Los diamantes son eternos
6.0
7,354
16 de agosto de 2006
16 de agosto de 2006
19 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mientras James Bond está en plan de venganza contra Blofeld, en Sudáfrica y holanda se contrabandean diamantes masivamente. El gobierno británico, en su preocupación, decide asignar la investigación a Bond, con el fin de seguir la ruta de los diamantes, y averiguar el eventual propósito del enigmático hombre detrás de la operación, un magnate de las Vegas llamado Willard Whyte.
Sean Connery regresa para encarnar por ultima vez (oficialmente) al personaje que lo condujo al estrellato, luego del fracaso comercial de la cinta previa y la renuncia de George Lazenby, quien solo calzaría los zapatos del 007 por una ocasión.
También regresa el director francés Guy Hamilton, luego de llevar al cine Goldfinger, la tercera entrega de la serie. Esta vez Hamilton se enfoca más en el humor y deja a un lado la psicología del personaje de Fleming, a excepción del misterioso prologo, en el que James Bond acecha a varios personajes en busca de venganza.
John Barry compone una admirable banda sonora, contando por segunda vez con la inigualable Shirley Bassey en el tema principal. Ken Adam vuelve a lograr un óptimo trabajo en los decorados, al igual que Ted Moore en la fotografía y Maurice Binder en los créditos principales.
A Richard Maibaum en el guión se le une Tom Mankiewicz, quien volvería a escribir los textos de dos cintas más del espía británico. Ambos descartan la mayor parte de la trama de la novela de Fleming, de la que solo comparten algunas locaciones, pero parten curiosamente de un sueño que tuvo el productor Albert Broccoli, en el que James Bond tenia un encuentro con el misterioso magnate Howard Hugues, amigo intimo de Broccoli; también se adiciona a Blofeld, suprimiendo a los villanos de la novela, los hermanos Spang; pero mantienen a la hilarante y malvada pareja de homosexuales Mr. Kidd y Mr. Wint, quienes protagonizan algunas de las escenas más memorables de la cinta.
Con el fin de atar cabos (y dejar otros sueltos) regresa por tercera vez consecutiva el infame Ernst Stavro Blofeld, esta vez encarnado con carismática villanía por Charles Gray, quien se luce en el papel, a pesar de que ya había participado en un rol secundario de un filme anterior de Bond.
Aunque no se explaye en la psique del personaje central, como ocurrió en la anterior cinta, y de contener una trama más fantástica que las anteriores, enfocada con frivolidad y desinterés, Diamonds are forever mantiene un ritmo ágil, lúdico y entretenido, exaltando a Connery como el Bond original, y conteniendo momentos dignos de mención, como las andanzas de Mr. Wint y Mr. Kidd, el encuentro de Bond con Blofeld y su clon, la visita a la funeraria de Morton Slumber, la lucha cuerpo a cuerpo con Peter Franks en el elevador, la presentación de Bambi y Thumper, el ya mencionado prologo, y la explosiva y jocosa escena de clausura a bordo del Queen Mary.
Pierluigi Puccini
James Bond Fan
Sean Connery regresa para encarnar por ultima vez (oficialmente) al personaje que lo condujo al estrellato, luego del fracaso comercial de la cinta previa y la renuncia de George Lazenby, quien solo calzaría los zapatos del 007 por una ocasión.
También regresa el director francés Guy Hamilton, luego de llevar al cine Goldfinger, la tercera entrega de la serie. Esta vez Hamilton se enfoca más en el humor y deja a un lado la psicología del personaje de Fleming, a excepción del misterioso prologo, en el que James Bond acecha a varios personajes en busca de venganza.
John Barry compone una admirable banda sonora, contando por segunda vez con la inigualable Shirley Bassey en el tema principal. Ken Adam vuelve a lograr un óptimo trabajo en los decorados, al igual que Ted Moore en la fotografía y Maurice Binder en los créditos principales.
A Richard Maibaum en el guión se le une Tom Mankiewicz, quien volvería a escribir los textos de dos cintas más del espía británico. Ambos descartan la mayor parte de la trama de la novela de Fleming, de la que solo comparten algunas locaciones, pero parten curiosamente de un sueño que tuvo el productor Albert Broccoli, en el que James Bond tenia un encuentro con el misterioso magnate Howard Hugues, amigo intimo de Broccoli; también se adiciona a Blofeld, suprimiendo a los villanos de la novela, los hermanos Spang; pero mantienen a la hilarante y malvada pareja de homosexuales Mr. Kidd y Mr. Wint, quienes protagonizan algunas de las escenas más memorables de la cinta.
Con el fin de atar cabos (y dejar otros sueltos) regresa por tercera vez consecutiva el infame Ernst Stavro Blofeld, esta vez encarnado con carismática villanía por Charles Gray, quien se luce en el papel, a pesar de que ya había participado en un rol secundario de un filme anterior de Bond.
Aunque no se explaye en la psique del personaje central, como ocurrió en la anterior cinta, y de contener una trama más fantástica que las anteriores, enfocada con frivolidad y desinterés, Diamonds are forever mantiene un ritmo ágil, lúdico y entretenido, exaltando a Connery como el Bond original, y conteniendo momentos dignos de mención, como las andanzas de Mr. Wint y Mr. Kidd, el encuentro de Bond con Blofeld y su clon, la visita a la funeraria de Morton Slumber, la lucha cuerpo a cuerpo con Peter Franks en el elevador, la presentación de Bambi y Thumper, el ya mencionado prologo, y la explosiva y jocosa escena de clausura a bordo del Queen Mary.
Pierluigi Puccini
James Bond Fan
12 de diciembre de 2008
12 de diciembre de 2008
17 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Demasiado benévolo soy dando un 3 a este horrendo engendro en el que jamás de los jamases tendría que haber participado el Bond por antonomasia, Sean Connery. Podría enumerar cien motivos por los cuales este filme es un completo insulto a la inteligencia de los seguidores del doble cero, pero no haré sangre excesiva y me quedaré en un decálogo de lamentables bochornos acaecidos en "Diamantes para la eternidad":
1) Las chicas Bond, en esta ocasión, son completas gilipollas sin atractivo alguno para siquiera pegarles un polvo. Las dos únicas gatitas judokas que prometían alguna cosilla sugerente, aparecen dos minutos escasos.
2) Q es un trilero ludópata. Válgame Dios que el hombre más integro de la organización sea ahora un adicto a trucar las tragaperras.
3) Félix Leiter parece un funcionario de Correos.
4) Moneypenny aparece unos segundos y ni le tira los trastos a Bond. ¿Dónde están esas frases tan añoradas de tal abnegada mujer en películas pasadas?
5) El malo da auténtica risa, no sólo el principal, sino esa pareja de gays psicópatas con un look tan setentero (por un momento me pareció que habían contratado a David Crosby como actor).
6) Hasta el gato blanco es gilipollas.
7) Gadgets inexistentes. Bond lo hace todo con su pistolita (la de balas y la otra, se sobreentiende).
8) No hay destinos exóticos ni espectaculares. Ámsterdam, una ciudad de luces norteamericana parecida a Las Vegas y una plataforma petrolífera, no dan la talla.
9) Lamentables defectos especiales. Es increíble que faltasen cinco años para el nacimiento de Star Wars.
10) Aburrida, aburrida, aburrida, aburrida y...condenadamente aburrida.
A otro perro con este hueso imposible de roer.
1) Las chicas Bond, en esta ocasión, son completas gilipollas sin atractivo alguno para siquiera pegarles un polvo. Las dos únicas gatitas judokas que prometían alguna cosilla sugerente, aparecen dos minutos escasos.
2) Q es un trilero ludópata. Válgame Dios que el hombre más integro de la organización sea ahora un adicto a trucar las tragaperras.
3) Félix Leiter parece un funcionario de Correos.
4) Moneypenny aparece unos segundos y ni le tira los trastos a Bond. ¿Dónde están esas frases tan añoradas de tal abnegada mujer en películas pasadas?
5) El malo da auténtica risa, no sólo el principal, sino esa pareja de gays psicópatas con un look tan setentero (por un momento me pareció que habían contratado a David Crosby como actor).
6) Hasta el gato blanco es gilipollas.
7) Gadgets inexistentes. Bond lo hace todo con su pistolita (la de balas y la otra, se sobreentiende).
8) No hay destinos exóticos ni espectaculares. Ámsterdam, una ciudad de luces norteamericana parecida a Las Vegas y una plataforma petrolífera, no dan la talla.
9) Lamentables defectos especiales. Es increíble que faltasen cinco años para el nacimiento de Star Wars.
10) Aburrida, aburrida, aburrida, aburrida y...condenadamente aburrida.
A otro perro con este hueso imposible de roer.
25 de marzo de 2007
25 de marzo de 2007
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
No voy a hacer crítica de esta película pero si mencionar un par de cosas: 1) Para mi gusto quiza sea la película con las dos chicas más atractivas de la saga Tyffany Case y Plenty O'toole. Dos autenticas bellezas dignas de enmarcar. 2) Una frase de Bond que en castellano pierde todo su encanto y picardia. Cuando este está en el casino y conoce a Plenty. Esta le dice Hi! I'm Plenty! Y Bond le responde mordazmente " But of course you are!". Muy divertida
15 de diciembre de 2007
15 de diciembre de 2007
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras el interludio de Lazanby vuelve Conery como Bond, aunque será por última vez dentro de la continuidad oficial.
Esta cinta mejora algo las anteriores, han llegado los años setenta y tenemos un Bond vengativo cruel y desatado, tenemos espectaculares persecuciones de coches, influidas sin duda por el éxito de Bullit. Además cuenta con una chica Bond realmente interesante, en mi opinión la más interesante desde Ursula Andrews, Jill St. John, que resulta tan erótica como intrigante y amenazadora.
El lastre sigue siendo el villano, la amenazadora organización Spectra se ha quedado en un megalómano Stavros al que Charles Gray no le saca ningún partido, pese a la interesante presencia de los múltiples clones.
Saludos
OSO170 (Luchando en la piscina)
Esta cinta mejora algo las anteriores, han llegado los años setenta y tenemos un Bond vengativo cruel y desatado, tenemos espectaculares persecuciones de coches, influidas sin duda por el éxito de Bullit. Además cuenta con una chica Bond realmente interesante, en mi opinión la más interesante desde Ursula Andrews, Jill St. John, que resulta tan erótica como intrigante y amenazadora.
El lastre sigue siendo el villano, la amenazadora organización Spectra se ha quedado en un megalómano Stavros al que Charles Gray no le saca ningún partido, pese a la interesante presencia de los múltiples clones.
Saludos
OSO170 (Luchando en la piscina)
9 de abril de 2009
9 de abril de 2009
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La despedida de Sean Connery supuso la entrega más floja de las que ha protagonizado, con un humor algo excesivo pero más que aceptable y muchísimo mejor que el posterior de Moore.
Pero Connery demuestra ser un Bond diez, y la historia sigue la estela de interesante, entretenida y correcta de las anteriores entregas de la saga, exceptuando la de Lazemby, claro.
Por lo demás, entretenida despedida de Connery, aunque no es de lo mejor ni de su era, ni de Bond.
Pero Connery demuestra ser un Bond diez, y la historia sigue la estela de interesante, entretenida y correcta de las anteriores entregas de la saga, exceptuando la de Lazemby, claro.
Por lo demás, entretenida despedida de Connery, aunque no es de lo mejor ni de su era, ni de Bond.
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