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Pasajeros

Ciencia ficción. Aventuras. Drama. Romance Tras el impacto con un gran meteorito, una nave espacial interestelar que viaja con piloto automático a un planeta lejano transportando a miles de personas, tiene una avería en una de las cápsulas de hibernación. Como resultado Jim Preston (Chris Pratt), uno de los pasajeros, se despierta noventa años antes del final del viaje. Estando completamente solo en la nave, Jim intenta por todos los medios volver a hibernar, pero tras un año ... [+]
Críticas 261
Críticas ordenadas por utilidad
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6
22 de diciembre de 2016
56 de 81 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Tierra está masificada. Los recursos escasean. Y la solución está en el espacio. Concretamente en un planeta de características similares llamado Homestead II. De siempre, y en el género de ciencia ficción más, el cine ha proyectado esta posibilidad en un sin fin de películas. Es un tema muy atractivo para captar la atención del público y, por qué no, pudiéramos estar avocados a ello.

Con esa posibilidad juega Passengers, dirigida por Morten Tyldum y protagonizada por Chris Pratt y Jennifer Lawrence -mucha química entre ellos-. Tras Headhunters y, sobre todo, Descifrando Enigma, el cineasta noruego se había puesto un listón muy alto, cambiando esta vez totalmente de registro con una película de ciencia ficción. Es verdad que la película no llega al nivel de las otras dos. Pero también lo es que consigue entretener, más por su despliegue visual y el trasfondo de la historia, que la forma de ejecutar el argumento.

Passengers, a parte de ser una película romántica, habla también de la soledad, la angustia y desasosiego que llega a producir, y la innata necesidad humana de unirse a sus semejantes. También aborda la entrega total de nuestro destino a la tecnología y como esta no es infalible, sino todo lo contrario. Y cuando eso pasa nos sentimos perdidos, incluso vacíos. La comodidad, ya lo estamos viviendo, mata al ser humano.

Y así se va configurando Passengers. Con reflexiones muy interesantes que quedan en un segundo plano por la historia de amor de la pareja protagonista, que eso sí, derrocha química -Chris Pratt y Jennifer Lawrence son la pareja perfecta-.

Por eso, desde ese punto de vista y a pesar de tener unos ingredientes más que sobrados para triunfar a lo grande, se queda en el camino del entretenimiento por la forma de ejecutar cada uno de los temas que aborda. Lo hace de una manera superficial. Y cuando se tienen semejantes elementos en la mano hay que pedir más.

Más datos sobre esta y otras películas en el blog: http://argoderse.blogspot.com.es/
Y en Facebook: https://www.facebook.com/argodersecine
7
29 de diciembre de 2016
43 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y quizá por ello no he salido defraudado de la película. El diseño de producción es muy bueno, sobre todo la nave, donde se desarrolla todo el argumento. Tiene personalidad y la coherencia de la tecnología es sobresaliente. La interpretación de Lawrence es muy buena y te crees cuando está feliz, cuándo atormentada, cuándo defraudada y cuándo todo le da igual. Pratt no está a la altura porque, a día de hoy, sus registros están aún muy limitados. Incluso Sheen como robot está estupendo y tiene más registro que el protagonista.

La historia de amor está ben llevada. Porque Passengers es esto y ya lo sabíamos: amor y supervivencia. Es lo que te da. Y, como digo, está bien desarrollada con sus clímax y anticlímax y el eterno anillito (que si todo es muy futurista, esto sigue siendo muy del pasado y presente). La parte de supervivencia también está bien desarrollada incluso con sus fallos técnicos (los tuvo Alien, Blade Runner, Star Wars, Battlestar Galactica, Interestellar, Gravity y todas), siempre puestos al servicio de la tensión dramática.

Gana el 7 por todo esto. Pierde tres puntos por el tradicionalismo de algunas características del futuro que son pasado y porque la película quizá debería haber desarrollado, para no dejar una ligera sensación de de inconclusividad, unos minutos más el después de la pareja y si (sigue spoiler)

[Espero que os guste]
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
la tripulación, una vez despierta, descubre su historia y qué paso durante toda la madurez y vejez de la pareja.

Y quizá hubiera sido un acierto empezar la película con la tripulación despertando y encontrando ese jardín desaforado y el libro de Lawrence y el diario de a bordo y hacer, a partir de ellos, una reconstrucción de lo ocurrido, así incluso hasta Andy García hubiera tenido un línea de diálogo, que uno se pregunta para qué diablos lo cogieron para una escena de tres segundos.

Pero esto son gustos personales.
8
3 de enero de 2017
39 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando vi por primera vez el trailer de esta película no pude sino pensar "otra película trágica de ciencia ficción espacial que pretende ser realista". Como si no fuera suficiente con Marte, Interestellar, Prometheus o Gravity -más un largo etcétera-, Chris Pratt y Jennifer Lawrence nos protagonizaban una más, para engordar una lista que lleva siendo moda en los últimos años. No por ello pienso que estas películas sean malas, de hecho, me gustan la mayoría de ellas por muy inverosímiles que sean; pero, tras tantas y tantas, acabas teniendo la sensación de que ninguna te aporta nada nuevo, que todas vienen a contarte una historia más o menos original e interesante rodeada de un mundo fantasioso que se mueve y funciona acorde a lo que la trama requiere, y con un final bastante predecible.

Así que, cuando fui al cine, no iba muy esperanzado. Y me llevé una sorpresa. Una grata sorpresa.

Si algo destaca entre las películas de ciencia ficción modernas es ese "hiperrealismo" que pretenden conseguir, dándote explicaciones seudocientíficas que no entiendes a temas que realmente no quieres entender, y que encima, en general, no son verídicos. Pero en esta película las cosas no son así. Los protagonistas no son sino pasajeros atrapados, y saben lo que saben como gente de a pie, o lo que han conseguido aprender en su estancia en la nave. Si algo no funciona o no le encuentran solución, se fastidian. Si algo les preocupa, sienten miedo y desesperación.

Así está la cosa. Nos hemos quedado atrapados en esta inmensa nave, probablemente porque haya habido un fallo grave y peligroso que no podemos arreglar, y vamos a pasar el resto de nuestra vida vagando por aquí sin nada ni nadie más... Miedo, soledad, angustia, depresión, ¿qué habríais hecho vosotros?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Sea más o menos ético, en una situación de semejante desesperación, tan cercana al suicidio, todos habríamos actuado de esa manera. Y, a fin de cuentas, ¿qué más daba? De no haber sido por la limitada inteligencia de nuestro carismático barman, probablemente habrían sido felices por los restos de no haber sabido la verdad (o hasta que la nave se estrellase, quién sabe).

La ignorancia, al final, era lo que los mantenía con vida, y no sólo la ignorancia de saber que todo había surgido por una decisión algo cruel del protagonista, sino la ignorancia de saber que la nave si iba a pique, o la de descubrir que al menos uno podía volver a hibernar y salvar su vida.

Tal y como menciona el protagonista en un escena, eran dos personas que no se habrían conocido de ninguna otra forma, dos personas que buscaban alejarse de su mundo, olvidar toda vida pasada y empezar una nueva... ¿Acaso no era lo que habían conseguido?

Y aunque lo parezca, y muchos lo critiquen, la trama no es estrictamente romántica. Cuando descubren que la nave está a punto de destruirse y tienen que hacer algo, cuando comienza la acción, cada cuál se mueve según unos intereses. Mientras que Chris Pratt es consciente de que hizo mal e intenta redimirse dando su vida por salvar la nave, Jennifer Lawrence se da cuenta de que no sería capaz de vivir sola el resto de su vida; pero también es consciente de que, de lo contrario, ninguno de los dos sobrevivirá.

¿Amor, o miedo a la soledad? Por la escena, se podría decir que es amor, que ella no quiere que él de su vida porque lo ama; pero imaginemos la situación: si él se sacrifica, ella tendrá que vivir cerca de noventa años sola. Personalmente, incluso si fuera la persona que peor me cae del mundo, preferiría que se quedara a tener que vivir solo. Y en la escena final, esta situación se intensifica. Cuando el protagonista descubre que puede hibernar a uno de los dos, hay un momento de duda, un breve tensión en la que realmente tiene que decidir si lo que siente es amor, o simplemente necesidad. Es entonces cuando repasamos la vida de la protagonista, el motivo que le lleva a alejarse de su mundo, de su familia y amigos, y emprenderse en un viaje con el único objetivo de encontrar la felicidad.

Es entonces, y sólo entonces, cuando podemos decir que es una historia de amor y no de necesidad. Porque, al final, qué más da alcanzar la cima de la montaña, si por el camino encontramos un claro en el que somos felices.
10
10 de enero de 2017
43 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fui al cine a verla sin leerme sinopsis ni prestar atención a los anuncios de televisión. Sinceramente me sorprendió que con sólo dos actores estuviese entretenido todo el tiempo que dura esta película. Me imaginaba la típica película de astronautas, y me encontré con un drama romántico. Puede que la mayoría critique la película por ser algo previsible en algunos aspectos y no hacerte pensar mucho. Pero es que no todo en esta vida tiene que ser Christopher Nolan. Tiene un decorado y unos efectos especiales impresionante, con unas interpretaciones más que buenas. A mi me ha encantado.
7
31 de diciembre de 2016
35 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hecho el chiste fácil en el título de esta crítica, vamos al turrón con Passengers.
Muchas de las cosas que se le están criticando son ciertas. Sí, es una suerte de mezcla entre WALL-E y Titanic. Sí, es un blockbuster pensado únicamente para entretener. Sí, tiene cosas de juzgado de guardia. Sí, usa y abusa del atractivo de su guapísima pareja protagonista (Jim en la ducha y sin camiseta, Aurora en la piscina cuatro o cinco veces).
Pero , ¿por qué pedirle peras al olmo cuando está tan claro lo que la película quiere ser? ¿Por qué esperar de ella lo que no cabe esperar? ¿Por qué es malo que una película de gran presupuesto busque simplemente hacernos pasar un rato entretenido y bonito en una sala de cine? ¿Cuándo aprenderemos a pedirle a las películas exactamente lo que nos están intentando ofrecer y nada más?
Passengers no es Interstellar (Christopher Nolan, 2014), ni tampoco La llegada (Denis Villeneuve, 2016), por citar dos ejemplos recientes de ciencia-ficción absolutamente magistral, seria e inteligente. Ni siquiera es Gravity (Alfonso Cuarón, 2013), aunque la homenajee claramente con esos paseos espaciales tan espectaculares. Desde luego que no se puede comparar con la belleza de WALL-E tampoco. Es simple y llanamente una historia de amor en una nave espacial entre dos personas que viven la soledad más absoluta y aterradora, y que en un determinado momento se ven envueltas en una aventura. Ya está. Eso es lo que es. Al que no le convenza, que no la vea, pero resulta absurdo criticarle que no sea más intelectual, profunda o compleja. No era ese su juego, señores, y dentro de lo que sí es su juego tampoco es tan estúpida como se está diciendo.
Passengers tiene dos problemas, mencionados ambos en prácticamente todas las críticas negativas que ha recibido, que son mayoría. El primero es que, como hemos dicho, es una historia de amor, y sobre eso gira todo el asunto. El cine romántico pocas veces goza del favor de la crítica simplemente por ser cine romántico, y en parte se lo ha ganado a pulso, puesto que es cierto que es un cine que rara vez innova y que casi siempre parece hecho con el piloto automático y sin un ápice de verdadera emotividad. No obstante, en Passengers funciona como un reloj para quien no le pida nada más, recordamos. Las escenas que detallan el romance entre Jim y Aurora sin duda van a hacer las delicias de los más románticos, pero también de aquellos que sí entren en el juego y se dejen seducir por una relación que se desarrolla dentro de unos parámetros muy singulares y que sí desprende una emoción especial. El segundo problema de Passengers con la crítica es que su excusa argumental no gusta. Sin destripar nada, en un momento determinado uno de los personajes hace algo moralmente reprobable, y la polémica queda servida no sólo entre los críticos, sino también entre los espectadores.
Para quien esto firma, el problema de esta decisión polémica no es la decisión en sí misma (toda la película depende de ella, por cierto), sino la interpretación de Chris Pratt. Al Star-Lord cinematográfico empieza a vérsele un poco el plumero. Su simpatía, su carisma y su físico le han valido hasta ahora para hacer personajes como los de Jurassic World o la misma Guardianes de la Galaxia, pero simple y llanamente no tiene el empaque dramático necesario para resultar creíble en los momentos cumbre de Passengers. No hace falta más que ver la risa que provoca su reacción en el momento inmediatamente posterior al despertar de Aurora para darse cuenta de que Pratt no era el actor más indicado para ser Jim Preston. Gran diferencia con Jennifer Lawrence, por cierto. Lawrence tiene aquí, y esto es uno de los fallos más serios de la cinta, uno de los personajes más pobres y menos complejos de su carrera hasta la fecha, pero como ella es una señora actriz salva la papeleta perfectamente, dotando al personaje de Aurora de una dignidad y fuerza que seguro que no tenía sobre el papel (atención a cuando descubre un importante secreto o cuando sale a buscar a Jim al espacio).
Passengers es también una cinta bastante más divertida de lo que parece a simple vista, gracias sobre todo al personaje de Michael Sheen, aunque se echa en falta algo más de importancia del bueno de Arthur. Lo mismo ocurre con el personaje de Laurence Fishburne, visto y no visto, el cual podría haber dado para mucho más. Pero, como decimos, Passengers es sobre todo una historia de amor, con diálogos a veces un poco sangrantes (el sonrojante momento de "si tú mueres, yo muero", muy similar al "si tú saltas, yo salto" de la antes citada epopeya trágica de James Cameron) y momentos poco creíbles (el momento escudo, por ejemplo) de esos que sin embargo nos tragamos sin quejarnos en multitud de otros blockbusters.
Sería una pena no apreciar los valores de esta película solamente por tener también sus fallos. Sería una pena no disfrutar con su apabullante aspecto visual, con esos efectos visuales o con la maravillosa fotografía de Rodrigo Prieto. Sería una lástima no disfrutar de escenas tan logradas como las de los paseos espaciales, la pérdida de gravedad en la piscina o la tensión de la media hora final.
Una de esas películas que van a gustar mucho más al público raso que a los entendidos. Prepárense, porque Passengers no se va a llevar ningún Oscar, pero Jim y Aurora van a ganarse muchos, muchos fans.

Lo mejor: Se pasa en un suspiro, no engaña a nadie y es una auténtica belleza formal.
Lo peor: La flojera de los diálogos.
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