Superman: La película
1978 

6.7
81,245
Ciencia ficción. Fantástico. Aventuras
Desde una galaxia remota, un recién nacido es enviado por sus padres al espacio debido a la inminente destrucción del planeta donde viven. La nave aterriza en la Tierra, y el niño es adoptado por unos granjeros que le inculcan los mejores valores humanos. Con los años, el joven se irá a Metrópolis y allí usará sus poderes sobrenaturales para luchar contra el mal. (FILMAFFINITY)
1 de mayo de 2020
1 de mayo de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Encantador regreso a la infancia. Infantil, con una trama simplísima, con unos malos de tebeo y unos efectos especiales de cartón piedra (¡ese planeta Kripton!) pero ay como te hace soñar. Nunca ha habido un Superman más atractivo ni una Louise Lane menos atractiva, pero cuando vuelan juntos te dan ganas de saltar con ellos y que te lleve a tí sujeto por un dedo. Te deja todo el espacio a tu imaginación y no te intenta impresionar a base del mayor estallido y la imagen más increible. Hice la prueba empirica de esto al ver con mis hijos pequeños esta versión y la más reciente de Zack Snyder y, a pesar de ser la misma historia, les gustó muchísimo más la antigua. Les atacaba mucho menos, les dejaba volar más.
Ah....y esa banda sonora...
En fin, un clásico.
Ah....y esa banda sonora...
En fin, un clásico.
9 de diciembre de 2021
9 de diciembre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algunas películas son clásicos en sí mismas. Quizá no sean perfectas... pero es que tampoco les hace falta. Al hilo de volver a ver en televisión esta película, escribo mis sensaciones sobre la misma.
Yo la vi de estreno en el cine... hace tantos años ya que casi ni me acuerdo. Miento... me acuerdo perfectamente de esa sensación de magia, que hace que levites en la butaca, y que sólo está al alcance de unos pocos largometrajes. Éste, es uno de ellos.
Y es que todo el mundo conoce al bueno de Reeve por ser Superman, y a Superman por ser Reeve. A pesar de cierto aspecto chillón de su traje (en realidad clavado al de los comics), encajó perfectamente en su papel, haciéndole mundialmente conocido.
La película se acompañó de secundarios de lujo que, curiosamente, aparecieron siempre delante del propio Reeve en el reparto. Era un desconocido. Ahí estaban el dios Brando, Gene Hackman, Gleen Ford, Trevor Howard o Jackie Cooper. La idea era arropar a ese actor desconocido con nombres que tuvieran más empaque pero que, evidentemente, no encajaban en el arquetipo de nuestro héroe de Krypton.
Los efectos especiales muy acordes a la época. Es verdad que, visto desde el momento actual, nos parecen muy limitados. Pero en su momento fueron la caña y la gente se tiraba desde las ventanas con la "intención" de volar.
Disfrutable al 100%. Una aventura de las que, en el momento actual, el cine parece incapaz de hacer, sujeto a unos condicionantes nada cinematográficos.
Así que, gracias Reeve por todo lo que nos has dejado. El cielo seguro que compensa con creces, la mala fortuna que te deparó la vida. En mi memoria, su vuelo nunca dejará de emocionarme.
A la zona de los chivatazos.
Yo la vi de estreno en el cine... hace tantos años ya que casi ni me acuerdo. Miento... me acuerdo perfectamente de esa sensación de magia, que hace que levites en la butaca, y que sólo está al alcance de unos pocos largometrajes. Éste, es uno de ellos.
Y es que todo el mundo conoce al bueno de Reeve por ser Superman, y a Superman por ser Reeve. A pesar de cierto aspecto chillón de su traje (en realidad clavado al de los comics), encajó perfectamente en su papel, haciéndole mundialmente conocido.
La película se acompañó de secundarios de lujo que, curiosamente, aparecieron siempre delante del propio Reeve en el reparto. Era un desconocido. Ahí estaban el dios Brando, Gene Hackman, Gleen Ford, Trevor Howard o Jackie Cooper. La idea era arropar a ese actor desconocido con nombres que tuvieran más empaque pero que, evidentemente, no encajaban en el arquetipo de nuestro héroe de Krypton.
Los efectos especiales muy acordes a la época. Es verdad que, visto desde el momento actual, nos parecen muy limitados. Pero en su momento fueron la caña y la gente se tiraba desde las ventanas con la "intención" de volar.
Disfrutable al 100%. Una aventura de las que, en el momento actual, el cine parece incapaz de hacer, sujeto a unos condicionantes nada cinematográficos.
Así que, gracias Reeve por todo lo que nos has dejado. El cielo seguro que compensa con creces, la mala fortuna que te deparó la vida. En mi memoria, su vuelo nunca dejará de emocionarme.
A la zona de los chivatazos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Para empezar, la BSO del insigne John Williams... una de las mejores que ha compuesto nunca, vibrante, tatareable, imposible de olvidar, cálida y emocionante. No fue recompensada con Oscar, supongo que la sombra de La Guerra de las Galaxias, seguía siendo alargada. Pero como he dicho, para mi es una de las mejores de toda su carrera.
Margot Kidder en el papel de Lois Lane... no era perfecta, no era hermosa, no era voluptuosa.. era una mujer normal, con cierto atractivo pero que encajaba como un guante en el papel y hacía disfrutable cada secuencia en la que aparecía. El contrapunto perfecto de Clark Kent y de Superman.
Gene Hackman lo borda como Lex Luthor dejando en mantillas al de Kevin Speacy... claro que Hackman siempre ha sido un actor como la copa de un pino, de los de antes. No de los melifluos actuales. Su exagerado histrionismo interpretando al maravilloso villano, hacía que la pantalla se ensanchara para darle cabida.
Marlon Brando y Glen Ford... dos actores del cine clásico. Muchos kilates... a pesar de lo que se diga, Brando lo hizo bien. Pero si tuviera que quedarme con uno de los dos, me quedaría con Ford que, con una breve y emotiva aparición como padre adoptivo de Superman, hace que la emoción desborde los planos.
Una magnífica fotografía y una acertadísima dirección hacen de la película un goce visual. Donner empezó a grabar al mismo tiempo la segunda parte, pero después no sería el encargado de sacar adelante dicha parte por desavenencias con el equipo de producción. Pero eso es ya, otra historia.
Y un Reeve que lo mismo hacía bien el papel de Superman, que el de Clark Kent, metido de lleno en su personaje y quedando para siempre en la memoria de todos los que hemos visto la película. Podriamos decir que Christopher es a Superman, lo que Weismuller a Tarzán.
Lástima que después de la segunda parte, todo se viniera abajo. Nuestro chicarrón de pelo moreno no se lo mereció nunca. Pero a veces con poco, uno se queda en los libros y en las retinas para siempre.
Mágica.
Margot Kidder en el papel de Lois Lane... no era perfecta, no era hermosa, no era voluptuosa.. era una mujer normal, con cierto atractivo pero que encajaba como un guante en el papel y hacía disfrutable cada secuencia en la que aparecía. El contrapunto perfecto de Clark Kent y de Superman.
Gene Hackman lo borda como Lex Luthor dejando en mantillas al de Kevin Speacy... claro que Hackman siempre ha sido un actor como la copa de un pino, de los de antes. No de los melifluos actuales. Su exagerado histrionismo interpretando al maravilloso villano, hacía que la pantalla se ensanchara para darle cabida.
Marlon Brando y Glen Ford... dos actores del cine clásico. Muchos kilates... a pesar de lo que se diga, Brando lo hizo bien. Pero si tuviera que quedarme con uno de los dos, me quedaría con Ford que, con una breve y emotiva aparición como padre adoptivo de Superman, hace que la emoción desborde los planos.
Una magnífica fotografía y una acertadísima dirección hacen de la película un goce visual. Donner empezó a grabar al mismo tiempo la segunda parte, pero después no sería el encargado de sacar adelante dicha parte por desavenencias con el equipo de producción. Pero eso es ya, otra historia.
Y un Reeve que lo mismo hacía bien el papel de Superman, que el de Clark Kent, metido de lleno en su personaje y quedando para siempre en la memoria de todos los que hemos visto la película. Podriamos decir que Christopher es a Superman, lo que Weismuller a Tarzán.
Lástima que después de la segunda parte, todo se viniera abajo. Nuestro chicarrón de pelo moreno no se lo mereció nunca. Pero a veces con poco, uno se queda en los libros y en las retinas para siempre.
Mágica.
20 de junio de 2022
20 de junio de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con tan sólo iniciar, el espectador podrá notar que no es la misma que las adaptaciones antes de esta producción, es algo único, la primera película legítima del hombre de acero.
Esta obra tiene una forma cinematográfica de contar la historia que ninguna otra película ha tenido jamás, un sola escena tiene la cámara en el lugar correcto, muchas veces sintiéndose como un cómic, con esa bella música y las actuaciones solemnes y heróicas de los personajes. Superman es el típico héroe, y Lex Luthor el típico villano, pero una hora de desarrollo y el carisma de la película logra que se disfruten ambos tropos en su estado más puro y dando el mensaje del bien y el mal.
Escenarios magníficos, con el héroe mostrando salvación tanto a un gran avión como a una pequeña niña con un gato, con el villano a punto de destruir un pueblo entero por su ambición y una crítica constante al gobierno que realmente sorprende.
¡Pero hey! no todo es el bien y el mal, ahí tenemos al alivio cómico, que parece que hace una película de comedia entera aunque el ambiente sea muy tenso, a Luisa Lane, es una gran personaje, cómo se va enamorando de Superman, sus reportajes y cómo los mejora y el por ahora inútil pero simpático Jaime (el jefe de estos me acuerda a J. J. Jameson)
Aunque puede que Superman aparezca un poco tarde, todo lo que pasa antes y su desarrollo vale completamente la pena, sabe ponerse seria cuando debe, y el final, que antes no entendía, ahora es claro y muy poético.
Eso sí, es un Deus Ex Machina en toda regla, ojo.
Muy recomendable, se merece ser el inicio de los héroes.
Esta obra tiene una forma cinematográfica de contar la historia que ninguna otra película ha tenido jamás, un sola escena tiene la cámara en el lugar correcto, muchas veces sintiéndose como un cómic, con esa bella música y las actuaciones solemnes y heróicas de los personajes. Superman es el típico héroe, y Lex Luthor el típico villano, pero una hora de desarrollo y el carisma de la película logra que se disfruten ambos tropos en su estado más puro y dando el mensaje del bien y el mal.
Escenarios magníficos, con el héroe mostrando salvación tanto a un gran avión como a una pequeña niña con un gato, con el villano a punto de destruir un pueblo entero por su ambición y una crítica constante al gobierno que realmente sorprende.
¡Pero hey! no todo es el bien y el mal, ahí tenemos al alivio cómico, que parece que hace una película de comedia entera aunque el ambiente sea muy tenso, a Luisa Lane, es una gran personaje, cómo se va enamorando de Superman, sus reportajes y cómo los mejora y el por ahora inútil pero simpático Jaime (el jefe de estos me acuerda a J. J. Jameson)
Aunque puede que Superman aparezca un poco tarde, todo lo que pasa antes y su desarrollo vale completamente la pena, sabe ponerse seria cuando debe, y el final, que antes no entendía, ahora es claro y muy poético.
Eso sí, es un Deus Ex Machina en toda regla, ojo.
Muy recomendable, se merece ser el inicio de los héroes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me quiero coger a Luisa Laine, está buenísima.
Digo, épica la parte donde ella muere, la única vez donde se le ve a Superman domado por sus emociones.
Digo, épica la parte donde ella muere, la única vez donde se le ve a Superman domado por sus emociones.
30 de diciembre de 2022
30 de diciembre de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
De igual modo que hay a quien se le recomienda no manejar maquinaria pesada tras haber consumido no sé qué, a los niños de la época se nos avisaba que no debíamos tratar de repetir luego, acaso un vuelo regenerador desde el Viaducto, lo que íbamos a ver en la pantalla grande; y lo que íbamos a ver en la pantalla grande no era sino a un imponente Christopher Reeve, supermán del derecho y del revés, inmiscuyéndose para bien en la Historia de los Hombres.
Son tan palmarias las similitudes de la trama del hombre de acero con parte de lo narrado en los evangelios que, todavía hoy, cuesta desligar a lo uno de lo otro. Y es que, por desgracia, parece siempre este mundo, cuando muchos de sus salvadores partieron ya hacia las estrellas, muy necesitado de esperanzas y de héroes.
Es extraordinaria, desde el kriptoniano principio al terrícola final, la cinta de Richard Donner. Y es acaso porque hay un pequeño Cristopher Reeve dentro de cada uno de los que éramos niños por aquellos días que, en absoluta obediencia a lo que decía una bondadosa anciana de cabello plateado entre los maizales la noche antes de comenzar Supermán su vida pública, nosotros, ni a ella ni a la película, las hemos olvidado.
Son tan palmarias las similitudes de la trama del hombre de acero con parte de lo narrado en los evangelios que, todavía hoy, cuesta desligar a lo uno de lo otro. Y es que, por desgracia, parece siempre este mundo, cuando muchos de sus salvadores partieron ya hacia las estrellas, muy necesitado de esperanzas y de héroes.
Es extraordinaria, desde el kriptoniano principio al terrícola final, la cinta de Richard Donner. Y es acaso porque hay un pequeño Cristopher Reeve dentro de cada uno de los que éramos niños por aquellos días que, en absoluta obediencia a lo que decía una bondadosa anciana de cabello plateado entre los maizales la noche antes de comenzar Supermán su vida pública, nosotros, ni a ella ni a la película, las hemos olvidado.
18 de abril de 2023
18 de abril de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los hermanos Warner están de cumpleaños, por tanto, felicidades en su 100 aniversario. Y han aprovechado para anunciar y organizar el reestreno en salas, durante el vigente 2023, de clásicos inolvidables de la franquicia como son “El Exorcista”, “La Naranja Mecánica”, y “Uno de los Nuestros”, entre otros. Apuesta, que en principio, causa, al que subscribe, una gran sorpresa y, por otro lado, una enorme felicidad, por tener la oportunidad de re-visionar y revivir películas, en gran formato, que han marcado una época. Me veo por ello en la obligación de felicitar nuevamente a los “Bros”. Fieles a su promesa, desde el pasado 14 de abril figura en la oferta de cartelera, de distintos cines españoles, la cinta “Superman”, de la DC (Detective Comics). Por lo que se suma otro título emblemático, no como “remake”, ni como “spin off”, ni como precuela, ni secuela, como, por otra parte, tan de moda está en la actualidad, sino como remasterización de la pieza original de 1978.
No he pasado por taquilla, todavía, y antes de hacerlo, pretendidamente, he querido incluir esta entrada en el post para así mostrar la impresión que esta me causó cuando la visione en su estreno original, allá por el 1979, siendo un niño, y su posterior re-visionado televisivo dos o tres años más tarde. Temo que ese dulce sabor se diluya, pero, por otra parte, ansío rememorar el sabor a “Chimos”.
“Superman”, fue mi primera película no-infantil en el cine, “Carros de Fuego” la segunda. Ambas me impresionaron de igual manera. También, me vi desbordado, más si cabe, por el escenario de ceremonias y su inmensidad. Un extinto cine construido a la antigua usanza, esos con patio de butacas, entresuelo, anfiteatro y principal que, a mis ojos, más se aproximaba a un templo o catedral que a una sala de proyección. No contaba, por descontado, ni con Dolby Surround ni tecnología ultra 8k, no hacía falta. En su lugar, se superaban, con holgura, los tres centenares de almas expectantes a que las luces, por fin, se apagasen y diese comienzo el espectáculo, no sin antes visionar de manera preceptiva, ya no obligatoria, el noticiero cinematográfico NODO, heredado de la ya extinta etapa franquista.
Por fin empieza. “¡Me han engañado!”, pensé, no es lo que había escuchado sobre ella, la misma por la que corría el rumor de qué niños americanos se tiraban por las ventanas, después de haberla visto, emulando a un hombre volador. “¡No puede ser!, esta es otra, esta es de naves espaciales y extraterrestres”. Pasó un buen rato hasta que caí en la cuenta que estaba en la película correcta. “¡Ostras!, si yo fuera capaz de hacer eso en el patio del colegio”, exclamaba en mi interior, al ver como el pequeño Clark levantaba la camioneta de su padre con un solo brazo. Luego todo fue mejorando por momentos, creo que no pestañeé ni una sola vez hasta su final. De camino a casa, en el coche, reflexionaba. Suponía que no iba a ser fácil tener novia, viendo a Superman todo lo que tuvo que hacer, para impresionar y ligarse a la bella e inteligente Lois Lane. También me preguntaba, ¿cómo era posible que unas simples gafas de pasta pudieran evitar que fuese reconocido por gente a la que veía todos los días, y yo, que lo acababa de ver por primera vez hacía un rato, lo reconociera al instante?. “Cosas de mayores”, pensé.
Ya la segunda vez, anunciada por el único canal disponible de la televisión, iba preparado. Se había perdido el elemento sorpresa, sin embargo, la ilusión permanecía intacta y en este segundo visionado salieron a relucir otros matices. ¿Un hombre o al menos con apariencia humana, que no es de este mundo, con poderes sobre naturales y que por encima de todo su finalidad es hacer el bien y ayudar al prójimo desinteresadamente?. Quieto, que esto me suena, esto ya lo he visto antes, en otro lugar. Por aquel entonces, no hacía mucho que había hecho la Primera Comunión, en cuya catequesis preparatoria me habían machacado, supongo, como a todo hijo de vecino, con el Nuevo Testamento. Y es ahí donde vi la similitud. Ese superhombre, si no es Jesucristo, se le parece mucho. Pero algo no cuadraba. Superman era un personaje, no existía, en cambio, Jesús, me habían insistido hasta la saciedad, que sí, que es real. “Cosas de mayores”, volví a pensar.
Yo, en aquel entonces, estaba en cosas de pequeños, por lo que no me preocupaba y desconocía quien eran Marlon Brando, Gene Hackman, Glenn Ford, Ned Beaty, Margot Kidder al igual que Chistopher Reeve. Bueno, a decir verdad, este último no lo conocía ni yo, ni nadie, hasta ese entonces. Desconocía incluso quien era Richard Donner que a la postre diera forma, entre otras, a “La Profecía” o a “Los Goonies”, iconos de una generación. Tampoco sabía que la mítica banda sonora que tanto me emocionó la había compuesto un tal John Williams, ni que el tal Chistopher Reeve iba a ser el mejor Superman que iba a ver jamás, ni que, 44 años después, iba a tener la oportunidad de volver a un cine para re-visionar su inigualable trabajo. “Cosas del destino”, pienso.
No he pasado por taquilla, todavía, y antes de hacerlo, pretendidamente, he querido incluir esta entrada en el post para así mostrar la impresión que esta me causó cuando la visione en su estreno original, allá por el 1979, siendo un niño, y su posterior re-visionado televisivo dos o tres años más tarde. Temo que ese dulce sabor se diluya, pero, por otra parte, ansío rememorar el sabor a “Chimos”.
“Superman”, fue mi primera película no-infantil en el cine, “Carros de Fuego” la segunda. Ambas me impresionaron de igual manera. También, me vi desbordado, más si cabe, por el escenario de ceremonias y su inmensidad. Un extinto cine construido a la antigua usanza, esos con patio de butacas, entresuelo, anfiteatro y principal que, a mis ojos, más se aproximaba a un templo o catedral que a una sala de proyección. No contaba, por descontado, ni con Dolby Surround ni tecnología ultra 8k, no hacía falta. En su lugar, se superaban, con holgura, los tres centenares de almas expectantes a que las luces, por fin, se apagasen y diese comienzo el espectáculo, no sin antes visionar de manera preceptiva, ya no obligatoria, el noticiero cinematográfico NODO, heredado de la ya extinta etapa franquista.
Por fin empieza. “¡Me han engañado!”, pensé, no es lo que había escuchado sobre ella, la misma por la que corría el rumor de qué niños americanos se tiraban por las ventanas, después de haberla visto, emulando a un hombre volador. “¡No puede ser!, esta es otra, esta es de naves espaciales y extraterrestres”. Pasó un buen rato hasta que caí en la cuenta que estaba en la película correcta. “¡Ostras!, si yo fuera capaz de hacer eso en el patio del colegio”, exclamaba en mi interior, al ver como el pequeño Clark levantaba la camioneta de su padre con un solo brazo. Luego todo fue mejorando por momentos, creo que no pestañeé ni una sola vez hasta su final. De camino a casa, en el coche, reflexionaba. Suponía que no iba a ser fácil tener novia, viendo a Superman todo lo que tuvo que hacer, para impresionar y ligarse a la bella e inteligente Lois Lane. También me preguntaba, ¿cómo era posible que unas simples gafas de pasta pudieran evitar que fuese reconocido por gente a la que veía todos los días, y yo, que lo acababa de ver por primera vez hacía un rato, lo reconociera al instante?. “Cosas de mayores”, pensé.
Ya la segunda vez, anunciada por el único canal disponible de la televisión, iba preparado. Se había perdido el elemento sorpresa, sin embargo, la ilusión permanecía intacta y en este segundo visionado salieron a relucir otros matices. ¿Un hombre o al menos con apariencia humana, que no es de este mundo, con poderes sobre naturales y que por encima de todo su finalidad es hacer el bien y ayudar al prójimo desinteresadamente?. Quieto, que esto me suena, esto ya lo he visto antes, en otro lugar. Por aquel entonces, no hacía mucho que había hecho la Primera Comunión, en cuya catequesis preparatoria me habían machacado, supongo, como a todo hijo de vecino, con el Nuevo Testamento. Y es ahí donde vi la similitud. Ese superhombre, si no es Jesucristo, se le parece mucho. Pero algo no cuadraba. Superman era un personaje, no existía, en cambio, Jesús, me habían insistido hasta la saciedad, que sí, que es real. “Cosas de mayores”, volví a pensar.
Yo, en aquel entonces, estaba en cosas de pequeños, por lo que no me preocupaba y desconocía quien eran Marlon Brando, Gene Hackman, Glenn Ford, Ned Beaty, Margot Kidder al igual que Chistopher Reeve. Bueno, a decir verdad, este último no lo conocía ni yo, ni nadie, hasta ese entonces. Desconocía incluso quien era Richard Donner que a la postre diera forma, entre otras, a “La Profecía” o a “Los Goonies”, iconos de una generación. Tampoco sabía que la mítica banda sonora que tanto me emocionó la había compuesto un tal John Williams, ni que el tal Chistopher Reeve iba a ser el mejor Superman que iba a ver jamás, ni que, 44 años después, iba a tener la oportunidad de volver a un cine para re-visionar su inigualable trabajo. “Cosas del destino”, pienso.
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