Jurado Nº 2
6.8
21,297
14 de diciembre de 2024
14 de diciembre de 2024
0 de -1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de Clint Eastwood siempre trabaja el sentimiento humano, que visto lo visto, es lo que realmente nos hace movernos cada día. Siempre hay una razón que nos motiva y es la relación humana.
A sus 94 años, el maestro nos vuelve a dejar una historia para reflexionar como personas, todo camuflado bajo la atmósfera de un thriller ambientado en un juicio por asesinato.
La moralidad, lo ético o lo práctico serán la clave en ésta trama. Por momentos me dio la impresión de estar viendo la versión actual de la magnífica doce hombres sin piedad, pero fue simplemente un flash y menos mal, no me cabría en la cabeza a Eastwood a estas alturas copiando una idea anterior.
Un miembro del jurado sabe más de lo sucedido que el resto de sus once compañeros, el problema es que el dilema moral se le presenta en cada minuto que está sentado en el banquillo porque su conciencia boxea constantemente con la razón y su futuro como padre. ¿Hará lo correcto o lo más sensato?
La película es un duelo interpretativo entre sus dos máximos exponentes, Nicholas Hoult (Jurado número 2) y Toni Collette (la fiscal).
La magia se encuentra precisamente en este recorrido a través del caso, una fiscal que cada vez nota con más claridad que está haciendo todo lo posible por encarcelar de por vida a un hombre inocente y por otro lado el jurado sabe la verdad y no lo manifiesta.
Una vez más será el espectador el que se tenga que posicionar a un lado u a otro. Mientras los datos y las pruebas no terminan de aclarar lo que pasó realmente.
A muchos no les terminará de llenar si comparan ésta película con trabajos anteriores, yo me quedo con con seguir disfrutando lo poco que nos queda del gran Clint Eastwood.
A sus 94 años, el maestro nos vuelve a dejar una historia para reflexionar como personas, todo camuflado bajo la atmósfera de un thriller ambientado en un juicio por asesinato.
La moralidad, lo ético o lo práctico serán la clave en ésta trama. Por momentos me dio la impresión de estar viendo la versión actual de la magnífica doce hombres sin piedad, pero fue simplemente un flash y menos mal, no me cabría en la cabeza a Eastwood a estas alturas copiando una idea anterior.
Un miembro del jurado sabe más de lo sucedido que el resto de sus once compañeros, el problema es que el dilema moral se le presenta en cada minuto que está sentado en el banquillo porque su conciencia boxea constantemente con la razón y su futuro como padre. ¿Hará lo correcto o lo más sensato?
La película es un duelo interpretativo entre sus dos máximos exponentes, Nicholas Hoult (Jurado número 2) y Toni Collette (la fiscal).
La magia se encuentra precisamente en este recorrido a través del caso, una fiscal que cada vez nota con más claridad que está haciendo todo lo posible por encarcelar de por vida a un hombre inocente y por otro lado el jurado sabe la verdad y no lo manifiesta.
Una vez más será el espectador el que se tenga que posicionar a un lado u a otro. Mientras los datos y las pruebas no terminan de aclarar lo que pasó realmente.
A muchos no les terminará de llenar si comparan ésta película con trabajos anteriores, yo me quedo con con seguir disfrutando lo poco que nos queda del gran Clint Eastwood.
9 de noviembre de 2024
9 de noviembre de 2024
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buenísima.
Me ha mantenido pegada a la pantalla durante las más de dos horas que dura.
Es una de esas películas que me alegro de haber ido al cine a verla.
Si quieres pasar un rato muy entretenido, dirigido por el maravilloso Clint Eastwood, te la recomiendo.
Me encantó!!!
Me ha mantenido pegada a la pantalla durante las más de dos horas que dura.
Es una de esas películas que me alegro de haber ido al cine a verla.
Si quieres pasar un rato muy entretenido, dirigido por el maravilloso Clint Eastwood, te la recomiendo.
Me encantó!!!
1 de noviembre de 2024
1 de noviembre de 2024
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sabemos si esta será la última película de Clint Eastwood, por ello, siempre vemos las últimas entregas del maestro norteamericano con un punto de inquietud, pero también de alegría, podríamos decir que nos quiten los bailado, o para ser más precisos, lo visto y disfrutado. Todo un lujo
Estamos, otra y por enésima vez, ante un gran obra cinematográfica, una de esas obras cargadas de clasicismo, del cine como era entendido antes, es decir, sin efectos especiales, con personajes de carne y hueso, con una estructura dramática coherente y sin escenas tramposas que intenten atrapar gratuitamente la curiosidad del espectador.
Haciendo una pequeña introducción de la película diré que nos encontramos desde el inicio del film ante un futuro padre elegido para ser jurado a su pesar y el de su mujer. Esa situación incómoda lo será mucho más a lo largo de la película. Mucho más no se puede decir en un film de intriga.
Hay que reconocer que la idea original del guion está muy bien, con un miembro del jurado que durante el juicio que debe enjuiciar se encuentra ante una situación nada habitual y muy original que le sitúa ante un dilema moral. Nunca había visto algo similar.
Sí que es cierto que el desarrollo del guion no es tan bueno como este planteamiento inicial, pero también es cierto que la dirección del Eastwood es tan buena, llena de planos magistrales, acompañados de una música también magistral, que la película mantiene un tono muy alto hasta el final, a pesar de todo, a pesar de algunas pequeñas incongruencias.
En definitiva, una muy buena película del género de los largometrajes de juicios y tribunales, pero que sabe ir más allá, y llegar a plantear, a plantearnos, una profundo dilema moral. Esperemos que no sea el último Eastwood.
Estamos, otra y por enésima vez, ante un gran obra cinematográfica, una de esas obras cargadas de clasicismo, del cine como era entendido antes, es decir, sin efectos especiales, con personajes de carne y hueso, con una estructura dramática coherente y sin escenas tramposas que intenten atrapar gratuitamente la curiosidad del espectador.
Haciendo una pequeña introducción de la película diré que nos encontramos desde el inicio del film ante un futuro padre elegido para ser jurado a su pesar y el de su mujer. Esa situación incómoda lo será mucho más a lo largo de la película. Mucho más no se puede decir en un film de intriga.
Hay que reconocer que la idea original del guion está muy bien, con un miembro del jurado que durante el juicio que debe enjuiciar se encuentra ante una situación nada habitual y muy original que le sitúa ante un dilema moral. Nunca había visto algo similar.
Sí que es cierto que el desarrollo del guion no es tan bueno como este planteamiento inicial, pero también es cierto que la dirección del Eastwood es tan buena, llena de planos magistrales, acompañados de una música también magistral, que la película mantiene un tono muy alto hasta el final, a pesar de todo, a pesar de algunas pequeñas incongruencias.
En definitiva, una muy buena película del género de los largometrajes de juicios y tribunales, pero que sabe ir más allá, y llegar a plantear, a plantearnos, una profundo dilema moral. Esperemos que no sea el último Eastwood.
2 de noviembre de 2024
2 de noviembre de 2024
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un capítulo de Los Simpsons, Bart es testigo de un delito por el cual un hombre puede ser condenado injustamente. Bart es consciente que si calla, un hombre que no es bueno (hay que decirlo, el acusado no es trigo limpio) será declarado culpable por algo que no hizo. Pero por otro lado, sabe que si habla, Skinner sabrá que hizo novillos, y Bart se debate en dicho dilema moral: Hablar o callar. Mandar a la cárcel a una persona que no cometió el crimen por el que se le acusa o salvar a una mala persona.
Algo así le pasa al protagonista de más reciente gran película de Clint Eastwood.
Un miembro del jurado también tiene la duda moral de hablar y salvar a un hombre acusado de matar a su novia, aunque eso signifique que pueda él ir a la cárcel, al suponerse autor involuntario de dicha muerte.
Es, además la película, una "actualización" de 12 hombres sin piedad donde un igualitario jurado con prisas de volver a casa deciden un veredicto de culpabilidad sin analizar los hechos. Aquí también podíamos trasladarnos a Los Simpsons cuando Homer ejerce de jurado y pone en duda el veredicto para poder alojarse en un buen hotel todo el fin de semana. Naturalmente los motivos del protagonista son otros pero las similitudes son las que son.
Pudiera parecer que acuso a Eastwood de plagiar a Los Simpsons. Nada más lejos de la realidad, solo que es difícil no encontrar algún parecido de la vida diaria y el cine con algún momento de estos famosos personajes.
Poniéndome serio, la película promueve el debate acerca de lo que harías, si su forma de actuar es correcta.
Su final corrobora ese dilema y ahí está la maestría de Clint quien con 94 años hace que salgas del cine preguntándote ¿Y ahora qué?
Algo así le pasa al protagonista de más reciente gran película de Clint Eastwood.
Un miembro del jurado también tiene la duda moral de hablar y salvar a un hombre acusado de matar a su novia, aunque eso signifique que pueda él ir a la cárcel, al suponerse autor involuntario de dicha muerte.
Es, además la película, una "actualización" de 12 hombres sin piedad donde un igualitario jurado con prisas de volver a casa deciden un veredicto de culpabilidad sin analizar los hechos. Aquí también podíamos trasladarnos a Los Simpsons cuando Homer ejerce de jurado y pone en duda el veredicto para poder alojarse en un buen hotel todo el fin de semana. Naturalmente los motivos del protagonista son otros pero las similitudes son las que son.
Pudiera parecer que acuso a Eastwood de plagiar a Los Simpsons. Nada más lejos de la realidad, solo que es difícil no encontrar algún parecido de la vida diaria y el cine con algún momento de estos famosos personajes.
Poniéndome serio, la película promueve el debate acerca de lo que harías, si su forma de actuar es correcta.
Su final corrobora ese dilema y ahí está la maestría de Clint quien con 94 años hace que salgas del cine preguntándote ¿Y ahora qué?
2 de noviembre de 2024
2 de noviembre de 2024
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Clint Eastwood se despide del cine a sus 94 años de edad con un drama judicial que resulta familiar en su forma, pero novedoso en su fondo; una cinta que cierra una de las carreras más prolíficas dentro de este medio de entretenimiento.
Es imposible no recordar a grandes exponentes como Doce hombres sin piedad, con esa búsqueda de la justicia, dejando de lado la pereza y los prejuicios de un jurado conformista. Pero esta cinta consigue darle una vuelta de tuerca, sembrando la semilla de la culpa dentro del propio jurado.
En consonancia con el estilo de Clint, se puede inferir desde el primer momento el reto que le propone al espectador de enfrentarse al precipicio que supone ser moralmente estoico, aunque eso suponga la autodestrucción de uno mismo por un bien mayor: la justicia. Aunque, cuando llegas a esta conclusión, el guion tiene la capacidad de hacer que te replantees si la verdad es siempre justa y, por lo tanto, te abandona en un limbo moral, haciendo que la cinta no te subestime como espectador.
Clint no emite juicios morales propios, sino que plantea una hipérbole mayúscula para forzarte a enfrentarte a un dilema de difícil solución, consiguiendo que el guion se mantenga ágil y el metraje se consuma a una velocidad vertiginosa.
A nivel interpretativo, todos están muy correctos; nuestro protagonista consigue mantener bien cimentados los pilares de su compleja situación. Mención especial para el escueto, pero agradable papel de J.K. Simmons.
Técnicamente, la cinta no sobresale, pero se mantiene atractiva visualmente, sin muchas pretensiones más allá de seguir una coherencia respecto a lo argumental.
Finalizo recomendando su visionado, ya que nos encontramos ante un gran drama judicial que, sin ser objetivamente una obra maestra, consigue tener ese aura que te hace sentir ante algo grande, sin pretensiones de serlo.
Es imposible no recordar a grandes exponentes como Doce hombres sin piedad, con esa búsqueda de la justicia, dejando de lado la pereza y los prejuicios de un jurado conformista. Pero esta cinta consigue darle una vuelta de tuerca, sembrando la semilla de la culpa dentro del propio jurado.
En consonancia con el estilo de Clint, se puede inferir desde el primer momento el reto que le propone al espectador de enfrentarse al precipicio que supone ser moralmente estoico, aunque eso suponga la autodestrucción de uno mismo por un bien mayor: la justicia. Aunque, cuando llegas a esta conclusión, el guion tiene la capacidad de hacer que te replantees si la verdad es siempre justa y, por lo tanto, te abandona en un limbo moral, haciendo que la cinta no te subestime como espectador.
Clint no emite juicios morales propios, sino que plantea una hipérbole mayúscula para forzarte a enfrentarte a un dilema de difícil solución, consiguiendo que el guion se mantenga ágil y el metraje se consuma a una velocidad vertiginosa.
A nivel interpretativo, todos están muy correctos; nuestro protagonista consigue mantener bien cimentados los pilares de su compleja situación. Mención especial para el escueto, pero agradable papel de J.K. Simmons.
Técnicamente, la cinta no sobresale, pero se mantiene atractiva visualmente, sin muchas pretensiones más allá de seguir una coherencia respecto a lo argumental.
Finalizo recomendando su visionado, ya que nos encontramos ante un gran drama judicial que, sin ser objetivamente una obra maestra, consigue tener ese aura que te hace sentir ante algo grande, sin pretensiones de serlo.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here