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Argentina, 1985

Thriller. Drama Inspirada en la historia real del fiscal Julio Strassera, Luis Moreno Ocampo y su joven equipo jurídico que se atrevieron a acusar, contra viento y marea, a contrarreloj y bajo constante amenaza, a los altos mandos de la sangrienta dictadura militar argentina (1976-1983) en el llamado Juicio a las Juntas de mediados de los años 80. Una batalla de David contra Goliat, con los héroes menos esperados. (FILMAFFINITY)
Críticas 109
Críticas ordenadas por utilidad
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8
15 de octubre de 2022
1 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ricardo Darín es el fiscal Strassera de los juicios contra los militares argentinos; su interpretación es, sencillamente, brillante. Y en particular, resulta estremededor cómo aborda su alegato final, con su ya famosa frase "nunca más".
La premiada película de Santiago Mitre es sobresaliente en cuestiones ténicas: el sonido, impecable (la jaula del ascensor al subir, las puertas que se abren y se cierran, las pisadas en la madera, el tecleo en las máquinas de escribir, el recorrido del disco en los teléfonos y un largo etcétera); al igual que la música, el color, la caracterízación de los personajes, el vestuario o los decorados (algunos reales, como el salón del Palacio de Justicia de Buenos Aires).
¿Y por qué no le doy un 10? ¿Es que hay un pero? Pues sí; esas escenas "cómicas" que, a mi entender, están de más en una película que aborda unos hechos tan siniestros y terribles, como es el juiciio por la desaparición de miles de argentinos y argentinas. Por ejemplo, ¿era necesaria esa comicidad en la presentación de los jóvenes abogados que trabajan codo a codo con los fiscales? (por cierto, en España esto no es así -de momento-). Algunos incluso, son demasiado jóvenes -casi parecen alumnos de instituto-. Me estremeció -y enfadó- oir risas en la sala cuando el fiscal está relatando la confusión de los militares al interpretar unas siglas y detienen equivocadamente a una mujer, o el momento en que el ayudante del fiscal (Peter Lanzani) dice que su madre va a misa con el general Videla. Entiendo que no era intención del director provocar hilaridad en estas dos escenas, pero lo cierto es que fue así.
Y el hijo, del fiscal resulta, sencillamente, pedante, especialmente en la escena en la que va a "espiar" a los jueces en la cafetería mientras deliberan.
Salvo estos dos "peros,", es una pelicula totalmente recomendable.
2
19 de noviembre de 2022
11 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estimados la verdad debo decir que si hay algo que no es aceptable en el mundo del cine es ver cómo se baja línea desde el uso abusivo e indiscriminado de una guerra civil.

A no confundir que fue una guerra que murió mucha gente de ambos bandos y que no merece la frivolidad con la que se trata en este film mostrando como siempre una parte sola de la historia, la que dobla hacia la izquierda.
Punto aparte para Darín uno de mis actores favoritos que a partir de ahora será uno más del 99% que trabaja en el cine argentino bajando línea neo-comunista haciendo el papel de quien acusó a uno de los bandos de dicha guerra mostrando lo malos que fueron unos y los buenos que fueron otros. Algo falso por completo.

Pero bueno tarde o temprano este actor en retirada, mostró la hilacha. Por algo la hermana milita en una de las agrupaciones más escandalosas y corruptas de mi bendito país sin dar nombres todos sabemos cómo piensan.

No la vean.

No les den de comer a esta gente que tanto daño nos hizo y que se despacho con una lamentable y mala película.

Saludos!
7
11 de octubre de 2022
3 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los hechos históricos que se narran en "Argentina, 1985" son los relativos al juicio civil contra los máximos dirigentes de la cruel dictadura militar argentina entre los años 1976-83. Lo que se llamó "juicio a la juntas" se considera como un punto crucial en el inicio de una emergente democracia que se ha mantenido hasta nuestros días.

El peligro de hacer cine basado en hechos reales y conocidos, en este caso muy conocidos, radica en que la película pierde un elemento primordial de tensión —y atención— dramática como es la intriga. La forma que usa el director Santiago Mitre para compensar este hecho es agrupar un grupo interpretativo solvente en torno a un personaje central interpretado por un Ricardo Darin con una deslumbrante luz propia sin olvidar otros elementos que acaban de completar una propuesta bastante notable. En primer lugar, se acierta en centrar buena parte de la duración en escenas y conversaciones cotidianas muchas veces nada relacionadas con el caso estrictamente judicial. El inicio de la película con el divertido caso "de espionaje familiar" al novio de la hija mayor encomendado por el propio Julio Strassera con su hijo pequeño de cómplice no deja de ser una declaración de intenciones en el sentido de definir la época de incertidumbre y desconfianza en la que nos encontramos y la voluntad de dar una visión más amplia y social a un juicio que trascendió a las paredes de los juzgados. También se acierta al dirigir la mirada a la parte acusadora y dejar sin ningún tipo de protagonismo en la parte sentada en el banquillo. Finalmente cabe mencionar el trabajo en los diálogos y el guión para introducir una cierta ironía que ayuda mucho a que la larga duración del filme no acabe convirtiéndose en farragosa.

Cine histórico que, seguro, acabará formando parte del patrimonio colectivo argentino —y porque no mundial— de memoria que acierta del todo al no entronizar al personaje como un "héroe solitario contra el mal" dejándolo como un humilde fiscal que tiene miedo y necesita todo el apoyo de los demás para darle a todo ello un aire de "victoria colectiva" mucho más cercana a la realidad todo ello presentado con un trabajo de realización e interpretación destacables.(7, 5)
> bit.ly/3VfhadK
7
22 de octubre de 2022
2 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Digo "innecesaria" porque a nadie le interesa la vida de un fiscal. Y porque la historia de la última dictadura militar argentina ya está documentada por demás.

Larga porque dura 2:15 hs, lo cual es excesivo para la historia simple que cuenta (un fiscal y unos adolescentes leyendo datos y citando gente a declarar).

El guión no sobresale, aunque hay alguna que otra frase cliché para que el público llore y se llene de orgullo.

La dirección horrible en un formato cuadrado que recuerda a la espantosa Mommy de Xavier Dolan, quizás para hacerla acorde a la época. Afortunadamente la pude ver en un formato 16:9.

La fotografía es lo que más destaca, con unas luces amarillas muy cyberpunk, que recuerda al film Barfly; aunque no sé si se corresponden con lo que cuenta el film, me han gustado.

En resumen, no es una película indispensable pero tiene buenas intenciones y aspectos técnicos destacables por los que le sumo uno o dos puntos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Los clichés de siempre:

-Frases como "estamos en democracia" o "digamos Nunca Más"
-Darín actuando de Darín, como siempre. El actor argentino más sobrevalorado.
-La papa en la boca que tienen Darín y el hijo. No modulan una sola frase bien, no se entiende lo que hablan.
-Todos fumando en todo momento, quizás para representar una época.
-Afortunadamente no hay escenas de sexo que tanto le gusta poner a los argentinos en las películar pero hay varias puteadas innecesarias.
2
23 de octubre de 2022
20 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si bien como película es llevadera, lamentablemente no hace justicia a la historia argentina. En esta oportunidad Ricardo Darín es decepcionante. Un actor que muchas veces se ha llenado la boca diciendo que es imparcial y que no se guía por los estereotipos, resulta que aquí se ha vuelto parcial, estereotipado y políticamente correcto al hipócritamente llamado "progresismo". Es muy lamentable que esta película haya dejado pasar la oportunidad de hacer un mínimo de justicia por las víctimas del terrorismo y por sus familiares. La visión parcial de las Madres y Abuelas ya hartan a la sociedad argentina y este film vuelve a recargar las tintas para ese lado. Quizá en otros países este film pase por novedoso, pero para los argentinos es simplemente más de lo mismo: una visión sesgada y parcial de los hechos. Nuevamente se vuelve al tema de los 30.000 desaparecidos, cuando en las investigaciones se ha comprobado que no pasan de ocho mil y pico (lo cual no deja de ser aberrante), y lo peor de todo es que, típico discurso de izquierda, acusa a la clase media de cómplice de la dictadura. Así nomás, resulta que pertenecer a la clase media para la izquierda significa ser facho. Que una película argentina diga esto de la propia clase media de su país es aberrante. Al terrorismo en Argentina la izquierda lo ha romantizado como muchachos que luchaban por un ideal, y es obvio que la izquierda tiene el mismo discurso para los terroristas de todos los países. Actualmente hay terroristas que en este país salen a jactarse de las cosas que hicieron simplemente porque han quedado impunes gracias a discursos como el de esta película. Nuevamente se ha usado el árbol para tapar el bosque. Muy lamentable. Espero que a Darín esta película le traiga fama y fortuna, y que le compense con creces el daño que causa este relato a las víctimas del terrorismo.
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