Celda 211
7.7
123,009
Thriller. Drama
El día en que Juan (Alberto Ammann) empieza a trabajar en su nuevo destino como funcionario de prisiones, se ve atrapado en un motín carcelario. Decide entonces hacerse pasar por un preso más para salvar su vida y para poner fin a la revuelta, encabezada por el temible Malamadre (Luis Tosar). Lo que ignora es que el destino le ha preparado una encerrona. (FILMAFFINITY)
15 de noviembre de 2009
15 de noviembre de 2009
123 de 158 usuarios han encontrado esta crítica útil
Exagerada la buena crítica que ha tenido esta película. Empieza de una intriga y un ritmo muy interesantes, pero a medida que avanza se va convirtiendo en poco creíble.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
No creo que un negociador real actúe como el personaje, entiendo que tendrán más tablas para negociar, éste parecía un principiante.
El papel de Antonio Resines me parece otro personaje exagerado. No saben qué hacer con el guión para culparle de la muerte de la mujer y le ponen en primera línea de antidisturbios a dar palos.
Tampoco me parece creíble que una embarazada, por muy preocupada que esté por su marido, se meta en mitad de una marabunta.
Lo de entrar a negociar en persona en un sitio donde tienen acceso todos los delincuentes y sólo el funcionario que va a negociar me parece un poco suicida y absurdo. No creo que en la realidad entrara nadie en un lugar así.
Creo que los presos deberían dar más miedo, de hecho daban más miedo los figurantes que los actores principales.
Me gustó mucho el comienzo del corte de venas, muy bien hecho. También me gustó la interpretación de Luis Tosar, pero tampoco es para pasarse, está bien y nada más. En "Te doy mis ojos" sí que está de 10.
El papel de Antonio Resines me parece otro personaje exagerado. No saben qué hacer con el guión para culparle de la muerte de la mujer y le ponen en primera línea de antidisturbios a dar palos.
Tampoco me parece creíble que una embarazada, por muy preocupada que esté por su marido, se meta en mitad de una marabunta.
Lo de entrar a negociar en persona en un sitio donde tienen acceso todos los delincuentes y sólo el funcionario que va a negociar me parece un poco suicida y absurdo. No creo que en la realidad entrara nadie en un lugar así.
Creo que los presos deberían dar más miedo, de hecho daban más miedo los figurantes que los actores principales.
Me gustó mucho el comienzo del corte de venas, muy bien hecho. También me gustó la interpretación de Luis Tosar, pero tampoco es para pasarse, está bien y nada más. En "Te doy mis ojos" sí que está de 10.
9 de octubre de 2009
9 de octubre de 2009
122 de 161 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una suerte que en un panorama tan desolador como el del cine patrio, que últimamente se acoge, además de a la comedia zafia de turno, al terror de última generación (fantasmas y demás), se presenten de vez en cuando cineastas como Daniel Monzón que, alejándose de la temática habitual (aunque no del todo en esta última "Celda 211") en este, nuestro país, se mueva entre géneros como el fantástico, el thriller o el drama carcelario mezclado con ese último género que es lo que supone el film que nos ocupa, y logre resultados que, si bien en su anterior "La caja Kovac" no eran tan satisfactorios, nos dejen grandes películas como "Celda 211", mostrando que cualquiera tiene margen de mejora, y que cuando se posee talento, todo lo demás viene de la mano, sea pronto o tarde.
Partiendo de una idea de lo más curiosa, como la de un motín en el que se ve involucrado un guardia que, en su primer día, se hará pasar por preso para sobrevivir a la situación, Monzón logra reinventar minuto tras minuto la situación, y confabular unos roles que juegan sus ases con la suficiente inteligencia y perspicacia como para que todo resulte veraz y convincente.
Sus mejores bazas, en este caso, amen de un plantel de actores donde caben nombres como Tosar, Etura y un imprevisible Resines que sale de su papel de siempre para ofrecer una buena interpretación, además del serio papel de un desconocido Alberto Ammann, son el traslado a la gran pantalla de un ambiente como el carcelario, sin que éste resulte forzado o tosco, haciendo que todos los roles que interceden en el film logren darle el empuje suficiente como para que todo resulte creíble a los ojos del espectador, y éste se pueda ir introduciendo, poco a poco, en la temática del film.
Entre sus otras armas, dejando de lado un reparto tan atinado que hasta el secundario con menor importancia está perfecto y no rechina, se encuentra un guión muy bien amoldado, que hace de cada minuto que pasa un hervidero de muy buenas ideas, llevadas con pulso y tenacidad, haciendo que en "Celda 211" no se apague la llama que la mantiene encendida en ningún momento y siga creciendo, dejando temas candentes sobre la mesa e, incluso, algo de crítica tras ella (aunque, por suerte, no sea su principal eje), para culminar en un final que estalla en las propias narices de un sorprendido espectador, y es que, si actualmente hay algo más loable que mantener al respetable enganchado prácticamente dos horas a una trama vivaz, eso es culminarlo de un modo respetuoso, coherente y firme, que es lo que sucede exactamente en "Celda 211", obteniendo así un final no sólo acorde, sino además alejado de insidiosos tópicos.
(Termina en el Spoiler)
Partiendo de una idea de lo más curiosa, como la de un motín en el que se ve involucrado un guardia que, en su primer día, se hará pasar por preso para sobrevivir a la situación, Monzón logra reinventar minuto tras minuto la situación, y confabular unos roles que juegan sus ases con la suficiente inteligencia y perspicacia como para que todo resulte veraz y convincente.
Sus mejores bazas, en este caso, amen de un plantel de actores donde caben nombres como Tosar, Etura y un imprevisible Resines que sale de su papel de siempre para ofrecer una buena interpretación, además del serio papel de un desconocido Alberto Ammann, son el traslado a la gran pantalla de un ambiente como el carcelario, sin que éste resulte forzado o tosco, haciendo que todos los roles que interceden en el film logren darle el empuje suficiente como para que todo resulte creíble a los ojos del espectador, y éste se pueda ir introduciendo, poco a poco, en la temática del film.
Entre sus otras armas, dejando de lado un reparto tan atinado que hasta el secundario con menor importancia está perfecto y no rechina, se encuentra un guión muy bien amoldado, que hace de cada minuto que pasa un hervidero de muy buenas ideas, llevadas con pulso y tenacidad, haciendo que en "Celda 211" no se apague la llama que la mantiene encendida en ningún momento y siga creciendo, dejando temas candentes sobre la mesa e, incluso, algo de crítica tras ella (aunque, por suerte, no sea su principal eje), para culminar en un final que estalla en las propias narices de un sorprendido espectador, y es que, si actualmente hay algo más loable que mantener al respetable enganchado prácticamente dos horas a una trama vivaz, eso es culminarlo de un modo respetuoso, coherente y firme, que es lo que sucede exactamente en "Celda 211", obteniendo así un final no sólo acorde, sino además alejado de insidiosos tópicos.
(Termina en el Spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Mención especial, por cierto, al papelón de un Tosar cada día más crecido como actor (incluido el cambio en el registro de voz), y a la profesional realización de un Monzón que, no sólo ha sabido darle el cauce y aspecto adecuado, sino también ha sabido mantener a cada actor en su sitio como si nada, y lograr eso en España, ya es más de lo que muchos desearían.
7 de noviembre de 2009
7 de noviembre de 2009
143 de 211 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante que de lo que de la vida se retrata en el cine, me quedo con su parte más macabra, que la hay, y mucha. Así que si eres de los que se escandalizan por lo políticamente incorrecto, ya puedes dejar de leer.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Conocemos la gravedad y sabemos cómo puede afectar psicológicamente que tu novia embarazada sea asesinada por un policia a golpe de porra. No es necesario eliminar el sonido ambiente y dar eco y volumen a unos redobles, fundir en negro y sacar a los protas dándose besitos en la cama. Esos efectos pueden impresionar al espectador novato (y lo hacen), pero al que se ha tragado ya innumerables bodrios, blockbusters, ensayos, cortos alternativos, superproducciones y películas medias de toda calaña no le resulta más que chirriante, contentador, sobrante, pegotesco y billetizado. Resultaría imposible enumerar la cantidad de películas que se van al traste con esta manía de querer recalcar lo doloroso y lo injusto, así que lo mento en la última víctima que conozco: Celda 211.
La manipulación barata es la eterna asignatura pendiente del cine.
Me lanzo a continuación con un párrafo de crítico empalmao:
"el guión tiene el mérito de girar un par de veces sin salir del trullo, el abuso de primeros planos resta intensidad a los que de verdad vienen a cuento y la narración se hace fluida, tal vez por los golpes de humor salteados, o tal vez porque Luis Tosar levanta la película cada vez que abre la boca, es decir, cada medio minuto. Y es que los personajes están en general bien, pero el prota resulta del todo increíble y su rol tira por tierra una película que pasados los primeros veinte minutos parecía encaminada a las ocho estrellas" Qué lástima.
En resumen: el papel de ella existe (escuchado de su boquita en un reprtaje de la tele, no me invento nada") para que nos sintamos identificados con el protagonista. El error es que yo no me quiero identificar con ese gilipollas sino con el abuelete etarra o con el malasangre, que son los que molan.
Por ejemplo, nadie puede poner en duda que la mejor escena de En el nombre del Padre es aquella en la que el irlandés le pone las cosas claritas al gallito del corral con una simple dirección postal. Igualmente, las conversaciones de Malasangre con los "amigos del norte" son lo mejor en ésta. Uno y otros molan. Y esto es así, lo que divierte y emociona son los etarras, el Tachuelas, el Colombiano, etc, no el niñito bueno babeando saliva (segregada por Daniel Monzón) con su asquerosa mujer embarazada.
Cuarenta kilos de gambas, cien gramos de farlopa y otros cien de speed. Y un goya como una olla.
La manipulación barata es la eterna asignatura pendiente del cine.
Me lanzo a continuación con un párrafo de crítico empalmao:
"el guión tiene el mérito de girar un par de veces sin salir del trullo, el abuso de primeros planos resta intensidad a los que de verdad vienen a cuento y la narración se hace fluida, tal vez por los golpes de humor salteados, o tal vez porque Luis Tosar levanta la película cada vez que abre la boca, es decir, cada medio minuto. Y es que los personajes están en general bien, pero el prota resulta del todo increíble y su rol tira por tierra una película que pasados los primeros veinte minutos parecía encaminada a las ocho estrellas" Qué lástima.
En resumen: el papel de ella existe (escuchado de su boquita en un reprtaje de la tele, no me invento nada") para que nos sintamos identificados con el protagonista. El error es que yo no me quiero identificar con ese gilipollas sino con el abuelete etarra o con el malasangre, que son los que molan.
Por ejemplo, nadie puede poner en duda que la mejor escena de En el nombre del Padre es aquella en la que el irlandés le pone las cosas claritas al gallito del corral con una simple dirección postal. Igualmente, las conversaciones de Malasangre con los "amigos del norte" son lo mejor en ésta. Uno y otros molan. Y esto es así, lo que divierte y emociona son los etarras, el Tachuelas, el Colombiano, etc, no el niñito bueno babeando saliva (segregada por Daniel Monzón) con su asquerosa mujer embarazada.
Cuarenta kilos de gambas, cien gramos de farlopa y otros cien de speed. Y un goya como una olla.
8 de noviembre de 2009
8 de noviembre de 2009
90 de 108 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mereció una ovación cerrada en Venecia y en el cine al que fuimos, se le tributó un silencio pensativo y perplejo después de que salieran los títulos de crédito. No es de extrañar.
Brutal guión, brutal puesta en escena, brutal Luis Tosar. "Celda 211" te mantiene pegado a la butaca de principio a fin con un potente superglue a base de buenos diálogos, interesante trasfondo crítico y un personaje, Malamadre, que se come la pantalla a dentelladas. Sin ser la hostia de original (a más de uno le va a recordar mucho a la alemana "El experimento"), este filme de Monzón tiene una fuerza colosal, tanto que no te da ni para pensar en las palomitas, la cocacola o el cigarrillo de después mientras estás contemplando la odisea del desgraciado del protagonista. Además las simpatías del espectador no son blancas ni negras: hay momentos en los que discurren del lado de los presos y otros en los que entiendes y compartes a la perfección los dilemas de los de fuera.
Tiene pegas varias que impiden que sea una obra redonda (para que os coja todo de nuevas, las reservo para el spoiler) y sin embargo, pocas películas como ésta vamos a encontrarnos en la cinematografía española. Y salvo por la sui generis cuestión de los presos etarras y el inteligente uso que se les da en la historia, según la estaba viendo ya me componía el remake americano con Bruce Willis y Colin Farrell. ¿Qué no?.
Los amantes de las películas de cárceles están de absoluta enhorabuena y los demás, casi que también. Muy chula.
Brutal guión, brutal puesta en escena, brutal Luis Tosar. "Celda 211" te mantiene pegado a la butaca de principio a fin con un potente superglue a base de buenos diálogos, interesante trasfondo crítico y un personaje, Malamadre, que se come la pantalla a dentelladas. Sin ser la hostia de original (a más de uno le va a recordar mucho a la alemana "El experimento"), este filme de Monzón tiene una fuerza colosal, tanto que no te da ni para pensar en las palomitas, la cocacola o el cigarrillo de después mientras estás contemplando la odisea del desgraciado del protagonista. Además las simpatías del espectador no son blancas ni negras: hay momentos en los que discurren del lado de los presos y otros en los que entiendes y compartes a la perfección los dilemas de los de fuera.
Tiene pegas varias que impiden que sea una obra redonda (para que os coja todo de nuevas, las reservo para el spoiler) y sin embargo, pocas películas como ésta vamos a encontrarnos en la cinematografía española. Y salvo por la sui generis cuestión de los presos etarras y el inteligente uso que se les da en la historia, según la estaba viendo ya me componía el remake americano con Bruce Willis y Colin Farrell. ¿Qué no?.
Los amantes de las películas de cárceles están de absoluta enhorabuena y los demás, casi que también. Muy chula.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Hubiera sido casi perfecta de evitar los manipuladores flash-backs del protagonista y su mujer embarazada demostrándose lo mucho que se quieren para que luego el golpazo (la muerte de ella) afliga convenientemente al espectador.
La interpretación de Alberto Ammann es bastante pobre y a Marta Etura sólo le falta llevar escrito en la frente la frase "Excusa Argumental Andante".
Hay situaciones un tanto inverosímiles, como que la mujer del protagonista se meta en una muchedumbre furiosa en su estado, por muy preocupada que esté y aún más cuando Resines, ejerciendo de antidisturbios, la muele a palos.
La interpretación de Alberto Ammann es bastante pobre y a Marta Etura sólo le falta llevar escrito en la frente la frase "Excusa Argumental Andante".
Hay situaciones un tanto inverosímiles, como que la mujer del protagonista se meta en una muchedumbre furiosa en su estado, por muy preocupada que esté y aún más cuando Resines, ejerciendo de antidisturbios, la muele a palos.
23 de diciembre de 2009
23 de diciembre de 2009
60 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ágil, fiable, potente, explosivo, carismático… Así es el Porsche 911, uno de los deportivos más célebres del mundo. Y así es, también, “Celda 211”. El Porsche de los thrillers carcelarios hispanos. Una peli que demuestra que también es posible realizar buenos thrillers en esta puñetera piel de toro y que cuando se mete en una coctelera un guión de acero, una dirección vigorosa y una interpretación colosal (cualquier otro adjetivo atribuible al papelón de Tosar se me antoja paupérrimo) el resultado no puede ser más que un peliculón a-co-jo-nan-te.
Y no hay más, señores. ¿Qué la peli exhibe tópicos a punta pala? Cierto ¿Qué la peli emplea los efectismos a cara descubierta? Cierto ¿Qué los actores no vocalizan correctamente? Cierto ¿Qué esos flashbacks metidos con calzador son inútiles? Cierto ¿Qué esta no es una de esas franchutadas gafapastiles al estilo “Un condenado a muerte se ha escapado”? Cierto. Pero si no eres muy tiquismiquis y lo único que deseas es clavar las uñas en el asiento y disfrutar de un subidón de adrenalina descomunal, súbete a un 911 y písale. ¿Qué no te llega para un 911? Pues haz como yo: sácate una entrada para “Celda 211” y disfruta, coño, que para el caso es lo mismo.
Y no hay más, señores. ¿Qué la peli exhibe tópicos a punta pala? Cierto ¿Qué la peli emplea los efectismos a cara descubierta? Cierto ¿Qué los actores no vocalizan correctamente? Cierto ¿Qué esos flashbacks metidos con calzador son inútiles? Cierto ¿Qué esta no es una de esas franchutadas gafapastiles al estilo “Un condenado a muerte se ha escapado”? Cierto. Pero si no eres muy tiquismiquis y lo único que deseas es clavar las uñas en el asiento y disfrutar de un subidón de adrenalina descomunal, súbete a un 911 y písale. ¿Qué no te llega para un 911? Pues haz como yo: sácate una entrada para “Celda 211” y disfruta, coño, que para el caso es lo mismo.
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