Yo, Daniel Blake
7.2
12,941
Drama
Por primera vez en su vida, víctima de problemas cardiacos, Daniel Blake, carpintero inglés de 59 años, se ve obligado a acudir a la asistencia social. Sin embargo, a pesar de que el médico le ha prohibido trabajar, la administración le obliga a buscar un empleo si no desea recibir una sanción. En la oficina de empleo, Daniel se cruza con Katie, una madre soltera con dos niños. Prisioneros de la maraña administrativa actual de Gran ... [+]
26 de octubre de 2023
26 de octubre de 2023
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Cómo narrar una parte en la vida de un hombre rico.
Si hubiese dos formas opuestas de hacerlo, la primera podría ser "La Huella" de Mankievicz.
La segunda sería "Yo, Daniel Blake" de Ken Loach.
La primera, en realidad, cuenta una historia sobre dos hombres que lo tienen todo.
La segunda, en realidad, habla de un hombre y una mujer que lo tienen todo.
La segunda, en realidad, habla de un hombre y una mujer que a pesar de tenerlo todo son invisibles.
La segunda, habla de dos personas que no conocen la rendición, que ponen el estándar de un ser humano a la altura en la que todos quisiéramos estar. Habla del valor que tienen dos personas a ojos de un engranaje gigante que no contempla el punto cero como punto de partida. Nos muestra varios puntos cero.
En realidad, esta película de Ken Loach nos advierte de que un pueblo que calla y asiente solo es fuerza de trabajo. Nos dice que lo que distingue a las personas es lo que desea destruir y de lo que aprende el engranaje gigante.
Loach siempre consigue que sus actores nos den enormes interpretaciones. El minimalismo formal de sus películas canaliza toda la magia hacia los aspectos político y afectivo. La cámara sencillamente se suma con humildad al proceso de contar una historia. Hay algo de pérdida en el abismo cuando un pequeño suceso ilustra otro más grande.
Si hubiese dos formas opuestas de hacerlo, la primera podría ser "La Huella" de Mankievicz.
La segunda sería "Yo, Daniel Blake" de Ken Loach.
La primera, en realidad, cuenta una historia sobre dos hombres que lo tienen todo.
La segunda, en realidad, habla de un hombre y una mujer que lo tienen todo.
La segunda, en realidad, habla de un hombre y una mujer que a pesar de tenerlo todo son invisibles.
La segunda, habla de dos personas que no conocen la rendición, que ponen el estándar de un ser humano a la altura en la que todos quisiéramos estar. Habla del valor que tienen dos personas a ojos de un engranaje gigante que no contempla el punto cero como punto de partida. Nos muestra varios puntos cero.
En realidad, esta película de Ken Loach nos advierte de que un pueblo que calla y asiente solo es fuerza de trabajo. Nos dice que lo que distingue a las personas es lo que desea destruir y de lo que aprende el engranaje gigante.
Loach siempre consigue que sus actores nos den enormes interpretaciones. El minimalismo formal de sus películas canaliza toda la magia hacia los aspectos político y afectivo. La cámara sencillamente se suma con humildad al proceso de contar una historia. Hay algo de pérdida en el abismo cuando un pequeño suceso ilustra otro más grande.
22 de diciembre de 2024
22 de diciembre de 2024
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Explícita y clara en sus mensajes. Describe el desamparo en el que se ven envueltos los dos protagonistas, fruto del caos administrativo que regula subsidios y ayudas a quienes expulsa el mercado de trabajo.
Interesante, reflexiva, tal vez cine social. En ella, se desvelan situaciones que pueden resultarnos familiares y en las que podemos vernos envueltos si la vida se nos complica.
Bien ambientada en ambientes urbanos ingleses actuales.
Interesante, reflexiva, tal vez cine social. En ella, se desvelan situaciones que pueden resultarnos familiares y en las que podemos vernos envueltos si la vida se nos complica.
Bien ambientada en ambientes urbanos ingleses actuales.
13 de enero de 2025
13 de enero de 2025
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Ken Loach ha sido un clásico del cine social durante muchas décadas. Son muchas las películas suyas que he visto en este periodo, siempre con esa pátina de izquierdismo y denuncia social. Hay que decirlo: Ken Loach lo borda. Aunque muchas de sus películas parecen la misma, cada una de ellas tiene un rango característico que la hace única. Yo, Daniel Blake tampoco falla.
Puede ser fantasiosa, puede ser maniquea, infantil y ridícula en ocasiones en su planteamiento de buenos y malos. Pero es mas que reseñable como consigue crear una atmósfera encaminada a ese torrente de sentimientos que quiere hacer brotar.
Ken Loach es epítome del cine de izquierdas, cine político que, para que negarlo, está muy pero que muy bien hecho. Mención especial merece una vez más su búsqueda de actores semi profesionales que no fallan. Loach consigue pasar por ti, y dejar huella.
Una mención cariñosa y especial merece su escena final. A la altura de una película bastante por encima de la media de lo que se suele ver.
Puede ser fantasiosa, puede ser maniquea, infantil y ridícula en ocasiones en su planteamiento de buenos y malos. Pero es mas que reseñable como consigue crear una atmósfera encaminada a ese torrente de sentimientos que quiere hacer brotar.
Ken Loach es epítome del cine de izquierdas, cine político que, para que negarlo, está muy pero que muy bien hecho. Mención especial merece una vez más su búsqueda de actores semi profesionales que no fallan. Loach consigue pasar por ti, y dejar huella.
Una mención cariñosa y especial merece su escena final. A la altura de una película bastante por encima de la media de lo que se suele ver.
22 de abril de 2023
22 de abril de 2023
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos puntos de vista posibles: la película es creíble porque muestra la realidad, los funcionarios de las administraciones son todos unos desalmados que tratan de hacer lo posible para no ayudarte o complicarte para demorar lo máximo o directamente no conceder prestaciones que te corresponden, o es mala porque incurre en burdas y fatalistas exageraciones que buscan crear un golpe de efecto y condicionar al espectador.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Yo diría que una mezcla de las dos, y aunque tanto mi mente conspiranoica como mi plebeya condición me hacen desear inclinarme por la primera opción, la de que el estado nos quiere joder cuanto más mejor, lo de la película es demasiado. No dejan respirar al protagonista. Es como si entre todos se pusieran de acuerdo en violarle lo más salvajemente posible, a cada paso que dé, unos le agarran y otros le sodomizan, por turnos. La teoría está bien, la realidad será exactamente así, (yo ya ni intento solicitar nada) pero la exposición de los hechos me parece tremendista, programada para indignante y que lo veas todo negro.
Como solución y única posibilidad de hacer resistencia y sobrevivir, se propone la unión entre los obreros, que nos ayudemos unos a otros de forma constante.
Creo que da igual quien esté en el poder, todo solo puede ir a peor, porque las deshumanizadas armas de control y de represión actualmente existentes (hablo de la burocracia y sobre todo la informatización del sistema) tienen una capacidad insultantemente poderosa de manipular y doblegar al ciudadano medio de manera casi incontestable y como les venga en gana. Personalmente opino que para tener unas prestaciones públicas tan lamentables e insatisfactorias sería mejor que directamente no existieran. De ningún tipo. Fuera todo. Los pobres ya nos buscaríamos la vida. Al menos de ese modo dejaríamos de mantener a buena parte de toda esa escoria chupóptera que se ríe en nuestra cara mamando del bote de las contribuciones que nos obligan a abonar, (de las cuales solo se pueden beneficiar cuatro gatos, yendo el resto a parar a la financiación de las mansiones, los viajes y las putas de toda esa gente a la que en realidad no necesitamos para nada).
Como solución y única posibilidad de hacer resistencia y sobrevivir, se propone la unión entre los obreros, que nos ayudemos unos a otros de forma constante.
Creo que da igual quien esté en el poder, todo solo puede ir a peor, porque las deshumanizadas armas de control y de represión actualmente existentes (hablo de la burocracia y sobre todo la informatización del sistema) tienen una capacidad insultantemente poderosa de manipular y doblegar al ciudadano medio de manera casi incontestable y como les venga en gana. Personalmente opino que para tener unas prestaciones públicas tan lamentables e insatisfactorias sería mejor que directamente no existieran. De ningún tipo. Fuera todo. Los pobres ya nos buscaríamos la vida. Al menos de ese modo dejaríamos de mantener a buena parte de toda esa escoria chupóptera que se ríe en nuestra cara mamando del bote de las contribuciones que nos obligan a abonar, (de las cuales solo se pueden beneficiar cuatro gatos, yendo el resto a parar a la financiación de las mansiones, los viajes y las putas de toda esa gente a la que en realidad no necesitamos para nada).
19 de marzo de 2017
19 de marzo de 2017
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine social de Loach, con trama casi revolucionaria en algunas ocasiones, claudicante en otras, emerge de nuevo para traernos una película entretenida y correcta. Conociendo el bagaje y la perspectiva de sus últimos trabajos, «I, Daniel Blake» continúa la esencia social, reivindicativa y solidaria. Planos cerrados, solamente abiertos para mostrar el tumulto y la decadencia de los barrios británicos apartados del lujo; fieles personajes, luchadores silenciosos de sus miserias, que desprende rayos de luz para mostrar la fuerza de la condición humana; y un guion correcto al que se le podían haber pulido las escenas sensibleras para mostrar una cinta menos capciosa y más potente.
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