Mad MenSerie
2007 

Matthew Weiner (Creador), Phil Abraham ...
7.9
34,898
Serie de TV. Drama
Serie de TV (2007-2015). 7 temporadas. 92 episodios. Aclamada serie dramática que narra los comienzos de una de las más prestigiosas agencias de publicidad de los años sesenta, y centrada en uno de los más misteriosos ejecutivos de la firma, Donald Draper, un hombre con un gran talento. "Mad Men" es la mirada a los hombres que dieron forma a las esperanzas y sueños diarios de los americanos de la época. En 1960 la publicidad era ... [+]
6 de octubre de 2013
6 de octubre de 2013
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mad Men, a pesar de ser criticada por lenta o cansina, nos aporta la naturalidad y belleza que se han perdido en siglo XXI; con un hilo bien tejido, unos personajes carismáticos y que crecen y evolucionan sin parar. Se detiene en el más mínimo detalle, todo está perfectamente cuidado. Es excelente por su reparto, su trama pero, sobre todo, por la ligereza y elegancia que la caracterizan.
3 de septiembre de 2010
3 de septiembre de 2010
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay que vender esta serie. Del mismo modo que capítulo a capítulo Don Draper vende la moto sobre algún producto “sesentero”, hay que buscar algún modo genial para publicitar Mad Men. (y mejor si se nos ocurre n el último minuto. ¡Siempre le da más emoción!).
Mad Men es una ventana con vistas a los años sesenta, pero no sólo a sus hechos históricos ni a su mundo empresarial. A primera vista puede parecer esto pero esconde mucho más.
Matthew Weiner clava un fino bisturí en el vientre de la sociedad americana de los años 60. No sólo eso, si no que remueve, cercena y se ensaña hasta quitar todas sus tripas. Los hombres eran machistas hasta las calvas y las mujeres se dejaban someter conscientemente, irremediablemente ligadas a su rol de secretarias, esposas y madres. ¿Su máxima aspiración? Dejar de trabajar para ser las eternas amas de casa prepara-galletas. Uno pensará que este tipo de vida puede llegar a ser aburrido.
Mad Men es una ventana con vistas a los años sesenta, pero no sólo a sus hechos históricos ni a su mundo empresarial. A primera vista puede parecer esto pero esconde mucho más.
Matthew Weiner clava un fino bisturí en el vientre de la sociedad americana de los años 60. No sólo eso, si no que remueve, cercena y se ensaña hasta quitar todas sus tripas. Los hombres eran machistas hasta las calvas y las mujeres se dejaban someter conscientemente, irremediablemente ligadas a su rol de secretarias, esposas y madres. ¿Su máxima aspiración? Dejar de trabajar para ser las eternas amas de casa prepara-galletas. Uno pensará que este tipo de vida puede llegar a ser aburrido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Ahí está Betty, esposa de Draper, cuya tediosa vida parece solamente irritando a todo el mundo (hijos incluidos), especialmente a Don. Su vida no tiene dirección, esta condenada a la rutina, a que cada di sea igual al anterior.
Pero no sólo de sumisión iban los sesenta. También hubo espacio para movimientos de liberación, de rotura de esta arcaica dinámica familiar. Un movimiento de liberación femenina que culminaría en los 70 formado por mujeres que evitarían a toda costa este orden establecido. Este aspecto esta representado por Peggy, inicialmente secretaria de Don que se convertirá en ejecutiva con aspiraciones de mujer independiente. Para Peggy “pescar marido” significa capitular. Sus dudas romántico-sexuales construyen muy buenas tramas dentro de la serie.
Pero si algo define los sesenta es la dicotomía entre vida pública y vida privada. En la agencia de Mad Men, la gente habla mucho, pero casi jamás hablan de su vida privada. Los escándalos se suceden: hijos no reconocidos, traiciones, homosexualidad... Son gente condenada a tragar con sus problemas, a vivir una doble vida. El máximo exponente es Don mismo. Don Draper no es Don Draper. Es Dick, quién para desertar del ejército tuvo que adoptar el nombre de Don: su compañero de armas fallecido. Dick tenía una esposa a quién Don visita de vez en cuando. Si bien el caso de Don pueda parecer exagerado, muy de “culebrón”, en Mad Men todo el mundo sufre esta doble vida.
Es ahora que me doy cuenta que no se puede vender Mad Men con un eslogan reduccionista como los de Don.
¿Qué les parece esto?
“Se puede y debe escribir largo y tendido sobre Mad Men.”
Jo!, no soy Don Draper.
Pero no sólo de sumisión iban los sesenta. También hubo espacio para movimientos de liberación, de rotura de esta arcaica dinámica familiar. Un movimiento de liberación femenina que culminaría en los 70 formado por mujeres que evitarían a toda costa este orden establecido. Este aspecto esta representado por Peggy, inicialmente secretaria de Don que se convertirá en ejecutiva con aspiraciones de mujer independiente. Para Peggy “pescar marido” significa capitular. Sus dudas romántico-sexuales construyen muy buenas tramas dentro de la serie.
Pero si algo define los sesenta es la dicotomía entre vida pública y vida privada. En la agencia de Mad Men, la gente habla mucho, pero casi jamás hablan de su vida privada. Los escándalos se suceden: hijos no reconocidos, traiciones, homosexualidad... Son gente condenada a tragar con sus problemas, a vivir una doble vida. El máximo exponente es Don mismo. Don Draper no es Don Draper. Es Dick, quién para desertar del ejército tuvo que adoptar el nombre de Don: su compañero de armas fallecido. Dick tenía una esposa a quién Don visita de vez en cuando. Si bien el caso de Don pueda parecer exagerado, muy de “culebrón”, en Mad Men todo el mundo sufre esta doble vida.
Es ahora que me doy cuenta que no se puede vender Mad Men con un eslogan reduccionista como los de Don.
¿Qué les parece esto?
“Se puede y debe escribir largo y tendido sobre Mad Men.”
Jo!, no soy Don Draper.
5 de mayo de 2011
5 de mayo de 2011
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No cabe ninguna duda de que los tiempos modernos siguen siéndolos. La velocidad a la que nos movemos continúa en progresivo aumento con su vertiginoso latir agitando nuestras vidas. Quedarse atrás podría ser, de nuevo, un pesado lastre en nuestra sociedad, algo por lo que clamaban decenas de personas en la puerta del Teatro Real de Madrid en la pasada entrega de los Premios Goya; y a lo que se refirió nítidamente Álex de la Iglesia en su último discurso como presidente de la Academia. Por supuesto, esto no quita para que nos sigamos fiando del boca a boca como una auténtica y fidedigna fuente de información.
Mad Men destaca por una innumerable cantidad de virtudes, y en este artículo quisiera destacar una, el tratamiento de los personajes femeninos. Las mujeres que aparecen son reales, con problemas y ambiciones reales que marcaron, sin ningún tipo de duda algunas de las tendencias más pronunciadas de la mujer del mundo occidentalizado de hoy en día. Vemos mujeres luchadoras que ascienden en su trabajo con mucho sacrificio, y que sin embargo, siguen teniendo que luchar por el respeto de sus compañeros hombres. En esta serie podemos ver las mujeres que comienzan a tomar los primeros anticonceptivos en forma de pastilla, y cómo esto afectó a la sexualidad del momento, liberándolas y al mismo tiempo atrapándolas en una espiral que las convertía, todavía más si cabe, en meros objetos sexuales. Mujeres que ven en el presidente Kennedy una oportunidad de cambio. En definitiva, un largo etcétera de situaciones que no tienen desperdicio alguno. Un documento muy bueno para el análisis del movimiento social en el que la mujer tomó las riendas de algunas facetas, como la profesional y la reproductiva, y la repercusión que esto tuvo en nuestra historia.
La serie huye de maniqueísmos doctrinarios sobre el feminismo y lo sitúa sobre el terreno. Las chicas de Mad Men no tienen las respuestas, ellas son la pregunta, y se la lanzan al espectador con una gran veracidad. Sin duda, los años 60 supusieron en gran parte del mundo occidental, sobre todo en aquellos países que no vivían bajo una dictadura, un gran impacto de una nueva mujer sobre la estructura social. Mujeres empresarias, mujeres que viven solas y salen de marcha por la ciudad. Mujeres autosuficientes que no se dejan mangonear, mujeres que se divorcian, mujeres que abortan, mujeres que no abortan, mujeres que atrapan a hombres ricos, mujeres violadas por sus propios maridos, mujeres que buscan su espacio en algún lugar fuera de su hogar. En definitiva, gracias a esta serie podemos entender mejor que aquellas mujeres que obtuvieron algunas dosis de libertad y autonomía, trataron de manejar aquel punto de inflexión como mejor pudieron, y no siempre acertaron. Y que de sus virtudes y defectos todos hemos sacado valiosas lecciones de las que todavía hoy seguimos aprendiendo.
Mad Men destaca por una innumerable cantidad de virtudes, y en este artículo quisiera destacar una, el tratamiento de los personajes femeninos. Las mujeres que aparecen son reales, con problemas y ambiciones reales que marcaron, sin ningún tipo de duda algunas de las tendencias más pronunciadas de la mujer del mundo occidentalizado de hoy en día. Vemos mujeres luchadoras que ascienden en su trabajo con mucho sacrificio, y que sin embargo, siguen teniendo que luchar por el respeto de sus compañeros hombres. En esta serie podemos ver las mujeres que comienzan a tomar los primeros anticonceptivos en forma de pastilla, y cómo esto afectó a la sexualidad del momento, liberándolas y al mismo tiempo atrapándolas en una espiral que las convertía, todavía más si cabe, en meros objetos sexuales. Mujeres que ven en el presidente Kennedy una oportunidad de cambio. En definitiva, un largo etcétera de situaciones que no tienen desperdicio alguno. Un documento muy bueno para el análisis del movimiento social en el que la mujer tomó las riendas de algunas facetas, como la profesional y la reproductiva, y la repercusión que esto tuvo en nuestra historia.
La serie huye de maniqueísmos doctrinarios sobre el feminismo y lo sitúa sobre el terreno. Las chicas de Mad Men no tienen las respuestas, ellas son la pregunta, y se la lanzan al espectador con una gran veracidad. Sin duda, los años 60 supusieron en gran parte del mundo occidental, sobre todo en aquellos países que no vivían bajo una dictadura, un gran impacto de una nueva mujer sobre la estructura social. Mujeres empresarias, mujeres que viven solas y salen de marcha por la ciudad. Mujeres autosuficientes que no se dejan mangonear, mujeres que se divorcian, mujeres que abortan, mujeres que no abortan, mujeres que atrapan a hombres ricos, mujeres violadas por sus propios maridos, mujeres que buscan su espacio en algún lugar fuera de su hogar. En definitiva, gracias a esta serie podemos entender mejor que aquellas mujeres que obtuvieron algunas dosis de libertad y autonomía, trataron de manejar aquel punto de inflexión como mejor pudieron, y no siempre acertaron. Y que de sus virtudes y defectos todos hemos sacado valiosas lecciones de las que todavía hoy seguimos aprendiendo.
5 de agosto de 2012
5 de agosto de 2012
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mad Men gira en torno a la trayectoria de una agencia publicitaria, y en especial de su director creativo: Don Draper. A través de esta agencia se cumple la verdadera proyección de la seria: el retrato de los años 60.
Como la publicidad misma, Mad Men nos "vende" perfectamente esas distintas sensaciones en la vida de una persona: a) la necesidad de crearnos un mundo perfecto, vestido en traje, con sonrisas y peinados elegantes pero con las mentiras y el dolor que se esconde, b) la discriminación, c) la superación, etc.
Puede darnos la impresión, a veces, que la serie no tiene ningún eje, pero Mad Men es así, pinceladas de calidad.
Indispensable.
Como la publicidad misma, Mad Men nos "vende" perfectamente esas distintas sensaciones en la vida de una persona: a) la necesidad de crearnos un mundo perfecto, vestido en traje, con sonrisas y peinados elegantes pero con las mentiras y el dolor que se esconde, b) la discriminación, c) la superación, etc.
Puede darnos la impresión, a veces, que la serie no tiene ningún eje, pero Mad Men es así, pinceladas de calidad.
Indispensable.
10 de octubre de 2014
10 de octubre de 2014
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra serie magnífica de Mathew Weiner. Si te gustó los Soprano, te gustará Mad Men. Aquí no tenemos a Tony, pero no os preocupéis, tenemos a Don, a Peggy, a Sterling, Cooper y muchos personajes más, que formarán parte de esta temporada de "cine" en casa. Trata de una agencia de publicidad, bueno, más bien trata de la vida de unos personajes elaborados, que pasarán a ser tus amigos e irás conociéndolos durante el tiempo que avanza la serie en los años 60-70. La serie está muy trabajada, con un vestuario y unos guiones perfectos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Odiarás a peter campbell.
Amarás a Don, aunque a veces es un cabrón.
Sterling es el amo.
Cooper es un personaje memorable.
Joan ... sin palabras.
Amarás a Don, aunque a veces es un cabrón.
Sterling es el amo.
Cooper es un personaje memorable.
Joan ... sin palabras.
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