, pero es que nada cuadra y eso no es ningún hecho en contra, parecen ser los aspectos a favor de un director consagrado a lo kitsch. Se paga La chispa de la vida, parece que viéramos un documental televisivo, o una película de ficción, da igual es algo rocambolesco, mediado por el horror, lo suculento de lo real, para al fin comunicar con un fuerte apagón.
Incomoda un sujeto como el de La comunidad que posa de ser un tipo agazapado con ínfulas de imitar a uno de los personajes de las Guerras de las galaxias y que al fin se quede con todo, como también causa profundo malestar un payaso triste, el más deplorable y luego verlo transformarse en una especie de bestia, como sucede en Balada triste de trompeta, por mencionar algunos ejemplos de la filmografía de Álex de la Iglesia. Igual quedamos hastiados de ser parte de un gran plató dispuesto por la vida real y que sea transmitida a todas partes, y que incluso el propio agobiado crea que es la oportunidad de su vida para obtener lo que no ha sido posible trabajando.
La Chispa de la vida se enciende en los medios, pero estos tan pronto terminan un suceso lo olvidan y vuelven a la carga de modo anárquico y con intereses sensacionalistas para mantener controlada a una sociedad. Ahora, la familia del publicista parece ser un elemento de polo a tierra, sin embargo, el hijo gótico depresivo es una caricatura sin mucho que aportar, la hija de igual modo, y la esposa, tan sumisa, tan leal no cuadran, pero es que nada cuadra y eso no es ningún hecho en contra, parecen ser los aspectos a favor de un director consagrado a lo kitsch. Se paga La chispa de la vida, parece que viéramos un documental televisivo, o una película de ficción, da igual es algo rocambolesco, mediado por el horror, lo suculento de lo real, para al fin comunicar con un fuerte apagón.
25 de junio de 2015
25 de junio de 2015
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Aunque la película empiece bastante lenta y poco creíble, la trama central consigue su cometido y te mantiene enganchado al asiento haciendo que no te arrepientas de gastar el tiempo dedicado a La chispa de la vida.
José Mota hace una gran acuación y empatiza totalmente con el espectador, consiguiendo el objetivo deseado. No así como Salma Hayek, que es bastante pobre en general durante todo el film.
El final aunque esperado, es lo que se busca para dar la puntilla a la crítica que quiere mostrar la película y que a mi parecer lo consigue con creces.
José Mota hace una gran acuación y empatiza totalmente con el espectador, consiguiendo el objetivo deseado. No así como Salma Hayek, que es bastante pobre en general durante todo el film.
El final aunque esperado, es lo que se busca para dar la puntilla a la crítica que quiere mostrar la película y que a mi parecer lo consigue con creces.
5 de enero de 2018
5 de enero de 2018
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De la Iglesia vuelve a reunir a un grupo de actores de lo mejor del ámbito español a parte de a la gran Salma Hayek. José Mota enseña que puede hacer cualquier papel fuera de lo humorístico. Una buena forma de criticar la situación española y la crueldad de muchos por dinero. Pero si hubiera sido americana con actores mega conocidos seguramente que se le hubiera dado más puntuación. Se creen que José Mota sólo esta hecho para sacar sonrisas y no lágrimas.
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