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El último tango en París

Drama. Romance Una mañana de invierno un maduro norteamericano y una joven muchacha parisina se encuentran casualmente mientras visitan un piso de alquiler en París. La pasión se apodera de ellos y mantienen relaciones sexuales en el piso vacío. Cuando abandonan el edificio, ambos se ponen de acuerdo para volver a encontrarse allí, en soledad, sin preguntarse ni siquiera sus nombres. (FILMAFFINITY)
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7
5 de marzo de 2014 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un hombre maduro (Marlon Brando) y una mujer joven (Maria Schneider) convierten un piso vacío de París en el refugio y santuario de su relación de amantes sin nombre. Durante los encuentros pretender prohibir la entrada de información sobre el exterior o su pasado, y se lanzan a una vorágine de amor animal y sexo sin tabúes, pero son incapaces de desterrar el deseo de posesión del otro. EL ULTIMO TANGO EN PARIS (1972), de Bernardo Bertolucci, mito de la liberación sexual, produjo tras su estreno el éxodo de muchos españoles a la localidad francesa de Perpignan en busca de escenas tórridas de calidad. Y lo curioso es, que aún hoy, la agria y sensual película del director italiano resulta mucho más atrevida que las peliculas modernas al uso.
10
8 de julio de 2015 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obra maestra de Bernardo Bertolucci, impecable tanto en el guión como en la dirección. De todas maneras, la calidad de la pareja protagonista influyó demasiado: Marlon Brando (Paul) estuvo inmejorable -a pesar que ese mismo año grabó The Godfather, derrochó calidad y genialidad- y Maria Schneider (Jeanne), fenomenal, como su cuerpo (pero qué tales balas, concha su madre).

El film es poesía pura en forma visual. Paul luego del suicidio de su esposa murió por dentro, no tenía razón para vivir. Luego de una relación netamente carnal con Jeanne, una veinteañera que conoció en su departemento, Paul descubre que le dio color a su vida, que sin querer le dio luz en cada amanecer. Como en las obras clásicas el final es trágico pero necesario. "Todos los recuerdos son mierda, fuera de este lugar todo es mierda".

Para finalizar, el grado de erotismo de la película es elevadísimo. Hubieron muchas escenas de sexo implícito. La escena de la mantequilla es inolvidable, creo que después de eso no volveré a comer esa huevada nunca más.
7
31 de diciembre de 2016 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Extraña y hermosa película de la mano del siempre controvertido (y talentoso) Bernardo Bertolucci. "El último tango en París" siempre irá, desgraciadamente, asociado a cierta polémica escena y el uso de la mantequilla. Aunque exageradas en algunos mentideros, las noticias no dejan en buen lugar ni al protagonista (Marlon Brando) ni al cineasta italiano, quienes demostrando que el talento cinematográfico no tiene por qué ir acompañado con el buen trato.

Y es una pena porque este film pudo ser la catapulta para una incipiente actriz, Maria Schneider. La joven consigue dar muchísimo papel, pudiendo estar a la altura del mismísimo Brando (quien tiene uno de los más duros y brillantes monólogos que se le recuerdan) en todo momento, creándose un inesperado romance donde el sexo salvaje, la mentira, el maltrato psicológico y la pasión se pondrán a prueba.

El último tango no es un baile simple. Dos desconocidos que no desean saber ni el nombre de pila del otro se van a sumergir en un abismo. Como decía Nietzsche, de tanto observar la profundidad del mismo, el norteamericano y la chica parisina permitirán al abismo mirar en ellos dos. Quizás no les guste lo que vean.

Bertolucci y su equipo vuelven a demostrar que con un punto de arranque que no discreparía en nada de una cinta porno se puede sacar auténtico petróleo artístico, firmando un tratado irregular y sórdido, pero con muchísimos momentos brillantes.

La pareja de intérpretes están memorables, hasta el punto de que casi nos estorba cualquier posible subtrama que no les implique a ellos directamente...
2
8 de abril de 2020 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para muchos críticos, los setenta fue una epoca magistral para el cine. El nacimiento de los grandes renovadores del cine clásico. Que sacaron grandes maravillas.
Pero lo que yo veo es que fue una epoca de gran experimentación, de gran desmesura. Y eso no necesariamente quiere decir bueno. Que algo rompa con el molde no quiere decir que vaya a ser un progreso. El romper con el molde es simplemente eso...
Y puede ser que muchos de esos directores en un futuro se conviertieran en hacedores de grandes cosas. Pero en estos años, me pasa de que la mayoria de las películas me parecen irreales. Con situaciones impostadas, con sobreactuaciones por doquier, con saltos de personalidad constante del llanto a la risa en cuestión de segundos, con ediciones realizadas a hachazos, con ambientaciones sonoras desastrozas.
Obvio que no todo lo de esos tiempos fue asi. Pero muchos de los mitos de aquellos tiempos va por donde digo.
Y este es uno de esos casos. Esta pelicula es calificada por muchos como obra maestra. La actuación de Marlon Brando descripta como magistral. La dirección de Bertolucci definida como excepcional. Y la figura de Maria Schneider como la de Venus hecha mujer. Y visto esto hoy, con ojos de año 2020, esta muy lejos de serlo.
La historia se centra en una historia de amor (si es que asi lo quieren ver algunos, para mi es algo puramente sexual con algunos toques leves de sado masoquismo) entre una joven y un tipo cincuenton recientemente viudo.
Ya el arranque es increible: se encuentran en un departamento por casualidad, y casi sin mediar palabras, tienen sexo. ¿Por qué? ¿Marlon Brando era alguien irresistible? Me da la impresión que solo si era Marlon Brando, el actor, y una fan de el se lo cruzaba. Pero si es por el personaje en si...
A partir de alli, acuerdan encontrarse cada tanto en el departamento cada tanto, simplemente para dar rienda suelta a sus revolcones. Ella una chica de origen conservador, y con un novio con aires de cineasta, pero casi semi idiota en lo que se muestra aca, y el un reciente viudo y con multiples traumas.
A partir de alli, una serie de dislates, de actuaciones disparatadas (o sobreactuaciones) tanto de los protagonistas como de los personajes secundarios, que dan vergüenza ajena. Esto acentuado por el doblaje que se hacia en esos tiempos, que hacia mas irreal el asunto. Con Marlon Brando paseando su depresión, la mitad de la cinta diciendo guarangadas como si fueran grandes cuestiones filosoficas, y Maria Schneider mostrando su desnudez y su vello pubico que resalta por sobre todas las cosas, sobre todo para los de estas epocas.
Para algunos, obra maestra vaya a saber por qué. Buscando sentido y mensajes a determinadas imagenes, cosa que si yo me pusiera media pila lo podria encontrar en el 99 % de las películas. Tratando de explicar en comentarios ideas que van mucho mas alla de lo que se ve en pantalla transmite. Sobrevalorando en exceso lo visto.
Para otros, el sumun del aburrimiento.
Para otro grupo, en el que me incluyo, una pelicula sobrevalorada, que estuvo hecha para escandalizar en su momento, pero que hoy, casi cincuenta años después, da risa. Estoy sazonado, como dije, por actuaciones delirantes, que van del llanto a la risa en segundos, igual que del amor incondicional a la nada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Basta ver los ultimos minutos, para que se vea esto que digo, de que el cine de los setenta parece hecho a hachazos: Jeanne va a buscar a su lugar de encuentro a Paul, casi desesperada. No encuentra nada y queda desconsolada. Sale a la calle y el la busca. Ella le dice que no quiere saber nada (es histeria, idiotez o que se yo?). Van juntos a un lugar donde tocan tangos (es un concurso parece), se emborrachan, empiezan a hacer payasadas, ella se rie, pone cara triste, hace pucheros, casi todo al mismo tiempo. Luego ella se escapa y el la persigue. Llegan a la casa materna de ella, ella lo mata y empieza a elaborar discursos para decir frente a la policia para justificar esto. Todo esto en cuestión de minutos. En el filme y en la historia. ¿Hay algo que me perdi?
8
26 de octubre de 2024 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué se puede decir más?; tras una película así se ha desatado más literatura sobre todo lo que la rodea que una mínima parte de los comentarios son sobre lo que creo yo que el italiano Bernardo quería enseñarnos, más allá del resbalón de la mantequilla, de sus cuerpos desnudos y la diferencia de edad entre ellos. Mucha tinta, ríos de tinta sobre una película que es un mito, los españolitos subiendo a Perpignan a hacer cola para verla y claro, quedar satisfechos porque vieron lo que querían ver. ¿Alguien entendió el mensaje?; qué más les daba... Incluso vista hoy muchos se quejarán, que no es para tanto, que sus ideas son dos líneas y que sólo se destaca a Brando..

A mí me parece monumental que no sepan ni cómo se llaman, ni sus nombres, puertas adentro de ese piso se van conociendo poco a poco, follan como les da la gana y quedan atrapados el uno del otro, se necesitan, y tras esa esencia carnal y física aparece algo más, una necesidad humana que desconocían y los une más aún. Se trata de algo que va más allá de lo que querían, sobre todo él. Porque con un apretón todo se soluciona, pero cuando es uno detrás de otro el factor humano es clave. Hay escenas que son míticas, de acuerdo, una actuación soberbia de él, pero sobre todo destaco esa relación humana... la decisión de ella, y la de él, en última instancia, también...
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