La profecía
7.4
45,572
Terror. Intriga
Cuando Kathy Thorn da a luz a un bebé muerto, su esposo Robert le oculta la verdad y sustituye a su hijo por un niño huérfano, ignorando su origen satánico. El horror empieza cuando, en el quinto cumpleaños de Damien, inesperadamente, su niñera se suicida. Un sacerdote que trata de advertir a Robert del peligro que corre, muere en un inesperado accidente. El creciente número de muertes hace que Robert, por fin, se dé cuenta de que el ... [+]
12 de octubre de 2022
12 de octubre de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La semilla del diablo" plantó una semilla (perdón por la redundancia, pero viene al caso...) propicia para que "germinasen" todo tipo de películas cuyos argumentos comenzasen justo cuando terminaba aquella. De entre todas ellas la que hoy nos ocupa podría bien ser una continuación temporal de aquella trama, ya que retoma la acción justo en el nacimiento del "Anticristo". No siendo excesivamente original su argumento, la calidad de sus interpretaciones y el suspense que mantiene a lo largo de toda la trama la convierten en una de las referencias del cine de terror. "Nuestra última advertencia" rezaba un atractivo eslogan publicitario que no dejaba a nadie indiferente.
La Profecía supone, además, el comienzo de una saga de cuatro películas. No es de extrañar analizando el dato económico en frío. Con un presupuesto de 3 millones de dólares recaudó 61, con lo que evidentemente un buen puñado de secuelas estaba más que garantizado. Las secuelas en general fueron bastante dignas aunque como suele suceder en estos casos la calidad fue decreciendo progresivamente. No fueron esas las únicas continuadoras de la obra, sino que además hace unos años se estrenó un infructuoso remake dirigido por John Moore "La profecía: Omen 666" cuya mayor virtud fue exclusivamente la de ser estrenada el 06 del 06 de 2006.
A nivel de críticas La Profecía es todo un referente del cine de terror y misterio. A pesar de ello únicamente ganó un Oscar "menor" a la Mejor Banda Sonora Original a cargo de Jerry Goldsmith, siendo también nominada en la categoría de Mejor Canción por "Ave Satani". Como comentaba anteriormente, no le hicieron falta más premios para encumbrarla en el Olimpo de las películas de miedo. La crítica especializada sí fue unánime y la consagró como el clásico que ya es a día de hoy.
El director, Richard Donner, ya había dirigido algunos títulos exitosos de acción y aventura (aunque aún no se hubiera consagrado con "Superman" o "Los Goonies"), pero nunca se había adentrado en el ámbito religioso o espiritual. Quizás por ello, a la hora de abordar el film, decidió prescindir de todo elemento sobrenatural en las escenas de muertes, por lo que todas ellas se podrían achacar en principio a la "mala suerte" o al azar. Además de ello, la película es un alegato "anti-gore", ya que en ningún momento el pánico está asociado al derramamiento de sangre. Sin embargo, la ausencia de escenas sangrientas no es óbice para que al espectador se le encoja el corazón en más de una ocasión.
El reparto -de autentico lujo- se compone entre otros por Gregory Peck, Lee Remick y Harvey Stephens. Es curioso el caso del primero, ya que viendo el potencial del film aceptó ser su protagonista principal teniendo uno de los salarios más bajos de su carrera. A cambio se garantizó por contrato el 10% de los ingresos por taquilla, ganando más de 6 millones de dólares de la época, lo que se convertiría en el mayor salario en toda su carrera cinematográfica.
Vamos con el argumento. El matrimonio formado por el embajador de Estados Unidos Robert Thorn y su esposa Kathy acaba de tener un hijo que nace muerto. Un sacerdote, el padre Spiletto, le entrega a Robert otro niño a cambio y ambos convencen a la madre de que es su hijo. Cuando el niño -Damien- tiene 5 años, comienzan a sucederse una serie de muertes "casuales" alrededor suya. Estas extrañas circunstancias, junto a la advertencia del Padre Brennan, hacen sospechar a Robert que su hijo adoptado es en realidad el Anticristo.
Las interpretaciones de los tres protagonistas -como ya he comentado- son soberbias, destacando la dificultad del papel de Harvey Stephens como el niño Damien, quien concede una credibilidad impresionante a su actuación. La película contiene un buen número de muertes accidentales inmortalizadas como parte de la historia del cine, de entre las que emerge como paradigmática la escena de la decapitación. Aún recuerdo la impresión que me produjo cuando vi la película por primera vez como adolescente. Es difícil explicarlo pero aún me impresiona cada vez que la veo.
La Profecía supone, además, el comienzo de una saga de cuatro películas. No es de extrañar analizando el dato económico en frío. Con un presupuesto de 3 millones de dólares recaudó 61, con lo que evidentemente un buen puñado de secuelas estaba más que garantizado. Las secuelas en general fueron bastante dignas aunque como suele suceder en estos casos la calidad fue decreciendo progresivamente. No fueron esas las únicas continuadoras de la obra, sino que además hace unos años se estrenó un infructuoso remake dirigido por John Moore "La profecía: Omen 666" cuya mayor virtud fue exclusivamente la de ser estrenada el 06 del 06 de 2006.
A nivel de críticas La Profecía es todo un referente del cine de terror y misterio. A pesar de ello únicamente ganó un Oscar "menor" a la Mejor Banda Sonora Original a cargo de Jerry Goldsmith, siendo también nominada en la categoría de Mejor Canción por "Ave Satani". Como comentaba anteriormente, no le hicieron falta más premios para encumbrarla en el Olimpo de las películas de miedo. La crítica especializada sí fue unánime y la consagró como el clásico que ya es a día de hoy.
El director, Richard Donner, ya había dirigido algunos títulos exitosos de acción y aventura (aunque aún no se hubiera consagrado con "Superman" o "Los Goonies"), pero nunca se había adentrado en el ámbito religioso o espiritual. Quizás por ello, a la hora de abordar el film, decidió prescindir de todo elemento sobrenatural en las escenas de muertes, por lo que todas ellas se podrían achacar en principio a la "mala suerte" o al azar. Además de ello, la película es un alegato "anti-gore", ya que en ningún momento el pánico está asociado al derramamiento de sangre. Sin embargo, la ausencia de escenas sangrientas no es óbice para que al espectador se le encoja el corazón en más de una ocasión.
El reparto -de autentico lujo- se compone entre otros por Gregory Peck, Lee Remick y Harvey Stephens. Es curioso el caso del primero, ya que viendo el potencial del film aceptó ser su protagonista principal teniendo uno de los salarios más bajos de su carrera. A cambio se garantizó por contrato el 10% de los ingresos por taquilla, ganando más de 6 millones de dólares de la época, lo que se convertiría en el mayor salario en toda su carrera cinematográfica.
Vamos con el argumento. El matrimonio formado por el embajador de Estados Unidos Robert Thorn y su esposa Kathy acaba de tener un hijo que nace muerto. Un sacerdote, el padre Spiletto, le entrega a Robert otro niño a cambio y ambos convencen a la madre de que es su hijo. Cuando el niño -Damien- tiene 5 años, comienzan a sucederse una serie de muertes "casuales" alrededor suya. Estas extrañas circunstancias, junto a la advertencia del Padre Brennan, hacen sospechar a Robert que su hijo adoptado es en realidad el Anticristo.
Las interpretaciones de los tres protagonistas -como ya he comentado- son soberbias, destacando la dificultad del papel de Harvey Stephens como el niño Damien, quien concede una credibilidad impresionante a su actuación. La película contiene un buen número de muertes accidentales inmortalizadas como parte de la historia del cine, de entre las que emerge como paradigmática la escena de la decapitación. Aún recuerdo la impresión que me produjo cuando vi la película por primera vez como adolescente. Es difícil explicarlo pero aún me impresiona cada vez que la veo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Espiritualmente la película no tiene mucho nuevo que comentar, salvo algo que ya he apuntado anteriormente. Si la acción de Dios es vista en la historia como providencia que no se impone sino que siempre respeta la fe de la persona, creo que el film quiere transmitir la idea de que la acción del demonio en el mundo es igualmente interpretable. Desde el punto de vista de un ateo todo lo que sucede en el film es una mera conjunción de situaciones desafortunadas explicables desde un punto de vista científico. Que todas ellas se produzcan en el mismo entorno es lo que hace concluir al hombre de fe que lo que allí pasa no es accidental sino un plan diabólico escrupulosamente programado y ejecutado. Pero lo cierto es que Damien no se "mancha las manos" matando directamente a nadie, lo que lo convierte en más siniestro si cabe.
Los diálogos juegan con esa incertidumbre, por lo que carecen en su mayoría de un contenido espiritual. Se puede rescata la cita con la que termina el film, que es del libro del Apocalipsis 13, 18: "Aquí está la sabiduría. El que tenga entendimiento, cuente el número de la bestia, porque es número de hombre, y su número es 666", y un par de frases del padre Brennan, pero poco más:
Padre Brennan: "Cuando los judíos regresen a Sion / Y un cometa rasgue el cielo / Y el Sacro Imperio Romano Germánico se levante, / Entonces Tú y yo debemos morir. / Del mar eterno se eleva, / Creando ejércitos en ambas orillas, / Volviendo al hombre contra su hermano / Hasta que el hombre ya no exista".
Robert Thorn: [ignorando las advertencias de Brennan sobre Damien] ... "Yo le he escuchado. Ahora Quiero que me escuche: nunca quiero volver a verle".
Padre Brennan: ..."Me verá en el infierno, Sr. Thorn. Allí, compartiremos nuestra oración".
El último apunte espiritual está unido al final alternativo que se rodó para enmendar al primero y que finalmente es el que podemos ver en la versión definitiva. En un principio, en la escena final del cementerio se podían ver tres ataúdes en el cementerio, dando a entender que los tres protagonistas -incluido Damien- mueren en el incendio final. Teológicamente, es cierto que el maligno no será derrotado en esta vida sino en el Juicio Final con la Segunda Venida de Cristo, por lo que me parece muy acertado que dicho final se cambiara a como lo vemos en la actualidad, únicamente con los dos ataúdes de los padres. De paso, así se tenía el final perfecto para introducir la segunda parte, de la que hablaremos en breve...
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
Los diálogos juegan con esa incertidumbre, por lo que carecen en su mayoría de un contenido espiritual. Se puede rescata la cita con la que termina el film, que es del libro del Apocalipsis 13, 18: "Aquí está la sabiduría. El que tenga entendimiento, cuente el número de la bestia, porque es número de hombre, y su número es 666", y un par de frases del padre Brennan, pero poco más:
Padre Brennan: "Cuando los judíos regresen a Sion / Y un cometa rasgue el cielo / Y el Sacro Imperio Romano Germánico se levante, / Entonces Tú y yo debemos morir. / Del mar eterno se eleva, / Creando ejércitos en ambas orillas, / Volviendo al hombre contra su hermano / Hasta que el hombre ya no exista".
Robert Thorn: [ignorando las advertencias de Brennan sobre Damien] ... "Yo le he escuchado. Ahora Quiero que me escuche: nunca quiero volver a verle".
Padre Brennan: ..."Me verá en el infierno, Sr. Thorn. Allí, compartiremos nuestra oración".
El último apunte espiritual está unido al final alternativo que se rodó para enmendar al primero y que finalmente es el que podemos ver en la versión definitiva. En un principio, en la escena final del cementerio se podían ver tres ataúdes en el cementerio, dando a entender que los tres protagonistas -incluido Damien- mueren en el incendio final. Teológicamente, es cierto que el maligno no será derrotado en esta vida sino en el Juicio Final con la Segunda Venida de Cristo, por lo que me parece muy acertado que dicho final se cambiara a como lo vemos en la actualidad, únicamente con los dos ataúdes de los padres. De paso, así se tenía el final perfecto para introducir la segunda parte, de la que hablaremos en breve...
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
8 de febrero de 2021
8 de febrero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y es que es una película estupenda, pero como dicen varios usuarios, dejando a un lado la trama satánica en sí que se explica poco, es cierto que no es verosímil que todo un embajador de Estados Unidos (y encima presidenciable) en Londres (ojo, máximo representante de EEUU en Reino Unido, no un cónsul de tres al cuarto en una república bananera o un país africano) tenga menos seguridad que un alcalde de pueblo pequeño, viviendo en un caserón sombrío dejado de la mano de Dios en el cual una especie de reverso tenebroso de Mary Poppins se adueña del panorama, acompañada además de un amenazante perrazo.
Por lo demás, una historia entretenida y rotunda, a lo que ayuda la excelente bso del maestro Goldsmith y los muy puntuales toques violentos, como la primera muerte (porque corta drásticamente, sin anestesia, con la placidez inicial de la película) o la decapitación de cierto personaje, realmente impresionante. Sin olvidarse de las atrayentes localizaciones y del reparto, liderado por el siempre elegante y noble Peck, Lee Remick (su mujer), David Warner (el fotógrafo), Patrick Troughton (uno de los curas) o el diabólico niño, encarnado bastante bien por Harvey Stephens, de por entonces sólo 6 años.
Si nos centramos en todo lo que transmite y sugestiona y lo inquietante que es, y también dejamos a un lado ciertas analogías políticas, estamos ante una de las mejores pelis "satánicas".
Por lo demás, una historia entretenida y rotunda, a lo que ayuda la excelente bso del maestro Goldsmith y los muy puntuales toques violentos, como la primera muerte (porque corta drásticamente, sin anestesia, con la placidez inicial de la película) o la decapitación de cierto personaje, realmente impresionante. Sin olvidarse de las atrayentes localizaciones y del reparto, liderado por el siempre elegante y noble Peck, Lee Remick (su mujer), David Warner (el fotógrafo), Patrick Troughton (uno de los curas) o el diabólico niño, encarnado bastante bien por Harvey Stephens, de por entonces sólo 6 años.
Si nos centramos en todo lo que transmite y sugestiona y lo inquietante que es, y también dejamos a un lado ciertas analogías políticas, estamos ante una de las mejores pelis "satánicas".
10 de mayo de 2021
10 de mayo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
A menudo me he preguntado por qué películas con argumentos que sin ser despreciables tampoco son geniales ni nada del otro mundo (vale; éste sí lo es, del otro mundo… me refiero. Perdónenme el chiste fácil) terminan siendo joyas del séptimo arte. Con el tiempo fui comprobando que todas las grandes obras cinematográficas, tienen un nexo común, sin excepción; y ese es la música. Y si hay un gran compositor en el mundo del cine, aparte de Ennio Morricone, ese es Jerry Goldsmith, autor de esta banda sonora. Y, “La profecía”, es un claro ejemplo de todo ello. Es cierto que tiene una gran dirección, un guión adecuado y buenas interpretaciones pero la música… ¡oh Dios!, la música; es sublime, es soberbia, es sin duda quien manda, es la que dirige, es la que ordena, es la que marca los tiempos, es quien impone las pausas, es quien nos atemoriza, es quien nos deslumbra, es quien nos intriga, es quien realza la trama, es quien; nos la cuenta.
En cuanto a lo que se refiere, meramente a su historia, toma como excusa una supuesta profecía procedente de El Libro del Apocalipsis de San Juan, el epílogo de El Nuevo Testamento. Y digo que la toma como excusa pues no hallará tal profecía en dicho libro; salvo una vaga referencia al número seiscientos sesentaiséis, y que ambos tratan sobre la venida del anticristo. En realidad nos narra su propio relato no falto de suspense, de secuencias magistrales, de acción, de misterio, consiguiendo con creces su objetivo, que no es otro; que el de aterrorizarnos.
Sin duda es una obra maestra del cine como demuestra el hecho de que dejó varias secuencias que ya siempre pertenecerán a La Historia de éste. Alguna de ellas, inolvidable.
Para terminar, y sólo a modo de anécdota, quiero recordar los hechos insólitos que sucedieron durante el rodaje; como por ejemplo el accidente automovilístico que sufrieron varios miembros del equipo un día seis justo cuando el reloj indicaba la hora, 06: 06, aunque probablemente todo esto fue exagerado por motivos publicitarios.
En cuanto a lo que se refiere, meramente a su historia, toma como excusa una supuesta profecía procedente de El Libro del Apocalipsis de San Juan, el epílogo de El Nuevo Testamento. Y digo que la toma como excusa pues no hallará tal profecía en dicho libro; salvo una vaga referencia al número seiscientos sesentaiséis, y que ambos tratan sobre la venida del anticristo. En realidad nos narra su propio relato no falto de suspense, de secuencias magistrales, de acción, de misterio, consiguiendo con creces su objetivo, que no es otro; que el de aterrorizarnos.
Sin duda es una obra maestra del cine como demuestra el hecho de que dejó varias secuencias que ya siempre pertenecerán a La Historia de éste. Alguna de ellas, inolvidable.
Para terminar, y sólo a modo de anécdota, quiero recordar los hechos insólitos que sucedieron durante el rodaje; como por ejemplo el accidente automovilístico que sufrieron varios miembros del equipo un día seis justo cuando el reloj indicaba la hora, 06: 06, aunque probablemente todo esto fue exagerado por motivos publicitarios.
21 de agosto de 2023
21 de agosto de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Descendiente directa de “Rosemary’s Baby” y “The Exorcist”, “The Omen” es un poco una mezcla de ambas que a su vez consigue tener identidad propia y, aunque considero que se queda un escalón por debajo, es una película muy digna, un referente dentro del género y la primera que se nos viene a la mente cuando alguien habla del Anticristo.
La cinta mezcla suspense, misterio y terror. Las claves de su éxito son:
- La dirección de Richard Donner, que hasta el momento solo había participado en trabajos inferiores para televisión, y encontró en esta producción el éxito que lo pondría en órbita. Donner impregna de ritmo a la película, que va de menos a más, con una atmósfera tensa maligna y realista. Además lo hace con su sello comercial, accesible, pero sin perder el carácter adulto y serio.
- La música de Jerry Goldsmith, imprescindible. Referente mayor del cine satánico. El compositor retuerce los cantos de la Iglesia y crea los que sin duda podrían ser los cantos de una misa negra. Ese “Ave Satani” transmite la sensación de que el Diablo tiene seguidores en todos los rincones, que lo adoran y lo ayudan. Es terrorífico. La partitura le valió a Goldsmith su único Oscar.
- Gregory Peck está magnífico, se siente su dolor, desesperación, tristeza… la caída en la depresión de un hombre superado por las circunstancias, rodeado de muerte. El actor estaba en el estado de ánimo perfecto para el filme, pues su hijo se había suicidado meses antes, y Peck decidió volver al ruedo con esta película.
- En menor medida, pero igualmente destacable, la interpretación del niño, que apenas dice nada a lo largo de la cinta y sin embargo su presencia y sus sonrisas dan mal rollo; las muertes, numerosas y macabras, pero siempre desde la casualidad y nunca desde lo sobrenatural, lo que me parece un acierto; y algunas escenas bastante logradas, en especial las relacionadas con los rottweiler.
Buena obra, pues. ¿Algo malo qué decir? Que es hija de su tiempo, mientras varias de sus hermanas diabólicas tienen un aire más atemporal. Ello hace que con los años haya perdido impacto, pero es un mal menor.
La cinta mezcla suspense, misterio y terror. Las claves de su éxito son:
- La dirección de Richard Donner, que hasta el momento solo había participado en trabajos inferiores para televisión, y encontró en esta producción el éxito que lo pondría en órbita. Donner impregna de ritmo a la película, que va de menos a más, con una atmósfera tensa maligna y realista. Además lo hace con su sello comercial, accesible, pero sin perder el carácter adulto y serio.
- La música de Jerry Goldsmith, imprescindible. Referente mayor del cine satánico. El compositor retuerce los cantos de la Iglesia y crea los que sin duda podrían ser los cantos de una misa negra. Ese “Ave Satani” transmite la sensación de que el Diablo tiene seguidores en todos los rincones, que lo adoran y lo ayudan. Es terrorífico. La partitura le valió a Goldsmith su único Oscar.
- Gregory Peck está magnífico, se siente su dolor, desesperación, tristeza… la caída en la depresión de un hombre superado por las circunstancias, rodeado de muerte. El actor estaba en el estado de ánimo perfecto para el filme, pues su hijo se había suicidado meses antes, y Peck decidió volver al ruedo con esta película.
- En menor medida, pero igualmente destacable, la interpretación del niño, que apenas dice nada a lo largo de la cinta y sin embargo su presencia y sus sonrisas dan mal rollo; las muertes, numerosas y macabras, pero siempre desde la casualidad y nunca desde lo sobrenatural, lo que me parece un acierto; y algunas escenas bastante logradas, en especial las relacionadas con los rottweiler.
Buena obra, pues. ¿Algo malo qué decir? Que es hija de su tiempo, mientras varias de sus hermanas diabólicas tienen un aire más atemporal. Ello hace que con los años haya perdido impacto, pero es un mal menor.
10 de diciembre de 2023
10 de diciembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me encanta esta película, creo que es una obra maestra del género, tanto por la historia, como por todos los actores, con Sir Gregory Peck y Lee Remick, a la cabeza. La banda sonora, los escenarios, todo es magistral y brillante.
Tiene escenas absolutamente tremendas para su época, como al poco de iniciarse la película, cuando están celebrando con los demás niños el cumpleaños de Damién, lo que sucede con la niñera, eso es una auténtica barbaridad, que te quedas con la boca abierta.
Otra de las escenas que recuerdo que más me impactó hace años es la de cuando el padre del niño y el fotógrafo acuden a comprobar las tumbas al cementerio y de repente, al abrir la segunda tumba, se ven rodeados de varios perros rotwailer que les empiezan a atacar y consiguen salir vivos de milagro. Esa escena se me quedó grabada desde que la vi la primera vez y da auténtico terror
Durante los últimos años la he visto varias veces y a día de hoy, todavía me sigue impactando. Creo que que el ritmo de la película es muy bueno, nada ni nadie puede parar al hijo del diablo, encarnado en un niño de 5 años, y todo aquel que se cruza en su camino muere de las forma más brutal y salvaje posible. El final también me gustó mucho. Excelente película.
Tiene escenas absolutamente tremendas para su época, como al poco de iniciarse la película, cuando están celebrando con los demás niños el cumpleaños de Damién, lo que sucede con la niñera, eso es una auténtica barbaridad, que te quedas con la boca abierta.
Otra de las escenas que recuerdo que más me impactó hace años es la de cuando el padre del niño y el fotógrafo acuden a comprobar las tumbas al cementerio y de repente, al abrir la segunda tumba, se ven rodeados de varios perros rotwailer que les empiezan a atacar y consiguen salir vivos de milagro. Esa escena se me quedó grabada desde que la vi la primera vez y da auténtico terror
Durante los últimos años la he visto varias veces y a día de hoy, todavía me sigue impactando. Creo que que el ritmo de la película es muy bueno, nada ni nadie puede parar al hijo del diablo, encarnado en un niño de 5 años, y todo aquel que se cruza en su camino muere de las forma más brutal y salvaje posible. El final también me gustó mucho. Excelente película.
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