Desayuno con diamantes
1961 

7.6
70,574
Romance. Drama. Comedia
Holly Golightly es una bella joven neoyorquina que, aparentemente, lleva una vida fácil y alegre. Tiene un comportamiento bastante extravagante, por ejemplo, desayunar contemplando el escaparate de la lujosa joyería Tiffanys. Un día se muda a su mismo edificio Paul Varjak, un escritor que, mientras espera un éxito que nunca llega, vive a costa de una mujer madura. (FILMAFFINITY)
6 de febrero de 2009
6 de febrero de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una auténtica joya del cine, con una Audrey Hepburn que enamora desde el primer plano y un George Peppard que sabe seguirle el juego. Una rica historia que Demuestra la grandeza de Truman Capote.
Sabia adaptación, en la que a pesar de dejarse algunas cosas por el camino, no se deja ni uno de los pequeños detalles de la novela.
Sabia adaptación, en la que a pesar de dejarse algunas cosas por el camino, no se deja ni uno de los pequeños detalles de la novela.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La mejor escena, la que tiene lugar en la joyería del título, con la búsqueda del regalo de los 10 dólares.
24 de agosto de 2009
24 de agosto de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Blake Edwards creó en 1961 una de las grandes películas de la historia según todas las críticas mundiales. Además, creó también una de las imágenes más vistas en la historia del cine, apareciendo un nuevo icono de glamour con Audrey Hepburn desayunando frente a Tiffany's.
"Desayuno con diamantes" es una película divertida que hace que el espectador sonría con ese personaje tan estrafalario como es Holly. Una mujer extraña que uno no comprende porque actúa así, y como puede vivir así.
Poco a poco uno se va encariñando con esta escuálida chica, y con el joven escritor que se muda al piso de arriba. Ambos formarán una amistad debido a las diversas casualidades y equívocos que se le irán apareciendo a lo largo de los días.
Hablar de "Desayuno con diamantes" es de hablar de un clásico, y de una gran película. Pocas cosas negativas se pueden decir de ella, salvo que a mitad de película sí tiene un pasaje en el que la película decae; pero rápìdamente la historia resurge y hace que el espectador vuelva a engancharse.
En fin una gran historia basada en una de las mejores obras de Truman Capote, con la que el espectador pasará un rato divertido mientras sigue las notas de la famosísima canción de Henry Mancini "Moonriver".
"Desayuno con diamantes" es una película divertida que hace que el espectador sonría con ese personaje tan estrafalario como es Holly. Una mujer extraña que uno no comprende porque actúa así, y como puede vivir así.
Poco a poco uno se va encariñando con esta escuálida chica, y con el joven escritor que se muda al piso de arriba. Ambos formarán una amistad debido a las diversas casualidades y equívocos que se le irán apareciendo a lo largo de los días.
Hablar de "Desayuno con diamantes" es de hablar de un clásico, y de una gran película. Pocas cosas negativas se pueden decir de ella, salvo que a mitad de película sí tiene un pasaje en el que la película decae; pero rápìdamente la historia resurge y hace que el espectador vuelva a engancharse.
En fin una gran historia basada en una de las mejores obras de Truman Capote, con la que el espectador pasará un rato divertido mientras sigue las notas de la famosísima canción de Henry Mancini "Moonriver".
28 de agosto de 2009
28 de agosto de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si quieres explicar a alguien que es el glamour esta película te ayudará.
Contempla a Audrey Hepburn un momento… la ves… eso es el glamour.
Una bonita historia, frases ingeniosas y mucho, mucho glamour.
La anécdota: ver a Hannibal del equipo A de joven siendo el galán de turno.
Contempla a Audrey Hepburn un momento… la ves… eso es el glamour.
Una bonita historia, frases ingeniosas y mucho, mucho glamour.
La anécdota: ver a Hannibal del equipo A de joven siendo el galán de turno.
14 de marzo de 2010
14 de marzo de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuadros, cojines, tazas, postales… el retrato de Hepburn en Desayuno con diamantes ha sido inmortalizado en todos clase de objetos imaginables. Tiene cierta gracia, teniendo en cuenta que aunque nominada, la actriz no llegó a ganar el Oscar por la película, la cual tampoco fue un gran éxito comercial en su época. Sin embargo el carisma de la misma ha ido creciendo con el tiempo hasta llegar a ser uno de los melodramas clásicos por antonomasia. Un retrato tierno y trágico, tan conmovedor como encantador. Curiosamente Audrey Hepburn no fue la primera actriz a la que se le ofreció el papel, el mismo fue rechazado por la mismísima Marilyn Monroe. Sin embargo, a estas alturas y tras la deliciosa interpretación de Hepburn sería imposible imaginarse a otra actriz dándole vida.
Holly Golightly (Audrey Hepburn) es una joven vivaz y despreocupada, una especie de cazatesoros (versión light) en busca de un hombre del que enamorarse y que le saque de su limitado universo y de su humilde apartamento. En su vida aparecerá una suerte de versión masculina de sí misma llamado Paul (George Peppard). Paul, escritor en horas bajas cuya primera novela ha pasado tristemente desapercibida, también saca tajada de sus encantos para con las mujeres. Él se queda prendado de ella tras su primer encuentro y pronto inician una amistad, pero el oscuro pasado de la joven hará acto de presencia, dificultando que dicha amistad pueda llegar a ser algo más.
El complejo retrato de la pareja protagonista, menos almibarado y más cínico de lo habitual en este tipo de producciones (véase que ambos personajes viven de sus encantos para con el sexo opuesto, por decirlo de la manera más fina posible), la aleja de productos más típicos y enfocados hacia la comedia romántica. Y ello a pesar de que la novela en la que se basa (la primera de Truman Capote llevada al cine) es incluso bastante más hiriente y dura. A ello habría que sumar un nutrido grupo de secundarios que van desde el huraño señor Yunioshi (Mickey Rooney), que sirve de contrapunto puramente cómico, hasta el estirado José da Silva Pereira (José Luis de Vilallonga), pretendiente de la protagonista. El resultado final es un melodrama cómico con un buen puñado de escenas memorables, una banda sonora inolvidable y una pareja protagonista con enorme química, destacando por encima de todo y de todos una excepcional Audrey Hepburn en un personaje por el que siempre será recordada y admirada.
Holly Golightly (Audrey Hepburn) es una joven vivaz y despreocupada, una especie de cazatesoros (versión light) en busca de un hombre del que enamorarse y que le saque de su limitado universo y de su humilde apartamento. En su vida aparecerá una suerte de versión masculina de sí misma llamado Paul (George Peppard). Paul, escritor en horas bajas cuya primera novela ha pasado tristemente desapercibida, también saca tajada de sus encantos para con las mujeres. Él se queda prendado de ella tras su primer encuentro y pronto inician una amistad, pero el oscuro pasado de la joven hará acto de presencia, dificultando que dicha amistad pueda llegar a ser algo más.
El complejo retrato de la pareja protagonista, menos almibarado y más cínico de lo habitual en este tipo de producciones (véase que ambos personajes viven de sus encantos para con el sexo opuesto, por decirlo de la manera más fina posible), la aleja de productos más típicos y enfocados hacia la comedia romántica. Y ello a pesar de que la novela en la que se basa (la primera de Truman Capote llevada al cine) es incluso bastante más hiriente y dura. A ello habría que sumar un nutrido grupo de secundarios que van desde el huraño señor Yunioshi (Mickey Rooney), que sirve de contrapunto puramente cómico, hasta el estirado José da Silva Pereira (José Luis de Vilallonga), pretendiente de la protagonista. El resultado final es un melodrama cómico con un buen puñado de escenas memorables, una banda sonora inolvidable y una pareja protagonista con enorme química, destacando por encima de todo y de todos una excepcional Audrey Hepburn en un personaje por el que siempre será recordada y admirada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Para el recuerdo quedan escenas tan míticas como aquella en la que Hepburn canta Moon River, la primera escena con ella desayunando frente a Tiffany's o ese final tan bello y romántico, con la pareja protagonista besándose bajo la lluvia tras encontrar al gato de ella.
5 de abril de 2010
5 de abril de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por fin, casi cincuenta años después de su rodaje la he podido ver, y me ha encantado.
Al margen de la encantadora Audrey y su mítica canción, ambas dignas de recordar, la película tiene ese toque de "ahora te quiero, ahora no te quiero" que hace que te enganches para ver qué decisión tomará la frágil y alocada Holly.
Por otro lado es bastante divertida, si bien la veo más romántica que divertida. Algunas situaciones son muy locas y contiene esa mezcla de glamour, desenfreno y frivolidad propias de la ciudad del rodaje.
Lo mejor de todo, el fiestorro en el piso. Menuda juerga para ser el año 1961, ya la quisiera para mí :DDD
Al margen de la encantadora Audrey y su mítica canción, ambas dignas de recordar, la película tiene ese toque de "ahora te quiero, ahora no te quiero" que hace que te enganches para ver qué decisión tomará la frágil y alocada Holly.
Por otro lado es bastante divertida, si bien la veo más romántica que divertida. Algunas situaciones son muy locas y contiene esa mezcla de glamour, desenfreno y frivolidad propias de la ciudad del rodaje.
Lo mejor de todo, el fiestorro en el piso. Menuda juerga para ser el año 1961, ya la quisiera para mí :DDD
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