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Crimen perfecto

Intriga. Thriller Tony Wendice (Ray Milland), un frío y calculador tenista retirado, planea asesinar a su bella y rica esposa (Grace Kelly) porque sospecha que le es infiel, pero sobre todo porque desea heredar su gran fortuna. Para llevar a cabo su plan, chantajea a un antiguo compañero de universidad y lo convence para que, en su ausencia, entre en la casa y mate a su mujer. (FILMAFFINITY)
Críticas 106
Críticas ordenadas por utilidad
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8
6 de octubre de 2023 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que el bueno de Alfred está en la nómina de genios del séptimo arte parece claro. Que "Crimen Perfecto" merece un hueco privilegiado en su filmografía, no admite discusión.

Una película cuasi teatral por la escasez de escenarios. El 90% de la película se va a desarrollar en un salón cual escenario teatral, el peso de la película por tanto tiene que ser llevado por los actores y los diálogos en una estructura limitada pero clara, presentación del crimen, puesta en escena del mismo, poscrimen, y por último su resolución. No tenemos más que diálogos y el ingenioso plan criminal y su desarrollo en la trama para mantener nuestro interés, pero lo consigue, desde luego que lo consigue. Destaca la actuación de Ray Milland con gestos que muchas veces dicen más que sus palabras.

Es de suponer que si buscas con esmero fallos a la lógica de la película el castillo de naipes se caería con facilidad. Pero no importa, eso es trabajo de teóricos y obsesos, el espectador medio durante su hora y media se deja llevar en este viaje, entra en la lógica que se nos presenta en pantalla, no encuentra fallos de ningún tipo, y al final todo encaja perfectamente. Alfred lo ha vuelto a hacer, el crimen se ha cometido y el espectador ha caído en sus redes de nuevo. Y es que con películas así da gusto dejarse llevar hasta la trampa. Cine eterno.
10
12 de julio de 2024 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre he dicho que las películas de Hitchcock han envejecido bastante mal. Después de verlas en la actualidad, decepcionan mucho.

En muchos casos ya no tienen la tensión que tenían antaño. Si, ya se que si la conoces no es lo mismo, pero en el caso de Crimen Perfecto no ocurre eso. Puedes volver a verla varias veces y sigue enganchando.

Es una obra magistral. Desde el primer minuto, desde la primera escena, con unas conversaciones muy elaboradas, mantiene el ritmo y el suspense hasta el final. Es de las pocas películas de Hitchcock donde no hay un solo segundo en el que baje la atención.

Para mi sin duda la mejor de Hitchcock.
10
26 de marzo de 2025 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Utilizar la tensión como arte es una forma de hacer cine al alcance de unos pocos. Entre ellos, y como pináculo de este estilo, se encuentra un Alfred Hitchcock que resulta atemporal en cada uno de sus trabajos.

En Crimen perfecto (1954) se nos presenta a Tony Wendice, quien planea el crimen de su esposa tras descubrir su infidelidad. Una vez que su plan se tuerce, se ve obligado a improvisar para evitar ser descubierto. Partiendo de esta simple pero atractiva premisa, Hitchcock es capaz de crear un verdadero espectáculo en un único espacio, dando una clase magistral de cómo jugar con el espectador, haciéndolo investigador y cómplice al mismo tiempo.

En esta cinta no existen grandes persecuciones ni escenas de acción memorables, pero lo que sí se da es la acuciosidad de un guion al que no le sobra una línea, y es que cada diálogo presenta la precisión propia de un orfebre del ritmo. Hitchcock, en un único escenario, es capaz de ampliar el terreno de su narrativa, haciendo de la mente de nuestros protagonistas un escenario coexistente al real. La adaptación que se traslada de los teatros al cine es propia de la meticulosa y precisa ingeniería mental de un genio.

Una vez más, Hitchcock evidencia cómo el crimen es una de las apuestas más arriesgadas, uno de los juegos de azar más impredecibles y tramposos que existen. Aunque tu ardid esté urdido con una minuciosidad enfermiza, todo queda relegado, en último término, al azar del destino, y es por eso que se dice que el crimen perfecto no existe.

Ray Milland interpreta con un carisma admirable a ese marido manipulador y correoso que lucha y lucha contra las adversidades de cada giro. Por otro lado, Grace Kelly sigue en esa línea continua de sofisticación y vulnerabilidad que le sienta tan bien. Pero el que podría considerarse el mejor de la cinta es el investigador, un John Williams que se pone a la altura obsesiva de nuestro protagonista, haciendo alarde de una sutileza arrebatadora.

Para ir finalizando, destacar la exhibición técnica y visual de un Hitchcock que mueve la cámara con la inteligencia suficiente para que alguien tan torpe como yo se percate de que lo que está viendo es más complejo, refinado e inspirado de lo que aparenta ser.

Crimen perfecto (1954) no ofrece la espectacularidad visual de Vértigo (1958) o Psicosis (1960); se acerca más a trabajos como La soga (1948) o La ventana indiscreta (1954), y es que Hitchcock domina el espacio, el suspense y la lógica del engaño con la precisión de un cirujano. Obra maestra.
6
24 de septiembre de 2014
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una buena noticia para mi ver que no es igual que la secuela de Michael Douglas. Las interpretaciones no me gustan, son muy impostadas. La película ha tenido una mala vejez, en mi opinión. Me encanta Hitchcock, y siempre me gustan sus películas. Me parece un genio, pero aquí no me sorprende. Hay muchos cabos sueltos a lo largo de la película.
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spoiler:
Fuerza mucho la situación. Cuando cita al asesino, resulta ser muy cómico cómo le propone que haga el asesinato. No consigo empatizar con los actores ni con la trama. Todo en general es una comedia, pero con un thriller detrás. No nos lo podemos tomar en serio, porque a quien se le ocurriría pagarle un ticket de teatro a tu mujer y su amante, ser tan chapucero con lo de la llave, ser tan inútil en un asesinato ante una mujer indefensa, que el amante descubra toda la trama así de la nada, que la mujer sea tan ingenua… en fin, que como decía el amante, el crimen perfecto solo existe en la ficción.
7
19 de diciembre de 2013 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Crimen perfecto está considerada por muchos como una de las tres mejores películas de Hitchcock. Una buena carta de presentación, supongo. Pero yo soy rarete.

Alfred Hitchcock mandaba de todo en sus películas. El guion está escrito por Frederick Knott pero se nota ahí la mano del cineasta británico. El director trabajaba muy bien en espacios reducidos y era un gran amante de las historias ubicadas en unos pocos metros, destacando La soga o La ventana indiscreta, por nombrar algunas películas en las que hizo lo mismo a lo largo de su carrera. Aquí, Hitchcock hace uno de sus mejores trabajos con la cámara, que procura no perder detalle alguno del salón de la casa. Lo mismo sigue a un personaje en su caminar que de repente encontramos un contrapicado a ras de suelo enmarcando el soliloquio de alguno de ellos. En ese apartado, la labor de Hitchcock es magistral, de las mejores de su carrera y de esas que deberían enseñarse a los estudiantes de cine. Por otra parte, Hitchcock tenía por costumbre tender puentes de pavimento irregular para que su camino no se pudiera ver interrumpido y, en Crimen perfecto, hay palabras, gestos y situaciones que, enfrascadas en cortos periodos de tiempo, consiguen casi ocultar que son trampas puras y duras al servicio de un todo. Demasiadas casualidades, algo que suele pasar con Hitchcock. Aceptando pulpo como animal de compañía, hay que decir que el interés con el que se desarrolla la película es sobresaliente y que los personajes son piezas que encajan a la perfección robándose protagonismo unos a otros en según qué parte de la historia.

Cuatro nombres: Ray Milland, Robert Cummings, John Williams y la eterna Grace Kelly. El galés Ray Milland interpreta al personaje que desata el relato y lo hace con potencia y seguridad en sí mismo, transmitiendo la arrogancia que lleva implícita su papel. Robert Cummings es, de lejos, el más flojo del reparto, mecánico como tantos otros actores de la época y excesivamente ceñido a sus frases, aportando un 0% de naturalidad. El maravilloso John Williams hace justo lo contrario a Cummings: se desenvuelve con una soltura asombrosa hasta cuando simplemente está caminando de un lado a otro (lástima del lamentable momento del cambio de chaquetas). Por último, esa belleza de otro mundo y bestia interpretativa reconvertida en princesa llamada Grace Kelly inunda de talento y ternura la pantalla con una comprensión de los miedos y motivaciones de su personaje que hacen que uno se pregunte cómo puede acumularse tantísimo talento en un mismo ser.

Resumiendo, que es gerundio: Crimen perfecto tiene un guion brillante pero que, cuando se pule, deja al aire varios empalmes un tanto chapuceros. Eso, por lo que a mí respecta, es algo gravísimo, pues no soy nada partidario del "todo vale" cuando hablamos de buen cine. La película tiene, además, uno de los mejores trabajos de planos secuencia y encuadres que he visto en mi puñetera vida. Por si fuera poco, cuenta con un poker de protagonistas en el que las carencias de Robert Cummings son cubiertas con creces por la inmortal Grace Kelly.
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