Desayuno con diamantes
1961 

7.6
70,571
Romance. Drama. Comedia
Holly Golightly es una bella joven neoyorquina que, aparentemente, lleva una vida fácil y alegre. Tiene un comportamiento bastante extravagante, por ejemplo, desayunar contemplando el escaparate de la lujosa joyería Tiffanys. Un día se muda a su mismo edificio Paul Varjak, un escritor que, mientras espera un éxito que nunca llega, vive a costa de una mujer madura. (FILMAFFINITY)
5 de junio de 2011
5 de junio de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Holly Golightly es una joven simpática, independiente, elegante y terriblemente irresistible que vive en Nueva York con su gato. Paul es un escritor en horas bajas que se muda al piso superior de Holly y entre los dos nace una fuerte amistad y complicidad.
Como bautizo a este modesto análisis creo que Hollywood es o al menos fue una fábrica de sueños, y esta obra contribuye fuertemente a esta premisa. Los compases iniciales, sonando la melodía de Henry Mancini en la quinta avenida desierta, donde vemos a una deslumbrante Audrey Hepburn desayunando ante un escaparate de la joyería Tiffany son memorables y enamoran.
Adaptación del popular libro Breakfast at Tiffany's de Truman Capote realizada por Blake Edwards, un hombre que desarrolló labores de dirección, guión y producción y que no pasará a la historia como uno de los grandes, pero que dejó en su haber una serie de títulos muy interesantes como Días de vino y rosas, Chantaje contra una mujer o La pantera Rosa. Sin embargo Desayuno con diamantes es la obra que marca un antes y un después en su filmografía y es incontestable la autoría que Edwards imprime a la película.
La verdad es que sería imposible hablar de este filme sin hacer escala en el legendario vestuario, tan cuidado y seleccionado que provocó que Audrey Hepburn emergiera como un icono de la moda que perdura hoy día. Tan importante como el vestuario es la música de Henry Mancini, su Moon River con la voz de Audrey es una de las canciones del cine.
La nómina de intérpretes está encabezada por Audrey Hepburn que crea el papel femenino más famoso y reconocible de la historia, dota a Holly de un estilo, un encanto y un desenfado que la hacen maravillosa; pero también en ella se perciben grandes temores e inseguridades que la vuelven frágil y delicada. Audrey ya tenía una carrera plagada de triunfos, pero Tiffany fue, es y será siempre su diamante más preciado.
George Peppard no está mal y Patricia Neal secunda muy bien.
Pero quería detenerme en dos puntos:
1) La muy apropiada elección de Buddy Ebsen para encarnar al bonachón Doc.
2) La no tan oportuna contratación de Mickey Rooney como el estridente vecino japonés.
Clásico con todas las letras.
Como bautizo a este modesto análisis creo que Hollywood es o al menos fue una fábrica de sueños, y esta obra contribuye fuertemente a esta premisa. Los compases iniciales, sonando la melodía de Henry Mancini en la quinta avenida desierta, donde vemos a una deslumbrante Audrey Hepburn desayunando ante un escaparate de la joyería Tiffany son memorables y enamoran.
Adaptación del popular libro Breakfast at Tiffany's de Truman Capote realizada por Blake Edwards, un hombre que desarrolló labores de dirección, guión y producción y que no pasará a la historia como uno de los grandes, pero que dejó en su haber una serie de títulos muy interesantes como Días de vino y rosas, Chantaje contra una mujer o La pantera Rosa. Sin embargo Desayuno con diamantes es la obra que marca un antes y un después en su filmografía y es incontestable la autoría que Edwards imprime a la película.
La verdad es que sería imposible hablar de este filme sin hacer escala en el legendario vestuario, tan cuidado y seleccionado que provocó que Audrey Hepburn emergiera como un icono de la moda que perdura hoy día. Tan importante como el vestuario es la música de Henry Mancini, su Moon River con la voz de Audrey es una de las canciones del cine.
La nómina de intérpretes está encabezada por Audrey Hepburn que crea el papel femenino más famoso y reconocible de la historia, dota a Holly de un estilo, un encanto y un desenfado que la hacen maravillosa; pero también en ella se perciben grandes temores e inseguridades que la vuelven frágil y delicada. Audrey ya tenía una carrera plagada de triunfos, pero Tiffany fue, es y será siempre su diamante más preciado.
George Peppard no está mal y Patricia Neal secunda muy bien.
Pero quería detenerme en dos puntos:
1) La muy apropiada elección de Buddy Ebsen para encarnar al bonachón Doc.
2) La no tan oportuna contratación de Mickey Rooney como el estridente vecino japonés.
Clásico con todas las letras.
27 de enero de 2012
27 de enero de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es así, es imposible definir con palabras o gestos algo tan majestuoso como esta auténtica obra maestra. Es una comedia de las de verdad, francamente divertida. Los personajes se ven envueltos en una espiral que gira en torno a Holly (Audrey Hepburn), acciones divertidas. Audrey Hepburn hace una actuación sublime, algo que a los que la hemos visto actuar en otras películas suyas no nos sorprende, encarna a la perfección el papel de chica, un tanto alocada, que lleva una vida dedicada a exprimir cada minuto al máximo. Además de lo bien que encarna el personaje hay que añadir su belleza, lo que hará que te enamores de ella desde el primer minuto de la película. Para equilibrar tanta belleza y talento se eligió a George Peppard como coprotagonista, que hace un trabajo impresionante, el mejor trabajo de su carrera, sin duda alguna.
Es una historia divertida, muy dinámica, con excelentes actuaciones y que se ve potenciada por, además de la belleza de Audrey, por la excelente Banda Sonora, "Moon River", que hace que sientas la película más, si cabe, una de las mejores bandas sonoras de la historia del cine.
Serás tú quien al final decidas si ver la película o no, y todas las palabras y florituras que aquí yo o cualquier otro pueda escribir te sobran, pero yo creo que con menos información verías cualquier otra película, así que...
Es una historia divertida, muy dinámica, con excelentes actuaciones y que se ve potenciada por, además de la belleza de Audrey, por la excelente Banda Sonora, "Moon River", que hace que sientas la película más, si cabe, una de las mejores bandas sonoras de la historia del cine.
Serás tú quien al final decidas si ver la película o no, y todas las palabras y florituras que aquí yo o cualquier otro pueda escribir te sobran, pero yo creo que con menos información verías cualquier otra película, así que...
31 de julio de 2012
31 de julio de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si no es usted extraterrestre o un habitante de la selva amazónica que no ha mantenido contacto con el mundo exterior (al que los extraterrestres habrían dotado de Internet) habrá visto alguna vez en su vida la imagen de Audrey Hepburn, tocado en pelo, sosteniendo la boquilla alargada de un cigarro. Esta imagen extraída de la película es simplemente una de las iconografías más poderosas del siglo XX, un hito de la cultura pop, y este logro no hubiera sido posible de no ser porque el personaje que encarna Audrey Hepburn (tan encantador como desencantado) ha sido capaz de despertar la fascinación de cientos de miles de espectadores durante décadas y hacerse inmortal.
La descarada Holly Golightly, con un comportamiento extravagante y falsamente ostentoso, pero un alma transparente y sincero, es uno de esos escasos personajes capaces de acaparar toda la atención de la película y relegar al resto (incluido al otro personaje supuestamente principal) a un segundo plano. Holly es alegre, jovial, dicharachera, encantadora, ingenua, dulce.. y al mismo tiempo esconde un pasado doloroso y un presente vacío que llena con lujos y un tren social que no le corresponde y que consigue de las invitaciones de los hombres que casi nunca consiguen nada de ella (a 50 dólares cada uno cada vez que va al tocador), es una ‘party girl’ a la que Hepburn sabe sacarle dignidad y sentimiento dentro de su alocado mundo.
La Hepburn domina en la película, impone su interpretación y reparte sonrisas y compasión a partes iguales, hechizando con sus torpes maneras y su ‘look’ sofisticado.
Se habla de ‘Breakfast at Tiffany´s’ (libremente interpretada de la novela del mismo nombre escrita por Truman Capote) como de una comedia romántica, pero este género es el superficial de la película, en cuyo interior esconde el verdadero drama vital de una chiquilla desgajada de sus raíces, desconfiada y atrapada en un estilo de vida banal.
Otro de los grandes encantos de la película es una banda sonora inolvidable (Henry Mancini forever) que llevaron a la composición de Moon River, para muchos, una de las mejores canciones jamás compuestas para una película.
Pero más allá de la abrumadora presencia de su personaje principal, de su capacidad para desarrollar un género dentro de otro y de su excepcional acompañamiento musical ‘Desayuno con diamantes’ flojea en otros aspectos. El guión es solido, pero no intenso, y aunque el personaje de Holly es excepcional, lo cierto es que no evoluciona dentro de la estructura cinematográfica, ni el suyo ni ningún otro, e incluso nos encontramos con algún personaje que hiere la inteligencia con la caricatura de un vecino chino interpretado por Mickey Rooney, un humor de otra época reventado a tópicos. El ‘Happy End’ bajo la lluvia forzadamente romántico, aunque emotivo, tampoco ayuda a digerir el filme, y la dirección de Blake Edwards, no es la de un genio, le falta consistencia. Pero sólo con la iconografía que despliega y la sonrisa de Hepburn, ya se ha ganado un hueco en el Olimpo del séptimo arte.
http://palomitasconchoco.wordpress.com
La descarada Holly Golightly, con un comportamiento extravagante y falsamente ostentoso, pero un alma transparente y sincero, es uno de esos escasos personajes capaces de acaparar toda la atención de la película y relegar al resto (incluido al otro personaje supuestamente principal) a un segundo plano. Holly es alegre, jovial, dicharachera, encantadora, ingenua, dulce.. y al mismo tiempo esconde un pasado doloroso y un presente vacío que llena con lujos y un tren social que no le corresponde y que consigue de las invitaciones de los hombres que casi nunca consiguen nada de ella (a 50 dólares cada uno cada vez que va al tocador), es una ‘party girl’ a la que Hepburn sabe sacarle dignidad y sentimiento dentro de su alocado mundo.
La Hepburn domina en la película, impone su interpretación y reparte sonrisas y compasión a partes iguales, hechizando con sus torpes maneras y su ‘look’ sofisticado.
Se habla de ‘Breakfast at Tiffany´s’ (libremente interpretada de la novela del mismo nombre escrita por Truman Capote) como de una comedia romántica, pero este género es el superficial de la película, en cuyo interior esconde el verdadero drama vital de una chiquilla desgajada de sus raíces, desconfiada y atrapada en un estilo de vida banal.
Otro de los grandes encantos de la película es una banda sonora inolvidable (Henry Mancini forever) que llevaron a la composición de Moon River, para muchos, una de las mejores canciones jamás compuestas para una película.
Pero más allá de la abrumadora presencia de su personaje principal, de su capacidad para desarrollar un género dentro de otro y de su excepcional acompañamiento musical ‘Desayuno con diamantes’ flojea en otros aspectos. El guión es solido, pero no intenso, y aunque el personaje de Holly es excepcional, lo cierto es que no evoluciona dentro de la estructura cinematográfica, ni el suyo ni ningún otro, e incluso nos encontramos con algún personaje que hiere la inteligencia con la caricatura de un vecino chino interpretado por Mickey Rooney, un humor de otra época reventado a tópicos. El ‘Happy End’ bajo la lluvia forzadamente romántico, aunque emotivo, tampoco ayuda a digerir el filme, y la dirección de Blake Edwards, no es la de un genio, le falta consistencia. Pero sólo con la iconografía que despliega y la sonrisa de Hepburn, ya se ha ganado un hueco en el Olimpo del séptimo arte.
http://palomitasconchoco.wordpress.com
13 de octubre de 2012
13 de octubre de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este film refleja la magia del cine como pocos. Basado en una magistral novela corta del genial Truman Capote, Desayuno es un film mítico y glamuroso a partes iguales. La escena inicial de Holly desayunando criossants frente al escaparate de Tyfannys es pura magia. ¿Y qué decir de MoonRiver? Tan agridulce como el film. Una obra imperecedera del cine de los 60.
16 de noviembre de 2013
16 de noviembre de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque vista en la actualidad está película puede parecer insulsa e ingenua, creo que uno ha de situarse un poco en la época en que se estrenó y probablemente se pueda tener la percepción de la repercusión que tuvo en su momento y la influencia como símbolo de la nueva femineidad que ha tenido hasta nuestros días. Y es que creo que su gran aportación es que el personaje interpretado por la bellísima Audrey Hepburn marca un punto de inflexión en la visión que se tiene de la mujer tanto a nivel del papel social como a nivel estético en el cine y por extensión en la realidad hasta nuestros días. El personaje de Holly Golightly es una mujer que deja atrás el rol de romanticismo y búsqueda de la estabilidad sentimental que solían tener los personajes femeninos anteriores en el cine y es, en apariencia, totalmente independiente y promiscua, cualidades hasta entonces exclusivas del sexo masculino, y que seguramente se adelanta 40 años a las protagonistas de Sexo en Nueva York. El reflejo de esta actitud independiente que se puede considerar como su alter ego es el gato, que precisamente no tiene nombre, algo que podría representar también la sensación de falta de identidad que tiene ella misma. Lógicamente la figura extremadamente delgada de Audrey Hepburn también representa un cambio estético de la mujer que ha llegado hasta nuestros días, que algunos lo verán como una mayor elegancia y sofisticación femenina y otros como el germen de la anorexia.
Es cierto que también se tratan en la película algunos temas de manera un tanto ingenua o infantil, o sin dejar a las claras exactamente lo que es, como puede ser el tema de la prostitución, tanto de ella como de él, o también el personaje del ex-marido de Holly, que es tratado en la película con cierta ternura pero que probablemente en nuestros días se le podría acusar de abuso de menores o pederastia. Supongo que es tratado de esta manera para poder pasar la censura de la época, como ocurrió con "Lolita" de Kubrick, en la que se suavizaron ciertos puntos de la novela de Nabokov para que se pudiera estrenar, aunque en el caso de "Desayuno con diamantes" no he leído la novela de Capote.
En definitiva, por estas razones me parece una buena película pese a venir de Blake Edwards, un director en mi opinión sobrevalorado sobretodo en su faceta cómica y que el éxito de sus comedias se debe principalmente, y diría que únicamente, a la vis cómica de actores como Peter Sellers, más que a sus gags que me parecen de un humor simplón y de situaciones extremadamente exageradas, como el personaje del chino que interpreta Mickey Rooney o la fiesta en casa de Holly.
Es cierto que también se tratan en la película algunos temas de manera un tanto ingenua o infantil, o sin dejar a las claras exactamente lo que es, como puede ser el tema de la prostitución, tanto de ella como de él, o también el personaje del ex-marido de Holly, que es tratado en la película con cierta ternura pero que probablemente en nuestros días se le podría acusar de abuso de menores o pederastia. Supongo que es tratado de esta manera para poder pasar la censura de la época, como ocurrió con "Lolita" de Kubrick, en la que se suavizaron ciertos puntos de la novela de Nabokov para que se pudiera estrenar, aunque en el caso de "Desayuno con diamantes" no he leído la novela de Capote.
En definitiva, por estas razones me parece una buena película pese a venir de Blake Edwards, un director en mi opinión sobrevalorado sobretodo en su faceta cómica y que el éxito de sus comedias se debe principalmente, y diría que únicamente, a la vis cómica de actores como Peter Sellers, más que a sus gags que me parecen de un humor simplón y de situaciones extremadamente exageradas, como el personaje del chino que interpreta Mickey Rooney o la fiesta en casa de Holly.
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