Mátalos suavemente
2012 

5.8
29,411
Cine negro. Thriller
Dos ex-convictos no demasiado brillantes son contratados para asaltar una lucrativa partida ilegal de poker. Las culpas recaerán sobre el organizador del juego y los ladrones podrán empezar una nueva vida. Por desgracia, el dinero robado pertenece a la mafia, que se pone en contacto con el investigador y asesino Jackie Cogan para encontrar a los culpables. (FILMAFFINITY)
25 de febrero de 2013
25 de febrero de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Andrew Dominik después de la sonada 'El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford', dejo el cine durante un tiempo, la película dejo conmocionado al publico, por aburrida o por buena, pero consigo hacerse un hueco en el genero Western. Todo el mundo se froto las manos con la vuelta a la dirección de Dominik, ademas volvió muy bien acompañado. Repetía Brad Pitt, James Gandolfini y volvía de entre los muertos Ray Liotta. Todo parecía estupendo, parecía. Su anterior película creo una gran polémica entorno a ella, pero algo es indudable, tiene una gran calidad, pero en 'Mátalos suavemente', la cosa cambia.
'Mátalos suavemente' se cree mayor de lo que realmente es. De primeras tenemos un simple, pero interesante, Thriller con tintes de cine negro. La película por si sola, con su argumento, funcionaría a la perfección, porque el guión es bueno, pero no ágil, y las interpretaciones soberbias, es una de las cosas que consigue salvar la película. Pero mientras estamos enterándonos del argumento, no paran de golpearnos la cabeza con momentos políticos. Sin ninguna ligereza, el espectador siente como la película va comiéndole el coco, le va preparando para un mensaje critico de la política. Durante toda la película veremos a Obama y a Bush dando sus discursos, la radio dando la tabarra sobre la situación socio-política de EEUU y sino poniendo canciones que metafóricamente hablan de la situación americana.
No puedo dejar de sentirme engañado, la promoción te acribilla con un Thriller, pero esa parte de la película, es una forma de contar el verdadero mensaje de ella. Si se consigue unir esos dos conceptos, bienvenido sea, una película que vale por dos, pero error. La primera capa de 'Mátalos Suavemente' es simplemente una tapadera para la segunda, no esta cuidada para que funcione por sí misma. Una autentica lastima, pero esa segunda capa, obviamente te va preparando para algo. La película no critica la política, la enseña y nosotros la juzgamos, pero el continuo recordatorio hace que el espectador exija una recompensa, pero solamente nos da un monologo de Brad Pitt al final bastante soso, no termina de cerrar lo que cuenta, por lo tanto ninguna capa llega a funcionar del todo, se queda a medias en las dos cosas que cuenta. Con algo mas de conciencia en el trabajo que tenían entre manos, podrían haber creado una obra grande, pero se queda en un intento interesante, un intento bastante aburrido.
'Mátalos suavemente' se cree mayor de lo que realmente es. De primeras tenemos un simple, pero interesante, Thriller con tintes de cine negro. La película por si sola, con su argumento, funcionaría a la perfección, porque el guión es bueno, pero no ágil, y las interpretaciones soberbias, es una de las cosas que consigue salvar la película. Pero mientras estamos enterándonos del argumento, no paran de golpearnos la cabeza con momentos políticos. Sin ninguna ligereza, el espectador siente como la película va comiéndole el coco, le va preparando para un mensaje critico de la política. Durante toda la película veremos a Obama y a Bush dando sus discursos, la radio dando la tabarra sobre la situación socio-política de EEUU y sino poniendo canciones que metafóricamente hablan de la situación americana.
No puedo dejar de sentirme engañado, la promoción te acribilla con un Thriller, pero esa parte de la película, es una forma de contar el verdadero mensaje de ella. Si se consigue unir esos dos conceptos, bienvenido sea, una película que vale por dos, pero error. La primera capa de 'Mátalos Suavemente' es simplemente una tapadera para la segunda, no esta cuidada para que funcione por sí misma. Una autentica lastima, pero esa segunda capa, obviamente te va preparando para algo. La película no critica la política, la enseña y nosotros la juzgamos, pero el continuo recordatorio hace que el espectador exija una recompensa, pero solamente nos da un monologo de Brad Pitt al final bastante soso, no termina de cerrar lo que cuenta, por lo tanto ninguna capa llega a funcionar del todo, se queda a medias en las dos cosas que cuenta. Con algo mas de conciencia en el trabajo que tenían entre manos, podrían haber creado una obra grande, pero se queda en un intento interesante, un intento bastante aburrido.
17 de marzo de 2013
17 de marzo de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Partiendo de una trama tremendamente simple, pero con un gran saber hacer las cosas nos llega Killing Them Softly. Grandiosas interpretaciones, acción brutal y unas conversaciones entre mafiosos curtidos simplemente sublimes, que sin duda recuerdan a los grandes del género como Tarantino o Guy Richie. Sin duda alguna una de las más esperadas durante el Festival de Cannes y una seria candidata a la Palma de Oro.
A Jackie Cogan le han encomendado una misión muy simple. Buscar y encargarse de los tipejos que se dedican a asaltar las partidas ilegales de póker que monta la mafia en varios locales. Cogan pone una tarifa para realizar el encargo y su buen hacer en el oficio. Con el acuerdo cerrado se pone manos a la obra.
Andrew Dominik es el encargado de dirigir la adaptación de la novela escrita por George V. Higgins, Cogan's Trade y lo realiza con gran maestría. Para ello cuenta con un reparto repleto de secundarios de lujo como Ray Liotta o James Gandolfini, los cuales, sobretodo Gandolfini deja su sello Made in The Sopranos lo cual es de mucho agradecer. Pero hay que hacer una mención especial a la inconmensurable interpretación que firma Brad Pitt, el cual sin duda lo vuelve a hacer, y es que este actor tiene magia, cuando uno es bueno en algo el resto viene solo. Todo esto apoyado por un trabajo de fotografía excelente y el brillante guion creado por el mismo director de la cinta.
Sin duda alguna indispensable thriller mafioso, con escenas de acción realmente cargadas de brutalidad, pero todo llevado a cabo con gran elegancia. Antes que te des cuenta la película ha terminado y te quedas con ganas de más.
http://www.terrorweekend.com/2012/05/killing-them-softly-review.html
A Jackie Cogan le han encomendado una misión muy simple. Buscar y encargarse de los tipejos que se dedican a asaltar las partidas ilegales de póker que monta la mafia en varios locales. Cogan pone una tarifa para realizar el encargo y su buen hacer en el oficio. Con el acuerdo cerrado se pone manos a la obra.
Andrew Dominik es el encargado de dirigir la adaptación de la novela escrita por George V. Higgins, Cogan's Trade y lo realiza con gran maestría. Para ello cuenta con un reparto repleto de secundarios de lujo como Ray Liotta o James Gandolfini, los cuales, sobretodo Gandolfini deja su sello Made in The Sopranos lo cual es de mucho agradecer. Pero hay que hacer una mención especial a la inconmensurable interpretación que firma Brad Pitt, el cual sin duda lo vuelve a hacer, y es que este actor tiene magia, cuando uno es bueno en algo el resto viene solo. Todo esto apoyado por un trabajo de fotografía excelente y el brillante guion creado por el mismo director de la cinta.
Sin duda alguna indispensable thriller mafioso, con escenas de acción realmente cargadas de brutalidad, pero todo llevado a cabo con gran elegancia. Antes que te des cuenta la película ha terminado y te quedas con ganas de más.
http://www.terrorweekend.com/2012/05/killing-them-softly-review.html
7 de abril de 2013
7 de abril de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sensacional película de la adaptación de la novela George V. Higgins, que aunque no contiene demasiada acción, entretiene y engancha desde el principio, a pesar de que el film contenga escenas algo lentas. No sé cómo será la novela de dónde procede esta peli (seguro que mejor que la película) pero lo que sí sé con toda seguridad es que esta película es una pasada, aunque yo personalmente hubiese preferido algo más de acción en el film, pero los diálogos están bien, la verdad, sin olvidar los buenos actores con los que cuenta como Bradd Pitt, James Gandolfini o Ray Liotta.
Lo dicho, que es una buena película, y no sólo por el nombrecito que tiene la peli, si no por lo guay que es, ya que a mí me ha llegado a gustar lo suficiente como para que esté entre mis favoritas.
Lo dicho, que es una buena película, y no sólo por el nombrecito que tiene la peli, si no por lo guay que es, ya que a mí me ha llegado a gustar lo suficiente como para que esté entre mis favoritas.
13 de abril de 2013
13 de abril de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay quienes creen que los bajos fondos, la mafia y las apuestas son un escenario más o menos simple de recrear en una película y que juntos en una coctelera con personajes interesantes, basta agitarlos para obtener un buen resultado, más aún cuando como en "Kill Them softly", se trata de la adaptación de una novela. Pero en este caso el resultado de la mezcla no sólo es malo, es pobre.
El thriller se caracteriza por un buen uso de los tiempos pero en esta ocasión el director Andrew Dominik y su dupla con Brad Pitt a la
El thriller se caracteriza por un buen uso de los tiempos pero en esta ocasión el director Andrew Dominik y su dupla con Brad Pitt a la
17 de abril de 2013
17 de abril de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al contrario de lo observado en la vida pública española, en la mafia norteamericana quien la hace la paga. O, al menos, eso se intenta. El último trabajo de Andrew Dominik -basado en la novela "Cogan´s Trade", de George V. Higgins- parece apuntar que esa reflexión doméstica podría igualmente aplicarse al universo político-financiero estadounidense.
Contextualizado en las elecciones presidenciales de 2008, el relato negro de un ejemplar arreglo de cuentas (y entiéndaseme: ejemplar en cuanto destinado a servir de ejemplo, no a servir de ejemplo a la hora de planificar su desarrollo, harto chapucero a ratos) nos asoma a la lógica de un sicario, Jackie Cogan, magníficamente interpretado por Brad Pitt. En sus encuentros, ocasionalmente letales, con el resto de protagonistas (¡qué inmensos James Gandolfini, Richard Jenkins o Ray Liotta, qué fabulosos Scoot McNairy, Ben Mendelsohn o Vincent Curatola, qué lujazo de reparto, qué dirección de actores!), Pitt, eje de Mátalos suavemente, desnuda las reglas del juego: quien la hace, ha de pagarla. Y si no conocemos al responsable, deberemos encontrar un pagano creíble para que las piezas vuelvan a encajar, para que no cunda la sensación (y vuelvo aquí inevitablemente al escenario patrio) de que la impunidad es regla.
¿Es la mía una interpretación excesivamente politizada de esta notable película?. Oigamos a su director, el australiano de adopción Dominik -autor también de Chopper (2000) y El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford (2007), embarcado ahora en la producción Blonde-: "El personaje de Brad es un sicario que tiene que darle un impulso a la economía matando a los tíos que la llevaron a la quiebra. Parecía que era un reflejo de lo que está pasando en el mundo... Siempre me ha parecido que la razón de la atracción por las películas de asesinos es que tratan sobre el capitalismo. Capitalismo en su forma más directa y expuesta".
¿No es, después de todo, su labor harto similar a la de esos plenamente actuales "hombres de negro", encargados de disciplinar nuestras economías prestando mayor atención a restablecer resultados que a identificar la autoría real de los estropicios?.
Mátalos suavemente ofrece, de otro lado, mucho más que una descarnada crítica al estado de las cosas (aunque el contrapunto frecuente de los discursos del candidato Barack Obama parezca inducir lo contrario): permite disfrutar de interpretaciones espléndidas, de escenas de acción construidas con un talento netamente original, de episodios de alta tensión entreverados con otros de una comicidad presuntamente zafia, de diálogos demenciales de corte tarantiniano que contrastan con las apreciaciones netas de nuestro sicario: "América no es un país, sólo es un negocio. Así que paga, hijo de p...".
Contextualizado en las elecciones presidenciales de 2008, el relato negro de un ejemplar arreglo de cuentas (y entiéndaseme: ejemplar en cuanto destinado a servir de ejemplo, no a servir de ejemplo a la hora de planificar su desarrollo, harto chapucero a ratos) nos asoma a la lógica de un sicario, Jackie Cogan, magníficamente interpretado por Brad Pitt. En sus encuentros, ocasionalmente letales, con el resto de protagonistas (¡qué inmensos James Gandolfini, Richard Jenkins o Ray Liotta, qué fabulosos Scoot McNairy, Ben Mendelsohn o Vincent Curatola, qué lujazo de reparto, qué dirección de actores!), Pitt, eje de Mátalos suavemente, desnuda las reglas del juego: quien la hace, ha de pagarla. Y si no conocemos al responsable, deberemos encontrar un pagano creíble para que las piezas vuelvan a encajar, para que no cunda la sensación (y vuelvo aquí inevitablemente al escenario patrio) de que la impunidad es regla.
¿Es la mía una interpretación excesivamente politizada de esta notable película?. Oigamos a su director, el australiano de adopción Dominik -autor también de Chopper (2000) y El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford (2007), embarcado ahora en la producción Blonde-: "El personaje de Brad es un sicario que tiene que darle un impulso a la economía matando a los tíos que la llevaron a la quiebra. Parecía que era un reflejo de lo que está pasando en el mundo... Siempre me ha parecido que la razón de la atracción por las películas de asesinos es que tratan sobre el capitalismo. Capitalismo en su forma más directa y expuesta".
¿No es, después de todo, su labor harto similar a la de esos plenamente actuales "hombres de negro", encargados de disciplinar nuestras economías prestando mayor atención a restablecer resultados que a identificar la autoría real de los estropicios?.
Mátalos suavemente ofrece, de otro lado, mucho más que una descarnada crítica al estado de las cosas (aunque el contrapunto frecuente de los discursos del candidato Barack Obama parezca inducir lo contrario): permite disfrutar de interpretaciones espléndidas, de escenas de acción construidas con un talento netamente original, de episodios de alta tensión entreverados con otros de una comicidad presuntamente zafia, de diálogos demenciales de corte tarantiniano que contrastan con las apreciaciones netas de nuestro sicario: "América no es un país, sólo es un negocio. Así que paga, hijo de p...".
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