Película de acción intensa que capturará toda la atención del espectador desde el primer momento. La trama no es excesivamente original, cumple con los tópicos del cine de cárceles: mafias internas; jerarquías de poder; trapicheo y narcotráfico; hilos de negocios externos que se mueven desde adentro; violencia; organización "tribal"; corrupción. No obstante, todo se encuadra en un ambiente realista y natural, oscuro y casi hipnótico, sobre todo por el papel de Malik El Djebena. Éste joven no suele cumplir con el típico perfil de un líder, sin embargo, irá adquiriendo habilidades y poderes que le abrirán muchas puertas. El papel del "capo" es también excelente, su mirada y esa típica forma de poder de la mafia corsa (o italiana), en la que se mezcla la violencia, la elegancia, la inteligencia y la sencillez mediterránea.

Película de ambientación carcelaria a medio camino entre el thriller y el drama, con toquecillos "sobrenaturales" por así decirlo, incluidos en el precio, narra la historia de un pringao que en la calle no era nadie y en la cárcel...bueno, en la cárcel tendrá diversos enredos con la mafia corsa, los islamistas, los carceleros corruptos...como le dice otro personaje, "andas sobre la cuerda floja, en un salto podrías dejarte los cojones". Austera en su ambientación, cruda en su violencia, sorprendente en sus elementos fantásticos, se apoya en un retrato de personajes bastante minucioso y en las grandes interpretaciones de Tahar Rahim y Niels Arestrup como el pringao y el capo de la mafia corsa con el que tendrá una relación ambivalente, casi paterno-filial.

Peculiar, interesante, y a pesar de durar dos horas y media no se hace larga. Y eso que es francesa. Quién lo diría.

Historia sobre la vicisitudes de un recluso en la cual gracias a sus entonadísimas actuaciones, un guión elaboradísimo así como una dirección muy efectiva elevan a esta durísima cinta en un título de lo más notable.

Un profeta no es otro drama carcelario que hable sobre injusticias, ni un retrato bienintencionado que narre la dura vida en prisión, ni siquiera una historia de redención. No es nada de eso porque en ningún momento (tal vez al principio, pero muy ligeramente) trata de justificar las acciones de sus personajes, de los que realiza un aséptico retrato. Ello provoca un irremediable distanciamiento entre éstos y el espectador, impidiendo así cualquier conexión afectiva.

El protagonista es Malik El Djebena (Tajar Rahim), un joven árabe condenado a seis años de prisión. Allí se convertirá en el chico de los recados para los mafiosos corsos, pero su ambición y falta de escrúpulos le harán medrar rápidamente.

La película es impecable a nivel técnico e interpretativo, siendo destacable tanto la labor del director como la de todo su reparto. La del director porque imprime una agilidad (aunque su duración se aproxima a las dos horas y media no se hace pesada) y tono (frío pero sensato) insólitos. La de los actores porque todos, sin excepción, realizan unas interpretaciones terriblemente realistas. Por contra, a lo largo del metraje aparecen tantos personajes que da la sensación de que algunos entran y salen de la historia sin pena ni gloria. Ello, unido a la imposibilidad de sentir compasión (o algún otro sentimiento positivo) por el protagonista, son los puntos flacos de esta interesante y dura propuesta.

La temática carcelaria es bastante recurrente en el cine, esta vez se trata de una película europea, más intimista, que nos muestra muchos de los pensamientos del protagonista.

El protagonista es un joven musulmán que ingresa en la cárcel y se ve envuelto en los negocios de las mafias. Los actores brillan a un nivel alto, las imágenes son impactantes con algunas pinceladas bellas y el guión la hace ser una cinta muy entretenida, salvo por unos sueños del protagonista que dan título a la película y que para mi no tienen mucho sentido siendo el resto un argumento bastante crudo y realista.

A pesar de ese pequeño pero la cinta merece el calificativo de muy recomendable.