El secreto de sus ojos
2009 

8.1
90,874
Thriller. Intriga. Drama
Benjamín Espósito es oficial de un Juzgado de Instrucción de Buenos Aires recién retirado. Obsesionado por un brutal asesinato ocurrido veinticinco años antes, en 1974, decide escribir una novela sobre el caso, del cual fue testigo y protagonista. Reviviendo el pasado, viene también a su memoria el recuerdo de una mujer, a quien ha amado en silencio durante todos esos años. (FILMAFFINITY)
5 de noviembre de 2009
5 de noviembre de 2009
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El secreto de sus ojos es el sexto largometraje de Campanella. También es el mejor de todos ellos. Y no es que se pueda decir que su filmografía carezca de buenas películas. Pero el filme que nos ocupa es una auténtica maravilla tanto a nivel de guión como de dirección o interpretación.
Benjamin Espósito que trabaja en un Juzgado de Instrucción está a punto de jubilarse. Llegando al final de su carrera decide mirar atrás y escribir una novela sobre un antiguo caso. Esto despertará algunos miedos y pasiones enterradas.
La película transcurre en dos tiempos distintos (Campanella ya hizo lo mismo en Vientos de Agua) y empieza con una despedida en un tren. Se pueden apreciar las caras de los personajes y pese al fundido parcial que hace borrosa la imagen dándole un toque onírico a la escena. Luego la acción se situa en el futuro, o cabría decir en el presente. Espósito decide escribir una novela acerca de un antiguo caso de extrema violencia con el que se vio bastante involucrado. La acción va saltando al pasado con flashbacks. Por lo que podemos ver a Darín y a Villamil 25 años más jovenes.
Ricardo Darín, alter ego de Campanella (ha aparecido en 4 de sus 6 películas de hecho son las cuatro últimas de hecho y también las cuatro mejores) es sencillamente Benjamín Espósito. No hay interpretación sino metamorfosis. Villamil está muy bien en la pantalla y Guillermo Francella está genial en su papel tan cómico como entrañable.
Es "El secreto de sus ojos" una película dulce y dura a la vez. Es un drama y es una comedia. Es una thriller policíaco y una película histórica. Pero por encima de todo es una película como la copa de un pino con esa magia capaz de levantarnos la espalda del asiento del cine. Esas películas que nos dejan con la boca abierta cuando se acaban. Esas películas que, al terminar desearíamos no haber visto para poder saborearlas de nuevo por vez primera. En definitiva: Un clásico instantáneo.
Benjamin Espósito que trabaja en un Juzgado de Instrucción está a punto de jubilarse. Llegando al final de su carrera decide mirar atrás y escribir una novela sobre un antiguo caso. Esto despertará algunos miedos y pasiones enterradas.
La película transcurre en dos tiempos distintos (Campanella ya hizo lo mismo en Vientos de Agua) y empieza con una despedida en un tren. Se pueden apreciar las caras de los personajes y pese al fundido parcial que hace borrosa la imagen dándole un toque onírico a la escena. Luego la acción se situa en el futuro, o cabría decir en el presente. Espósito decide escribir una novela acerca de un antiguo caso de extrema violencia con el que se vio bastante involucrado. La acción va saltando al pasado con flashbacks. Por lo que podemos ver a Darín y a Villamil 25 años más jovenes.
Ricardo Darín, alter ego de Campanella (ha aparecido en 4 de sus 6 películas de hecho son las cuatro últimas de hecho y también las cuatro mejores) es sencillamente Benjamín Espósito. No hay interpretación sino metamorfosis. Villamil está muy bien en la pantalla y Guillermo Francella está genial en su papel tan cómico como entrañable.
Es "El secreto de sus ojos" una película dulce y dura a la vez. Es un drama y es una comedia. Es una thriller policíaco y una película histórica. Pero por encima de todo es una película como la copa de un pino con esa magia capaz de levantarnos la espalda del asiento del cine. Esas películas que nos dejan con la boca abierta cuando se acaban. Esas películas que, al terminar desearíamos no haber visto para poder saborearlas de nuevo por vez primera. En definitiva: Un clásico instantáneo.
9 de noviembre de 2009
9 de noviembre de 2009
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una sesión de cine que llega al alma. pera mi ver claro está.
Desde el punto de vista técnico, sumamente cuidada.
A veces cruda, a veces dura. Pero siempre efectiva.
Es un poema largo con un policial intercalado.
Es un festival de sensaciones.
La rabia del amor inconfeso, al menos no explicita-mente.
La impotencia de un crimen y la corrupción que le apaña.
Las verdades calladas. Las pasiones en flor de piel.
Cuantas cosas en una sola cinta.
Cuanta calidad en una película.
Es una invitación a recapacitar el "como se vive una vida vacía".
Lo único malo es no darse el tiempo para verla.
Un Darín que asoma cada vez más a que le reconozcan con algún galardón pesado su gran obra. Deslumbrante y creíble.
Y una sorpresa de aquellas. Nada menos que Franchela. Donde has estado señor. Donde que has faltado tanto tiempo e esta tu calidad de actor. Simplemente increíble.
Una ás para anotar en la lista de mis joyas del cine.
Desde el punto de vista técnico, sumamente cuidada.
A veces cruda, a veces dura. Pero siempre efectiva.
Es un poema largo con un policial intercalado.
Es un festival de sensaciones.
La rabia del amor inconfeso, al menos no explicita-mente.
La impotencia de un crimen y la corrupción que le apaña.
Las verdades calladas. Las pasiones en flor de piel.
Cuantas cosas en una sola cinta.
Cuanta calidad en una película.
Es una invitación a recapacitar el "como se vive una vida vacía".
Lo único malo es no darse el tiempo para verla.
Un Darín que asoma cada vez más a que le reconozcan con algún galardón pesado su gran obra. Deslumbrante y creíble.
Y una sorpresa de aquellas. Nada menos que Franchela. Donde has estado señor. Donde que has faltado tanto tiempo e esta tu calidad de actor. Simplemente increíble.
Una ás para anotar en la lista de mis joyas del cine.
28 de diciembre de 2009
28 de diciembre de 2009
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que una película argentina perdure en la cartelera zaragozana durante más de tres meses debe ser señal inequívoca de que hay algo en ella destinado a transcender. Reconozco que se me hace un poco cuesta arriba el ver un film argentino, más que nada por el idioma. Hay muchos giros que no conozco, palabras como manejar un coche, recibirse en una titulación, etc.. que necesitan de dos o más veces para asimilarlas, aunque la principal pega es el acento y el tono: los argentinos parecen acariciar las palabras, pasar de puntillas por ellas, todo esto unido a mi ligera hipoacusia son inconvenientes que me retuvieron, injustamente, de verla.
Ahora una vez vista, puedo decir que me alegro de haberlo hecho, a pesar de que seguro me perdí detalles de los que desconozco su importancia. Me gusta mucho la historia de amor soterrado en el tiempo entre la secretaria del juzgado y su oficial. Está muy bien, también, toda esa historia detectivesca alrededor de un asesinato atroz y construida a partir de una mirada captada en una foto. No hay pausas para el aburrimiento y sí para el humor. El final es sublime y memorable. Seguro que para la próxima película de Campanella no me haré tanto de rogar.
Ahora una vez vista, puedo decir que me alegro de haberlo hecho, a pesar de que seguro me perdí detalles de los que desconozco su importancia. Me gusta mucho la historia de amor soterrado en el tiempo entre la secretaria del juzgado y su oficial. Está muy bien, también, toda esa historia detectivesca alrededor de un asesinato atroz y construida a partir de una mirada captada en una foto. No hay pausas para el aburrimiento y sí para el humor. El final es sublime y memorable. Seguro que para la próxima película de Campanella no me haré tanto de rogar.
31 de enero de 2010
31 de enero de 2010
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Definitivamente, no sabemos hacer películas como los norteamericanos; sencillamente no nos salen. No podemos ceñirnos a la acción de películas de género, olvidarnos del por qué lleva a un hombre a perseguir un imposible, no sabemos dar soluciones sencillas y sin venir a cuento, sólo por que son espectaculares. Somos incapaces de crear personajes planos que no necesiten hablar para explicarnos sus actitudes. Somos lerdos totales para generar finales estúpidos que dejen al espectador con una forzada tranquilidad.
Pero lo que sí sabemos hacer es cine; sabemos conmover, disfrutar con la belleza de la imagen, degustar diálogos brillantes, emocionarnos con personas que sólo son personajes porque forman parte de una ficción. Eso, gracias a películas como ésta, demostramos que sabemos hacerlo muy bien.
Gracias Juan José por dos horas de emociones y diversión incontenible, gracías por la sensibilidad con la que dignificas el oficio de narrador.
Desde el primer plano del filme, desde que la primera nota de una inspiradísima partitura resuena en nuestros oidos, asistimos al placer de dejarnos envolver por Cine, con mayúsculas.
Pero lo que sí sabemos hacer es cine; sabemos conmover, disfrutar con la belleza de la imagen, degustar diálogos brillantes, emocionarnos con personas que sólo son personajes porque forman parte de una ficción. Eso, gracias a películas como ésta, demostramos que sabemos hacerlo muy bien.
Gracias Juan José por dos horas de emociones y diversión incontenible, gracías por la sensibilidad con la que dignificas el oficio de narrador.
Desde el primer plano del filme, desde que la primera nota de una inspiradísima partitura resuena en nuestros oidos, asistimos al placer de dejarnos envolver por Cine, con mayúsculas.
1 de marzo de 2010
1 de marzo de 2010
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una película que habla de cosas "pequeñas", sin persecuciones de coches, grandilocuencias varias, ni giros imposibles: está todo a la vista, no se guarda nada y demuestra que hay que mirar para ver. Confunde porque es todo tan sencillo que aturde. El crimen sirve de hilo conductor, de obsesión motriz: cada uno lo vive a su manera, a cada cual le afecta en la medida en que se siente impelido por él. El guión es redondo, y las actuaciones perfectas, hacen que todo parezca creíble, casi cotidiano. La brutalidad del hecho tiende puentes entre los personajes y los diversos hilos que resultan se pierden en el tiempo. Técnicamente impecable, con algunas escenas de quitarse el sombrero. Campanella ha dado con el secreto.
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