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Yo soy el amor

Romance. Drama La familia Recchi pertenece a la gran burguesía industrial lombarda. Viven en Milán, en una lujosa casa, pero las relaciones entre ellos son frías y distantes. Eduardo Tancredi, su mujer Emma (Tilda Swinton), una inmigrante rusa plenamente integrada en la cultura milanesa, sus hijos Elisabetta, Edoardo y Gianluca, así como los abuelos, componen el círculo familiar. El joven cocinero Antonio, ajeno a este mundo, condensa sus emociones en ... [+]
Críticas 42
Críticas ordenadas por utilidad
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9
21 de julio de 2010
26 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Veo por las críticas de los usuarios de esta página, que muchos espectadores de este país no se han rendido ante la obra maestra indiscutible que es Io Sono L'amore. Me cuesta comprender por qué, ya que esta cinta es de una universalidad indiscutible, de una estética arrebatadora y de una calidad excepcional.

El director de la también discutida Melisa P., embarca aquí a los espectadores en un viaje emocional a lo largo de las angustias del amor reprimido, con una historia teñida por las características de la tragedia, con resonancias a, por ejemplo, Madame Bovary de Flaubert o a El Rey Lear de Shakespeare; y con una innumerable cantidad de simbolismos diseminados a lo largo de toda la cinta. Pequeños detalles que cuentan la historia de forma paralela: el protagonismo de la naturaleza en el acto del amor, la confesión ligada al cristianismo, la oscuridad enfrentada a la luminosidad de las distintas vidas de Emma; e incluso ese final con el Mito de la Caverna de Platón reformulado.

Pero además de la suprema inteligencia de la cinta, la propuesta de estilo del director es tan elegante, tan certera en el alcance de la clase social, tan artística en el uso de las localizaciones, con un gusto tan exquisito en el uso de la cámara y de la música (extraña, inusual, perfecta)... que es difícil no verse envuelto por esta lírica pieza de amor iniciático.

Porque Io sono L'amore gira alrededor de la certeza de que una vida sin amor no es vida. Emparentada así con otra obra similar por dentro y por fuera como es la reciente A Single Man, Io Sono L'amore convierte el dilema de su protagonista en una elección vital más allá de toda lógica. Sólo siguiendo los caminos de su pasión es capaz de alcanzar su plenitud racional. Por ello la película es intensamente erótica, ligada al concepto del erotismo como máxima de la realización humana, más allá de lo carnal, sino como la conquista de la plenitud que vive Emma después de haber sido, durante años, un objeto de lujo de la casa en que habitaba.

Y el reparto comprende que la cinta no trata sobre una mujer infiel, sino sobre las universalidades que he comentado más arriba. En este sentido, sobran las palabras. El lenguaje corporal de sus intérpretes detalla toda su caracterización: la clase social, los valores imperantes, la escucha a cada “nimia” situación... siendo por supuesto, Tilda Swinton la que se graba en la memoria, en el que es, tal vez, su mejor papel, un inconmensurable viaje a los abismos de la infelicidad y su resurgir como Ave Fénix por medio del único sentimiento puro de todo su mundo: el amor.
2
21 de mayo de 2010
42 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puede ser que al ver el trailer pensáramos que sería una película interesante. Al menos a mi me pasó. No se por qué, pensaba que sí, que sería una historia de amor, pero más o menos original. Los planos, la edición y la música del trailer hacían sugerir algo similar. Pero después, al comenzar a verla, sí, hay travellings muy bonitos, hay una fotografía y un estilismo decente, hay un montón de ricos haciendo fiestas y cenas y dando un poco de asquete...las expectativas van pasando desde el "no esta mal, las imágenes son chulas, a ver qué pasa" hasta el "por favor, que se acabe ya, que da vergüenza ajena". La historia es simplona y la trama es previsible desde el minuto quince aproximademante, y a todo se le da una importancia mayor de la que tiene, alargando inutilmente las escenas y sobreactuando algunos personajes. Sobre todo hacia el final. Todo esto salpicado de insoportables tópicos que explicaré en el spoiler (no leer si no la habeis visto...).
Si le pongo un 2 es por el trabajo de cámara, muy bueno.
Por suerte era un preestreno al que muy amablemente fui invitado por el cine, porque si hubiese pagado por verla me hubiera fastidiado especialmente
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Especialmente idiota el final, como en muchas películas carentes de guión, en las que uno de los personajes se resbala y se parte el craneo. Parece un gag más que una tragedia realista. Después hay una escena patética con la mujer poniéndose un chandal y yéndose de casa, y la criada llorando como una loca, con una espantosa actuación de la intérprete que hace de criada.
Estoy harto del estereotipo que mucha gente tiene y genera sobre las mujeres que salen de armario; hay gente que piensa que para hacerse lesbiana es muy importante cortarse el pelo como un niño de diez años e ir siempre con chandal (incluso al funeral de tu hermano). Me parece una actitud homófoba, igual que si representasen siempre a los gays como locas. ---También es penoso cuando la madre, cuando se va de casa, mira a la niña y las dos van con chandal y el pelo corto. Supongo que el director, que debe ser un rancio, intentaba demostrar algo así como "mirad que libres que están"
Cutrísimo y mil veces visto romance entre señora rica más o menos mayor, sosa y aburrida y tio joven, guapo e interesante.
2
6 de julio de 2010
23 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Añoro el tiempo en el que entre los principales objetivos del director de una película estaba contar una historia. A partir de ahí, la película podía ser buena o mala, pero te contaba algo. Si era buena, es que te lo contaba bien. Lo mismo si se trataba de una historia de amor, de un hecho bélico, de un thriller o de una película de intriga, el guión explicaba una historia en la que las acciones de los personajes se entendían porque estaban explicadas y el público sentado en la butaca quería saber cómo terminaba esa historia.

Si los actores sabían actuar, mucho mejor; si la música estaba bien escogida, más puntos para sumar; si la fotografía estaba técnica y artísticamente bien resuelta, estupendo; si la ambientación y los decorados estaban cuidados, más puntos a favor. Y si todas esas cosas funcionaban a la par, estábamos ante una obra maestra.

Hoy, con mucha frecuencia nos encontramos en cambio con películas como ésta. La fotografía, la ambientación, los actores, etc., están bien, nada en contra. Pero… ¿y la historia? ¿Qué se nos ha querido contar en concreto?

Vemos trazos por aquí y por allá, cosas sueltas que suceden (o no), una música envolvente que a veces incluso dificulta el seguimiento de los diálogos (pocos e inconexos), pero que supongo que al director le ha parecido un subrayado de lo más artístico. Pero la música, por sí sola, no sube la tensión si en realidad no está pasando nada en la pantalla que tenga interés.

Vemos la mayor parte del tiempo gente comiendo, primeros planos de platos y cubiertos; gente de un lado para otro diciéndose nimiedades, primeros planos de esa gente, de sus miradas, de sus manos, de sus cambios de vestuario… Milán bajo la nieve… Y casi todos esos planos son bonitos y elegantes. Pero como no hay guión ni historia, pues es como un pase de postales con buenos encuadres: bonitas, bien enfocadas… pero postales, no cine.

Y es que a mí ya me cansa bastante ver películas que el director parece que haga para sí mismo, para demostrar su sensibilidad o como catarsis de lo que diablos le pase a él y lo que sienta; que ponga el énfasis en escenas que deben ser muy sugerentes para él mismo, pero que nos aportan poco o nada a los que vemos la película porque no nos dicen gran cosa.

Señores directores: el espectador es el cliente de este tinglado. Hagan películas pensando en él y luego, a partir de ahí, pongan empeño en que, además de ser buenas historias bien contadas, tengan primeros planos, buena música y buenas ambientaciones. No olviden que es una profesión, además de un arte. En fin, ya sé que no me lee ningún director, pero he hecho como ellos: escribo para mí, para desahogarme.

Por cierto, de heredero de Visconti, ni por asomo. Hace falta algo más que pasear la cámara lentamente por una mesa bien puesta para parecerse a Visconti.
2
4 de julio de 2010
15 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de la chirriante “Melissa P.” Luca Guadagnino vuelve a castigarnos las retinas con este film desconcertante que no logra superar un listón que ya de por sí partía muy bajo. “Io sono l'amore” quizás tenga algo más de empaque cinematográfico que su anterior film del 2005 (se ha quitado de encima parte de la “cutrez telefilmesca” que desprendía el film protagonizado por María Valverde) pero continua con los mismos defectos narrativos que le distinguen como un pésimo contador de historias.

Nada en esta película termina por encajar convenientemente. Las tramas surgen, se desarrollan y desaparecen como por arte de magia, como episodios inacabados a menudo incomprensibles. Todo resulta muy forzado, demasiado casual, y por consiguiente, muy poco creíble. En este aspecto, la guinda la pone la escena del accidente de Edoardo, filmada de manera tan grotesca que invita a la sonrisa.

Tilda Swinton, como protagonista principal del film, intenta arreglar todo este desaguisado, pero el conjunto tiene poco arreglo. Tras dos tediosas horas de platos “made in Ferran Adrià” y conversaciones vacuas, la película termina poco más o menos como empezó. Sin que los personajes hayan conseguido transmitir un mínimo de emoción que consiga una cierta empatía con alguno de ellos y sin que el argumento en conjunto despierte algún interés que justifique la visión de la cinta. Una de las películas más extraordinariamente planas que un servidor recuerda haber visto en mucho tiempo.
8
25 de mayo de 2010
13 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que la interpretación es muy buena, de todos los actores y actrices. Lo que mas me ha gustado es la dramatización de todos los actores, especialmente la protagonista (Tilda Swinton). El efecto de la dramatización y el impacto en el espectador se produce no solo por la la capacidad dramática de los actores sino por el estar acompañado por una muy acertada música e imágenes desenfocadas. La música y la intensidad de la música consiguen efectos muy bonitos, especialmente impresionante me parecen los dos últimos minutos de la película. El único pero se lo pondría a Antonio (que es el que menos creible resulta).

Un poquillo larga pero que creo que lo necesita para crear las sensaciones que busca.

El juego de los idiomas en la película, me parece también interesante, ... tal vez habría sido interesante verlo en versión original
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