A mi humilde parecer Álex de la Iglesia sufrió un resbalón más que importante con esta película. El desarrollo de la historia a mí personalmente no me atrajó absolutamente nada y el despliegue técnico (que es notable) acaba eclipsando al guión y a los personajes por completo.
En cuanto al reparto, José Mota me tensa cuando no para de gritar y gesticular exageradamente pero podría ser peor, sin embargo Salma Hayek si que está totalmente desaprovechada como la mujer de Mota.
Tras ver esta y Zugarramurdi tengo la sensación de que lejos queda la época en la que Álex escribía cosas como Acción Mutante o El día de la bestia.No sé, ojalá me equivoque.

¿Y si José Mota se dedicara única y exclusivamente a disfrazarse de Blasa? Mejor aún: ¿y si sólo doblara a Asno? Lo que hubiéramos ganado... Claro, que si Álex de la Iglesia no perpretara estos bodrios de vez en cuando, tampoco hubiera tenido que perder hora y media de mi tiempo viendo esta imbecilidad.

Álex de la Iglesia, el director más controvertido del cine español, realiza una película con gran propósito pero sin demasiada chispa. ¿El fallo? La credibilidad de los personajes. De la Iglesia no logra que el espectador se sienta identificado con el protagonista ni con ninguno de sus personajes. Pero si consigue reflejar una dura y caricaturesca visión sobre la sociedad que nos rodea: la actual crisis económica, el paro, la fama, el dinero, los medios de comunicación. Al igual que retrató la Guerra Civil en su 'Balada triste de trompeta', la cual personalmente me gustó mucho más.

Los fans incondicionales de José Mota que no esperen encontrar a su habitual humorista, porque lo que van a ver es una cara mucho más oscura, trágica y dolorosa de este comediante, que ha supuesto todo un gran descubrimiento como actor. En el reparto femenino podemos ver a una correcta Salma Hayek y una atractiva Carolina Bang soltando alguna que otra lagrimilla, por lo demás, la mayoría de los personajes están pasados de rosca como por ejemplo el hijo extrambótico-gótico o el policía que lo graba todo con el móvil. Pero lo mejor de todo es, sin duda, el cameo de uno de mis ídolos, Nacho Vigalondo.

En 'Un rostro en la multitud' Elia Kazan convertía a un Don Nadie en todo un fenómeno mediático. Lo mismo ocurre en 'La chispa de la vida', Roberto es un publicista en desempleo que sufre un accidente que lo transformará en el personaje televisivo del momento. Así pues, el resultado es una película bastante irregular pero interesante.

Esta película tiene un buen arranque y una cierta continuidad interesante hasta el accidente en el auditorio romano en cartagena. En este punto la película pierde todo su fuelle dándole vueltas erre que erre sobre el mismo tema, móviles, publicidad, publicidad, móviles, dinero, publicidad, dinero, móviles y lucha de audiencias. El final, totalmente sin gracia y sosa. Alex de la Iglesia ha tenido en sus manos una historia que con cuatro toques y dos días más de curro, hubiera podido ser absolutamente genial por lo inverosimil del tema y ha dejado marchar además, un final que pudo ser una auténtica gracia en plan "joderos todos que me quedo con la pasta". Los actores estan todos geniales en la cinta siendo los que realmente hacen que valga algo el guión, pero la historia se ha quedado a mitad de camino de lo que pudo llegar a ser. Por muy buen actor que seas, donde no hay, no se puede sacar. Los actores han hecho todo lo que han podido y más.

Película anodina que no perdurará en nuestros recuerdos de la posteridad, pero que tal vez logré consolarnos en estos momentos de crisis tan profundos si cabe y hacernos saltar alguna lagrimilla y muchas sonrisas. Salma está fantástica, muy natural.