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Dom Hemingway

Comedia. Drama Dom Hemingway (Jude Law) es un hábil y arrogante ladrón de cajas fuertes, un tipo listo y algo perturbado que rebosa una exultante energía. Después de doce años en prisión, Dom vuelve a las calles de Londres dispuesto a cobrar lo que le deben por mantener la boca cerrada y no delatar a su jefe, Mr. Fontaine (Demián Bichir). Dom intenta además recuperar el contacto con su hija (Emilia Clarke), de la que se ha distanciado, pero pronto se ... [+]
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Críticas 24
Críticas ordenadas por utilidad
19 de mayo de 2014
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La distancia entre locura y genialidad es una cuestión recurrente en el cine. En el caso de Dom Hemingway, película británica dirigida y escrita por Richard Shepard (realizador de Descubriendo a John Cazale o La sombra del cazador y colaborador de la serie Girls), el debate se eleva a grandes cotas, puesto que resulta difícil discernir si estamos viendo una película rompedora, rítmicamente frenética y poderosa en su desarrollo o una tomadura de pelo cualquiera. Ya desde la primera escena, que nos muestra a un Jude Law descamisado alabando a su miembro viril usando todas las comparaciones habidas y por haber, parece evidente que estamos ante un filme ante el que pocos podrán mostrar indiferencia.

Dom Hemingway es un tipo que ha pasado los últimos 12 años en la cárcel tras hacer un encargo para su supuesto jefe, un tal Fontaine. En tal lapso temporal se ha perdido acontecimientos clave como la muerte de su mujer o el crecimiento de Evelyn, su única hija. Pero tras ajustar las cuentas con cierto personaje, lo único que pretende Dom es que Fontaine le devuelva el favor (en forma de dinero, claro está) por haberle sido leal.

Quien interpreta a este hombre no es otro que Jude Law, en un papel que se podría considerar algo pasado de rosca en otro contexto, pero que sinceramente pega bastante bien con el sino de esta película. Dom es un tipo con una grandísima autoestima, un hombre brutalmente rudo, que suelta un par de tacos en cada frase y que intenta resolver todo de manera violenta. Seguro que el actor británico tuvo que hacer un gran esfuerzo para caracterizar a un ser tan despreciable y sin embargo tan magnético como éste. Desde sus cuerdas vocales hasta sus arrogantes andares, la composición del personaje es magnífica.

Adentrándonos en lo que es el guión, la sustancia argumental que nos quiere ofrecer Shepard, hay que decir que tampoco hay demasiado que rascar. Tenemos al mencionado protagonista con su fiel amigo Dickie, al jefe Fontaine con su bella novia y a algunos personajes más (la hija, interpretada por Emilia Daenerys Clarke sale en cuatro escenas mal contadas). Todos ellos se verán envueltos en palizas, robos, asesinatos, fugas, etc. Es decir, el típico cóctel que se espera en una película con aires mafiosos como ésta.

Siendo sensatos, la película parece pretender alzarse como un enloquecido esparcimiento, en la cual escenas agitadas, verborreas delirantes, colores llamativos y un sinfín de canciones imponentes tronándonos los oídos son su principal atracción. La verdad es que es un producto destinado al entretenimiento, no tiene ínfulas de grandiosidad y en esta ocasión se agradece bastante, porque de lo contrario las apariencias no engañarían a nadie.

Hay que tener claro antes de ver Dom Hemingway que es posible que alguna escena pueda resultar excesivamente burda o grosera. Ya relatábamos anteriormente cómo era la primera escena de la película, un comienzo tan original como recargado, cuya duración se prolonga bastante y seguro que a varios ya les dejará con mala predisposición respecto a la hora y media de película que todavía resta. Pero sería injusto tachar de innecesarias escenas como ésta, porque si tenemos en cuenta la psique del protagonista es totalmente normal que se comporte de esta manera. ¿O es que un tío que ha pasado 12 años en la cárcel va a hablar de física cuántica? Por lo tanto, el problema radicaría en la propia esencia de la película, que no a todos les parecerá adecuada y/o oportuna. Están en su derecho y además es una postura muy entendible. Igual de entendible, sin duda, que los que quieren sentarse hora y media delante de pantalla para echarse unas risas y disfrutar con cada escena, oportunidad que esta película ofrece en su máximo esplendor.


Álvaro Casanova - @Alvcasanova
Crítica para www.cinemaldito.com (@CineMaldito)
Kasanovic
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17 de agosto de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
95/01(01/07/14) Muy entretenida cinta realizada y escrita por el prometedor Richard Shepard, con una trama plana, pasada de vueltas en muchos momentos, pero el motivo principal para verla es un brillante Jude Law, es un film hecho a su mayor gloria y bien que lo aprovecha con un papel jugoso que sabe sacarle todo el zumo con una interpretación estelar de un tipo arrogante, egocéntrico e hiperviolento, con una labia barriobajera prodigiosa. Una obra que recuerda al estilo en la oratoria de Tarantino mezclado con el trepidante de Guy Rithcie, todo enmarcado en una puesta en escena espléndida.

Dom Hemingway (gran Jude Law) es un arrogante y egocéntrico tipo, tras 12 años en prisión es puesto en libertad, en este tiempo recluido ha muerto su exesposa, no ha visto crecer a su hija, que además ha tenido un hijo, Jawara. Dom junto con su viejo amigo Dickie (buen Richard E. Grant) va a visitar a la campiña en Francia al capo Ivan Fontaine (buen Demián Bichir), Dom no lo delató y espera por ello una recompensa, pero las cosas se enredan y tras un accidente Dom se encuentra en una encrucijada. En la historia tienen importancia personajes como Fontaine Paolina ( Mădălina Diana Ghenea ), la pareja de Ivan, Melody (correcta Kerry Condon), una chica de compañía que filosofea sobre el karma, Evelyn (correcta Emily Clarke), la hija con la que Dom intentará reconciliarse, y Lestor McGreevy jr. (buen Jumayn Hunter).

Richard Shepard ha hecho un film que sostiene su tenue hilo conductor mediante un espectacular protagonista, estructurada a base de set-pieces con mucho humor sin demasiada conexión de unas con otras, estas piezas en su conjunto resultan un tanto irregulares pero por separado quedan algunas magistrales de un poderío sugestivo fascinante, lo malo es que algunas otras hacen que el resultado final cojee. La historia engancha desde su antológico inicio, oímos la típica sirena de apertura de rejas de prisión, lo siguiente es un plano fijo de medio cuerpo desnudo hacia arriba de un Jude Law con look a lo “Gatopardo”, con fondo verde mugriento, con brazos abiertos puestos en unas tuberías y lo colosal es su Antológico monólogo loando su “poya”, con comparaciones y metáforas descacharrantes (en spoiler lo reproduzco en su totalidad), 2 minutos apoteósicos donde la prosa más bizarra se encadena una en otra en pos de alabar esta parte oculta de su cuerpo, mientras esto sucede atisbamos por sus movimientos que alguien está comprobando felacionalmente que lo que dice es cierto, cuando todo este mitin termina evidenciamos que un hombre se alza limpiándose, sublime coraje la del director al crear este momento único en el Cine, haciendo de este metraje algo que se debe convertir por derecho propio en Icono del Séptimo Arte, lo malo es que el resto de la duración no mantiene este alto listón, discurre en una montaña rusa de emociones irregulares, donde suceden todo tipo de situaciones algunas de ellas bastante forzadas, palizas sin sentido, orgías, accidentes a cámara lenta, revelaciones místicas, muertes, intentos de apertura de cajas fuertes, intentos de reconciliación familiares, y más. Es un film que toca temas como la búsqueda de la redención o lo complicado que es escapar a tu sino de perdedor, pero esto tratado de forma superficial. Cabe achacarle que la subtrama familiar en la que Dom intenta reconciliarse con su hija resulta un estorbo, muy manida, sin profundidad, no encaja con la personalidad individualista expuesta del protagonista, ni se explica porque se tira 12 años sin comunicarse con ella y sale de prisión anhelando relacionarse, chirría y hace que el ritmo trepidante decaiga cuando llegamos a esta subhistoria, además de resultar bastante predecible no intenta moralizar sobre que lo importante es la familia, y sobre aquello tan manido que tras una apariencia de duro y malo se te esconde un tipo de gran corazón, no pega, le ha faltado coraje e incorrección política a Richard Shepard.

Jude Law es el amo y señor de la función tanto es así que los que se le acercan palidecen ante su energía y vigor, una actuación rebosante de carisma, impresionante personalidad, alejándose del glamur de muchos de sus otros roles, Law encarna pasionalmente a este tipejo despreciable al que consigue hacérnoslo empático, destila una desmesurada autoestima, rudeza, de ágil verborrea, con ese acento tan remarcado cockney, con ese pose al andar de macarra, con esa imagen tan singular con patillas enormes, con entradas en el cabello prominentes, es un tipo excesivo en todo lo que hace y dice, no tiene filtro, y a pesar de su volcánica interpretación sabe no caer en la sobreactuación, un Titán en uno de sus mejores trabajos, lástima la poca consistencia dramática del guión. Richard E. Grant es su compañero con el que mantiene una gran química, demostrando lealtad y mucha amistad.

La cinta se sustenta en una sugestiva puesta en escena, un atractivo diseño de producción de Laurence Dorman (“Me And Orson Welles”), sobre todo en lo referente a la villa de la campiña gala, muy evocadora, tanto en los exteriores como en los interiores, con un fascinante trabajo de fotografía de Giles Nuttgens (“Que hacemos con Maisie?”), de un cromatismo fulgurante, de tonalidades de colores primarios llamativos, creando tomas simétricas magnéticas, a esto se añaden planos vistosos, maximizada la acción por la fenomenal montaje de Dana Congdon (“Vivir Rodando”), esto acunado por la música adecuada de Rolfe Kent (“Dexter” la serie), a lo que se suman una galería de temas pop que sirven para imbuirnos de la estridente personalidad de Dom. (continua en spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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6 de abril de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quiere abarcar tantas cosas que se queda en nada.

El protagonista. Bien interpretado por Jude pero no se sabe a que juega. Empieza siendo faltón, bruto y desagradable. No pasa nada, incluso está bien pero poco a poco deja ese tono y actitud para ser blando y asustadizo.
Los momentos de humor son pasables sin destacar ninguno. Un tono gamberro que poco a poco desaparece hasta rozar el drama.
Los personajes secundarios se dejan sin explotar, desde "el manco" a cierta Khalessy que aparece de forma casi anecdótica.

En conjunto es pasable pero con un personaje tan sucio, gamberro e incluso repulsivo deberías haberlo llevado al extremo y no forzar una redención que nos sigue recordando que Law pertenece y pertenecerá a la comedia romántica. Lástima.
FOR8NER
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15 de febrero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una gran película no es, pero tiene puntos buenísimos y aunque no es un guion tan férreo como otros del mismo estilo, la puesta en escena del protagonista y de algunos secundarios, es brillante.
Completamente de acuerdo que es una imitación de las películas también británicas de Guy Richie, bienvenida sea toda película que se parezca a sus primeras obras, no llega la calidad de aquellas, pero Richie ha rodado también algún truño.

Tiene buenos personajes, empezando por el protagonista. Dom Hemingway es un papel inolvidable, para mi el mejor de su carrera, un tipo primario, salvaje, un animal sin cerebro pero con corazón al que Jud Law da vida y consigues empatizar con él y perdonarle su retraso mental.
Hace poco vi y Anna Karenina y Jud Law en el papel de marido corneado, consigue con su interpretación que empatices mas con él que con el amante protagonista, sobresale por encima de la historia.
El personaje de Dom Hemingway seguramente este basado en alguien real, todos conocemos a alguien tan desagradable y a la vez autentico, que no deja indiferente para mal, pero no de pasa desapercibido.
El resto del reparto esta muy bien, pero el personaje manco del amigo del protagonista interpretado por Richard E. Grant, es también inolvidable, esas gafas amarillas sesenteras y esa prótesis con guante negro son ya parte de la historia del cine.

No es spoiler si cuento que lo mejor de la película es el principio donde Dom Hemingway habla con su polla, al más puro estilo Boogie Nights o como hacia a veces Charlie Harper. Solo por ese monologo ya merece la pena la película, que desde luego no es aburrida.
pikuet
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25 de mayo de 2014
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si vale, no es Scarface, tampoco es Clint Eastwood, ni Conan el bárbaro.. aunque podría ser un primo segundo muy muuuuuuuuuy lejano.
El prota es una especie de gran simio dominante que intenta parecerse a un hombre, y en sus ratos libres es poeta. Un personaje digno de ver.
Humor ácido y corrosivo con un toque inglés.
Wolocof
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