Anatomía de un asesinato
1959 

8.0
20,291
Drama
Frederick Manion (Ben Gazzara), un teniente del ejército, asesina fríamente al presunto violador de su mujer (Lee Remick). Ella contrata como abogado defensor a Paul Biegler (James Stewart), un honrado hombre de leyes. Durante el juicio se reflejarán todo tipo de emociones y pasiones, desde los celos a la rabia. Uno de los dramas judiciales más famosos de la historia del cine. (FILMAFFINITY)
4 de abril de 2020
4 de abril de 2020
9 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, simplemente tendré que aceptar de una vez que el señor Preminger no hay caso, no me convence. Y eso que lo intenté y lo volví a intentar eh. Pero no. No sé ni para que escribo esto, de masoquista para ver como me llegan los NO. Pero quiero dar mi opinión por si a alguien le sirve al menos para no sentirse solo.
La película dura más de dos horas y media y la vi entera, eso quiere decir que insufrible no es. No es mala. Lo que pasa es que se siente demasiado artificial. Y, suena raro que diga esto debido a su duración pero le falta cierta pausa en la que conozcamos mejor a los personajes y sus motivaciones. Toda la acción digamos, siempre transcurre rápido y de manera bastante inverosímil muchas veces. Como el carácter general del juicio que, más que juicio parece un grupo de amigos discutiendo algún asunto. Donde el que quiere habla cuando quiere, ponen y sacan testigos en cualquier momento, se interrumpen, el juez falta que baje a darles una palmadita y decirles "no se peleen más, tontitos míos".
En varios momentos hablan incluso de no saber como se procede.
Como se presentan las pruebas, las investigaciones que se hacen (o no se hacen mejor dicho). Voy yo a testificar que fue un alien el culpable y da exactamente lo mismo. Y el juez hablando seriamente de "no tomar en broma la muerte de un hombre y la posible condena de otro" y al segundo diciendo, cuando está muy lejos de aclararse el panorama "quisiera para esta noche tener el veredicto y que se termine de una vez".
Y la parte humana es demasiado obvia y artificial. Yo personalmente agradezco que, aunque sea una película de un juicio, se tomen el tiempo y el trabajo de preparar la situación. De mostrarnos un poco los personajes antes que empiece la cuestión. Eso es muy bueno para mí. Pero toda esa parte es demasiado infantil y simple. Llena de declaraciones obvias y de las clásicas señales para indicarnos quienes deben caernos bien y quienes mal. Cuando llega el momento del juicio da igual si la película empezaba ahí recién. Sabríamos exactamente lo mismo.
La forma en que los demás reaccionan al protagonista también. Especialmente el fiscal que parece que no supiera nada de la vida y muchas veces hasta reacciona antes que pasen las cosas. Todo muy apresurado y falso (repito, en más de dos horas y media).
Y mi comentario más polémico y seguramente peor recibido es el de el señor Stewart. No digo que haya sido mal actor pero siempre es el. Es Jimmy Stewart, sea la película que sea y en la situación que sea. Y su personaje no se entiende bien al final si es bueno, si es malo, si es estúpido o muy inteligente, no se sabe nada. Ni cae bien ni mal.
Lee Remick siempre me pareció tirando a mediocre. Para mi tuvo la suerte de estar en el lugar correcto en el momento indicado, participó de películas clásicas de una época dorada, compartió reparto con grandes leyendas y entonces está ahí arriba en la historia. Y es una actriz que si tiene que reír ríe y si tiene que llorar llora. Pero la verdad que nunca consiguió moverme ni un pelo, para ningún lado.
Dentro de lo mediocre en general de esta película está correcta pero basta ver como cuando es acompañada por ejemplo por un actor de la talla de Jack Lemmon en "Días de vino y rosas" queda chiquita realmente.
Y el último comentario, si la película suma puntos es a partir de la aparición del gran George C. Scott y todas sus intervenciones. Su interpretación es de otra película. La demás película está tratada como si fuera de 30 años antes, con una apariencia y actitudes pueriles y demasiado simplificadas, de la vida en general hablo. George C. Scott es el único que está a la altura del dramatismo de la situación y la seriedad que se merece su personaje.
Que se introduce tarde, no tiene ninguna sub-trama ni se nos muestra fuera del juzgado y sin embargo es el personaje que más llegamos a conocer y entender perfectamente.
La película dura más de dos horas y media y la vi entera, eso quiere decir que insufrible no es. No es mala. Lo que pasa es que se siente demasiado artificial. Y, suena raro que diga esto debido a su duración pero le falta cierta pausa en la que conozcamos mejor a los personajes y sus motivaciones. Toda la acción digamos, siempre transcurre rápido y de manera bastante inverosímil muchas veces. Como el carácter general del juicio que, más que juicio parece un grupo de amigos discutiendo algún asunto. Donde el que quiere habla cuando quiere, ponen y sacan testigos en cualquier momento, se interrumpen, el juez falta que baje a darles una palmadita y decirles "no se peleen más, tontitos míos".
En varios momentos hablan incluso de no saber como se procede.
Como se presentan las pruebas, las investigaciones que se hacen (o no se hacen mejor dicho). Voy yo a testificar que fue un alien el culpable y da exactamente lo mismo. Y el juez hablando seriamente de "no tomar en broma la muerte de un hombre y la posible condena de otro" y al segundo diciendo, cuando está muy lejos de aclararse el panorama "quisiera para esta noche tener el veredicto y que se termine de una vez".
Y la parte humana es demasiado obvia y artificial. Yo personalmente agradezco que, aunque sea una película de un juicio, se tomen el tiempo y el trabajo de preparar la situación. De mostrarnos un poco los personajes antes que empiece la cuestión. Eso es muy bueno para mí. Pero toda esa parte es demasiado infantil y simple. Llena de declaraciones obvias y de las clásicas señales para indicarnos quienes deben caernos bien y quienes mal. Cuando llega el momento del juicio da igual si la película empezaba ahí recién. Sabríamos exactamente lo mismo.
La forma en que los demás reaccionan al protagonista también. Especialmente el fiscal que parece que no supiera nada de la vida y muchas veces hasta reacciona antes que pasen las cosas. Todo muy apresurado y falso (repito, en más de dos horas y media).
Y mi comentario más polémico y seguramente peor recibido es el de el señor Stewart. No digo que haya sido mal actor pero siempre es el. Es Jimmy Stewart, sea la película que sea y en la situación que sea. Y su personaje no se entiende bien al final si es bueno, si es malo, si es estúpido o muy inteligente, no se sabe nada. Ni cae bien ni mal.
Lee Remick siempre me pareció tirando a mediocre. Para mi tuvo la suerte de estar en el lugar correcto en el momento indicado, participó de películas clásicas de una época dorada, compartió reparto con grandes leyendas y entonces está ahí arriba en la historia. Y es una actriz que si tiene que reír ríe y si tiene que llorar llora. Pero la verdad que nunca consiguió moverme ni un pelo, para ningún lado.
Dentro de lo mediocre en general de esta película está correcta pero basta ver como cuando es acompañada por ejemplo por un actor de la talla de Jack Lemmon en "Días de vino y rosas" queda chiquita realmente.
Y el último comentario, si la película suma puntos es a partir de la aparición del gran George C. Scott y todas sus intervenciones. Su interpretación es de otra película. La demás película está tratada como si fuera de 30 años antes, con una apariencia y actitudes pueriles y demasiado simplificadas, de la vida en general hablo. George C. Scott es el único que está a la altura del dramatismo de la situación y la seriedad que se merece su personaje.
Que se introduce tarde, no tiene ninguna sub-trama ni se nos muestra fuera del juzgado y sin embargo es el personaje que más llegamos a conocer y entender perfectamente.
25 de agosto de 2017
25 de agosto de 2017
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si partimos de una supuesta máxima nota de 10 y le vamos restando puntos, simplemente porque me apetece, la cosa quedaría así.
Un punto menos por una trama bien desarrollada pero que en el fondo no se trata de juzgar a un reo por asesinato, si no por mostrar el palmito de James Steward.
Un punto menos por intentar en la trama del juicio desviar intencionadamente la idea principal de la supuesta trama de asesinato en primer grado, por un simple desvarío mental y psíquico transitorio y sin llegar a desarrollar esta trama en toda su complejidad.
No le quito un punto por ser una trama ya manida, pero sí le quito un punto porqué me da la gana, simplemente porque el personaje o todos los personajes a los que representa James Steward me repatean por su sensiblería, ñoñería, y estupidez aguda. Es más ya comienza a caerme mal directamente el propio actor James Steward.
Así pues , si finalmente le quito 3 puntos a una supuesta obra maestra de 10, mi puntuación queda en 7.
Un punto menos por una trama bien desarrollada pero que en el fondo no se trata de juzgar a un reo por asesinato, si no por mostrar el palmito de James Steward.
Un punto menos por intentar en la trama del juicio desviar intencionadamente la idea principal de la supuesta trama de asesinato en primer grado, por un simple desvarío mental y psíquico transitorio y sin llegar a desarrollar esta trama en toda su complejidad.
No le quito un punto por ser una trama ya manida, pero sí le quito un punto porqué me da la gana, simplemente porque el personaje o todos los personajes a los que representa James Steward me repatean por su sensiblería, ñoñería, y estupidez aguda. Es más ya comienza a caerme mal directamente el propio actor James Steward.
Así pues , si finalmente le quito 3 puntos a una supuesta obra maestra de 10, mi puntuación queda en 7.
5 de diciembre de 2006
5 de diciembre de 2006
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una cualidad clara del cine de Otto Preminger son los pequeños detalles incluidos en el guión de sus películas. En este caso nos introduce dentro de la vida cotidiana de un joven abogado de provincias interpretado magistralmente por James Steward. Con pequeños y sutiles detalles integrados en el grueso de la narrativa, Preminger realintiza el hilo argumental enriqueciendolo con acciones y conversaciones sinceras y sencillas.
Sin duda que lo más destacable de la cinta es el desarrollo del juicio llevado a cabo para aclarar el asesinato de un hombre por una supuesta venganza personal de un militar cuya mujer habría podido ser violada. El bloque central argumental es brillante, quizás es el mejor ejemplo de desarrollo de un juicio en el cine, cargado de ingeniosas preguntas, respuestas y protestas. Además de un muy buen desarrollo del bloque, destacan durante toda la película los actores al completo.
Lo siguiente que habría que destacar es que el inicio y el final, no son tan brillantes y no están a la altura del juicio, y es que si esto fuera así estariamos ante una del mejores películas de la historia.
En cualquier caso extraordinaria película.
Sin duda que lo más destacable de la cinta es el desarrollo del juicio llevado a cabo para aclarar el asesinato de un hombre por una supuesta venganza personal de un militar cuya mujer habría podido ser violada. El bloque central argumental es brillante, quizás es el mejor ejemplo de desarrollo de un juicio en el cine, cargado de ingeniosas preguntas, respuestas y protestas. Además de un muy buen desarrollo del bloque, destacan durante toda la película los actores al completo.
Lo siguiente que habría que destacar es que el inicio y el final, no son tan brillantes y no están a la altura del juicio, y es que si esto fuera así estariamos ante una del mejores películas de la historia.
En cualquier caso extraordinaria película.
4 de diciembre de 2011
4 de diciembre de 2011
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Anatomía de un asesinato es un gran ejercicio de cine comprometido con las problemáticas que aquejan la sociedad de antes y de ahora. Mediante la labor de hacer justicia se pone a sus personajes en paradigmas sociales y morales, de defender la verdad y la justicia incluso si no estamos muy convencidos de los comportamientos de las personas que se defiende. Excelente actuación de James Stewart haciendo realmente un papel convincente y de mucho carácter y Lee Remick extraordinaria en su papel y con mucha clase -que bien le quedan sus lentes oscuros-. No deben esperar un ejercicio de suspenso e intriga, mas bien una película que nos enseña de la mejor manera el arte de ejercer el derecho y los retos que nos impone la vida.
"La fiscalía quiere separar
el motivo y el acto.
Es como querer sacar el corazón
de una manzana sin romper la cáscara.
El corazón de nuestra defensa es que la
locura temporal de nuestro defendido...
fue provocada
por el llamado " problema" con Quill.
Y le suplico al tribunal...
Le suplico al tribunal
que me permita cortar la manzana."
Juan_Diego_GP
"La fiscalía quiere separar
el motivo y el acto.
Es como querer sacar el corazón
de una manzana sin romper la cáscara.
El corazón de nuestra defensa es que la
locura temporal de nuestro defendido...
fue provocada
por el llamado " problema" con Quill.
Y le suplico al tribunal...
Le suplico al tribunal
que me permita cortar la manzana."
Juan_Diego_GP
12 de enero de 2014
12 de enero de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece increíble, pero en nuestra sociedad del siglo XXI, ¡todavía hay quienes creen que algunas circunstancias ambientales, y sobre todo, ciertas formas de vestir y particulares movimientos o miradas de algunas mujeres, son claras autorizaciones que permiten violarlas sin responsabilidad alguna! Pero debe quedar bien claro, y en ésto la ley debe ser intolerante: ¡No hay ninguna circunstancia que autorice o legitime tomar por la fuerza y contra su voluntad a una mujer!
Es cierto que las féminas, en muchos casos, son usadas por el universo como instrumento de tentación, pero en cualquier condición, es obligación del hombre (en esencia superior al animal) demostrar que tiene carácter y voluntad, dignidad y autocontrol, para no caer en la trampa y dar rienda suelta a sus instintos. Porque la mujer tiene el derecho sagrado a poner su límite… y este límite no le es lícito al hombre sobrepasarlo hasta el punto de que constituya una violación.
Pero, en un análisis sociológico objetivo, surge una pregunta inevitable: ¿Cuántos hombres poseen este carácter y voluntad, esta dignidad y autocontrol, para no caer rendidos ante una atractiva tentación? La respuesta no alcanza, penosamente, cifras muy representativas, y bajo los efectos del alcohol y/o de sustancias psicoactivas, es indudable que la cifra se reduce a su más mínima expresión.
No siendo excusable el hombre –aunque la psicología y la holística podrían entrar a demostrar circunstancias atenuantes-, queda sugerir a la mujer prudencia, recato y tino, según sea el lugar dónde se encuentre (y con quién se encuentre), porque las posibilidades de ser asaltada en su dignidad son, de hecho, bastante factibles en la sociedad de hoy.
<<ANATOMÍA DE UN ASESINATO>> (la palabra anatomía involucra aquí sutilmente al cuerpo femenino) hace referencia al caso de una violación, ocurrido a la esposa de un teniente del ejército norteamericano, el cual salió luego en busca del hombre –amigo de su esposa- que cometió el hecho y le propinó cinco balazos. El hecho puede ser juzgado como un homicidio premeditado asumido por venganza (pues ocurrió una hora después de consumada la violación) o como la consecuencia de una reacción disociativa o impulso irresistible, pudiendo el sindicado, en este último caso, obtener su libertad.
El juicio que se llevará a efecto en esta película es un magnífico ejercicio de retórica en el que, tanto el defensor, Paul Biegler (un astuto y simpatiquísimo, James Stewart), como el fiscal, Claude Dancer (agudo y manipulador, George C. Scott), sacarán a relucir sus mejores bazas, en un duelo de jurisprudencia y humanidades que dejarán ver muy clara su relevancia a la hora de resolver un crimen.
La sutil resolución nos deja con cierta desazón, pero es muy interesante (porque se asemeja mucho más al american style que a la verdadera justicia), y en todo caso, sentimos haber estado ante uno de los mejores duelos de abogados que nos haya dado el arte cinematográfico.
Con, <<ANATOMÍA DE UN ASESINATO>>, el director, Otto Preminger, ha salido al paso con un filme indispensable.
Es cierto que las féminas, en muchos casos, son usadas por el universo como instrumento de tentación, pero en cualquier condición, es obligación del hombre (en esencia superior al animal) demostrar que tiene carácter y voluntad, dignidad y autocontrol, para no caer en la trampa y dar rienda suelta a sus instintos. Porque la mujer tiene el derecho sagrado a poner su límite… y este límite no le es lícito al hombre sobrepasarlo hasta el punto de que constituya una violación.
Pero, en un análisis sociológico objetivo, surge una pregunta inevitable: ¿Cuántos hombres poseen este carácter y voluntad, esta dignidad y autocontrol, para no caer rendidos ante una atractiva tentación? La respuesta no alcanza, penosamente, cifras muy representativas, y bajo los efectos del alcohol y/o de sustancias psicoactivas, es indudable que la cifra se reduce a su más mínima expresión.
No siendo excusable el hombre –aunque la psicología y la holística podrían entrar a demostrar circunstancias atenuantes-, queda sugerir a la mujer prudencia, recato y tino, según sea el lugar dónde se encuentre (y con quién se encuentre), porque las posibilidades de ser asaltada en su dignidad son, de hecho, bastante factibles en la sociedad de hoy.
<<ANATOMÍA DE UN ASESINATO>> (la palabra anatomía involucra aquí sutilmente al cuerpo femenino) hace referencia al caso de una violación, ocurrido a la esposa de un teniente del ejército norteamericano, el cual salió luego en busca del hombre –amigo de su esposa- que cometió el hecho y le propinó cinco balazos. El hecho puede ser juzgado como un homicidio premeditado asumido por venganza (pues ocurrió una hora después de consumada la violación) o como la consecuencia de una reacción disociativa o impulso irresistible, pudiendo el sindicado, en este último caso, obtener su libertad.
El juicio que se llevará a efecto en esta película es un magnífico ejercicio de retórica en el que, tanto el defensor, Paul Biegler (un astuto y simpatiquísimo, James Stewart), como el fiscal, Claude Dancer (agudo y manipulador, George C. Scott), sacarán a relucir sus mejores bazas, en un duelo de jurisprudencia y humanidades que dejarán ver muy clara su relevancia a la hora de resolver un crimen.
La sutil resolución nos deja con cierta desazón, pero es muy interesante (porque se asemeja mucho más al american style que a la verdadera justicia), y en todo caso, sentimos haber estado ante uno de los mejores duelos de abogados que nos haya dado el arte cinematográfico.
Con, <<ANATOMÍA DE UN ASESINATO>>, el director, Otto Preminger, ha salido al paso con un filme indispensable.
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