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Hasta que llegó su hora

Western Brett McBain, un granjero viudo de origen irlandés, vive con sus hijos en una zona pobre y desértica del Oeste americano. Ha preparado una fiesta de bienvenida para Jill, su futura esposa, que viene desde Nueva Orleáns. Pero cuando Jill llega se encuentra con que una banda de pistoleros los ha asesinado a todos.
Críticas 205
Críticas ordenadas por utilidad
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9
4 de agosto de 2009 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Estamos ante un spaghetti western, un western crepuscular o un western neo clásico con perfiles vizcontinianos?
Seguramente un poco de todo. Lo que es seguro es que es una de las mejores, sino la mejor película de Sergio Leone. Una obra perfecta que se derrama en secuencias de un barroquismo excesivo, quizás alejado del clasicismo más recalcitrante, quizás sólo apto para paladares exquisitos o deformados, según se mire, pero que supone una visión oiginal de un género eterno.
El comienzo y el final de la cinta son espectaculares. Enmedio queda todo lo demás, que no es poco. Queda Henry Fonda, extraodinario en su papel de asesino sin escrúpulos que es capaz de matar a un niño porque alguien ha dicho su nombre en voz alta. Queda Claudia Cardinale, maravillosa y bellísima en su papel de viuda interesada que borda a la perfección, al igual que el descreído de Robbards, genial en su interpretación de forajido con principios. Y nos queda Armónica, role desempeñado por Bronson dejando que sean Leone y Morricone (su mejor banda sonora), los que perfilen su papel, al que el bueno de Charles pone su presencia y poco más.
No es una historia de interpretaciones fantásticas. Es un documental de un tiempo duro que forjó leyendas. A veces desde el más cruel realismo asoma el mito. Leone lo demostraría más tarde en "Erase una vez en América".
8
18 de agosto de 2010 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este es el resultado de cuando un western se convierte en una superproducción, desde el primer cuarto de hora se palpa el terror del terreno hostil, una serie de duelos inolvidables bajo una banda sonora de la que seguro no estás de acuerdo conmigo si voto por ella como la mejor de todos los tiempos, pero que es indudable que marca toda la trayectoria de la película, nunca un instrumento musical tuvo tanta relevancia, esa armónica es el reflejo de la venganza lenta y fría, de la excusada y de la poderosa venganza que hace llevar algo dentro de las personas que sabe a muerte.

Sólo le falta un ingrediente de esos mágicos de "la trilogía del dólar", aunque para mí es el más importante, la ausencia de Clint Eastwood se me hace determinante para que no sea elegido como el mejor western de la historia; pero aún así la actuación de Fonda es digna de elogiar y mejor todavía es que toda esta historia de violencia y machismo sea protagonizada por una mujer, no sólo su papel, sino indirectamente el sentimiento que emana y el poder de seducción son totalmente necesarios para terminar de cerrar el ciclo de un guión magnífico, ya que aparte de lo acostumbrado en el western, este producto va más allá con el contexto del desarrollo social y económico y las consecuentes ansias de poder, los obstáculos que se oponen al crecimiento de las vías de los trenes, el olor a dinero, cómo comprar arena y venderla a precio de oro... se puede seguir hablando mucho de "Hasta que llegó su hora", pero basta con tener en cuenta la multitud de homenajes que han recibido las películas de Leone y la música de Morricone en muchas obras y además de las de calidad.
10
12 de enero de 2012 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es tarea fácil destacar uno de los “Spaghetti Western” de Leone. Todos son auténticas obras de arte, aunando en todos los casos interpretaciones soberbias, bandas sonoras inolvidables y tramas “socarronas” e hilarantes que sólo la varita de Leone sabe conseguir. Pero si tengo que escoger una, me quedaría sin dudarlo con ésta. “Hasta que llegó su hora” tiene todo lo que tiene que tener un buen western: es emotivo, violento, doctrinario, socarrón, es ágil cuando tiene que ser ágil, y decididamente lento cuando la escena lo requiere. Tiene a un Henry Fonda supremo en su papel de malvado (quién lo diría), a una Cardinale que se come la pantalla (bien podían aprender de ella muchas pseudo-divas de hoy) y a un Charles Bronson que no tiene nada que envidiar al bueno por excelencia de los Spaghetti Western, es decir, a Eastwood (no quisiera olvidar el papel de Jason Robards como Cheyenne, que no desmerece al de sus compañeros). De igual manera, cuenta con una banda sonora propia del genio de Morricone y una trama lo suficientemente buena como para que las casi tres horas de metraje se hagan incluso cortas. Para mí, este western está a la altura de “Unforgiven” ó “El hombre que mató a Liberty Valance”, y, desde luego, el cinéfilo que aún no la haya visto [...] y que se decida a verla no olvidará con facilidad la canción de “armónica”, se lo aseguro. Una de las grandes del género...
8
16 de octubre de 2013 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Apenas llevaba un mes de casada. Ni siquiera tuvo su luna de miel, y ya Jill McBain ha quedado viuda y sin sus tres hijastros. El fuego bárbaro de los locos pistoleros del oeste (y conste que también los hay en el este, en el norte y en el sur) acabó con la que sería su nueva familia en aquella desértica tierra paradójicamente llamada “Sweet water”, y aquel “Adiós, Nueva Orleans, me voy al campo”, pareciera ahora convertirse en “Adiós campo estéril, me voy a los infiernos”.

Historia de venganza, de ambiciones, de juegos de poder… y de ostentaciones machistas, “HASTA QUE LLEGÓ SU HORA” hubiera sido probablemente una muy burda película, de no haber sido dirigida por Sergio Leone, un director que parece rodando la historia de su vida y que tras la –en exceso- aplaudida trilogía del dólar, luce bien dispuesto a ser tomado en serio por la crítica más exigente, con un western crepuscular que ya no tendría otro eco en su escasa filmografía. Una magnífica recreación de época, una composición de imágenes cuidada hasta en el menor de los detalles, y una banda sonora con el sello de la perennidad, adscriben a este filme entre lo más notable del western europeo.

Leone consigue arrancarle poesía a la violencia, las imágenes se acarician con la música de Ennio Morricone, se conjugan con sus notas y casi todo el filme parece danzar al son de sus memorables tonadillas para soprano, armónica, violines, guitarras… y demás instrumentos que entran en conjunción en cada tema. El formato en 70mm aumenta la densidad narrativa y, aunque la historia, para mi gusto, reclama mayor profundidad y mejor conocimiento de los personajes, pues buena parte de su metraje se desvanece en desplazamientos, en pausas pre-acción y en situaciones de poco fondo, al final uno siente que la historia tiene su salsa y podemos llegar a comprender a personajes como Cheyenne o como Harmonica que parecían bastante oscuros.

De nuevo, Henry Fonda impone, con su sola presencia, el inevitable tinte ambiguo, pues tan reconocido por sus papeles de hombre íntegro, es fácil esperar que su personaje de un vuelco súbito en cualquier momento. Y premeditadamente, Charles Bronson nos hace sentir las cosas a la inversa, lo que juega como elemento sorpresa durante buena parte de la película.

La hubiera preferido con media hora menos, pero hay que decir que luce aquí un director talentoso que estaba con decididas ganas de hacer una obra maestra… y yo creo que no estuvo muy lejos de lograrlo.

“HASTA QUE LLEGÓ SU HORA” demuestra que la música de cine también puede ser inmortal.

Título para Latinoamérica: “ÉRASE UNA VEZ EN EL OESTE”
9
2 de enero de 2014 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El más americano de los “spaghetti western” lo tenía que rodar el maestro de éste sub-género, el hombre que lo creó y que incluso se eleva a la categoría general del “western”: es decir, el spaghetti más espeso gentileza del sello Leone dejando la salsa yanqui de la marca John Ford o Howard Hawks, profesionales con quien solo el italiano podía competir.

Con la experiencias extraídas de su celebrada “trilogía del dólar” formadas por “Por un Puñado de Dollares” (Per un Pugno di Dollari, 1964), “La Muerte tenía un Precio” (Per qualche Dollaro in più, 1965) y “El Bueno, el Feo y el Malo” (Il Buono, il Brutto, il Cattivo, 1966) Sergio Leone se vio obligado a sentirse inmerso en un proyecto más colosal y basándose en un argumento que podría parecer simple (pero enriquecido de con la pluma de unos principiantes Dario Argento y Bernardo Bertolucci) pero es en el ambiente y en el paisaje que la intensidad va ganando a pasos agigantados.

Lo que empieza en un desierto debería terminar en un vergel donde se establece la futura población de Sweetwater tras llegar la viuda McBaine (Claudia Cardinale) que tras el asesinato de su marido e hijastros es convencida por el misterioso hombre de la harmónica (Charles Bronson) y el bandido Cheyenne (Jason Robards) de que se quede en el lugar y no convenza a Frank (Henry Fonda) y a sus hombres que han sido contratados por un hombre de negocios (Gabriele Ferzetti) empeñado en trazar la línea del ferrocarril de un extremo a otro del país.

Magnífica puesta en escena fraguado con la sedición de una venganza vista al o lejos y aproximándose con el sonido de la banda sonora musical (brillante y temblorosa harmónica que lo define todo) y la mirada sin pestañear de Charles Bronson y Henry Fonda. Pero el principal artista es, y con diferencia, Ennio Morricone.
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